Bueno a continuación les escribo un pequeño relato de como comenzó todo con la que en ese tiempo se convirtió en mi esposa, lo que les voy a relatar sucedió hace 19 años, en esa época ella contaba con 18 años y estaba cursando el grado 11, resulta que yo vivía solo y ella por problemas personales quiso irse de la casa y se fue a vivir conmigo.
Entre los dos todo muy normal y como pareja nos entendíamos muy bien, algo que me llamo mucho la atención y me agrado mucho era lo picara que era ya que le gustaba provocar y sentirse deseada, le gustaba usar la falda muy corta y a veces me pedía que la dejara irse sin ropa interior, al principio no fue fácil, pero me arriesgue y no me arrepiento de eso porque desde ese momento comenzó un juego muy apetecido por muchos, y lo mejor era cuando salía del colegio y me comentaba todo lo que había visto y me contaba lo que le había sucedido.
Esas tardes eran de mucho sexo y muy placenteras, me contaba que subiendo las escaleras se daba cuenta como la espiaban, que al sentarse en la silla dejaba ver más de la cuenta y hasta con amigas se iban al baño y hablaban de esas locuras.
Todo esto me dio pie a seguir cada vez más y cada día me daba cuenta que dejar que mi novia se exhibiera, provocara a mas muchachos, y se sintiera mucho más deseada era muy placentero, y lo mejor es que solo estaba para mi en la intimidad.
Los días pasaban y cada vez se arriesgaba mucho más, íbamos a centros comerciales y le compraba ropa muy chiquita, hilos casi imperceptibles, mini faldas muy cortas, vestiditos cortos, escotados y a veces medio transparentes.
Ya los juegos pasaban a irse adelante sola para yo poder ver lo que ella mostraba y ver quién y cómo la miraban, cuando se agachaba sin pudor, cuando subía las escaleras, y una de las cosas que más me gusto en esa época fue como provocaba a los vendedores de zapatos cuando ella iba a probarse zapatos o botas y al alzar la pierna o separarlas para que le abrocharan los zapatos o se los ayudaran a colocar dejaba ver sus hilos pequeños o cuando no se ponía nada dejaba ver todo su esplendor. Lógicamente cuando llegábamos a la casa lo hacíamos muy rico hablando de todo lo sucedido y lo que le gustaba y lo que no.
Para no cansarlos lo dejaré hasta acá y pronto seguirán los relatos hasta que lleguemos a la actualidad.
Esperamos sus comentarios.