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Carla: haciendo un gran favor y de vacaciones
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Dos cosas sorpresivas ocurrieron en el mismo día. Primero fue la llamada de M, el de la multinacional, invitando a Carla a acompañarlo en el hotel tres días que él debe visitar Asunción.

Desde luego por placer y conveniencia, de acuerdo a lo acordado desde que se conocieron, la respuesta fue un sí enfático. A Carla le encanta M y todo lo adjunto a una estadía con él. Un fin de semana completo y un lunes, no le molestaban para sus estudios, ni para los trabajos encargados por los profesores.

No habían pasado ni dos horas de esa llamada, Carla ya preparaba el viaje, cuando le llega una llamada de “La Tejedora”, no es que tuviera ahora algo que ofrecerle a Carla, sino que le pedía un favor, gran favor.

—Tengo una conocida, una dama en todo sentido, mamá inclusive, que tiene necesidad de sexo y quiere que le consiga a alguien muy especial… me ayudas?

-Conocida? Amiga? Y que quiere? Me estoy yendo a Paraguay, pero queda Sergio y puede ayudarte con todo gusto.

—Es de altísima sociedad, casi 50 años pero impecable de físico y cara. Quiere tener una tarde de abundante sexo, en mi casa, por discreción, y el hombre seleccionado debe ser muy dotado y debe aceptar que en todo momento ella cubra totalmente su cabeza con un pasamontañas de seda, suave y con apertura generosa en la boca para poder besarse. Tenés a alguien recomendable?

-Claro que sí, y tengo una idea. Sergio la instrumentará y la va comentando contigo, pues me voy a unas mini vacaciones con encuentro en Asunción. Sergio te llama ok?

—Ok, y que tengas buena estadía y disfrutes todo!

Me pasó Carla el tema a mí, y la travesura que había pensado al toque, aún sin hablarla con La Tejedora. Me encantó, y me dispuse a llamarla, bien encerrado en mi oficina.

Llamada, saludos de rigor, y su acuerdo a que yo me encargara del tema. Acuerdo total. Pasé a las preguntas.

La señora ponía restricciones de edad? De raza? De físico (más allá de ser bien dotado)? Restricciones de clase? Desea la señora certificados de salud?

Las respuestas fueron de lo mas simple. Sin restricciones de edad, raza, físico ni clase (aunque si fuera clase media, digamos, mejor y no clase alta por peligro de conocerse). Sin dudas con análisis completos de salud, la dama quiere disfrutar como disfrutaba en su casa, cuando disfrutaba. Y la señora no practica sexo anal. Le expliqué el truco que tenía pensado y le encantó, sin dudas aunque la sorprenderíamos, la solicitante estaría de acuerdo.

Pese a mi insistencia, no obtuve dato ninguno de la solicitante. Solamente que es una dama de altísima clase, desatendida. Y que tapará su cara.

De inmediato me puse en contacto con los dotados elegidos. El portero del edificio del Golf, por anonimato total, y el chofer/guardaespaldas de la embajada en la cual tuvimos(ya no), un embajador novio fijo de Carla. Y por las dudas, sin garantía de que ocurriera algo, pero siempre fiel, Pía estaría a la orden en zona Carrasco.

Ambos aceptaron gozosos, el portero iría primero, supuestamente sería el único que la señora había pedido. De ese modo quedaba libre para llegar en hora al edificio. El chofer, iría como sorpresivo segundo, con la tarde libre que podía gestionar sin problemas.

La dama los esperaría vestida a su gusto y con la máscara de seda puesta, en un dormitorio de la casa de L.T.

Así, además, podrían llegar los dos varones sin que ella los viera ni sospechara.

Se coordinó la escapada de la dama para el día siguiente, nunca es fácil, pero ayudó que pasaría la tarde en casa de La Tejedora, señora amiga y altamente respetada por quienes desconocen su actividad secreta.

Mientras tanto, ya al día siguiente, Carla estaba en Asunción, llegando al hotelazo al que siempre va M, donde la recibieron de la mejor manera y la instalaron en la suite del amigo. Tenía toda la tarde libre hasta que M llegara de trabajar y salieran a cenar.

Lo siguiente fue una tarde de compras, fondos no faltan, y el reencuentro con M.

Pocas palabras y de inmediato, polvazo sobre la cama semi vestidos, el vestido de Carla arrollado a la cintura, una teta afuera forzando el escote, y en cuatro a la cama, con la tanga corrida a un costado. M le lamía la concha desesperadamente, se sacó los pantalones y peló la verga sin sacarse el bóxer.

Dura como piedra, muerto de ganas, la clavó a fondo. “la verdad Sergio, me puse como loca, gemía y gritaba, me encantó el deseo que tenía de mí”. Acabó en poco rato, el vestido todo manchado de lo que escurrió, a una bolsa de polietileno, y de regreso al lavadero en Montevideo. Se la chupé y se la dejé bien limpita, me escribió. Nos bañamos juntos, nos fuimos a cenar, y al regresar sexo interminable, dos polvos mas. Y un buen rato contándome los planes que tenía para el día siguiente después de una cena con dos ejecutivos de otras compañías, pero eso será tema del siguiente relato.

Llegado el momento del gran encuentro en casa de la tejedora, con los dos amigos en el coche y Pía a la orden no muy lejos, llamé a La Tejedora. Sí, la señora ya llegó, y sí, lleguen en diez minutos y ella ya estará en el dormitorio esperando.

Llegamos en ese plazo. Dejamos el coche a una cuadra y fuimos a la casa. Nos recibió L.T. al instante, y casi sin hablar, por si la interesada, llamémosla F para brevedad, nos oía, dirigió al negro N a otro dormitorio, y conmigo y con P el portero fuimos a ver a F. La dueña de casa entró primero y le explicó que entraría el hombre elegido, buena persona, sano comprobado, y guardia de seguridad y portero. A F le pareció perfecto, y entonces L.T. le dijo que me presentaría a mí, pareja de Carla que era quien había ayudado en la gestión y de viaje en ese momento.

P, a pedido nuestro se había desvestido totalmente, y L.T. hizo un movimiento afirmativo de cabeza al ver lo que le colgaba.

Entramos primero ella y yo, me presentó a F, que me agradeció haber colaborado y pidió disculpas por cubrirse el rostro totalmente.

Por mi parte le dije que lo habíamos hecho con gusto y alabé sinceramente su cuerpo, alta y esbelta, en combinación de tanga y sostén, y con tacos. A manera de chiste expresé mi dolor por no tener el tipo de dotación buscada, a lo cual respondió con una sonrisa visible por la apertura de la máscara a la altura de su boca, un poco mas de la apertura necesaria, por si se diera besar o chupar.

Hicimos entrar a P. Verga caída, larga, con mucha piel y bien cubierta la cabeza, formando apenas un orificio al recubrir el glande, pero que al conocerlo ya sabemos que destapa la cabeza totalmente llegado el momento.

Fue ver a F y ya empezó a pararse la pija. Atinó a decir “mucho gusto señora” y ya nosotros nos retiramos.

L.T. dijo a F, quieres la puerta entreabierta por si necesitan algo? Con lo cual daba a entender que protegíamos su seguridad. Ella asintió.

Luego supimos, por la conversación entre damas y lo que me contó el portero, lo ocurrido. Ambos relatos coincidieron en todo.

F curiosa, mujer solamente de su marido, se acercó a P y tomó en sus manos la verga aún no del todo dura, miró la cabeza tapada de piel y el orificio del extremo, las arrugas de la piel del tronco… encantada. P directamente le quitó el sostén y comenzó a acariciarle los senos, firmes gracias a un excelente cirujano y de pezones y areolas rosados. Ella seguía encandilada con la pija de P, la cual acariciaba sin llegar a masturbarlo. Repentinamente, levantó la cabeza como pidiendo ser besada, y P no dudó, mas que besarla le metió la lengua todo lo que pudo, ella, sorprendida, no respondió mucho y P moderó su ímpetu y pasó a beso de labios y juego suave de lengua, mientras su pija se petrificaba.

En un momento ella le dijo: —Perdón no tengo experiencia con extraños, y desatendida por mi marido.

—No se preocupe señora, déjeme hacer y sígame y si algo no le gusta me lo dice.

Se agachó y le sacó la tanga, mojada. Un par de lengüetazos y la concha se humedecía y el clítoris apareció.

Ahí nomas se lo empecé a lamer y se desesperaba dijo P. Volvió a subir, seguían parados, y le acarició y chupó las tetas, y después a besarse con mucho mas énfasis, ella ya seguía sus deseos.

F le contó a L.T. que mientras tanto P le refregaba la verga en la concha, y que ella se moría de deseos de solamente sentir como iba y venía el miembro entre los labios de su concha.

Un delicado empujón de P indicó a la homenajeada que se acostara, cayó de espaldas, piernas abiertas, y justamente allí fue a parar la boca de P , lamiendo la concha sin parar hasta que él se incorporó y le acercó a la boca la verga, todavía de cabeza tapada y con una gota de pre seminal en el orificio del glande. Mirá lo que te espera, le dijo. Y ella instintivamente comenzó a chuparlo suavemente mientras él le acariciaba la concha.

Sacó la pija de la boca y ella le destapó el glande con sus manos. Recordando lo que le habíamos pedido, P dijo: ponete en cuatro y gozás mas!

Así lo hicieron y ella dijo que cuando se la iba metiendo se sentía cerca del cielo, hasta que le entró toda y empezó él a moverse y ella a acompañar. Ahí empezamos a oír desde afuera de la habitación… Ayyy sí, sí, que bien me cogés. Más, más por favor, tanto tiempo sin coger, más por favorrr. Me acabo! Corrí a buscar al negro, era evidente que ella había acabado y P no demoraría mucho.

Según le pedimos, P anunció a su vez: Ahí voy! Ya , yaa. Y le acabó unos buenos chorros, deliciosos de sentir según F.

Entró L.T. Y dijo terminaron?

Y F en un gemido: Quiero mas, quiero mas.

—Pero P debe irse.

—Estoy ardiendo que se quede!

—No puede, debe trabajar, pero…

—Que?

—Con Sergio previmos que podía pasarte esto, estas muy necesitada, y mira lo que tenemos…

Allí entramos N y yo.

Nos tomamos la libertad de traer a N por si querías mas.

N de torso descubierto, trabajado, se descalzó, lentamente bajó su pantalón y para sorpresa de F no traía bóxer ni slip… solamente su tremenda verga colgando, tan negra como todo su cuerpo.

F no podía creer lo que veía, se intuía el asombro en los ojos que veíamos en su máscara.

—Es para mí?

—Claro que es para ti.

La verga de N, cuando el veía la concha ya llena de leche de F y su excitación evidente, ya estaba casi casi dura.

Los dejamos, sugerí. Y salimos la dueña de casa y yo.

Comentamos lo excitada que está F y si dábamos el paso siguiente. Yo aseguré que cubriría lo de Pía, y la llamamos que viniera.

Desde el dormitorio, después lo supimos, la acción empezó con ella chupando la poronga de M, lamiendo y dando mordisquitos, cuando estuvo como hierro, N ni preguntó. La puso boca arriba y en misionero empezó a puntearle la concha, cada toque de la cabeza a la concha era un gemido de F… hasta que de pronto, aprovechando la concha de F llena de la leche de P, N aprovechó y empujó con fuerza. Media verga adentro.

— Te gusta?

—Sííí, seguí, metela toda!

Dicho y hecho… Ayyy sí, dame! Dame mas!

Y según nos contaron ambos, el cuerpo de ébano de N empezó un frenético vaivén que no duró mucho.

Sí, sí, acabame así! se siente caliente y divino, seguí.

Evidentemente N no decayó y mantuvo la pija dura para un segundo polvo. Pero cambiaron de posición. Aleccionado ya saben por quienes, N se sentó al borde de la cama y se hizo montar por ella de frente a la puerta, dándole la espalda a él que le acariciaba el culo con un dedo bien ensalivado.

Ella comenzó a subir y bajar sobre el enorme tronco que tiene N, y comenzamos a oír desde afuera el clásico plaf plaf de una concha llena de leche subiendo y bajando sobre una pija, golpeando la base de la verga en cada bajada.

Pasado un rato, suponiendo que N no aguantaría mucho mas, L.T. Entró con Pía desnuda de la mano, ya Pía y N sabían lo que pasaría y para F no hubo ni presentación ni nada. Simplemente Pía se arrodilló frente a ellos, la concha que subía y bajaba, y el tronco bañado en flujo y leche, al alcance de su lengua, y vaya si empezó a lamer!

Todo lo que salía de la concha de F, Pía lo tragaba, y sus lengüetazos se estiraban hasta el clítoris de F.

Cuando N acabó por segunda vez, F pudo tomar aliento, su capucha un poco ladeada para tomar aire mejor, vimos algo de su cara, muy bonita por cierto.

Y todo esto que fue?

Un regalo. Acaso te molestó? Dijo La Tejedora.

Nooo! Pero me sorprendieron! Me encantó todo. Este muchacho es un semental, y P muy bien.

—Vení tú, seguime chupando, como te llamás?

—Pía.

—Que rico como me limpiás!

Gracias por todo amiga, dijo a L.T.

Satisfecha?

Desesperada por repetir! Dijo F mientras Pia habiendo limpiado la concha le lamía el culo.

Disculpe, pero me permite? Pregunté.

Claro! Esta chica me vuelve loca con lo que me hace!

Al instante estaba ella en cuatro y yo clavándola, ya desnudo a la velocidad del rayo. Pía, entusiasmada, la besaba con los labios llenos de leche, y yo no fui, por cierto el que mas demoró en acabar. Mas trabajo para Pía, aquella concha había quedado saturada de leche.

Nos fuimos duchando y yo me llevaba a N mientras Pía se fue en su auto, pero como F se quedaba un rato mas en casa de su amiga, nos despedimos en conjunto, y una promesa fue hecha… Esto se va a repetir dijo F, aún enmascarada. Y todos dijimos ojalá! Y mejor!

Imposible, dijo ella. Y nosotros sonreímos.

Fue excelente lo que me organizaste le dijo F a su amiga.

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