En Argentina hay un lugar gay muy conocido por el “gremio” llamado Tetera… sería cualquier lugar público (baño o parques oscuros) donde se hacen cositas deliciosas).
Yo soy de Villa Urquiza, me gusta correr, y el parque Sarmiento es un gran aliado para el deporte, frente al parque hay una estación de servicio. Siempre había leído por internet que pasaban cosas en ese baño y después de años se me ocurrió ir a averiguarlo.
Primero, después de correr, fui a comprar una bebida y cereal, y me senté cerca del baño a consumirlo. Veía entrar pibes pero tardaban en salir así que imaginé ya la fiesta ya empezó, eran las 6pm, Los autos de la gral Paz se detenían, muchos solo “consumían” del baño.
No me decidía entrar, un poco por vergüenza, otro por timidez, era la primera vez que iba a una tetera. En eso veo que ingresa al negocio un pibe maso de mi edad (25 años en aquel entonces) ciclista, con unas calzas, que solo me incitaron a mirarle el culo. No pude ni dejar de mirarle el orto, ni siquiera lo disimulé. Me miró sonrió y se metió al baño. Junté valor y fui tras él. En el baño había hombres en el mingitorio meando, y en los cubículos había más de uno.
Me puse al lado del pibe de las calzas, no deje de mirarlo, mientras yo tenía la verga en la mano deslizando mi mano, se me empezó a parar. Me miró y luego mi verga, se desocupó un cubículo, me hizo seña y nos fuimos.
Sin besarnos se agachó y me empezó a mamar (así funcionan las teteras parece) Me la chupaba de rico, yo tenía el moco en la punta de mi pija, no quería soltarla rápido. Lo levanté y lo di vuelta. Él ponía la cola hacia atrás, mientras se ponía saliva, mientras me calzaba el forro, luego escupí a la punta de mi chota (hinchada como pelota) y presioné sobre su culo y entró. Estábamos tan caliente que entró rápido. Sin dolor en esa cola rota, empecé a bombear con fuerza y una rapidez, veía como esa cola depilada se comí mi choto con una agilidad. Era muy flaquito y estaba totalmente lampiño, cola blanca leche… Leche como la que le iba a escupir. Cuando ya estaba por acabar, le pregunté si se la podía dejar en la boca, todo esto mientras me lo seguí garchando nalgueando y agarrándole del pelo. Estaba tan caliente que accedió.
Cuando no aguanté más, saqué la verga, me saqué el forro, lo empujé con la cabeza y abrió la boca, le empecé a dar leche tibia del pico. Le dije que quería la verga limpia como la encontró. Así que me sacó hasta la última gota.
Me levanté los pantalones, y limpié un poco. Al salir vi que todo seguía igual. Yo me lavé un poco y antes de salir vi que el ciclista fue a los mingitorios, se ve que quería más guerra. Nunca más volví a ir, pero esa experiencia con el ciclista fue bárbara, no sé su nombre, ni nada de él, pero es un momento que no olvidaré.