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Cogiéndomela en la calle
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Estaba llevando lo del ser el macho de Zulema a niveles que nunca imaginé. Ya casi no tenía sexo con Lety y solo me apuraba para cogerme a mi chica transexual.

La locura me había invadido tanto que una ocasión, ella me dijo que no estaría en casa, que estaría esperando a un cliente y estaría en donde a veces se para para su trabajo.

Como ya les he contado en otros relatos, Zulema es una rica transexual de quien ahora soy su macho, me la presento mi amiga transexual Susana y ahora no podía dejar de cogérmela.

Salí en mi carro desesperado por buscar a mi perra, miraba atento cada calle y lugar donde ella me comentaba que andaba en las noches, parecía un degenerado y obsesivo buscando a mi presa, finalmente cerca de la calle que te saca a una estación del metro de la línea 2, ¡la encontré!

Z: ¿Qué haces aquí?

L: ¡Te ando buscando!

Z: ¡Pero te dije que hoy vería a alguien!

L: Jajá, ¡lo siento quería verte!

Zulema, molesta, me tomo dela mano y me llevo a un callejón que estaba a lado y comenzó a reclamarme!

Z: Que te pasa Luis, tengo mis asuntos, ¡no puedes aparecerte cuando quieras!!

L: ¡Que, ahora me niegas, que el que veras te coge mejor!

Z: No seas idiota, es un cliente, ¡el me paga!

Esas palabras me molestaron así que comenzamos a discutir más fuerte, en eso, ella me empujo para regresar a la calle, ¡pero yo la tome del brazo y le impedía irse!

Z: ¡Luis ya basta!!!

¡Yo estaba molesto y comencé a apretarla de los brazos y no al dejaba irse, Zulema no gritaba fuerte, aunque si levantaba la voz, de pronto se libró de mi mano y me dio una cachetada!

Yo todo molesto por la situación, la observe, ella estaba nerviosa, me miraba como con miedo, la tome del brazo y la empuje a la barda fina del callejón, ahí la empuje y el di un jalón de cabello, ella gemía, ¡pero eso me comenzó a excitar!

L: En tu vida te atrevas a tocarme, ¡puta!!

Z: ¡Déjame, estás loco!!

L: ¡Ahora veras, me la pagaras!

Z: ¿Qué haces? ¡¿Qué haces?!

Le subí su mini vestido, ¡le hice a un lado su tanga y de golpe empecé a meterle la verga!!

Ella gritaba y adolorida se movía para repelerme, pero yo enfurecido y caliente, ¡la sometí con mi brazo y empecé a hacerme paso por de su apretado culo!

Z: ¡Ah, basta, agh!!

L: ¡Cállate, uhm!!

Z: ¡Me lastimas, basta!

L: Toma, ¡esto es por puta!!!

Comencé a moverme fuerte, con un brazo la sometía empujándola en la barda y con el otro le apretaba sus ricas tetas, ella sacaba lágrimas de dolor y miedo, ¡pero yo no me detenía y más duro el daba a la puta!

Se escuchaban murmullos, se oían algunas sirenas ella me rogaba me detuviera, pero yo estaba ardiendo y no me detuve, contrario a eso, ¡le mordía el cuello y más rápido se la dejaba ir!

Z: ¡Ah, por favor, me duele!!

L: ¡Te gusta! ¡No lo niegues!!

Z: ¡Ya!! Luis!

L: ¡Uhm, segura, segura la saco?!

Yo sabía que ella era adicta a mi verga y lo sentí al tocar su diminuto pene el cual mostraba los signos de la excitación, le besaba su oreja y apretándole las tetas más rico le daba hasta que ella exclamo;

Z: ¡Ah, no pares, uhm!!

L: ¡Sabia perra!!

Z: ¡Cógeme mi amor, agá!!

L: Toma, ¡toma mi verga!!

Z: ¡Que rica verga, uhm!!

L: Siéntela, ¡mira cómo te reviento!!

Z: ¡Ah, sí, así, no pares, mmm!

Tomándola de las nalgas, más rápido me movía, me encantaban sus gemidos, se movía riquísimo, paso del dolor al placer, ¡nos olvidamos que estábamos en un callejón y que nos podían ver en cualquier momento!

Se dio vuelta y levanto sus piernas apoyándose en la barda y me abrazo con ella, mientras yo tomándole las nalgas, ¡le empujaba mi verga fuerte!

Z: ¡Que rico mi amor!!

L: ¡Me vuelves loco!!

Z: Y tú a mí, ¡mi macho!!!

Nos besábamos, le mordía sus pezones, ella me arañaba con sus largas uñas, ¡la rica transexual sabía que era mi puta!

Z: ¡Ah, mi amor, me vengo!!

L: ¡Si, agh!!

Z: ¡Luis!!!! ¡Así!

L: ¡Te voy a dar leche, ahí va!

Z: ¡Dámela en la boda, déjame traerme tu semen!

Ella se arrodillo y me lamio la verga tan rica que combinado con mi adrenalina me hizo expulsar un chorro de semen, ella lo tragaba y saboreaba como la puta que es, yo miraba su cara de satisfacción al tragar mi semen, yo gozaba mi orgasmo.

¡Una vez pasado el pacer, ella se puso de pie, se limpió la cara y su ano y me recrimino la acción!

Z: Estuvo muy rico, pero esto no está bien, ¡te pido que me dejes en paz!

L: ¿Qué? ¿No te gusto como te cogí?

Z: No es eso, ¡simplemente ya no quiero más cosas contigo!

L: ¡Como quieras!!

Me fui a mi carro pensando en que había terminado esa etapa de confusión conmigo, pero justo en la esquina miré a una pelirroja de buena pierna, que me sonrió, yo la mire y me acerque, ¡mientras Zulema miraba enojada como la pelirroja me daba su número!

Llegué a mi casa dispuesto a conocer a esa pelirroja y continuar probando con transexuales, pero esa historia vendrá después.

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