Soy maestro de preparatoria en una preparatoria de la ciudad. Trabajo con los que cursan el tercer grado y que están a punto de irse a la universidad.
En una ocasión un grupo de chicas me invitó a comer pizza en un lugar cercano a la prepa. Asistí con la intención de solo hacer acto de presencia y no rechazar la invitación. Así que llegue al restaurante al norte de la ciudad. Ahí estaba todo el salón bebiendo, bailando y pasando un rato agradable. Cuando llegue, inmediatamente me abordó Ashley, una alumna que siempre se arreglaba mucho, era muy bonita y además agradable. En cuanto me vio se me acercó y me dijo:
–Hoy si vas a bailar conmigo, verdad?
–Por supuesto que si Ashley.
Al acercarse a saludarme con un beso y un abrazo pude percibir el aliento alcohólico que ya traía.
Le pedí que me permitiera saludar a todos. Yo no bebo alcohol, así que me serví un refresco, después de darle el primer trago ya tenía a Asher pidiéndome que bailáramos, así que accedí y fuimos a lo que habían acondicionado como pista de baile en el jardín. Estuvimos durante un rato bailando mientras platicábamos.
Ashley bailaba de una manera muy sensual, con movimientos muy cachondos mientras me miraba de una manera poco usual, lo cual me incomodo un poco por estar en un contexto donde tengo que guardar una cierta compostura. Así que le dije que quería beber algo, nos acercamos a la barra y pedí otro refresco.
Algunas de sus compañeras se acercaron a saludarme y a platicar conmigo. Ashley un poco más ebria -le encantaba beber Smirnoff de Tamarindo con Sprite- hacia bromas de que ella venía conmigo y que se calmaran si me querían hacer algo por que yo tenía pareja esa tarde. Me abrazaba y me decía que yo era su pareja esa tarde. Las amigas hacían bromas diciéndome que ya había ligado. Algunas más atrevidas hacían bromas diciendo que si se iban con nosotros y hacíamos un trío o una orgía donde yo solo fuera el hombre. Yo entraba a la dinámica cuidando mis comentarios. Más tarde alguien propuso que pagaramos la cuenta y fuéramos a un bosque cercano, el Bosque de Tlahuac. Accedimos gustosos y fuimos a ese lugar.
Cuando ya estaba anocheciendo comenzó a llover. Sin protección alguna el agua caía sobre nosotros, lo que fue usado para jugar y festejar el hecho. Decidí regresarme porque ya estaba completamente empapado, además de que ya era noche y regresar hasta mi casa con lluvia era un tanto peligroso. Así que me despedí de algunos porque una gran mayoría ya estaba perdidos en el bosque fajando, algunos imagino que cogiendo. Asher me pidió que le diera un aventón, así que comenzamos a caminar en el bosque de regreso a donde había dejado estacionado mi coche. Durante el trayecto se soltó nuevamente la lluvia mucho más fuerte, por lo que tuvimos que resguardarnos bajo la entrada de una casa en construcción. En un momento Ashley me dijo que tenía mucho frío y se acercó a mi para que la abrazara, y así lo hice. La abracé mientras ella metió su cara bajo mi cuello. Asher es una mujer hermosa, delgada, con unos senos pequeños pero bien formados que se podían adivinar a través de la ropa, unas piernas largas, delgadas y muy bien torneadas, y un par de nalgas redonditas y paraditas. Ella es muy bonita, cabello negro, una sonrisa encantadora. Sentir sus tetas como las pegaba en mi cuerpo, hizo que la verga se parara.
–"Hueles muy rico." Me dijo.
–¿Te gusta?
–Si me encanta, hasta me dan ganas de darte una mordida en el cuello.
–No porque me dejarías una marca y se iba a ver muy mal.
–Y si no te dejo marca ¿me dejarías morderte?
–¿Y cómo piensas hacerle para no dejar marca?
Sin decir nada comenzó a mordisquear mi cuello con sus labios, lo que inmediatamente hizo que la verga se me parara aún más. Ella lo sintió por que inmediatamente bajo su mano y comenzó a sobarla sobre el pantalón.
–Que tienes aquí?… mmm… que rico paquete.
Sin decir nada más comenzamos a besarnos. Nuestras lenguas se entrelazaron mientras la acercaba a mi para que sintiera mi fierro parado en su panocha. La jalaba de las nalgas subiéndola y bajándola restregando su pepa en mi chile bien parado. Tomé sus grandes tetas entre mis manos y comencé a darle un rico masaje mientras nos seguíamos besando. Le dije que nos fuéramos de ahí porque alguien que decidiera regresarse nos podría ver. Yo ya iba con la verga escurriendo. Llegamos al coche nos subimos y tomé rumbo a su casa. Al encontrar una vereda, metí el coche ahí donde nadie nos viera. Apagué el coche y comenzamos a fajar nuevamente, comencé a sobarle la panocha sobre el pantalón mojado mientras subí su playera y bajé su brasier para dejar ver un par de melones deliciosos, tal como los había imaginado, con el pezón hinchado por el frío y por la mamada que comencé a darle, ella solo suspiraba.
–Que rico. Ahhh…
Le desabroché el pantalón y me detuvo diciéndome que le estaba bajando. No continué ya que no quería incomodarla. Ella desabrochó mi pantalón para dejar salir mi verga que ya estaba sumamente hinchada de la excitación, la cabeza estaba empapada de rica miel.
–¡qué linda verga tienes! exclamo.
La tomo con su mano y comenzó a chaqueteármela, subía y bajaba con su mano, mientras con la otra tomaba mis afeitados huevos y los sobaba. Recliné mi asiento para que pudiera hacerlo mejor. Me estaba masturbando muy rico. Yo solo veía su cara clavada en mi verga.
–Tienes un pito hermoso ¿puedo?
–Por favor.
Pasó su lengua por todo el tronco de mi chile, lo que hizo que el cuerpo se me enchinara. Con la punta de su lengua comenzó a sobarme el frenillo, estaba a punto de enloquecer. De pronto la metió a su boca y comenzó a succionarla de una manera colosal, subía y baja apretándola entres sus labios, cuando la sacaba succionaba muy fuerte lo que hacía que sintiera que se me iba el alma. Bajaba a mis huevos y los lamía y succionaba. La volvió a meter en su boca y comenzó a mamar cada vez más rápido y fuerte. No aguanté mucho y me vine en un torrente de mocos dentro de su boca. Ashley no dejo escapar ni una sola gota de mi leche. Los dejo en su boca y se los pasó. Nos dimos un rico beso agradeciéndonos mutuamente ese rico momento. Ya de regreso por la carretera platicamos de lo sucedido.
–Que rica verga tienes, sabe muy rica; tu leche también es muy rica. Me encantaría sentirla dentro de mi, pero no así como estoy ahora.
–Tú me dices cuando y yo encantado de metértela.
–Que te parece mañana saliendo de la escuela? Le digo a mi tía que iré a comer a la casa de Camila y que después iremos al cine, y así tenemos toda la tarde y parte de la noche para estar juntos. ¿Cómo ves?
–Me parece perfecto.
La llevé a su casa y antes de bajarse nos dimos un rico beso con lo que sellamos nuestro trato de vernos al otro día.
Al día siguiente era viernes. Ashley vestía un vestido de una sola pieza color rosa con filos negros, unos zapatos altos de color negro, se veía hermosa. Muchos alumnos no asistieron debido a la fiesta de un día antes. Habíamos acordado vernos en un parque cerca de la escuela para de ahí irnos, ya que si nos íbamos juntos desde la escuela despertaríamos sospechas. Al terminar las clases me enfilé al parque y ahí estaba Ashley esperándome, se subió al auto y me dio un beso en la boca. Fuimos a un restaurante italiano a comer. Ella se tomó un par de copas de vino tinto durante la comida, lo que la desinhibió un poco. Al terminar de comer me dijo:
–Tengo ganas de un postre. Algo así como de un plátano con mucha crema. ¿Me podrías complacer con ese antojo que tengo?
–Claro, solo que el plátano te lo tengo que dar en otro lado.
–Ah si, ¿en dónde?
–En un lugar donde no nos vean porque se les puede antojar, y si se les antoja les vas a tener que convidar.
–No, ese plátano lo quiero solo para mi.
–Ok, entonces vámonos para que te de ese rico postre.
–Mmmm no solo se me hizo agua la boca, sino que también mi panochita se hizo agua.
Pagué la cuenta y nos dirigimos a un hotel a las afueras de la ciudad. Durante el camino Ashley me fue sobando la verga sobre mi pantalón. Cuando llegamos ya traía toda mi verga bien parada. Ya dentro de la habitación ella se metió al baño, mientras yo me senté en uno de los sillones. Cuando salió casi me voy de espaldas. Salió del baño sin el vestido solo con un coordinado color rojo. Una tanga de encaje de las que se amarran de las caderas y un brasier transparente que dejaba ver sus hermosas tetas, los zapatos altos hacían que sus ricas nalgas se levantarán más. Camino hacía a mi con pasos muy sensuales.
–¿Te gusto? Preguntó.
–Si, estas hermosa.
Se dio una vuelta para que viera sus nalgas. Tenía unas piernas muy bien torneadas. Se agachó recargándose en los posa brazos del sillón que estaba frente a mi y haciendo a un lado la tanga abrió sus nalgas.
–Mira mis hoyitos. ¿Quieres ver como se mojan?
–Me encantaría.
Se sentó frente a mi y subió una pierna en el descanso del sillón, hizo a un lado la tanga y comenzó a dedearse. Comenzó a sobarse su clítoris con la yema de sus dedos de forma circular y a meter sus dedos dentro de su conchita. El sonido de sus dedos entrando y saliendo era demasiado cachondo. Con sus dedos abrió sus labios para dejarme ver su rica cuevita.
–Mira como se está empapando.
Cuando saco sus dedos, un hilo de miel color perla comenzó a escurrir de su panocha, bajando y acariciando su culo. Me saqué la verga que ya estaba bien parada y comencé a chaqueteármela.
–Mmmmm Mira que rica se te puso la verga. ¿Me la vas a meter toda?
–¿Quieres que te la meta?
–Si, quiero sentirla dentro de esta panochita caliente y mojada.
–¿La quieres toda adentro?
–Si, quiero que la metas hasta el fondo hasta que tus huevos choquen con mi culo mmm… Ayer en la noche que me dejaste; me bañé y me dí una dedeada muy rica pensando en tu rica verga y lo fabuloso que debe ser sentirla toda dentro de mi.
–Ahorita la vas a sentir.
–No te gustaría probar primero el sabor de mi panochita.
–Si.
Sacó sus dedos empapados por sus jugos y embarró sus labios y su lengua con ellos.
–Ven y pruébalos de mis labios.
Me acerque y nos dimos un rico beso donde compartimos ese sabor acre de sus jugos con nuestras lenguas, lo que hizo que la verga se me parara más. Ashley tomo mi verga y comenzó a chaqueteármela mientras nos seguíamos besando. Se acercó y la metió toda a su boca. Comenzó a darme una rica mamada de verga, la chupaba como desesperada. Mientras yo parado frente a ella quien seguía sentada en el sillón levanté el brasier para meter mis dedos entre sus tetas.
–Que rica verga, me dejó pendeja ayer. Jamás había mamado una verga así de rica.
–Mámala chiquita es toda tuya.
–¿Si? La quiero solo para mi.
Por momentos la tomaba entre sus labios y la chupaba fuertemente. Con sus dientes le daba ligeras mordidas a la cabeza, para después volverla a meter a su boca y seguir succionándolas fuertemente. Con la punta de su lengua acariciaba el frenillo lo que hacía que sintiera un escalofrío en la espalda. Volvía a poner mi verga en sus tetas restregándola contra sus pezones, con mi chile acariciando esas dos ricas tetas. Por momento bajaba a mamar las tetas que estaba llenas de saliva y de jugos de mi chile, mordía ligeramente sus pezones que ya estaban muy duros, mientras le metía el dedo dentro de su panocha. Saqué mis dedos empapados de sus jugos y se los di para que los probara. Fui bajando y levante sus piernas. Haciendo a un lado su tanga comencé a darle una rica mamada de panocha. Con la punta de mi lengua jugaba con su hinchado clítoris que escurría. Lo tomaba entre mis labios y lo succionaba al mismo tiempo que con la punta de mi lengua le daba masajes de lado a lado.
–Uy así, así, que rico.
–Te gusta?
–Si , no pares, no pares por favor.
Asher se arqueo y comenzó a temblar mientras su panocha comenzó a escurrir chorros de leche mismos que recibía en mi lengua.
–Ahhhh que rico nadie me había hecho sentir esto. Me vuelves loca, que rico.
La levanté y la lleve a la cama dejando su cabeza colgando en el filo, así, ella boca arriba con la cabeza colgando le di a mamar nuevamente mi verga mientras yo me recosté sobre de ella para seguirle mamando su panocha. Así como estaba, Daniela me chupaba los huevos a su antojo. Nos giramos y quedamos en un rico 69 donde comencé a mamarle su culo mientras con mi dedo jugaba con su clítoris, lo que hizo que ella gritara de placer.
–Uy si, que rico, sigue así, así, así, sigue que me voy a venir de nuevo.
Era tanta su calentura que ella levantó mis piernas y comenzó a lamerme el culo, lo que hizo que viera estrellitas y me viniera a chorros en su cuello y espalda, al mismo tiempo que gritaba y se viniera como si estuviera orinando. Nos quedamos recostados extasiados. Daniela se limpió mi leche que había caído en su cuello y hombros y lo lamió.
–Que rica venida, nunca me había venido así. Nadie me había hecho sentir esto. Nadie me había dado una mamada en el culo, que rico, me dijo.
Yo sentía muy rico. La verga la tenía al máximo, muy hinchada y escurriendo. Sabía que me podía venir en cualquier momento. Ella se levantó y se dirigió a al tocador. Se puso de espaldas hincada sobre el banco del tocador e inclinándose hizo de lado su tanga que aún traía puesta dejándome ver sus dos hoyitos. Mirándome me hacía señas con su dedo para que fuera donde estaba ella. Me acerqué con la verga bien parada y le di una nalgada.
–Ouch que rico. Dame otra.
Le di otra nalgada más fuerte con la que Ashley paró más las nalgas.
Le daba una serie de nalgadas y con mi verga bien parada le sobaba donde la había pegado. Le embarraba mi verga por todas sus nalgas.
–Métemela papi, métemela por favor, ya no aguanto más.
Puse la hinchada cabeza de mi verga en la hendidura de su panocha y le di unos brochazos de arriba hacia abajo.
–Ahhh ya déjamela ir.
Se hacía para atrás queriéndose ensartar mi verga, pero yo retrocedía impidiéndole que la metiera. Le ponía la puntita y empujaba un poco.
–Ya no me hagas sufrir.
–Pídela, pídeme que te meta mi verga, pide ser cogida por mi chile.
–Por favor, cógeme con esa rica verga.
Cuando decía eso le dejé ir toda mi verga de un solo golpe hasta adentro. Ella solo reculo y levanto la cabeza.
–Uy si, que rica verga tienes.
La tomé de los cabellos jalándola hacía mi y comencé a bombearla fuertemente mientras le metía un dedo en el culo. Escuchaba como nuestros cuerpos chocaban generándose un rico sonido. Su panocha comenzó a escurrir sus jugos empapándome los huevos y mi pelvis. Que hermosa se veía mi verga entrando y saliendo de su rica papaya, mientras esta la llenaba de esos juguitos blancos. El olor que despedía su jugosa panocha era encantador. Del movimiento de mis bombeadas su tetas se movían de atrás hacia delante. Por momentos las tomaba con la mano que tenía libre, ya que con la otra le seguía jalando el cabello y las apretaba para apoyarme y empujar toda mi verga hasta adentro. Por momentos sentía como mi verga pegaba con su matriz.
–Ay ay ay, así cógeme, así, así, así cógeme.
Saqué mi verga y la hinque para que la chupara. Ashley estaba poseída, tenía los ojos en blanco chupando mi verga.
–Vuélvemela a meter por favor.
La subí a la cama y le levante las piernas para hacerle a un lado la tanga roja que ya estaba empapada de nuestros jugos. Golpee su panocha con mi verga y se la dejé ir de un solo golpe. Ashley solo gritaba cada que recibía mi verga dentro de ella. La tomaba de las caderas y la subía y bajaba mientras tenía mi verga dentro. Subí una pierna sobre el colchón para poder apoyarme mucho mejor y poder meterla hasta el fondo.
–Huy que rico, eres buenísimo. Ayer que me metía los dedos pensando en ti, me imaginaba que así me cogías sigue, sigue cogiéndome así, métela toda hasta adentro.
El mete y saca de mi verga en su panocha hacia un ruido muy cachondo de sus jugos y los míos. Podía sentir con perfecta sensibilidad como cerraba sus paredes vaginales y acariciaba el tronco de mi chile.
Me acosté boca arriba mientras Ashley se montaba en mi para recargar sus labios vaginales en mi verga parada que descansaba en mi abdomen, sobando todo la base de mi parada verga con sus labios. Ella se movía de atrás para adelante rozando su clítoris con mi chile. Sentía como empapaba mi verga con sus jugos que no dejaban de brotarle de su pepa que estaba hirviendo. Paro las nalgas para clavarse mi verga de un solo sentón en esa papaya que seguía pidiendo verga a gritos.
–Huy que rico, siento que me va a partir en dos. La siento hasta el ombligo.
Ashley comenzó a mover las caderas de arriba hacia abajo dándose unos ricos sentones en mi hinchada verga como si quisiera acabar con ella.
–Huy que rico siento tu verga.
–Siéntela, siente esta verga, ve como me pones, ve como me excitas…
La tomé de las caderas para ayudarle a subir y bajar empujándola hacía abajo cada que se ensartaba mi chile en su papaya y de ese modo le llegara hasta el fondo. Sentía como sus jugos empapaban hasta mi abdomen, mis ingles, y como sus jugos escurrían por mis huevos hasta mojarme el culo.
Nos giramos quedando ella abajo, por lo que la tome de los tobillos para abrirla en compas y bombear fuertemente dentro de ella. Cada que la empujaba fuertemente sus tetas se agitaban creando una danza muy rica. Asher apretaba mi verga con sus paredes vaginales lo que me generaba una mayor sensación placentera en mi chile. El ver como su panocha acariciaba mi verga en cada metida y sacada hizo que no aguantara mucho y sacando mi verga de su panocha me vine en sus ricas tetas y boca de Asher.
–Ahhh que rica esta tu leche, me encanta comerla.
La leche que quedó en sus tetas Asher la tomo con sus dedos y se la metió a la boca para devorarla. Tomo mi verga y la succiono fuerte para no dejar ninguna gota de mi leche dentro de mi pito. Nos tiramos en la cama exhaustos por tan rico palo. Después de descansar un rato nos metimos a bañar donde continuamos con el cachondeo. Mientras nos enjabonábamos el cuerpo Asher se hincó para mamarme la verga mientras me metía un dedo en el culo, lo que hizo que la verga se me pusiera tiesa de nueva cuenta. Por lo que la puse de pie para recargarla de frente a la pared, levanté sus nalgas y se la deje ir por el culo llenando mi verga de lubricante a base de agua. Cuando le entró la punta Asher reculó y lanzó un grito, por lo que me quedé quieto para que su culo se acostumbrara al grosor de mi chile. Una vez que se acostumbró fue ella misma quien comenzó a hacerse para atrás lentamente comiéndose toda mi verga. Por lo que comencé a moverme de atrás hacia delante lentamente para no lastimarla ya que quería que gozara tanto por el culo como gozaba por la panocha…
–Huy! que rico, que sensación más deliciosa. Sigue moviéndote así de rico, sígueme cogiendo por el culito.
–¿Te gusta, te gusta cómo te culeo?
–Si, me encanta tu vergota en mi culo, dame verga por el culo, ahora si soy toda una putota porque me gusta la verga por la cola.
Mientas la bombeaba con mi mano sobaba su hinchado clítoris haciendo que Asher se pusiera mucho más caliente.
–Así, así, culéame así, culéame…
Comencé a acelerar los movimientos de mete y saca que combinados con la estreches de su culo hicieron que me viniera de nueva cuenta pero ahora dentro del culo de Ashley. Descargue rico chorros de leche en el intestino de Asher quien a partir de ese momento se convirtió en mi novia. Cuando ese día terminamos, ya era de noche, por lo que nos bañamos y llevé a Ashley a su casa.
A partir de ello surgió un gran amor, pero eso es ya parte de otra historia.