Esa experiencia que tuve con Joaquín me dejó caliente, me quedé con las ganas de ser penetrada por él.
Sin que mi marido lo supiera yo continué mandándole mensajes a Joaquín mi abogado, ya no tenía nada que hablar con él, pero seguía enviándole fotos mías y uno que otro video a lo que él hacía lo mismo mandándome su verga y videos viniéndose rico.
Un viernes por la tarde fui a visitar a Joaquín a su despacho sin que mi marido lo supiera.
Eran cerca de las siete y como era viernes ya no había casi nadie en la oficina, sólo su secretaria, que por cierto me echó unos ojos de pistola y uno que otro más.
Por ahí de las siete y media, luego de varios cuchicheos sobre la ex clienta que viene a ver al jefe, otra más, por fin Joaquín me recibió.
La verdad, aunque estaba en esos días que andas urgida de sexo, no iba particularmente cachonda, llevaba una blusa negra medio transparente, una falda corta, no mini, unas medias negras que me llegaban a medio muslo y un conjunto negro de ropa interior pequeño, como los que me gustan.
Unos minutos después de haber entrado, Joaquín les dijo a las personas que quedaban, que, si querían y no tenían pendientes, podían irse.
Lo que, por supuesto hicieron, nos sentamos uno frente al otro, en el lado del escritorio opuesto al suyo.
J: Bueno, ¿y qué te trae por aquí?
K: Nada más quería saludar, platicar, no sé, ¡la verdad recordé lo de hace un mes!
J: Ah, muy bien, ¡pues un placer, cuando quieras, ya sabes!
K: ¡Gracias!
Joaquín comenzaba a comerme con la mirada, no dejaba de mirarme las piernas, a lo que yo cruzaba al máximo para que se me viera debajo de la falda.
J: ¡Qué guapa! ¿A dónde vas? ¿A romper corazones?
K: No, ningún plan.
J: ¿Y tu marido?
K: Le dije que iba a cenar con unas primas.
J: ¿Andas de traviesa?
K: ¡Jajá, tal vez!
J: ¡Te ves muy bien de negro! Linda blusa, ¡bonita falda!
Cuando lo dijo comenzó a acariciarme las piernas, sus manos llegaban hasta mis muslos, yo lo miraba fijamente, ¡casi retándolo para hacer algo más!
K: ¿De veras le gusta?
J: ¡Ábrete un poco más la blusa!
Así lo hice, desabotonando un botón más y él acariciaba mis piernas subiendo cada vez más sus manos; las separó y se acercó a mi entrepierna- Qué ricas medias, ¡muy sexy –yo estaba ardiendo!
K: ¡Mmm!! ¡Que rico acaricias!
J: ¡Ábrete la blusa!
¡Me dijo cuando al fin rozaba con sus dedos mi panochita sobre el panty!
K: ¡No he dejado de pensar en lo de la vez pasada!
J: ¡Lo se mami, yo te he dedicado miles de chaquetas, imaginando que te penetro!
Joaquín empezó a besarme el cuello, sus manos palpaban mi húmeda vagina que reaccionaba al sentir sus dedos palpar, como buen líder comenzó a darme de ordenes!
J: Levántate la falda, ¡quiero ver tu tanga!
Yo obedecí a Joaquín, levantándome mi falda y mostrándole mi tanga de encaje negra, ¡húmeda por mi calentura!
J: Muy bien, muy bien, ahora quiero que te masturbes, ¡quiero ver cómo te dedeas!
K: Hágalo usted!
J: Mastúrbate, acaríciate la conchita, ¡siente cómo te mojas!
Bajé la mano hacia mi tanga y empecé a acariciarla poco a poco, la creciente excitación llevó mi mano y fue delicioso, ¡Estaba ardiendo!
J: Así, muy bien. ¡Te ves riquísima!
K: ¡Mmm!! ¿Le gusta? ¿Así? ¡Ay qué rico!
J: Métete la mano a la tanga, tócate, siente tus vellos, tu sexo, ¡siente lo caliente que estás!
K: ¡Ay, qué delicia, mmm! te quiero adentro, por favor!
J: Quiero que te vengas primero, acaríciate las tetas, los pezones, pellízcalos.
K: ¿Así? Ay, ¡qué rico!!
J: Me la pones bien duro, ¡que rica puta eres!
K: ¡Si, te quiero dentro, sentir tu dureza, por favor!
J: Claro que te la voy a meter, ¡zorrita!
Se puso de pie, se paró a mi lado y le bajé el cierre del pantalón, le acaricié un poco el palo que ya estaba enorme y durísimo, se lo saqué y mientras me lo metía a la boca para mamársela, él se inclinó un poco y me masturbó.
Mientras sus manos entraban en mi húmeda vagina yo me tragaba su delicioso y duro pene, me ahogaba, sentía que no podía más, no tardaría mucho en tener mi primer orgasmo.
K: ¡Ah!!! ¡Que rica la tienes, uhm, ah!!
J: Estás hinchadita de la panchita, ¡qué rico…así, mámamela como sabes!
K: ¡Ay sí, que rica verga, uhm, ah, si así!
J: Te encanta que te dedeen, ¿verdad, zorrita? Agárrate las tetas. ¿Te vas a venir?
K: ¡Sí, papacito, que rico, uhm, ah, que rico!
J: ¡Vente, vente, zorrita, así, rico!
No pude más y empecé avenirme expulsando chorros de placer, ¡me retorcía como gusano gemía y jadeaba mientras él me besaba las tetas y probaba mi elixir!
Cuando acabé, me puso sus dedos mojados de mí, en la boca y los chupé, después me sentó en el escritorio, me besó, me acarició las piernas hasta llegar a la cadera, me acarició con fuerza las nalgas, me agarró las tetas con la misma fuerza, me las descubrió, me subió la falda hasta la cintura, se hincó, me olió sobre mi tanga, luego me lamió la parte interna de los muslos hasta llegar a mi entrepierna, hizo a un lado la tanga y la acarició con la lengua delicadamente, eso fue riquísimo.
Joaquín me tenía a mil, me lamia como experto, que rico, sé que mi marido no me lo perdonaría, pero quería entregarme a Joaquín, él tenía algo que me dominaba, por eso estaba en su despacho como una vil puta!
J: ¡Hueles riquísimo!
K: Ay, doctor, qué rica lengua, sí, sí, sí
¡Me recosté en el escritorio para que pudiera lamerme más!
J: Tienes una panochita deliciosa, quiero que acabes en mi boca, ¡preciosa!
Me agarró las piernas para acercarme más a él y yo apreté su cabeza contra mi conchita, acariciándole el cabello, su lengua era rápida, mi clítoris esta estimulado al máximo, no resistirá más, nos e que pasaba, ¡pero Joaquín me tenía a mil!
K: ¡Si, no pares, uhm, no pares!
J: ¡Que rica! Qué envidia le tengo a tu esposo, ¡él te puede comer diario!
K: ¡Me voy a venir, ah!
J: Si, hazlo en mi cara, uhm, ¡hazlo!
K: ¡Ya no puedo más!!! Agh!!!
Expulse fluidos como nuca fluidos que Joaquín recibió gustoso abriendo la boca y empapándose de ellos, mi segundo orgasmo fue mejor que el primero, pero ya quería tenerlo dentro, a eso había ido, ¡quería ser su puta enteramente!
K: Ay, qué delicia, cójame, ¡por favor!
Se puso de pie, se quitó la corbata, la camisa y se bajó los pantalones, ¡mientras yo seguía suplicándole que me cogiera!
J: ¿Quieres que te la meta
K: ¡Sí Joaquín!
J: ¿Quieres que te coja?
K: Sí, cójame, métamela, ¡por favor!
J: ¿Quieres verga?
K: Sí, métamela, ¡métamela por favor!
J: ¡Ahí te va, zorrita!
Empezó el bombeo, primero me sostuvo las piernas en sus brazos, ¡después me las soltó y con unas tijeras me cortó el brasear para poder ver cómo se bamboleaban mis tetas mientras me la metía!
Me la metía riquísimo, yo jadeaba y le pedía más, que rico era tenerlo dentro, ¡finamente estaba cumpliendo mi objetivo!
K: ¡Mmm! qué rico, así, cójame, cójame, ay qué rica verga tiene, sí, métamela duro, así! ¡ah, ah!!
J: Te gusta la verga, ¿verdad? Te encanta que te la metan, ¿verdad, cabroncita?
K: Sí, me encanta coger, me fascina que me la metan…me encanta la verga, ay, así, así ¿le gusta cogerme?
J: Claro, que sí, ¡putita!!
K ¿Verdad que soy su puta favorita? ¿Verdad que cojo más rico que sus secretarias?
Le decía esas palabras mientras Joaquín me daba enterito su pito, ahora lo cabalgaba, el me manoseaba enterita, apretaba mis nalgas, ¡mordía mis tetas que rica cogida me estaba dando!
J: Te la quiero meter por atrás, zorrita. Voltéate!
Me acosté boca abajo con mis piernas apoyadas en el suelo me levantó la falda, y mientras me movía la tanga para poder metérmela.
Joaquín me babeó mi ano y comenzó a meterla con suavidad, mientras apretaba mis nalgas y escurría su saliva!
J: Pues vas a tener que seguir dándomelas, cuando y como yo te diga, ¡putita… obediente, buena y bien puta!
Joaquín me penetraba salvaje, me la metía hasta que mis nalgas chocaban con su pelvis, me dolía mi culo, pero quería ser entierrada por él.
K: Me encanta su verga, así, así, papito, ¡qué rica la tiene!
J: Me encanta tu culo, qué nalgas, me fascina cómo lo mueves, cómo andas de coqueta buscando reata. No sé cómo tu marido no se da cuenta de lo puta que eres. ¿Verdad que eres una puta?
K: ¡Sí, soy una puta!!
J: Le pones el cuerno a tu marido con sus amigos, ¿verdad?
K: Sí, ¡me fajan y me cogen sin que él sepa!
J: ¡Me voy a venir!!
K: Sí, deme su lechita, ¡démela!!
J: ¡Ah!! Qué culo, tienes chamaca, esto querías, ¿verdad? Querías coger, zorrita.
K: Sí, papito, sí, quería que me la metieras, así, así… vente, ¡dame tu lechita!
J: ¡Ahí te va!!
K: Sí, sí, ay, ¡qué rico, sí, papito, échame toda tu lechita!
J: ¡Ay, me encanta ver mi leche en tus nalgas!
K: ¡Se siente delicioso!
Me untó su esperma en mis nalgas con su verga, después se sentó en una de las sillas y yo me hinqué frente a él y se la mamé un poquito a ver si quedaba algo…
J: ¡Golosa la niña!
K: Bastante, ¿le molesta?
J: No, chupa todo lo que quieras, qué rica boquita.
Terminé por succionar hasta la última gota de semen, el quedo en su silla des lechado y sonriendo.
Me tomo unas cuantas fotos y bromeo diciendo que las enviaría a mi esposo, me senté en él y nos besamos apasionadamente.
Me levante y me fui a asear, Joaquín se vistió y se ofreció a darme un aventón el cual acepte ya que eran casi las 10 de la noche.
Al llegar a casa mi marido me reclamo por llegar tarde, pero no me importo, finamente había cogido con Joaquín y valía la pena esa discusión.
Kali