Soy un hombre de 35 años y tengo mi pareja. Vivimos hace 4 años, ella tiene su madre, Ema de 56 años y es viuda.
Mi pareja es enfermera, su madre vive con dos de sus hijos que son médicos a tres cuadras donde yo vivo y la madre de mi mujer es adicta al alcohol. Ema es una mujer de 1.70, tiene buen cuerpo para su edad, pero le gusta beber.
Todo empezó con esta cuarentena, mi mujer tuvo que viajar a pueblos cercanos junto a sus hermanos y se pierden 3 o más días. Mi mujer me llamó pidiéndome que vaya a ver a su madre, porque la llamaban y no respondía. Llegué a casa de mi suegra y Ema estaba sentada, con fuerte música y bebiendo sola. Me miró, me abrazó, me invitó a una copa y me preguntó del porqué de la visita. Le dije que sus hijos la estaban llamando y que ella no respondía y por eso fui a verla. Luego llamé a mi mujer y la dije que su madre estaba ebria, a lo que mi mujer me pidió que ese día no la dejara sola a su madre porque podía salirse a la calle a buscar bebidas y le pasara una desgracia. Acepté quedarme en casa de mi suegra, me invitó unas copas, tomé unas 5 o más, después le dije que durmiera y ella aceptó. La acosté en la cama y si quería podía poseerla, porque estaba bien ebria e inconsciente. Me contuve porque eso estaba mal y me fui a dormir al otro dormitorio de su hijo.
Me desperté temprano para hacer el desayuno, pasé por su dormitorio que estaba la puerta un poco abierta y vi algo que no me esperaba. Ema se estaba masturbando. Me toqué la pija, pero fui preparar el desayuno y luego la llamé para que desayunara. Hablamos y me pidió disculpas por lo acontecido, a lo cual le dije que no era problema. Sus hijos llegarían al mediodía y me fui.
Luego sus hijos y mi mujer me pidieron un favor. Que cuando ellos estén de viaje, me quede en casa de mi suegra para verla y que no beba. Acepté el pedido y llegó el día que tenía que ir a casa de mi suegra. Les dije que iría a las 7 de la noche. Cuando llegué mi suegra estaba bebiendo, le dije que parara y que se duerma. Mi suegra me pidió que solo unas copas, que hablaríamos y le dije que sí. Me invitó un vaso, hablamos de muchos temas, hasta que llegamos al tema de que ella se sentía muy sola, se amargó y se puso a llorar. Le traté de consolar, le dije que es hermosa, que es joven y que muchos hombres estarían dispuestos a estar con ella. Le hablé buen rato de todos los afectos que tenía, hasta que me dijo que necesitaba un hombre hasta para la cama, ahí me introduje al tema, le pregunté cómo y cuándo tiene esos deseos:
Ema: tengo deseos cuando estoy ebria y cuando me despierto después de haber bebido.
Y seguíamos bebiendo.
Yo: que haces cuando estas con ganas y como llegas a satisfacerte.
Ema: nada, me aguanto
Pensé en esa mañana cuando la vi masturbándose, me preguntaba, la digo o no, me daba miedo y le dije.
Yo: sabes ese día antes del desayuno te vi masturbándote -y se sonrojó, se rio.
Ema: no te creo y porque me viste, te pasaste, que vergüenza.
Yo: pero es normal y aparte a quien haces daño, yo también lo hago a veces.
Luego cambió de tema, diciéndome que si de verdad era hermosa, a lo que yo le dije que si era hermosa y que no se vestía adecuadamente y sexi.
Y seguíamos tomando.
Quería hacerla mía, pero no sabía cómo empezar, porque es mi suegra y seguía dándole bebida. Pensé, le volví a hablar del tema de que como se masturbaba y le dije, si veía porno y me dijo que no. Luego le dije que hay páginas en internet para verlas y le pregunté “quiere verla” y me dijo “no sé”. Luego le mostré y vimos un video. Se entró a la cama, se tapó, me dijo “sírveme un trago”, la serví, me acerqué y ahí le pregunté “¿no estas excitada?”.
Ema: te pasas como me vas a decir eso soy tu suegra
Yo: es normal, si quieres puedes masturbarte y como estas dentro la cama no te voy a ver y hazlo. -Insistía.
Ema: no no no.
Pero seguía viendo la peli y no sabía cómo empezar o violarla. Pero eso lleva a la prisión y no podía desgraciar mi vida.
Yo: me voy a tocar.
Ema: que te pasa, somos familia como vas a hacer eso.
Yo: me sentaré en la silla, solo me masturbaré, no te voy tocar para nada y si quieres hazlo tu también.
Y me traje una silla cerca a la cama, me senté, metí mi mano dentro el pantalón y agarré mi pija que estaba muy dura. Empecé a masturbarme y ella se reía.
Ema: te pasas, sírveme más trago y salud.
Yo: tócate nomas, vas ver que será diferente.
Vi que su mano estaba en su vagina y se estaba tocando, me miró, se rio y la dije.
Yo: te puedo ver, por favor solo un rato.
Ema: no no
Luego insistí, le servía mas trago y estaba ebria. Hasta que respondió:
Ema: apaga la luz, nos masturbamos y nada más. Sin tocarnos ni nada.
Apagué la luz y me fui delante de ella. Ema estaba en la cama, yo de pie frente a ella y masturbándome. Mi suegra cerraba los ojos, gemía, y entonces toqué sus pies y me dijo:
Ema: oye no, que pasa, sin tocarnos dijimos.
Yo: solo tocaré, besaré tus pies y nada más.
Lamí sus pies, chupé sus dedos y empecé a subir. Llegué a sus rodillas y empezaba a subir más, ya llegaba a su entrepierna, estaba ebria, pensé que ahora era el momento y me paró con su mano y me dijo:
Ema: no no, para párala.
De repente moví mi mano, toque su vagina y metí mi dedo. Ella gimió y con la otra mano me empujaba a que me alejara, luego me dijo:
Ema: con condón o si no nada va a pasar.
Entonces pensé que todo se caía porque no tenía condón y la dije:
Yo: no tengo condón, pero no va pasar nada.
Ema: busca, porque sin condón no puedo, no puedo.
La rogué y me dijo:
Ema: creo que tengo uno aquí.
Sacó un condón, me dio, me lo coloqué, le abrí las piernas y le introduje mi pene hasta el fondo. Gemía como puta en celo, pero no me besaba para nada. Lo hicimos patas al hombro, luego de cuatro, no quiso otra pose más y terminé a chorros.
Me di cuenta que ella no había terminado, empecé a bajar mi cabeza y a chupar el clítoris, metiéndole mi dedo en la vagina hasta que explotó. Terminó con gemidos a full, le abracé, no hablamos nada y nos dormimos.
Al día siguiente me levanté, quería uno más y ella me dijo:
Ema: no, no, hicimos mal.
Pensé que después del gusto, venía el problema, le expliqué que hicimos algo que los dos hemos querido y ella respondió:
Ema: anda a comprar bebida y hablamos.
Sin pensar me levanté, fui a comprar y por esta cuarentena pagué el doble por la bebida. Pero conseguí y también compré condones. Llegué a casa, Ema estaba fumando y me dijo:
Ema: por qué te has demorado?
Yo: por la cuarentena, busqué como loco bebida, pero conseguí.
Tomamos una hora, me hablaba que hemos hecho mal, yo le daba explicaciones que sería nuestro secreto y no hacíamos daño a nadie. Seguía sirviéndole trago, convenciéndola que no estamos haciendo nada malo. Se acostó en la cama, yo me acosté a su lado y mi intención era embriagarla lo más rápido para cogerla. Le agarré suavemente la cabeza, la besé y empecé a tocarle la vagina y Ema no puso resistencia. Quería sin condón, pero Ema se negaba rotundamente y de nuevo la cogí con condón de todas las poses hasta que terminamos.
Luego bebimos, otra vez a coger, una vez más y se terminó el pack de condones que era de tres. Después quise cogerla de nuevo pero se negó sin condón, le pregunté porqué y me dijo que tenía sus razones. Entonces recién me la chupó, terminé en su boca y luego chupé su clítoris. Ella se excitaba, luego bajé, lo lamí el culo, lo toqué con mi dedo y Ema no me lo impedía. Me puse en pose de penetración y ella dijo:
Ema: no no por favor, sin condón no.
Yo: no voy a meter mi pija a tu vagina, lo prometo, lo prometo.
Empecé a pasar mi pija por su culo, lo escupí para mojarla, coloqué una almohada debajo del culo, lo acomodé, chocaron la punta de mi pene con su culo, lo empujé, entro suavemente, gimió de dolor y placer. Ema estaba, ebria, excitada y pensé que ahora era el momento de hacerla lo que yo quería.
Le puse de cuatro, lo penetraba anal solo anal, mientras mis dedos jugaban con su vagina y clítoris.
Parecía estar ebria y sin sentido. Pero cuando la quería penetrar por la vagina decía que no, me negaba y no hablaba nada, solo gemía. Lo hice en todas las poses unas 5 o más, hasta terminar y después me fui a dormir al otro cuarto de su hijo a descansar.
Al día siguiente me pidió que le dejara a su hija, si hablaba del tema, Ema me iba a matar, yo me reí y le hacía bromas para que no se sienta mal.
Sus hijos llegaron, su hija se fue conmigo a mi casa y obvio que cogimos a todo dar como siempre, pero a mi mujer no le gusta el anal.
Pasaron días y fuimos a comer a la casa de mi suegra. Las tenía a las dos en una sola casa y se me venían a la mente miles de cosas morbosas. De ahí se me vino una idea: les propuse que después de comer veríamos una película los tres en cama como para relajarnos después de la comida.
Mi mujer aceptó encantada, llegó el momento, me metí al centro. Mi mujer estaba a mi lado izquierdo y su madre estaba a mi lado derecho. Mi mujer después de un rato se durmió y ahí cumplí mi fantasía. Metí mano a mi suegra, toque su vagina, con mi mujer al lado durmiendo y mi suegra me miraba. Con su mano sacaba mi mano de su vagina hasta que se levantó y salió de la habitación. Mi mujer seguía durmiendo y la seguí a mi suegra. Se fue a la cocina, la agarré y me decía “no, nos va a ver”, abrí el pantalón, la mojé el culo y lo penetró. Gemía con miedo, pero le gustaba hasta que terminé, me fui donde mi mujer, ella se quedó en la cocina haciendo cosas y así paso el día.
Seguimos en cuarentena, mi mujer se va a trabajar porque es enfermera y yo me quedo con mi suegra, sus hijos me agradecen por cuidar de su mamá para que supuestamente no tome en exceso. Pero de sana no es tan caliente, pero le compro bebida y se vuelve una fiera para el sexo, les convencí a sus hijos que le diéramos en poca ración bebida para que no se ponga histérica y aceptaron. Le doy su ración día tras día cuando sus hijos viajan. Ema cuando estaá ebria camina con vestido, sin calzón y en cualquier momento me excito, voy a su cuarto y la cojo por el culo. No es que me esté aprovechando de Ema, porque apenas se levanta por la mañana se viene a mi cama, coge hasta terminar y se vuelve a su cama. Cuando llegan sus hijos me voy a mi casa.
Ya pasaron dos días que no la veía y Ema llamó a su hija diciéndola que vendría a almorzar. Llegó mi suegra, tenía aliento de alcohol, mi mujer la trató y enojada salió a hacer compras. La despedí a mi mujer y de repente mi suegra me agarro la pija. Aseguré la puerta con doble seguro y ahí lo baje el pantalón y la puse de cuatro y la cogí por el culo y terminé. Luego la llevé a mi suegra a mi cama a que descansara y se durmió. Llegó mi mujer y cumplí otra fantasía. Su madre durmiendo en mi dormitorio y yo la cogí a mi mujer en la cocina. Es mi mujer y nunca me dice que no. Cogimos, luego cocinamos, le llamamos a mi suegra a comer y estaba ahí almorzando con la madre e hija. Y pensar que en ese mismo día las cogí a las dos.
Doy gracias a la cuarentena por conocer bien a mi suegra que es adicta al alcohol y ahora adicta a mi pija.