Soy una mujer casada y disfruto del sexo con mi marido, pero como que necesito sentir otra verga cada tanto, así que siempre estoy dispuesta a conocer a alguien que pudiera hacerme el favor y hoy le tocó a don Gómez el albañil que vino a arreglarme el baño con su sobrino de ayudante.
Me levanté temprano aunque mi marido ya había ido a trabajar y le abrí mi casa a don Gómez, él es un señor como de 50 años, pelado, petizo con una panza de cervecero quien vino acompañado de su sobrino como ayudante un muchacho alto de aproximadamente 38 años y de contextura normal yo estaba con una remerita de algodón sin corpiño color blanco que debido a su transparencia dejaba notar mis pezones enormes y una pollerita de jean sin ropa interior.
Soy una mujer de estatura 168, grandes senos y cola prominente, no puedo quejarme me calienta mi cuerpo de solo mirarme…
Le abrí sabiendo que esa bienvenida les iba a calentar por lo menos a don Gómez que se pasa mirándome las tetas aunque estén bien cubiertas
Ellos entraron y yo aproveché para sentarme a desayunar mientras ellos se paseaban por dentro de mi casa, cada tanto iba a mirarles más que nada para que ellos me miren, siempre me gustó sentirme deseada…
Me acosté en el diván que está frente al baño y los miraba mientras trabajaban y no pude evitar tocarme la panocha mirándolos… Cuando el sobrino se dio cuenta de que yo me estaba tocando se acercó y me dijo todo educado: ¿le puedo ayudar en algo? Le agarre la cabeza y dije claro mientras acercaba mi boca para besarlo, estaba en eso cuando siento que una mano callosa y mojada me mete el dedo en mi concha húmeda y otras manos me meten debajo de la remera para acariciar mis pezones, ya me di cuenta que habían 4 manos en mi cuerpo y entonces me coloqué mejor para ponerme de 4 y poder chuparle la pija al sobrino.
Él saca del pantalón una pijota enorme y larga que empecé a mamarla con devoción cuando siento la lengua de don Gómez hurgándome la concha, no puedo evitar gemir de placer, esos dos hombres me estaban dando el mejor sexo de hace años de casada y aburrida que no podía esperar a recibir en mi concha sus pijas, saco de mi boca esa ricura de pene solo para decir: cógeme y siento ahí que son Gómez se acomoda para meterme esa pijota gorda y dura… Llena de venas que siento en cada parte de mi cuerpo un temblor de placer cuando lo mete sigo chupándole al sobrino cuando se viene en mi boca y me esparce por toda la cara.
Se sienta en un lugar a descansar mientras yo disfruto de la pija de don Gómez que ricura de pija me está metiendo y sacando, me muevo en círculos solo para disfrutar como me agrandó la concha, no puedo evitar después de tantas embestidas terminar entonces paro y les digo esperen un ratito porque no quiero terminar todavía, me siento de frente me quito toda la ropa y veo de frente la pijota que me estaba metiendo don Gómez.