Esta es la historia de cómo terminé siendo la puta de mi profesor, tenía 20 años y estaba en la universidad, mi nombre es Héctor soy un chico bajo de piel pálida y demasiado flaco, nunca me he considerado sociable mi vida no era más que mis clases y de vuelta al dormitorio, sin embargo todo esto cambio un día en el que me quedé muy tarde en la biblioteca, al notar la hora decidí que era hora de irme tome mis cosas y salí de ahí parecía que era la última persona que quedaba ahí así que antes de irme decidí ir al baño, una vez ahí escuché pasos entrar. Entonces vi al profesor Víctor entrar, este era un hombre muy apuesto era alto con un cuerpo muy bien trabajado, tenía un porte muy varonil que a mí me encantaba en más de una ocasión había fantaseado con él.
—¿Trabajando hasta tarde?
—Yo… He… perdí la noción del tiempo.
Dije nervioso intentando terminar lo más pronto posible, cuando de pronto se puso alado y comenzó a orinar, no pude evitar pensar en cada una de mis fantasías y en menos de un segundo mi verga estaba dura, inmediatamente volteo para corroborar que esté no lo uniera notado sin embargo solo empeoró todo cuando veo su enorme verga era mucho más grande de lo que había imaginado provoca que mi excitación sea más grande. Aun así intento disimular mi erección he intento salir de ahí.
—No vas a lavarte las manos.
Doy media vuelta hacia el lavabo en donde comienzo a lavar mis manos y veo como él hace lo mismo. Intento guardar la compostura hasta que él me dice.
—Siempre miras la verga de los demás o debo sentirme alagado.
Todo mi cuerpo se congeló, creía que no lo había notado y realmente no tenía idea de que contestar.
—Yo… Yo… No fue a propósito disculpe.
—Ha no. Porque por tu erección pareció que fue con mucha intención.
Sin saber que decir decidí salir de ahí, sin embargo está me tomo del brazo jalándome hacía el, quedando muy juntos.
—¿Te gusta mirar vergas? —Me decía mientras me arrinconaba contra la pared.
No sabía que hacer solo miraba hacia el piso avergonzado y asustado.
—Mírame cuando te esté hablando putito.
Me dijo mientras tomaba mi barbilla y me hacía levantar la mirada. Era mucho más alto teniéndolo así de junto me sentía totalmente insignificante he indefenso, antes de poder decir algo comenzó a besarme de forma apasionada, me sentía totalmente extasiado ni en todas mis fantasías habría imaginario esto, luego de un momento me hizo hincarme.
—La vas a poder ver más de cerca puta.
Me decía mientras desabrochaba su pantalón y sacaba su enorme verga, yo nunca había hecho nada parecido toda mi vida había ocultado mi homosexualidad por mis padres religiosos, sin embargo no podía negar lo mucho que estaba disfrutando, así que comencé a lamerla.
—Se nota que la perra no sabe hacer una buena mamada, vamos a enseñarle.
Me tomo del cabello y de golpe me metió toda su verga en mi boca, tuve arcadas pero este no permitió que me apartará me tenía completamente a su merced, comenzó a follarme la boca de forma brutal, podía escuchar sus jadeos y los míos mientras que mi verga se ponía cada vez más dura.
—Te gusta puta, ¡he! Claro que te gusta eres una guarra chupa pollas.
Sin dejar de follarme hizo que levantará la mirada y pude ver cómo estaba grabando, sin embargo estaba tan extasiado que no me importó. Luego de unos minutos así saco su verga de mi boca y chorros de semen en abundancia me llenaron la cara.
—Mira bien a la cámara puta.
Luego de mirar unos instantes a la cámara este detuvo el vídeo, se subió los pantalones y salió del baño dejándome de rodillas con la cara llena de semen. Apenas pude asimilar todo lo que había pasado, sentía mi verga casi por estallar así que me masturbe en la misma posición en la que me dejó recordando cada detalle hasta venirme. Me sentía utilizado y humillado pero al mismo tiempo me sentía totalmente satisfecho como nunca antes me había sentido, me levanté me limpie en el lavabo y me dirigí a mi dormitorio en donde no podía dejar de pensar eso, cuando de pronto mi teléfono sonó, era un mensaje de un número desconocido al abrirlo me di cuenta que era el vídeo que el profesor Víctor me había tomado acompañado de un mensaje que decía:
Me preguntó qué pensarán tus padres cuando vean como mama el marica de su hijo.
Inmediatamente le supliqué que no lo hiciera que por favor borrara aquel vídeo.
Borrarlo, pero si con esto te tengo en mis manos putito. Sabía que eras un marica de closet y si quieres permanecer ahí ante papi y mami harás absolutamente todo lo que yo te diga pues desde este momento eres mi putita personal.