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Carlitos recibe su esperado premio
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Tiempo de lectura: 7 minutos

En un principio seríamos 7 los amigos de campamento pero debido a conflictos internos uno no obtuvo todos los votos de la "gobernación" para viajar. 

En fin, 3 carpas, cañas de pescar, muchas latas de birras, papas fritas, maníes y todas esas cosas "sanas" para acompañar asados y choricitos que compraremos en su momento durante los 10 días de turismo (semana santa).

Repartimos las carpas en lugares cercanos a los baños y duchas por alguna emergencia. No eran los mejores pero había poca gente alrededor, tenía un parrillero muy cómodo con mesa incluida.

Esta vez fuimos más precavidos y todos habíamos comprado un colchón inflable que era más chico que cama de una plaza pero estaríamos alejados de piso frio y húmedo que ya habíamos sufrido antes otros años.

Carlitos era el dueño de la carpa y como no podía ser de otra manera me tocó con él por 2 razones: Éramos compañeros/socios en el trabajo (al menos el actual) y además éramos amigos desde la primaria.

Llegó la noche, cenamos unos choricitos a las brasas y unas cuantas birras. Cercano a la 23,30 h, Carlitos dice que está cansado y marcha al baño a asearse. Nos quedamos haciendo chistes hasta las 00,55 h.

Fui a los baños, a asearme y lavar los dientes y marché a la carpa. Dentro habíamos llevado un balde con agua para no salir al exterior por si se nos ocurría alguno hacer pis. Era mediados de otoño y el frío seco con viento del sur era respetable.

Me desnudo (como siempre donde sea) y en lugar de irme a mi colchón levanto la manta y me acomodo detrás de Carlitos que parecía dormir profundamente.

¡Ufff! estaba calentito con olor a jabón, pienso se habría duchado antes de acostarse. Le calzo la verga entre las nalgas y quedo pegado con mi mano derecha acariciando su cadera y parte de su colita. Estoy seguro que se ha despertado (si es que dormía) y le hablo en un susurro porque como todo el mundo sabe, las carpas tienen oído:

– Hola, ya debes estar despierto y debes estar preguntándote que hago acá.

– Silencio

– Bueno, no te enojes, pero te cuento que te vi con el flaco en una de las oficinas vacías del tercer piso del edificio XXXX y el flaco que te tenía ensartado en su pija y vos gozabas como loco.

– Silencio

– Espero no te moleste que me coloque aquí, además hace frío y es más fácil calentarse entre dos.

– Silencio

Habrían pasado 5 minutos y mi verga estaba al palo pegada a mi abdomen y entre las nalgas de Carlitos que ahora la abrazaba en todo el largo debido a "suaves e insignificantes movimientos".

Comencé a besarle el cuello al tiempo que mi mano sobre su cadera se deslizó hasta su verga que para mi sorpresa la tenía al palo y goteanado.

– Ohh! mira como estás viejo, ¡debes tener hambre atrasada!

Comienzo hacerle una paja "paraguita"** y noto un muy leve movimiento de caderas acompañando.

– ¿Te gusta? -interrogo sabiendo la respuesta

– Silencio

– Si no te gusta dejo acá y sigues durmiendo que debes estar cansadísimo. Repito la pregunta ya amenazando que terminaré el "masaje" de no recibir una respuesta positiva.

– Si no me sueltas te llenaré la mano de leche en 2 minutos -me dice en un susurro-

– Andáaa -le digo- que vas a terminar nada y menos me vas mojar con leche.

No terminé de decir cuando mueve las caderas ya sin disimulo siento que la palma de mi mano recibe un potente lechazo. Dos segundos después otro y así no sé cuantos más porque mi mano llena de leche calentita y espesa corrió el forro al mango para abajo pajeándole todo el tronco llegando hasta los huevos con leche en toda la mano. La mano toda enlechada se desliza gratamente por todas partes produciéndole un goce tremendo. Termina agitado, intentando no hablar y menos gemir lo que goza, pues nuestros amigos pueden escuchar de seguro.

Yo de pija dura pajeándome entre sus nalgas y mi mano agarrando todo el paquete de Carlitos que trata de respirar más tranquilo mientras continúo con el sube y baja más lento.

– Estás al palo -me dice-

– Si, tu colita me la ha dejado dura.

– ¿Me la querés poner en la puertita y echarme una leche?

– Si quiero pero mejor esperamos que te recuperes. Chúpamela un ratito.

– Dale

– Ojo, no te levantes porque se ve desde afuera, esta carpa no es muy transparente pero la luz que tenemos atrás harán sombras que nos delatará.

Se gira despacio y se corre debajo de las mantas. Comienza una mamada increíble, le aviso 2 veces que afloje porque me acabo. Me ignora y sigue mamando. Le doy una leche que solo le falta el café para desayuno y el colacao para merienda. Se la toma toda y siento su lengua limpiando mi la cabeza de mi verga mientras su mano me exprime hasta la última gota.

Termina y se coloca paralelo a mi cuerpo. Nuestras manos juegan con la verga del otro como quien no quiere.

– ¿Cuántos tíos te están cogiendo? -pregunto-

– Solo el flaco y nos cogemos mutuamente, porque al flaco también le gusta que lo ensarten en una buena verga. Cuando hacemos un 69 se traga toda la lechita y goza como loco. Fue de casualidad que empezamos -antes que me preguntes- Fue un día que su mujer le cortó los víveres como un mes no recuerdo porque y conversando lo convencí que solo se la chuparía sin pedirle reciprocidad pero ya ves, creo que le gusta más que a mi. Juramos no decirlo a nadie ni salir con otra gente ni mujeres ni hombres, por las pestes ¿viste?

Seguimos de charla en susurros durante un ratito hasta que el masaje del tronco y los huevos y me la pone dura. Él no se queda atrás, momentos antes ya la tenía al palo de nuevo.

– Qué linda tenés la pija -me dice mientras me la soba potentemente-

– La tuya no está mal -respondo-

– ¿Me vas a llenar la cola de lechita?

– ¿Querés? ¿Estás seguro?

– Siii -me dice en un siseo casi- Quiero que la entierres hasta los huevos y dejes la lechita bien adentro, al fondo.

Acto seguido me da la espalda y como antes le calzo la verga entre sus nalgas para jugar un ratito.

Mi mano izquierda pasa por debajo de su cabeza llegando a su pecho y mi mano derecha vuelve a su verga. Esta vez estamos súper pegados. Me pajeo entre sus nalgas y siento el agujero de su culo palpitar en mi tronco.

Como es de menos complexión que yo siento que lo tengo prisionero entre mis brazos y manos y lo presiono contra mi cuerpo amasándole las tetas y sobándole la verga. Está totalmente entregado y veo que desea sentir el trozo de carne en su agujero.

– No sigas que me acabo -me dice suspirando-

Muevo mi mano hacia mi verga para mandársela a guardar cuando recuerdo que debo que cerrar la puerta de la carpa por dentro porque corremos el riesgo que en la mañana alguno de nuestros amigos haga acto de presencia para despertarnos y es muy posible nos encuentre en pleno sueño o en pleno 69 o andá saber.

Me levanto rápidamente y pongo el seguro de la puerta que queda trabada con el piso.

Regreso y me coloco detrás para retomar el trabajo.

Me pega 3 chupadas en la cabeza de la verga, nos cubrimos con la manta, me da la espalda y listo para recibirme. Veo, noto que su verga sigue al palo.

Pongo saliva en mi verga, otro poco en su agujero que sobo y le acerco la pija al agujero ansioso.

Empujo, empuja. Insistimos pero está difícil.

La carpa es del tipo "iglu" para 2 personas muy pequeñita así que mi bolsa de viaje está al alcance de la mano y en los bolsillos de afuera tengo las cosas de afeitar incluyendo una crema para piel seca (la mía) que uso en los brazos. Estiro la mano y consigo sacar el pomo de crema que abro presuroso, me pongo en la verga y otro poco en el ano de Carlitos junto un par de dedos que entran fácilmente.

Vuelvo a la posición, Carlitos agarra mi verga y se la coloca en posición. Empuja, empujo y siento que la cabeza de pija entra suavemente al tiempo que escucho un suspiro y un largo siseo.

Nos quedamos quietos unos segundos para acostumbrar las partes, le tomo de las caderas y empujo. Media pija queda alojada dentro de un saque.

Un par de mete y saca despacio y corto y ya la tiene toda adentro.

El placer es casi infinito.

– ¡¡Qué rica pija que tienes!!! -me dice mientras su culo va y viene solito sin que yo me mueva-

– y tú un culito para cogerlo toda la noche -le digo mientras mis manos lo toman de sus caderas ya en un mete y saca. Lento de pero sin pausa-

Bueno, pausa tuve que hacer porque estaba a punto de acabarme.

Carlitos ignora mi pausa y sigue diciéndome en un agitado susurro:

– Desde el primer día que te la chupé quería que me me desvirgaras pero no me animaba por temor a que te enojaras a pesar que transábamos con el 69.

– Si -le digo entre mete y saca- un 69 es una cosa pero garchar es otra mas seria. Además no conozco a nadie que una vez que haya probado deje de hacerlo. Y si no te hubiera visto ensartado y como gozabas esto no estaría sucediendo ahora.

– Lo que tu quieras, igual yo noté que vos me la chupas para complacerme, no porque te guste como a mi. A mi me gusta sentirla palpitar, la suavidad de la cabecita, las venas que se hinchan, masajearte los huevos que te ponen duros y se te pegan al tronco, sentir y ver como brota la leche de la punta de la pija, lechita que sale recién hecha.

Tantas palabras calientes y tanta descripción me recalentó y le digo:

– Quédate quietito unos minutos porque me acabo todo.

Intento distraer mi atención esperando que pase el placer y vuelvo al mete y saca.

– Móntame! montame -me pide desesperado entre susurros y gemidos-

– Nooo, no podemos porque nos verán de afuera con cualquier luz. El sobre techo de la carpa nos cubre pero no da para tapar las sombras.

Seguimos de costado. Se dobla para que su culo quede más expuesto y se pajea como loco mientras los apretones que me da su culo me ponen loco otra vez.

Le tomo la verga y lo pajeo unos momentos pero me resulta incómodo. El toma la posta y vuelve a su paja en minutos me dice:

– No aguanto más, me tienes loco con esa pija, voy acabar otra vez, dame tu leche, dame tu leche!!!

– Siii ahí la tenés -le digo en el oído ya imposibilitado de aguantar la leche que está en el caño-

Empujé hasta sentir que mis huevos chocaron en la entrada de su ano y le largué toda la leche. Se acabó como un caballo y yo igual, los apretones que me daba su culo eran mortales. Estoy seguro me secó al menos un huevo… o los dos.

Mi se verga se fue achicando muy lentamente para terminar saliendo de la cueva que chorreaba lechita. Nos dormimos casi enseguida sin decir palabra y sin lavarnos (menos mal que se había hecho una lavativa antes de ir a dormir, me enteré después)

No me cambié a mi cama y el amanecer nos sorprendió como habíamos quedado en la noche anterior.

Eran las 6.25 más o menos cuando siento que me maman la pija y me soban los huevos justo como me gusta.

Abro los ojos y ahí estaba él, y también estaba al palo, al alcance de mis labios la pija de Carlitos esperando una boca solidaria.

Pensé en hacerme el dormido y alargar el juego pero era muy posible alguno de los muchachos viniera a despertarnos para tomar un café, encender el fuego o algo así que como en los viejos tiempos me le prendí a mamar con fuerza para terminar rápido, poder ir bañarnos sin tránsito o con la menor cantidad de gente posible, que por suerte y generalmente en los camping se levantan tarde.

Basta decir que fue un tremendo 69 con una lechada de novela. Carlitos bien vicioso se tragó toda la lechita y si lo dejo seguir jugando todavía estaríamos en el camping.

No esperamos casi nada, nos lavamos un poco en el balde con agua y marchamos rápido a las duchas. Por cierto, tuvimos que vencer la tentación de otro polvo en las duchas, ese día, porque después agarramos la onda de los horarios y si que nos echamos terribles polvazos que no sé cómo no quedamos infartados ahí dentro.

Las ojeras nos llegaban a las rodillas… anoche no dormimos bien les dijimos a los que preguntaron, y era cierto.

—————————————

** Masturbación/Paja estilo "paraguas / paragüita": Se toma el pene con los 5 dedos sobre el glande que debe estar cubierto por el forro.

A continuación se sube y baja solo hasta pasada la cabeza (glande).

El forro permite un masaje sin esfuerzo ni aceites o cremas y es muy gratificante en especial si la mano es de otra persona.

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