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Cierro los ojos
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Su jadeo y el sabor de su saliva lo puedo experimentar cuando cierro los ojos. Siento el sudor bajar por mi pecho, mi verga inflamada al punto de explotar, los flashback van y vienen, no puedo decidir en qué concentrarme, sus besos de labios carnosos, su piel, sus tatuajes brillantes por el sudor, sus nalgas abiertas, sus pezones duros… todas las escenas me atacan.

Cierro los ojos de nuevo, de repente me veo introduciendo mi dedo medio en su culo, es tan vívido que sin pensarlo estoy haciendo el gesto con mi mano izquierda, suspiro con fuerza y al volver a cerrar mis ojos, re aparece su trasero ofrecido a mis palmas. Me dispongo a nalguearla y esa sensación me hacen subir el ritmo. Es un primer llamado al éxtasis y me hace perderme en un cambio de luces violento y desenfrenado, de repente, cierro los ojos y me veo en esa escena que esperaba y nunca fue, una especie de anhelo erótico en donde me tiene maniatado y sometido a su lujuria y sus bajezas. Me grita, me humilla, me da cachetadas, siento su cuero sobre mis nalgas rojas y marcadas, todo mientras me dice groserías y me habla de mejores vergas y mejores hombres…

Estoy en un trance, mi verga brilla mientras lubrica, sin darme cuenta estoy de rodillas sobre mi cama, halo con fuerza con la mano derecha y con la mano izquierda hago un movimiento rítmico acariciándome desde mi nalga hasta llegar a apretar mi muslo por el frente…

Estoy listo, todo mi cuerpo me lo dice a gritos, cierro los ojos y sin explicación alguna su cabello está mojado, su cuerpo lo recorren gotas de agua fría que me estimulan todos los sentidos, puedo escuchar la catarata, el agua fluir, los olores a naturaleza y el morbo de ver su rostro mientras me masturba en medio de esos parajes, me mira con morbo esperando exprimir hasta la última gota, sin ningún reparo. Estoy de pie, siento el agua fría en mis piernas, ella de frente, arrodillada en el agua haciendo su trabajo…

Es imposible, no puedo más, ya no hay naturaleza, ni catarata, es solo ella. Puedo sentir sus labios tomando la forma de mi verga mientras la sostiene con una mano, ahora soy yo el que fluye, mis fosas nasales se expanden, mi piel se eriza, mi culo se contrae, la verga explota y mi gemido no se puede disimular…

Todo es un desastre, el olor a semen invade mi habitación, tendré que cambiar mis sábanas, fue mi almohada quien terminó jugando el rol de ese rostro entregado a mis pasiones.

Fin

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