Entrenamiento con el culo roto y probando leche por primera vez.
La alarma sonó a las 5:30 pero a pesar de que es domingo y se supone que hoy es día de ordeña y debería estar lista más rápido que nunca me costó más trabajo que de costumbre abrir mis ojos. La fiesta de ayer por la noche fue muy cansada 6 horas parado en tacones dejaron mis pies muy cansados y mi cuerpo adolorido por fortuna mi ama se apilado de mí y me dejó ir a descansar a la una de la madrugada aunque no me dormí hasta más tarde, pues mientras pasaba un algodón con crema para quitar el rímel de mis ojos los gritos de placer que salían de la habitación de mi señora se escuchaban hasta mi habitación que está al otro lado de la suya. Fue un sentimiento contradictorio en mi interior porque deseaba verla follar con el par de amigos que estaban en casa, que no pararon de humillarme durante toda la cena provocando mi continúa excitación y que seguramente la follarían hasta no poder más.
Las ganas de tocarme y terminar fueron bastantes, pero si me corro ella se dará cuenta. Ya una vez cometí ese error, no sé si en mi mirada o mi actitud lo noto pero lo supo de inmediato.
Pase un par de meses en completa castidad, el primero de ellos encerrado por completo con una jaula de pene que solo me podía quitar tres minutos al día para asearla. Luego otros quince días donde fui como un mueble más de la casa, como decoración que no se toma en cuenta para nada. Eso fue lo que más me dolió que no me dirigiera la palabra, que ni siquiera me dejaba oler y lamer sus pies, su indiferencia que quemaba. Aprendí mi lección y no quiero volver a repetirlo así que la calentura fue otro granito para no poder dormir bien.
Cómo pude abrí los ojos y me obligue con un bostezo y estirando mis extremidades a despertar para cumplir a tiempo mis obligaciones matinales y no ganarme un castigo. No quiero volver a recoger nunca la caca de Chester con la mano.
Mire las estrellas por la ventana antes de encender la luz de mi habitación es un momento de intimidad conmigo mismo.
Hoy no llevaré la ropa interior de seda, encaje, o satén, esa solo la uso para las ocasiones especiales o cuando vienen invitados como ayer. Hoy por la mañana también estarán y debo preparar el desayuno para tres, hoy ya no será necesario el uniforme de mucama que lleve anoche así que lo echo a la cesta de la ropa sucia que lavar más tarde.
A pesar de que los domingos no llevo ropa interior hoy elegí unas cómodas bragas blancas de algodón con dibujos de cerezas. Ese tipo de calzones los uso a diario. Entre semana voy a la oficina vestido de hombre pero debajo llevo ropa interior de nena. Los fines de semana como hoy llevo ropa de nena cómoda así que encima de las bragas me pongo un short corto, un brasier que relleno con implantes y una playera con escote, hoy no son necesarias las medias altas, los tacones, la peluca, ni el maquillaje aunque aún llevo las uñas pintadas (debo recordar despintarlas antes de volver a la oficina mañana), por último tenis en lugar de tacones.
Me lavo los dientes y estoy lista para mis tareas, primero ir al salón a limpiar el desorden que quedó anoche, la puerta de mi señora está cerrada así que no hago ruidos. Me queda poco tiempo antes de que se haga hora de pasear a Chester al jardín y luego de que haga sus necesidades volver a toda prisa para preparar el almuerzo para tres.
Cuando veo el salón mis ánimos caen al suelo parece una fiesta de unas treinta personas aunque solo fueron tres las que hicieron todo el desorden. Pienso que mi señora fue a propósito descuidada y pienso que desea castigarme. Cuando ese es su deseo busca la manera de que falle en mis tareas, como ponerme a limpiar frijoles con un trapo de uno en uno en cierto tiempo o que después de que estén lavados escurra el agua con la mano sin dejar caer un frijol a la tarja lo cual es imposible.
En fin como puedo y a toda prisa limpio y dejo presentable de nuevo el salón miró varias veces para comprobar que todo esté bien le doy el visto bueno y voy por el perro para ponerle la correa antes de salir al jardín tomó una bolsa para sus necesidades y la pequeña pala para juntarlas.
Al salir al jardín me arrepiento de llevar short pues aún está fresco pero ya casi son las siete y no tengo tiempo de ir a cambiarme el almuerzo debe estar en una hora listo así que ya me siento presionada con el tiempo.
Por lo regular almuerza ligero un yogur y fruta luego vamos al gimnasio, ahí nos bañamos y llegamos a la oficina a las diez en punto donde los papeles se invierten y ella se convierte en mi asistente.
No, no tiene nada de raro que el director y dueño de la empresa llegue a las diez con su asistente de la mano cuando ella es su esposa.
Le hablo bonito a Chester para que sea bueno y cague pronto, pero a él no le importa si me atraso y eso provoca un castigó, casi podría pensar que se pone de acuerdo con mi señora para retrasarme cuando menos tiempo tengo.
Cuando por fin hace sus necesidades levantó la mierda con la pala y vuelvo a toda prisa al interior. Voy directo a la cocina y busco lo necesario.
Preparo jugo, pongo a dorar un poco de pan blanco, saco la mermelada de piña y naranja, unos huevos revueltos con jamón y café para tres.
Lo llevo todo en el carrito de servicio junto con los cubiertos, azúcar y leche para el café.
Son las ocho con uno cuando llego a la puerta de la habitación doy un último vistazo para asegurarme que todo esté bien, acomodo un poco el mantel que se ha movido, rebiso servilletas y cubiertos, ya por último dejó una margarita fresca que corte en la salida al jardín sobre la superficie del carrito. Abro la puerta, solo tengo dos minutos de tolerancia así que voy atrasado pero dentro del tiempo.
Aún están dormidos así que no sé si debo despertarlo o solo dejar el carrito e irme.
Pero me detengo a observar la escena. Mi señora está en medio de ambos hombres desnuda y boca abajo, su cabeza descansa sobre el pecho del más moreno, se le nota una teta y su mano izquierda descansa está firmemente cerrada de la verga.
Su culo se ve hermoso en esa posición y sin poder controlarlo tengo una ereccion. Ellos también están sin ropa, son jóvenes y vigorosos deben estar a punto de cumplir los treinta uno es moreno, fuerte cerca del 1.90m unos brazos como troncos, el otro acompañante es menos intimidante físicamente tiene mi altura y parece más sociable, pero de los tres penes en esa habitación es el más grande y grueso.
Ambos tienen una buena verga ahora aunque están dormidos esa parte de su cuerpo está despierta, son gruesas y grandes ahora entiendo los gritos de placer que escuchaba anoche.
Cuando decido salir y volver más tarde a levantar el servicio la voz de mi señora me detiene en seco.
—¿Qué estás mirando?
Sabes que no debes verme sin permiso.
Agachó la cabeza como un reflejo y me hinco inmediatamente
—Lo siento señora.
Lo que sigue no lo comprendo muy bien. La escucho moverse en el colchón y bajar de la cama, yo estoy al lado de la puerta y los tres pasos que da para llegar a mí se me hacen como si fueran cien.
Cuando está frente a mí me toma del pelo y lleva mi cabeza a entre sus piernas.
—¡Huele!
Olerle el coño es un premio, yo pensé que me daría azotes por verla sin permiso.
—¿Sientes el olor? Aún debe oler a las verga.
Luego se da vuelta, queda de espaldas con su culo muy cerca de mi nariz, estira sus manos hacia atrás toma de nuevo mi cabeza y la hunde en su trasero.
—También aquí debería oler a verga. Sí, ha sido una noche larga y hermosa.
¿Qué se siente saber que otro me ha follado por donde a ti nunca te permitiré?
Siento que el calor me invade el rostro, debo estar totalmente rojo.
Cuando siento que me falta el aire me suelta, abro la boca buscando que entre la mayor cantidad de oxígeno a mis pulmones.
Sus acompañantes están despiertos sentados en la cama y riéndose de mí.
—Desnudate princesa.
En la posición que estoy me quito la blusa por encima de la cabeza, me incorporó un poco para sacar el short y quedó en ropa interior.
—Mira la nena es penosa y a pesar que por lo regular hoy va sin nada decidió ponerse bragas
SIN MI PERMISO.
Oh oh esto no pinta bien.
—Quítate las bragas.
Lo hago.
Sus manos toman mis pezones y aprietan duele, duele mucho que casi me quejo. Los tuerce y los pellizca más duro.
Luego me suelta y me ordena abrir mis piernas.
—Mira esta perra ya esta goteando de anticipación.
Aún no te he dicho si vas a llegar a terminar ¿por qué estas tan excitada?
Antes de que le responda me da una fuerte patada en las bolas que me doblan del dolor, alcanzó a tomar aire antes de la segunda y tercer patada. Luego me deja recuperarme para dar otra ronda de tres patadas más.
—En posición.
Así como estoy en el suelo me enderezo, abro las piernas y pongo las manos detrás de la cabeza.
Se agacha me mira a los ojos y con su mano toma mis testículos, les dan una leve caricia que me excita y luego comienza a jalr de ellos hacia abajo mientras aprieta. Comienzo a contar los segundos y ella aprieta fuerte -diez, quince, veinte segundos- trato de resistir sin moverme, sin doblarme sobre mi mismo pero no lo consigo, la cachetada cruza mi rostro.
—Sígueme.
Voy a gatas hasta la cama tratando de recuperar el aire y la compostura la sigo hasta que se detiene, el par de tipos están atentos se aserca a ellos y besa a uno y a otro, luego se tira de espaldas sobre el colchón y me ordena subir con ella.
Tiene las piernas abiertas observó sus muslos se me antoja pasar mi mano por la suavidad de esa zona pero me contengo, esta totalmente depilada paso saliva al notar su vulva brillosa y la humedad que comienza a escurrir entre sus piernas.
¿Quieres lamer perrito?
Mi cabeza afirma aunque sé que es una trampa pues solo me deja lamerla y darle placer si me he portado muy bien. Coger con ella es una fantasía, nunca lo he hecho desde que mi esposa se volvió mi dominatriz. Ella se quita la ganas con sus diferentes amantes, juguetes o sus manos mientras yo por lo regular solo observó y si tengo suerte me deja follarla con un dildo en la boca o algún arnés en mi cintura.
Así que me sorprendo cuando me da permiso de acercarme, olerla y poder probar sus jugos.
—¿Notas el sabor? Aún debe contener el semen de ellos.
No me importa, lo único que deseo es servirle, darle placer y disfrutar su vagina. Hoy parece que estoy de suerte y al parecer me deja preparar el terreno para seguir follando quizá hasta pueda ver como le dan placer.
Han pasado tan solo un par de minutos cuando escucho de nuevo su voz.
—Cariño ya antes te has comido y preparado mi dildo antes de que con él te dé por el culo ¿verdad?
Muevo la cabeza en señal de aprobación sin dejar de mover mi lengua y saborear sus jugos, no sé bien si quiere que traiga el dildo y me quiera follar frente a ellos.
—Recuerdas que hablamos de que algún día lo harías con una verga de verdad.
Mi cabeza se mueve en automático afirmando sus palabras mientras trato de comprender lo que me está diciendo y por un segundo dejo de lamer su coño.
—No dejes de mover la lengua idiota.
Bueno pues hoy es ese día. Vas a darles placer a mis invitados y si tienes suerte hoy mismo recibirás su leche en tu cara y ano.
Sus manos mueven mi cabeza de lugar y dice:
—Ahí justo ahí no te muevas de ahí.
Cuando logró arrancarle un orgasmo me suelta. Va al cajón de sus juguetes y saca su dildo favorito para darse placer también trae el gel lubricante.
Estoy en el suelo de rodillas con dos vergas frente a mí y no sé qué hacer.
—Vamos cariño has practicado mucho con el de plástico. Tú puedes hacerlo.
Recuerda siempre mirar sus ojos.
Las tomó por turnos, primero la más pequeña aunque no me cabe en la boca.
Abro mis labios y me acerco al enorme verga, la beso y acarició con la lengua antes de abrir por completo mi boca y llevarla adentro.
Siento arcadas cuando me toma la cabeza y me obliga a meterla lo más profundo que puedo creo que no le he comido ni la mitad de la verga y pensar que pronto la tendré en mi culo me asusta y al mismo tiempo me excita.
Cuando me libera el otro hombre toma su lugar y repite el proceso. Mete su verga en mi boca y me asfixia con ella, esta es más gruesa y larga así que entra menos aire.
De reojo veo que mi señora ha comenzado a masturbarse.
Mi señora me ordena ponerme a cuatro en el borde de la cama el moreno se pone detrás y el delgado arrima su verga a mi cara lo veo masturbarse frente a mí mientras golpea mi cara con su enorme falo y se ríe. Lo mete en mi boca toma mi cabeza y comienza a follar mi boca extrañamente estoy caliente y disfruto el momento. Siento como detrás de mí el tipo pega su erección a mi culo y comienza a empujar intenta un par de veces en vano.
—Respira profundo mi niña.
Relajate.
Hago lo que dice mi señora y mi ano empieza a ceder, cierro mis dedos dedos en la sabana cuando mi culo comienza a entrar, arte, duele, quema, lastima…
Lo hace lento pero me cuesta trabajo adaptarme poco a poco la va metiendo y siento como centímetro a centímetro me va abriendo. Mi señora no nos quita la vista se acerca y comienza a tocar mi verga erecta, la acaricia y sube su mano lentamente, eso ayuda a que me relaje aun más y en unos momentos me la he tragado toda.
—Menuda puta si ya se la comió toda y yo que creí que no podría.
—Mi niña es muy buena y obediente.
Siento orgullo y placer saber que mi señora se siente orgullosa de mí.
Tengo un enorme pene en mi garganta mientras el otro me rompe el culo. Comienza a faltarme el aire, no sé si es por que tengo más de la mitad de ese falo en mi garganta o por el esfuerzo de tragar ese monstruo por el ano.
Es una sensación diferente a un dildo, este tiene vida propia y se mueve, es más cálido más placentero.
El fino hilo de líquido preseminal ve de la punta de mi verga al colchón.
Siguen y siguen moviéndose dentro y fuera, cada vez que entra y sale de mi culo estimula mi próstata y el placer se hace presente, ya hace minutos que mi señora dejó de estimular mi miembro, ya hace minutos que el placer es cada vez mayor. Por momentos me falta el aire cuando mete su verga hasta mi garganta pero ya no le importa me acostumbre.
El orgasmo es inminente y chorros de esperma escapan de mi falo para caer al colchón.
Sueltan la risa al ver que me han producido un orgasmo anal. Entonces los movimientos del que me taladrar el culo se vuelven más violentos ahora él busca su placer no tarda mucho en sentir como se endurece aún más, no sabía que ese efecto fuera tan placentero, pero de pronto quiero su leche dentro de mí y así pasa siento su miembro vibrar y los chorros calientes revientan dentro de mí. Ya no tengo la verga dentro de la boca y puedo gemir libremente el se masturba rápidamente buscando terminar y como antes su compañero me regó las nalgas ahora el revienta en mi cara. Abrí mi boca instintivamente buscando atrapar algo. Cae en mis ojos, mi pelo, mi boca me baña por completo en el momento que siento que de mi trasero comienza a salir un líquido viscoso.
Mi señora sonríe y me da palmadas en la espalda.
—Te has comportado como la señorita que eres.
Descansa un poco, me has hecho sentir orgullo.
Me dejan descansar sobre la cama húmeda de la leche de los tres. Ellos se van a desayunar lo que les he preparado.
Ha sido una experiencia memorable y ahora quiero que se repita pronto…