Estoy subiendo las escaleras de la mansión en una visita sorpresa a mis padres. Oigo gemidos de mamá en la suite principal. Me acerco, entre abro la puerta con cuidado y me quedo mirando por la apertura. Mi tía está metiéndole los dedos con cara de cabrona, y unas tetas de infarto que se le balancean.
Sacó el móvil y les hago una foto, que suena.
-¿¡Qué ha sido eso!? Pregunta mi madre deteniendo la acción.
Se giran ambas hacia la puerta. Y entró con las cejas arqueadas y mirada perversa.
-¿Qué estáis haciendo aquí?
-Hijo, este no es lo que parece.
-Pues en la foto de este móvil sí que lo parece. ¿Debería de enviárselo a papá?
-¡No, hijo, te lo suplico por favor!-Se pone de rodillas ante mí como rezando con las manos -La tía Marisa y yo tenemos un acuerdo para darles dinero… que les falta.
-Pero… ¿papá sabe de esto?
-No, pero tampoco se lo cuentes por favor. Él no tiene que saberlo… -me sigue suplicando mamá.
-Así que te haces correr por ella por dinero. Mira, yo sabía que con la cara de cabrona que tenía la tía era una guarra…
Mi tía suelta un "tssss"
-… pero definitivamente no me imaginaba que mi propia madre lo fuera.
-¿Qué quieres para que no se lo cuentes a tu padre? ¿Hablo con él para que te compre ese coche, quieres más paga? Tú solo pide por favor -mamá continua arrodillada ante mí.
-Quiero que las dos os pongáis en cuatro.
-¿¡Qué!? -exclama mi tía.
-Como lo oís.
-¡Hijo! ¿Cómo le pides eso a tu madre y a tu tía?
-Ahora mismo, ya solo sois dos golfas para mí.
-No. Yo me niego -dice mi tía.
-Y yo también, hijo.
-¿Quieres que papá te divorcie y quedarte en la puta calle? ¿Y tú? -miro a mi tía-. ¿Quieres que les envíe la foto al tío y a todos los primos también? ¿Os queréis quedar sin nada?
-No -dicen las dos a la vez muy cabizbajas y arrepentidas.
Me bajo la bragueta y me sacó la polla.
-¿Pues quién me la chupa?
-Yo -dice Marisa, arrodillándose ante mí, con cara disgustada.
Mi madre se pone en cuatro en la cama mostrando su culo en pompa, con su coño abierto y sus fluidos deslizándose entre los muslos.
Mi tía me escupe en la polla y me la empieza a pajear. Yo echo la cabeza atrás y al bajarla la veo comiéndomela como toda una profesional: sujetando la base con una mano que va girando alrededor y sacando y metiéndola entera en su boca, entrándole hasta la garganta.
-¡Ah! ¡Eso es! Métela entre tus tetas. No sabes cuántas pajas me hice en honor a ellas.
Mi tía obedece y empieza a subir y a bajar con mi polla entre sus pechos.
Veo a mi madre espatarrada en la cama. Saco mi polla de entre las tetas de mi tía, me acerco y se la meto a mamá, sorprendiéndola desde atrás.
-¡Ah! -chilla mi madre entre sacudidas- Mira el lío en el que me has metido Marisa… Follada por mi propio hijo -su boca forma una "o", que termina en una cara de placer.
-Siempre te quise hacer esto mamá. No sabes cuántas pajas me hice en honor a este culo respingón con el que le sacas siempre dinero a papá. Ahora me sacarás la leche a mí. Y tú ve poniendo el tuyo tía.
Mi tía se pone en cuatro en la cama con cara disgustada.
Se la sacó a mi madre y se la meto a mi tía al lado.
-Cómete mis huevos mientras mamá -le ordeno.
Mi madre obedece y yo ya estoy rompiéndole el coño a mi tía. Ella a diferencia de mi madre, aguanta mis embestidas inmutable con su cara enojada. La jalo del pelo, y le digo:
-Suéltate perra. Todos sabemos que te está gustando.
Mi tía arquea la espalda y levanta la barbilla soltando un grito frenético.
Mi madre está debajo que no puede con tantos huevos en la boca. Parece un hámster y los fluidos de mi tía le mojan la frente al rozarla con mi polla.
La saco de mi tía.
-¡Arrodillaos las dos y sacad la lengua!
Se arrodillan ante mí y sacan sus lenguas. Mi tía está con los ojos cerrados.
-No. Abre los ojos, tía -le pego una torta.
La tía abre los ojos, y me dice:
-Podrías haber dejado a tu madre fuera de esto, ¿no crees?
-Me da más morbo. ¡Saca la puta lengua que tengo algo para las dos!
Mi tía saca su lengua. Le cojo las cabezas a ambas y hago que me la coman a la vez como si tocaran una armónica bien gruesa.
-¡Sí! ¡Qué guarra eres, tía Marisa! ¡Esto está de puta madre, mamá!
Las apartó de mi polla.
-¡Lenguas fuera, perras!-les ordeno.
Me obedecen sumisamente, ante mi enorme polla.
-Cariño, ya estoy en casa -entra mi padre, abriendo la puerta y se queda mirándonos boquiabierto.
Me corro en la cara de mi madre y mi tía a la vez. Mi semen se va cayendo de sus lenguas, mientras miran enmudecidas a papá.