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Con el atractivo cajero Iván
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Soy contadora, me encargo de las finanzas de varios negocios, pero nunca me olvidaré del supermercado de nombre líder porque fue ahí donde lo conocí al atractivo cajero Iván que termino siendo una persona muy especial para mí.

Ese día el jefe del supermercado me había llamado por teléfono y muy amablemente me pidió que vaya al negocio, hable con el encargado para que me enseñe la mercadería nueva que había llegado porque quería que haga un conteo de la mercadería recién ingresada para luego poder saber cuanto se ha vendido.

Cuando llegue al supermercado había solamente una caja donde un muchacho flaco, con el cabello marrón tirando a rojo, sus ojos eran medios achinados y tenía unas facciones del rostro muy bellas, era muy atractivo.

Me acerqué a la caja y le dije: -Hola soy la contadora Victoria Bonet, me encargo de las finanzas de este supermercado.

-Hola señorita me llamo Iván, dígame en que puedo ayudarla- su voz era hermosa y su mirada tenía un brillo especial, desde el primer momento me di cuenta de que ese muchacho era diferente al resto en la buena manera de la palabra y eso me gustó mucho.

-Deseo hablar con el encargado.

-El encargado no se encuentra presente en estos momentos.

-Bueno, necesito que me lleves al depósito porque debo contar la mercadería recién ingresada.

-Será un placer, venga conmigo- me respondió tomando mi mano entre las suyas para mi sorpresa.

Llegamos al depósito y veo varias cajas de cartón, me acerco para verlas mejor y él me dice: -Ahí están los adornos para el jardín que el jefe ha comprado para la venta, hay diez cajas de esos, las cajas de la izquierda son cincuenta y contienen leche, las de la derecha tienen bebidas alcohólicas de todo tipo.

-¿Esta es toda la mercadería que ha ingresado en esta semana para la venta?

-Si.

-Dime el precio unitario de cada producto por favor- le respondo sacando mi libreta y empezando a anotar los datos que necesito.

Él me dice todo lo que tengo que saber y juntos contamos toda la mercadería que hay dentro de las cajas.

-Terminamos- le informo.

Me acerco a él nuevamente para saludarlo y me doy cuenta de que ese muchacho tiene pinta de intelectual, pero a la vez de modelo.

Le doy un beso en la mejilla.

-Debo irme- le digo, sin querer pongo mis brazos alrededor de su cintura y le doy un abrazo, luego él me abraza a su vez y en un minuto me doy cuenta de que este abrazo ya se ha convertido en algo íntimo por la manera en que nos estamos mirando.

-Tu trabajo debe ser agotador- me comenta mientras me aprieta más contra su cuerpo.

-Amo trabajar con números- le respondo.

-Eres tan apasionada en lo que haces y tan bella- fue su respuesta, se inclinó, ya que es muy alto y me beso en los labios.

Enrede mis brazos en su cuello para acariciarle el cabello.

Él llevó sus manos más abajo hasta que llega a mis nalgas y me las masajeo mientras nos seguimos besando en ese depósito lleno de cajas.

Su lengua me daba unas suaves caricias en mis labios al mismo tiempo que se unía lentamente con la mía, cuando nuestro beso termino yo tenía las mejillas rosadas, aun así lo volví a besar, no quería separarme de su boca.

Seguimos con nuestros besos hasta que terminamos acostados en el suelo, Iván quedo encima de mí y me empezó a besar mi cuello hasta que desprendió los botones de mi camisa, yo me quite el sostén y él se llevó uno de mis senos a la boca para lamberlo.

Lo vi pasarle la lengua a ambos de mis senos mientras lo tomaba con sus manos cuando hacía esto un poco de su pelo le caía sobre sus ojos y sentí infinita ternura por ese hombre que había conocido hace unos minutos y que me estaba brindando un placer erótico digno de mis mejores fantasías húmedas.

El bajo sus manos hasta la altura de mi abdomen y ahí se dispuso a quitarme mi pantalón de jean color azul.

Me quito mis bragas lentamente y jugueteo con mi vagina hasta que me penetro con uno de sus dedos, ingresaban con total facilidad por el agujero de mi vulva, él se dio cuenta de eso y metió dos dedos más a la vez, yo deje escapar un gemido que sonó muy fuerte en el espacio del depósito, Iván me dio un beso en la vagina y con sus dedos encontró mi clítoris, me mando mucha lengua en ese punto a la vez que abría mi vagina y sus dedos volvían a estar dentro de mi.

Saco los dedos húmedos y repletos de mis jugos vaginales, luego me dio vuelta para darme una nalgada a la vez que me empezaba a meter un dedo, pero esta vez en mi trasero.

No me pude concentrar en el placer de su dedo moviéndose dentro de mi culo, pero la pasión fue multiplicada porque luego de unos segundos también sentí su cálida lengua que me invadía el agujero de mi trasero y que me penetraba con rapidez dejando saliva de por medio.

Yo le empecé a mover mi culo sobre su rostro y pude ver por el costado de mi ojo que su carita enterrada en mi trasero mientras yo me movía se veía adorable, una vez más aparecía la ternura mezclada con el placer sexual.

Cuando Iván termino de estimularme el trasero saco su pene, yo me puse en cuatro para recibir su verga. Su miembro era tan hermoso como él hasta tenía un poco de pelo del mismo color de su cabello.

No pude pensar mucho en la belleza de su pene porque de una sola embestida me había penetrado el culo y ya estaba empezando a moverse dentro de mí y dándome nalgadas al mismo tiempo.

Con cada embestida de Iván todo mi cuerpo se estremecía y mis pechos se movían al unísono de su penetración que tanto estaba disfrutando en esos momentos.

Luego de diez minutos cambiamos de posición y me empezó a penetrar mi vulva, minutos antes tenía sus dedos adentro y ahora mismo lo que tenía era su exquisita verga.

Ambas de mis piernas estaban en sus hombros, él me acariciaba mis muslos cada vez que se movía hacia adelante para embestirme.

Se inclinó hacía mi y nos empezamos a besar en la boca, sus movimientos no cesaron en vez de eso aumentaron de intensidad igual que nuestros besos.

Terminamos con los besos en el momento que yo sentí su líquido caliente en mi interior, Iván saco su verga aun eyaculando semen y eyaculo la cantidad que quedaba en mi abdomen hasta un poco en los senos.

Después del sexo nos pusimos a charlar, a conocernos un poco más y ahí fue donde he descubierto que Iván comparte muchas cosas en común conmigo, él es una persona diferente a las que he conocido en mi vida y me dije a mi misma que haría todo lo posible para no perderlo.

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