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Campamento de fetiches (parte 1)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Este relato, incluye fetiches sobre pantaletas usadas, orina, scat ligero. Si no te gusta nada de eso mejor abandona este relato.

Está historia que voy a contar, sucedió hace algunos años. Yo tenía una novia llamada Laura con la que congeniábamos bastante bien dije todo en las cuestiones sexuales, con ella practicamos toda clase de perversiones desde los más simple como el sexo anal, hasta cosas más sucias, cómo lluvias doradas, tríos etc. La voy a describir un poco; ella es bajita, mide aproximadamente 1.50, cabello largo negro que llega a hasta sus hermosas y grandes nalgas, unos hermosos y pequeños senos, su piel es blanca y su cuerpo bastante torneado cómo de adolescente.

Ella tenía un par de amigas bisexuales con las cuales de hecho ya habíamos realizado algunas cosas debido a la naturaleza liberal de nuestra relación, Laisha, una pequeña pervertida con un culo pequeño y respingado pero con unas enormes tetas dignas de campeonato y las mejores rusas. Y Atziri, una gordibuena de tetas pequeñas pero eso sí, con un culo enorme que podría y asfixiar cualquier rostro que se propusiera.

En vacaciones de verano empezaron a organizar unos días de campamento en una cabaña alejada del ruido y el ajetreo de la ciudad, obviamente yo estaba encantado imaginando toda la clase de cosas que podrían pasar durante la semana que estaríamos ahí.

Por fin llegó el día esperado por lo que me encargué de llevar provisiones suficientes tanto de comida como de alcohol para ahí liberar tensiones y hacer más amenas las noches, pasé primero por Laura que iba vestida con una vaporosa blusa que dejaba ver sus pequeños pezones y una falda blanca arriba de la rodilla al sentarse a mi lado y saludarme con un apasionado beso y apretón de verga se acercó a mi oído para advertirme que no traía más que una pequeña tanga que yo fácilmente podía correr para meter mis dedos a placer en su conchita.

La siguiente parada fue para recoger a Laisha y Atziri, Laisha llevaba un provocativo top rosa que dejaba ver sus enormes tetas y una licra blanca que mostraba que llevaba puesta unas panties a juego pero del tipo más colegial, Atziri llevaba unos jeans que resaltaban sus enormes nalgas y una blusa que dejaba ver su figura y sus pequeñas tetas.

Durante el camino las chicas de iban durmiendo, lo cual aprovechamos con mi novia para tocarnos mutuamente, a ratos ella me masturbaba y otros ratos aprovechaba para meterle un par de dedos en su Cuca.

Al fin al llegar empezamos a instalarnos, Yo me puse a encender la chimenea mientras ellas bromeaban y empezaban a consumir bebidas embriagantes. La tarde noche pasó muy tranquilamente entre bromas y anécdotas, ya un poco ebrias (Yo me limité a beber lo menos posible esperando lo que iba a pasar).

Y pues empezaron a salir los temas sexuales, que si cuál era la posición sexual favorita de cada quien, la parte favorita del cuerpo, etc. En ese punto a Laisha se le ocurre preguntar si teníamos algún tipo de fetiche raro, Atziri dijo que ella tenía cierta fijación por los pies y el olor del miembro masculino.

-explícate, le dijo Laura

-pues así es, me pone muy caliente acariciar pies, olerlos e incluso lamerlos y meterlos en mi boca. De igual manera con el pene, me encanta antes de hacer una mamada pasar mi nariz por todo el miembro y los testículos, dijo Atziri.

Nos dio algo de risa, pero normal sabiendo que todos teníamos fetiches más fuertes. A continuación Laisha pidió que por favor fuéramos de mente abierta, qué sus fetiches más grandes no eran algo tan común, le dijimos que no se preocupara.

-mi fetiche más grande es el ano, me encanta verlos de cerca, lamerlos y saborearlos, después de eso, mi fetiche es la humillación, sentirme una total puta dominada y a Merced de quién me esté follando.

Quedamos algo sorprendidos pero aun así todo dentro de lo normal.

Fue el turno de Laura, mi novia

-pues mi fetiche más grande ha sido los pechos, tanto de hombres como de mujeres, de hecho, cuando estamos cogiendo de misionero con Víctor, me encanta perderme lamiendo sus pezones mientras me penetra muy fuertemente.

-Y cuál es tu otro fetiche? Dijo Laisha

-no se si me atreva a contarlo. Dijo Laura

-Vamos! aquí todos parejos. dijo Atziri.

-Está bien, pero esto debe quedar solo aquí. Un día que estábamos borrachos con Víctor se le ocurrió la idea de orinarme encima, al principio dudé, pero mientras recibía su orina en mi boca y cuerpo sentí una gran excitación, y eso me provocó varios orgasmos seguidos.

Las chicas se nos quedaron mirando sorprendidas y un poco robotizadas, pero después empezaron a preguntar, que si como sabía la orina, que si en verdad era excitante y que tal vez sería bueno probar algún día.

A continuación me preguntaron con mucha curiosidad cuales eran mis mayores fetiches.

Me sentí un poco apenado ya que las tres me observaban muy atentas, y pues les expliqué que yo siempre he Sido alguien de aromas, mi primer fetiche fueron las bragas usadas de chicas, que desde adolescente aprovechaba las oportunidades para ir a los cestos de ropa sucia de conocidas para oler sus intimas prendas.

-Eres un gran pervertido. Dijo Atziri – de seguro ya has olido las bragas de nosotras.

Me tuve que sincerar y les dije que ya en diversas ocasiones lo había hecho, que incluso ya conocía el olor de vaginas y culos de las 3 chicas presentes y que siendo sinceros, Laura me había acompañado en mi fetiche en varias ocasiones.

Soltaron una enorme carcajada

-Eso me da algunas ideas. dijo Laisha. -Creo que las podremos en práctica un poco más adelante, pero dinos, cuál sería tu segundo mayor fetiche.

Yo sin dudar un poco, les confesé que me encantaban los anos femeninos, su aroma, su forma y su sabor.

-De seguro debes ser de esos tipos que se exitan incluso con los gases. Dijo Atziri.

Yo me quedé callado lanzando una mirada cómplice con Laura, ya que en diversas ocasiones habíamos llevado a la práctica eso, en algún momento mientras ella me practicaba un beso negro, accidentalmente solté un gas. Lo cual la puso muy caliente y de ahí surgió nuestro fetiche haciéndolo el uno al otro.

-Son el tal para cual. Dijo Laisha. -Lo malo es que en las ocasiones que hemos hecho tríos no lo han compartido para poder disfrutar también nosotras de sus cochinadas.

Yo me reí y le pregunté si de verdad le entraría a esos fetiches, ella sin dudar dijo que le fascinaba todo lo que hacíamos y que si pudiera iniciaría una relación formal con ambos para poder disfrutar de la sexualidad como nosotros la vivimos.

-En fin. ¿Cuál es esa idea que mencionabas hace rato? Pregunté

-Pues vamos a averiguar si eres tan experto en nuestros aromas y sabores como has dicho.

-¿Cuál es tu idea?

-vamos a vendarte los ojos y a ponerte varias pruebas a ver si es cierto que sabes distinguir entre cada una de nosotras.

Me pareció interesante y bastante excitado acepté.

Laura se encargó de ponerme la venda, la primera prueba sería reconocer el aroma de la vagina y culo de cada chica por encima de la ropa que traían puesta. Sentí en mi nariz primero un rose delicado y posteriormente una presión más fuerte de una concha, aspire profundamente y por mis fosas entro al aroma inconfundible de una vagina, después de estar respirando por un minuto se dio la vuelta y sentí como unas nalgas iban cobijando mi rostro, hasta que la raja de su culo quedó cubriendo mi nariz, aspiré profundamente hasta sentir un aroma leve a culo que me empezó a provocar una erección, por supuesto ya había reconocido a quien pertenecía ese aroma, pero no dije nada para continuar deleitándome un rato más, después de unos minutos por fin se retiró.

Hubo un silencio y unas risas ahogadas cuando sentí una nueva vagina acercándose a mi, empecé a aspirar llenando mis pulmones de ese aroma inconfundible, después de unos momentos cambio de posición y de nuevo cubrieron mi rostro unas nalgas que se restregaron en mi cara, empecé a aspirar y de nuevo reconocí este aroma y aproveché para seguir disfrutando hasta que por fin se retiró.

Por último se acercó quien faltaba, está tenía un aroma especialmente fuerte a hembra en celo, incluso creo que podría haber olido a medio metro de distancia, la chica empezó a restregarse contra mi nariz como queriendo masturbarse con ella, después de giro y continuó masturbando su ano contra mi nariz con más desesperación cómo queriendo meterla dentro de su recto, después de prolongar bastante esa escena finalmente se retiró.

Era hora de dar mis resultados.

Me quite la venda y las vi a mi alrededor más rojas que de costumbre, lo que indicaba que realmente les había excitado la escena.

-¿De quién era cada vagina y culo? ¿Y como llegaste a cada conclusión? Me preguntaron

Yo con toda seguridad les dije que en primer lugar fue Atziri, ya que tenía un aroma suave y dulce en su coño, el cual ya había reconocido en alguna ocasión que olí sus bragas, y pues el culo por su enorme tamaño, hacia que los olores de su ano se conservarán más fuertes y que obviamente tuve que enterrar más mi nariz para poder acceder a su ano.

En segundo lugar fue Laura, era obvio que ese aroma ya lo tenía grabado en mi memoria debido a toda nuestra carrera como amantes, un aroma más fuerte y con restos de la masturbación que me di en el camino, y el aroma de su ano ya lo tenía también grabado de nuestras sesiones de sexo anal al cogerla de perrito.

Y por último Laisha, que indudablemente estaba ovulando, ya que era el aroma más fuerte de todos, con un toque de acidez, y pues el aroma de su ano también era ya reconocido porque a veces esa chica sin pudor ser la pasaba tirándose gases y parte de ese aroma quedaba guardado en esa zona de su trasero.

Me felicitaron y me dijeron que me iban a premiar por haber atinado a todo, Primero Laisha se empezó a desnudar, se quitó la pantaleta, me mostró que estaba sucia de fluidos en el puente y traía una pequeña mancha café en la parte del ano, se acercó y me la dio a oler.

-aquí tienes tu primer premio.

Después Atziri siguió sus pasos y también me entregó su pantaleta negra, que dejaba ver un manchón blanco en la parte que hace contacto con la vagina, por último Laura se quitó su tanga blanca y me la restregó en la cara.

Ahora va la segunda parte de tu premio.

Yo me sorprendí porque pensé que ahí había acabado todo, pero no.

-¿cuál va ser mi segundo premio?

-tu dijiste que tenías una fijación por los anos, así que está noche, vas a poder oler, lamer e incluso penetrar tres de ellos.

Las tres de pusieron en posición de perrito apuntando sus nalgas hacia mi, Yo me empecé a acercar a ellas e inicié a darme un festín acariciando las nalgas de una y de otra, quejándome de no tener más brazos para poder disfrutar de ese oloroso buffet, después empecé a concentrarme de una en una, primero en mi novia Laura, abrí sus hermosas y blancas nalgas para descubrir su fruncido agujero, acerqué mi nariz y comencé a oler directamente de la fuente, Laura es muy limpia, por lo que su ano no tenía más que el olor natural a sudor mezclado con sus jugos vaginales, comencé a lamer y a dilatar un poco con mi lengua para ir preparando el camino a mi verga, después pasé al culo de Atziri, que como ya les había comentado, es el más grande de todos. Le dije que me ayudara a abrirlo con sus manos, delante de mi apareció un ano marrón, este si tenía un ligero olor a cola ya que al estar encerrado entre esas enormes nalgas guarda mejor el aroma, después de inspeccionar y oler un rato sumergí mi lengua tratando de entrar lo más profundo que podía, después y para terminar me acerque al culo de Laisha, está chica es la más descuidada y pervertida de todas, de alguna manera como ya sabía lo que me esperaba la dejé para el final, abrí despacio sus nalgas de burbuja y al abrir su ano mis fosas se llenaron del olor a culo que provenía de su ano sucio, al inspeccionar de cerca vi como los pliegues de su ano estaban llenos de restos de mierda seca, no demasiados pero lo suficiente para dar ese aroma característico de un culo de mujer mal limpiado, empecé a lamer superficialmente y cada vez más profundamente hasta dejar ese culo bien limpio por fuera y por dentro, está zorra empezó a gemir y unos instantes después se corrió en un copioso squirting.

Después de ese show empecé a alternar las penetraciones en el culo de una y otra, y mientras yo taladraba el culo de una, las otras se encargaban de estimular a la mujer follada en turno, lamiendo sus senos, besándola o dándole a probar un coño mojado. También cuando parecía que la lubricación anal se iba acabando de encargaban de escupir para lubricar nuevamente.

Finalmente después de una hora de estar follando, me corrí en el culo de Laura, cuando saqué mi verga y empezó a escurrir su culo con la mezcla de mi semen y jugos anales, Laisha se apresuró a lamer todo lo que salía, Atziri se acercó igual y empezaron a compartir esa mezcla blanca y café en un beso apasionado, después se les unió Laura probando así el sabor de su mismo culo.

Así terminó aquella noche los cuatro tirados y desnudos frente a la chimenea.

Las siguientes noches fueron a veces más pervertidas y desenfrenadas, pero eso se los contaré en una segunda parte.

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