Hoy ando un poco aburrido, está lloviendo y no puedo salir para dar mi paseo, he bajado a la compra, provisto de paraguas y chubasqueros, y en el descansillo de las escaleras, esperando que el ascensor subiera, cuando este llego y abrió su puerta, me he encontrado con mi vecina Nerea, que regresaba de la compra, le he ayudado a sacar toda la mercancía que traía, y le he comentado ¡tras comida para un montón de días!
Ella me responde, no Carlos, es para una cena que pretende preparar para hoy, pues viene mi amiga Susana, compañera de trabajo, Si lo deseas, puedes unirte, seremos solo nosotras dos, a lo que le comento, que vale. Ella me responde, pues a las siete y media hemos quedado en mi casa, ¡te espero guapa!
Carlos baja por el ascensor y pensando, uff que llevo yo a la cena, ya en el supermercado, piensa que un buen vino tempranillo, estaría bien, por lo que se acerca a la zona de la vinoteca del supermercado, y elige dos botellas, se detiene u coge una tercera. Llevaré dos a la cena y la tercera la dejaré en casa.
Son las siete y cuarto de la tarde, yo me encuentro ya preparado para esta cita con mi vecina y su compañera de trabajo, para la ocasión me he vestido, con un pantalón vaquero y camisa vaquera, ambas prendas de color azulo, calzando unos deportivos. Salgo de casa, y tan sólo he de subir los 17 escalones, que separan mi vivienda de la de mi vecina Nerea, ya en delante de su puerta, me coloco bien el cuello de la camisa, y pulso el timbre, tras unos segundos me abre la puerta mi vecina, la cual esta exuberante, viste un traje de tirantes color negro, en el que se resaltan unos brillantes tipo purpurinas, calza un zapato plano de color rojo, sus labios sensuales, pintado con carmín rojo…
Hola Carlos, pasa.
Hola Nerea, gracias por la invitación, ¿llego pronto?
No, Carlos llegas bien, aún no ha llegado Susana, la tendremos que esperar
Le entrego a Nerea la botella de vino que traigo, (las otras dos las he dejado en casa). Ella me contesta, hombre no era necesario, yo he comprado de todo, le digo que no es ningún problema, todo el esfuerzo no deber ser tuyo.
Ella me comenta, mientras llega Susana, que me ha escrito por whatsapp, esta al llegar, está buscando aparcamiento por la zona. Acomódate en el salón. A lo que le respondo que muchas gracias.
Me acomodo en el sofá de color azul claro, la sala está presidida por una mesa grande, donde puedo observar la ordenada distribución de las copas, las servilletas y todos los enseres que serán utilizados más tarde en la cena.
Suena el timbre.
Nerea desde la cocina o donde estuviese, me dice Carlos, por favor abras tú, debe de ser Susana.
Me desplazo hasta la puerta, para abrir, y al abrir, me encuentro con una magnifica mujer, de unos 45 años de edad, con una blusa de color rojo, unos pantalones vaqueros con pata de elefante y unos tacones rojos, me llama la atención el color de su piel, es de piel negra, pelo rizado recogido. Hola tú debes ser Susana ¿No?, sí, yo soy Susana, y tú debes ser Carlos, el vecino de Nerea, correcto, pero no te quedes en la puerta, pasa y vamos al salón.
Susana, desde el pasillo, habla a Nerea en voz alta, ¡hola compañera?, ya estoy en tu casa amor, ¿Dónde andas metida?
Desde dentro se oye la voz de Nerea, responderle. Estoy en la cocina, preparando los últimos detalles de la cena, toma asiento y serviros una copa, en breve estoy con vosotros.
Susana toma asiento en el sofá, y le pregunto ¿Qué deseas tomar?, ella me responde que un vino banco, si hay. Carlos mira en el botellero, perfectamente organizado por Nerea, y observa que hay una botella de manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Susana hay una botella de manzanilla, ¿te sirvo una copa?, yo me voy a poner una. Susana le responde, sí Carlos está bien, además esa zona es de buenos caldos, tras ello le entrego a Susana su copa y yo con la mía en la mano, tomo asiento a su lado, y brindamos antes de mojar nuestros labios en ese manjar de uvas.
Aparece por el pasillo, una diosa, mi vecina Nerea, se acerca hasta nosotros, pasando por delante mía, y se estira para besar a su compañera y saludarle como es debido, siento un deseo inmenso de tocar el culo de Nerea, en ese momento, lo ha puesto tan cerca de mí, que he estado a punto de darle un cariñoso cachete.
Veo que habéis elegido la manzanilla, yo también entrare en calor con una copa, mientras tomamos las copas, Nerea se sienta a mi lado derecho en el sofá y tengo a Susana en el lado derecho, las dos mujeres me han dejado en el centro (pienso mal y me digo, será presagio de algo, que este yo en medio de ellas). Susana me comenta lo estresada que están en el trabajo, y que necesitan reunirse y salir para desconectar, yo le comento, que como actualmente estoy parado, tengo demasiado tiempo libre, que si lo desean ambas estoy disponible, para acompañaros. Susana, le pregunta a Nerea, y ¿que nos ha preparado esta guapísima Chef, para sorprendernos esta noche?
Nerea revela parte del contenido del menú, elaborado por ella, durante toda la tarde. De entrantes os he preparado, un tataki de atún de almadraba, acompañado de una ensaladilla de pulpo y un plato al centro de pulpo a la gallega (que sé que te gusta Susana), de primero una sopa de verduras, y de segundo un solomillo al strogonoff y de postres una sorpresa. Así que vamos a la mesa.
Los tres nos levantamos al unísono del sofá y nos trasladamos a la mesa, Nerea en la parte central de la mesa, de forma de presidencia, Susana a la derecha de Nerea y yo a la izquierda de ella. Se levanta Nerea y comenta ¿Quién me ayuda con los primeros platos?, yo cojo y me levanto, a lo que me dice Susana, deja ya lo hago yo, quédate sentado, tú nos trae el primero. Ok respondo.
Mientras en la cocina. Preparando los platos. Susana le comenta a Nerea, oye putona, ¿este es el que te fallaste en su casa el otro día? Si este mismo, que no veas como es el tío en la cama. Uff que puta con más suerte, prosigue Susana, el tipo no está nada mal, esta para comérselo entero en lugar de tu cena. A lo que le responde Nerea, deja que pase el tiempo, creo que se cómo ponerlo a tono, y si surge nos montamos un trio. Susana le dice con risas, que puta, lo tienes todo planeado.
Regresan las dos mujeres, con platos en las manos.
Comienzan la cena, y tras una hora y algo que dura la cena, y haber saboreado el postre sorpresa, que era unos tocinos de cielo, con helado de vainilla y chocolate. Entre los tres recogen la vajilla y la llevan a la concia, y Nerea empieza a limpiarlos, a lo que comenta Susana, si lo hacemos entre los tres, acabaras antes. Así que mientras una lava, Carlos seca y Nerea los coloca en sus estantes.
Durante estas tareas en un espacio estrecho, Nerea cada vez que se movía, para guardar la vajilla y resto de útiles utilizados en la cena, rosaba su cuerpo por la parte trasera de Carlos, este primero se despegaba un poco, pero tras varias veces, se dejó llevar, ya en una de las ocasiones, a Nerea se le iban a caer unas copas, al colocarlas en el estante alto del mueble, y Carlos se da la vuelta y las recoge en el aire, entregándolas a Nerea, en este momento sus caras se ven muy cerca y Nerea no puede resistirlo y le da un pico a Carlos. Susana que está pendiente de ellos, dice Carlos, tú premio por ser tan rápido, a lo que Carlos, le responde, es un gesto de generosidad de muy agradecida vecina. Ahora Nerea detrás de Carlos, le hace una señal a Susana, para que ella entre al juego. Susana se acerca a Carlos, para entregarle una bandeja, y acaricia sus manos, uff Carlos que suave son tus manos, a lo que responde Carlos, gracias por el cumplido, pero Susana va más allá, y le dice con sonrisa picarona, y el resto de tú cuerpo es igual de suave y delicioso. Carlos se sonroja (pues no tiene mucha amistad con Susana), y tira de ironía y le die, eso que te lo confirme Nerea.
Susana se gira para Nerea, que está riéndose, y espera la pregunta de Susana, ¿Tu que tienes que dice?, yo, que es un osito de peluche de suave que es, y a su vez es un gran amante y muy caballeroso. Carlos dice por favor Nerea, vas hacer que me sonroje. No hombre estamos hablando en confianza, Susana conoce nuestra experiencia de días pasado, pues fue tan buena que no pude resistirme en no contársela a ella.
Tras la cena estábamos sentado en el salón, tomando unas copas con elevado grado de alcohol, cuando Nerea se sentó sobre las rodillas de Carlos y pasó el brazo por sus hombros, Carlos empezó a acariciarle el culo con una mano y los muslos con la otra. Fue instintivo y de forma cariñosa. Susana no les perdía ojo viendo la mano de Carlos en el muslo de Nerea, Susana tenía su mano derecha, dentro de su blusa, y por los movimientos era evidente que se acariciaba los pechos, Nerea se da cuenta y le comenta a Carlos – mira la Susana-, me reí y pasé mi mano por debajo del traje de Nerea, para acaricia coño por encima del tanga, con un suave apretón, Nerea da un respingo y miró a Carlos. Susana no se ha perdido nada, de los que pasaba a su lado con la pareja, Nerea se llevó su mano por debajo de su traje
– Carlos, Nerea está deseando que la excites, comento Susana.
– Carlos le comenta, creo que no es la única, que necesita un buen repaso.
Carlos, no oye la respuesta de Susana, y lleva dos dedos por dentro de la braga de Nerea y le pregunta si le apetecía hacerlo con ella. No tardo la respuesta y me empujó hacia Susana, que se dio por sorprendida con nuestra forma de relacionar.
Nerea llevo una de sus manos dentro de la camisa de Susana y se ocupó del pezón del pecho más cercano, Carlos deslizó la mano por los muslos y al llegar al pantalón metió dos dedos y se encontró con los de Susana dentro, ella entrelazo los dedos de Carlos con los suyos y sin sacarlos de su coño se masturbó.
Los tres deciden pasar a un espacio más cómodo, y se van muy subidos de tono a la cama grande de Nerea, entre Carlos y Nerea, desnudan a Susana, la colocan boca arriba y empiezan a comérsela, cuando Carlos mete su lengua en el interior del coño de Susana estaba chorreando, así que aprovechó los fluidos para lubricar su ano y meter un dedo.
Nerea se sentó en la cara de Susana y se dedicó al manoseo de los pechos. Tanto Nerea como Susana, tenían gustos muy parecidos y se estremecían al pellizcar los pezones, cuando Susana empieza a moverse, Carlos se ocupa de chupar de forma fuerte el clítoris y hasta realiza unos mordiscos cariñosos para forzar la corrida
En ese momento Nerea, que sentía la lengua de Susana dentro de su vagina, y unos dedos en el culo y con otros le pellizcaba el clítoris, Nerea tampoco tardo en correrse, Carlos le pone su pene sobre la boca de Nerea, que ya sabía que la pondría acelerada, Carlos no desea correrse en la boca de Nerea, como a ella le hubiese apetecido, sino que la sienta sobre él y le introduce el pene en ese estrecho culo dándole Nerea la espalda a Carlos, que le comenta a Susana, que le chupara entre sus ingles, para que se volviese a correr, llegando a la corrida enorme, expulsando cantidad de flujo que Susana recogió en su boca, le pedí a Susana que me comiera los testículo y saque mi pene del culo de Nerea, y me corrí en la pelvis de Nerea y al chorrear el semen este fue recogido por la lengua de Susana
Carlos sentía la necesidad de saber cómo la chupaba Susana, así que me coloque de pie y con las piernas abiertas, de seguida Nerea se colocó debajo para lamiar mis huevos y metérselos en la boa y dos de sus dedos en su culo, que antes había lubricado, Susana reconocido cuál era su lugar y se llevó el pene de Carlos a su boca, está madura me chupaba de maravilla al tiempo que me masturbaba con la mano y se llevaba el pene hasta su garganta, Carlos no tardaría en correrse, así que llegado el momento me corrí en la boca de Susana, para que entre las dos Susana compartiera con Nerea, ella espero a que Carlos se corriera y espero la boca de Susana.
Finalizamos nuestra cena con una experiencia maravillosa, y quedamos en repetir las cenas, unas veces en casa de Susana, otras en la de Carlos, y así cada vez que deseáramos vernos.