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Carolina la piernuda
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Tiempo de lectura: 7 minutos

No sé qué me ponía más, su voz aguardentosa o sus ricas piernas, su hermosa mirada o todita ella, Carolina Rocha siempre me enloqueció, trabajando en la televisora podía verla diario lucir esos minivestidos, mostrando sus ricas piernas, la tenía dura todo el tiempo, pero para mí siempre era un sueño imposible, una mujer a la cual le dedicaba algunas cuantas pajas.

Pero como siempre he tenido una muy buena suerte, un día en el set, ella estaba buscando quien fuera su asistente por un día ya que el suyo no estaba se reportó enfermo me miro a los ojos y sin más sin más me dijo que me fuera con ella, que tenía que apoyarla, la mire de arriba abajo y ella con su encantadora sonrisa me convenció, no hacía falta que me lo ordenaran, sería su esclavo si ella lo pidiera.

Llegue a su camerino y tenía un montón de vestidos colgados, ella cantaba y bailaba yo arreglaba algunas cosas, le servía agua, parecía su guarura la seguía a donde fuera como un perro fiel.

C: ¡Luisito eres muy servicial, voy a pedir su cambio!

L: ¡Sería un placer!

Ella es amable y muy coqueta, empezó a practicar su postura, leía sus redes sociales y me pedía le tomara selfis, sus poses e ponían nervioso, ella comenzó a beber un poco, un vodka con jugo de arándano, estaba tensa, yo seguía apoyándola, pero sabía que algo tenia.

Finalmente, después de que la maquillaron se vistió, su minivestido azul y tacones azules era la vestimenta elegida, me miro coqueta y me dijo; Como me veo… yo la mire boquiabierto y le dije que muy bien, ¡ella me miro sonrió y me dio un beso en la mejilla mientras se bebía un vodka más!

C: ¡Uf, que estresada, este es el último programa debe salir bien!

L: ¡Si señorita!

C: ¡Dime Carolina o caro, pero no señora ni señorita!

L: Ok, caro, estas muy tena, debes relajarte, ¡todo saldrá bien!

C: ¡Lindas palabras hermoso, pero algo me pone nerviosa!

L: ¡Si me lo permites te puedo dar un masaje relajante en tus hombros!

Ella me miro seria, pero después con una sonrisa se sentó en su cómoda silla y me dijo que tenía 15 minutos ya que esa hora entraba a set.

Tomé su crema de almendras y empecé a masajearle sus hombros, con la palma de mis manos apretaba sus nudos de su hermosa espalda, ella hacia gemidos de placer, se reía y me decía que sentía rico, con mis dedos comencé a sobar su cuello, le daba caricias suaves y al mismo tiempo en los lugares correctos, ella estaba disfrutando, sus ojos cerrados y muecas con su boca, sentí como se erizaba mis manos bajaban por su hombros y acariciaban su espalda, el escote de su vestido me dejaba disfrutar más su espalda.

De pronto la excitación me doblego y mi boca bajo a su hermoso cuello, un tremendo y delicioso beso le di, ella suspiro y abrió sus ojos, pero cuando estaba a punto de decirme algo la llamaron a set, ella me miro y salió a su lugar, durante todo el show me miraba cada que podía yo no le quitaba la mirada de encima, de su ricas piernas y escote, ella me miraba desafiante, en cada corte me acercaba a darle e agua, o lo que me pidiera, ella actuaba normal cuando alguien más estaba, pero si solo estaba ella me miraba y no decía nada, solos e tocaba el cuello.

El show llego a su fin, el protocolo de todos los días paso y ella salió directo a su camerino, yo la seguí como su pero fiel, al entrar me pidió cerrara la puerta con seguro, y tomó un vaso de vodka me miro desafiante y empezó a cuestionarme.

C: ¡Luis, explícame que paso hace rato!

L: ¡Lo siento señorita no quería hacerlo!

C: ¡Me besaste el cuello! ¿Qué te crees?

L: Disculpe, es instinto, cada que le doy un masaje a alguna chica termino haciéndole el amor y así empiezo, solo que esas chicas son mi pareja en ese momento, discúlpeme, me da pena, pero es que usted es guapísima, una diosa, no lo pude evitar!

Ella me miro seria, yo sudando por lo que sucedería me daban ganas de correr, de pronto ella sonrió se acercó a mí y comenzó a besarme muy rico, me quede anonadado, ella sonrió y entonces la tome de su cintura y la bese con mucha pasión.

C: Me gusta lo que hiciste, hace tiempo nadie me tocaba así, ¡vámonos a mi casa!

L: ¡Como diga, aunque no respondo por mis acciones!

C: ¡Adoro tu estilo nene!

Llegamos a su lujosa casa, una casa grande pero solo estaban sus perros, subimos directamente a su cuarto, ella ya no traía su vestidito, traía una minifalda sus tacones abiertos y su blusa floreada escotada, la besaba con pasión, ella me quito mi playera y comenzó a besarme el cuello y los pezones, los mordía jugaba con ellos, eso me la puso durísima, le quite su blusa y bese sus pechos, baje por sus tetas a su plano abdomen el cual lamí como gato, ella me despojo del pantalón acariciando mi verga por encima de mi bóxer, yo hice lo mismo con su mini falda, le deje su tanga y sus zapatos, no podía creer que estaba con Carolina en su casa a punto de cogérmela!

Le quité su brasear y empecé a devorar sus magníficas y duras tetas, su pezón color claro desaparecía en mi boca, lo mordía suave mientras mis manos acariciaban sus ricas y espectaculares piernas, bajaba y me lengua y besaba su ombligo, le acariciaba sus ricas piernas y sus duras nalgas, sus caderas eran la gloria, ella gemía rico, ¡parece que tenía tiempo sin sexo y yo lo iba a provechar!

Baje quitándole su tanga y comencé a devorar su hermosa vagina, la succionaba y metí a mi lengua con fiereza, ella gemía se movía rico, me apretaba la cabeza para que no me despegara de su tesoro, apretaba su clítoris, quería hacerla gozar que nunca olvidara lo que le hacía.

Después de mamarle su burrito un rato me despoje de mi trusa y saque mi dura verga, ella la miro con asombro, sonrió y gustosa se lanzó a chuparla, la lamia como paleta, luego la ponía en medio de sus tetas, la besaba y la succionaba, el oral que me hacía era riquísimo.

C: ¡Que grande y dura!

L: ¡Uf, lo haces magnifico!

C: Me encanta tu sabor, ¡no dejare nada sin probar!

L: ¡Como gustes nena!

Carolina lo mamaba riquísimo, no cabía del placer que me daba, su boca era una trituradora, succionaba mi verga hasta su garganta, la tragaba con fuerza, me mordía los testículos y le encantaba jugar mi escroto, era una mamadora de lujo.

L: Dios, que rico lo haces, ¡uf!

C: Mmm, sabes riquísimo, me encanta tu dureza, además el tamaño, ¡dios!

Me dejo de mamar la verga y se acomodó en la cama, la tome de sus piernas levantándolas un poco y la penetre con fuerza, mi verga entro rico en su húmeda vagina, sus gemidos eran música para mí, me movía fuerte, ella lo hacía también, sentía como apretaba mi verga con su vagina, le besaba las tetas, le mordía le pezón, ella me arañaba las nalgas y me mordía le cuello, ¡que rico era estar dándole así!

Levante sus piernas hasta que sus pies estaban en mi cara, los besaba y lamia mientras la penetraba en esa pose, me deleitaba besando y mordiendo esas piernas que tantas pajas me habían hecho hacer, ¡no podía creer que esa periodista exhibicionista estuviera gozando mi verga!

Me empujaba fuerte, le doblaba las piernas hasta que sus rodillas chocaban con su cara, la embestía con todo, le apretaba sus tetas y las nalgas, mi espalda ya estaba toda lacerada por sus uñas, mi verga entraba y salía de su rica vagina, sus gemidos llenaban la habitación, sus perros ladraban, ¡pero el único perro que me interesaba era el integrado de ella!

L: ¡ah, mami, que rico coges!

C: ¡Tu lo hace s muy rico, tenía tiempo sin gozar así, agh!

L: Como una reina como tu esta sin sexo, es un pecado, ¡yo te cogería diario!

C: ¡Pues aprovecha y sigue así hoy, agh!

Me acosté y ella subió a cabalgarme, lo hacía maravillosamente rico, mi verga era molida por un descomunal movimiento de pelvis y cadera, se dejaba caer de sentón en ocasiones y sus ricos movimientos me tenían durísimo, yo aprovechaba para acariciar sus piernas y sus tetas, las cuales apretaba con violencia, sudábamos de placer, mi sueño se estaba haciendo realidad y de una manera majestuosa.

C: ¡Agh, papito que dura, me tienes loca uf!

L: ¡Agh, nena, muévete, que rico lo haces, agh!

C: ¿Te gusta?

L: Muchísimo, uhm, que piernotas, que nalgas, ¡dios!

C: ¡Agh, papi!!!

Quería que nos e olvidara de mí, así que mis mejores actos los saque, pose rara y extrañas como ella casi en el suelo con la cabeza rosando el piso y yo dándole fuerte en un tipo de tijera improvisada, la típica cucharita levantando un poco su pierna para penetrarla con fuerza mientras devoraba su oreja y su cuello, sus tetas eran apretadas a cada embestida también, me senté en la cama y los sentones que me brindaba eran maravillosos, ¡estábamos haciendo un verdadero y rico acto sexual!

C: ¡Papi que rico, me vas hacer venir, dios!

L: ¡Toma, toma, vente, lléname de tu corrida!

C: ¡AGh, dios, hummm!

¡Carolina se corrió riquísimo, sus movimientos parecían que se desvanecería, sus piernas temblaban, choros escurrían por nuestras piernas, yo seguía dándole con todo, estábamos parados ella se retorcía riquísimo, su pierna la cual tenía sujetada y levantada se tambaleaba su orgasmo fue riquísimo!

C: ¡Agh, que rico, eres lo máximo!

L: ¡Mamita dios, que rico, uf!

C: ¡Mas, agh, dios mío, Luis!!!

L: ¡Carolina, ¡Carolina eres la numero uno, ufff!

Ella se bajó nuevamente a hacerme un oral, me senté en la cama y me recline para ver como sus tetas me masturbaban y mi cabeza era llevada a su boca, yo disfrutaba de su show, sus mamadas me al ponían más y más dura, mis líquidos pre seminales eran tragados por ella, mi verga estaba llena de saliva, sentía que explotaría, ¡estaba en la gloria!

L: ¡Mamacita me vas hacer explotar!

C: ¡Eso quiero, que explotes!

L: ¡Déjame darte por atrás, por favor!

C: ¿Qué???

L: ¡Quiero tu culo nena, quiero probar todo tu cuerpo!

C: ¡Pero casi no hago anal!

L: ¡Sé que te gustara!

Se puso en cuatro en su cama empinándose toda y abriendo sus nalgas a lo que más pudiera, su culo dilatado por la excitación, esperaba mi trozo de carne hambriento por entra ahí, la tome de la cintura y empecé con la cabeza, me ayude con la mano para guiarlo en el estrecho ano de la famosa periodista, ella gritaba, se mordía los labios, poco a poco la penetraba más y más, comencé a moverme fuerte, salía y entraba con todo, sus gritos eran fuertes, arañaba la cama apretaba fuerte sus nalgas, le daba de nalgadas, estaba deleitándome con su ano, ahora ya estaba siendo mía por completo.

C: ¡Mi ano, dios, agh, duele, agh!

L: ¡Que rico culo, Carolina que apretada agh!!

C: ¡Ah, papi, que grande, me lastimas, pero me gusta tenerte dentro, uff!

L. Si, toma, agh, de quién eres? ¿De quién eres?

C: ¡Agh, tuya, soy tuya!

L: ¡Si, tu culo es mío, agh, toma, uf!

C: Agh, uffff, mas, agh, así, ¡más!

¡La embestían con muchísima fuerza que quedo boca abajo en la cama, yo como buen toro seguía dándole mi dura verga, su ano se estaba abriendo más y más, le apretaba las tetas, le daba de nalgadas, la cosa se tornó más violenta, tomaba impulso y se la dejaba ir con todo, ella lanzaba quejidos de dolor combinado con placer, mi verga cada vez estaba ms cerca del éxtasis!

Le di vuelta y levante sus piernas hasta ver su culo el cual nuevamente penetre con fuerza, nos besábamos nos mordíamos los labios, yo seguía disfrutando del placer de su ano, ella se movía también, su vagina nuevamente escurría, estaba gozando lo que le hacía, sabía que la llenaría de leche así que la tome de las manos y la impulsaba hacia mí, ¡penetrando más su culo hasta casi empalarla!

C: ¡Agh, me duele, agh!!!

L: ¿Te la saco?

C: ¡No!!! ¡Mas, dame más, agh, mas, aunque grite, no la saques!

L: ¡Toma, agh, me voy a venir, me voy a venir!

C: Lléname, agh, dame tu leche papi, ¡dámela agh!!!

L: ¡Dios, no aguanto más, agh, uff!

C: Dios que caliente, agh, mi culo, ¡agh!

¡Comencé a llenarla de semen caliente, la potencia con la que salí era descomunal, ella también escurría conmigo, el orgasmo obtenido era fenomenal, nos besábamos como locos, gozábamos el rico momento, la cama quedo llena de líquidos, su culo lleno de semen caliente el cual escurría bajando a su coño y pasando por sus carnosos muslos!

C: ¡Que rico, que rico!

Reposamos unos minutos, ella se metió a bañar y yo me prepare para salir de su casa, al despedirnos me miro a los ojos me beso salvajemente, yo acaricie su cuerpo desnudo y recién bañado, me sonrió y me dio una nalgada en mi trasero, yo salí de su casa y al otro día al llegar a la televisora me dijeron que sería el nuevo asistente de Carolina Rocha, sabía que nuestros encuentros todavía no terminarían.

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