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Calzones de mi cuñada y mi suegra
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Mi historia comienza cuando conocí la casa de mi exnovia. La distribución de su casa era muy rara y por algún extraño motivo tenían la lavadora en el baño.

Las primeras veces que fui a su casa no prestaba mucha atención, solo iba al baño para cagar u orinar después de que mi exnovia me jalara la verga a escondidas en su cuarto o me hiciera un oral.

En algún momento se me ocurrió asomarme dentro de la lavadora y vaya que me llevé una gran sorpresa. Encontré que había unos jeans enredados de mi cuñada (la cual tenía 20 años). Decidí sacarlos y encontré que adentro estaba su brasier y el calzón que se había quitado antes de bañarse.

En esa primera ocasión solo admiré todo el flujo que había en la parte que tenía contacto con su vulva. Y pese a que no me lo acerqué a la cara, pude percibir ese rico olor a fluidos de una mujer joven y virgen (mi cuñada era muy tímida y se veía a kilómetros que nunca había tenido relaciones). La combinación perfecta entre sudor, fluidos y seguramente unas gotas de orina, hacían desprender un olor adictivo.

A partir de ese momento, siempre buscaba pretexto para ir al baño y como soy un hombre que se toma su tiempo para cagar, mi exnovia nunca sospechaba algo al respecto. Después empecé a encontrar calzones de la mamá de mi exnovia (era una mujer de unos 50 años con buen cuerpo). Era delicioso oler ese aroma de mujer madura, que era mucho más penetrante que el de mi cuñada.

Llegó un punto en el que llegando a casa de mi exnovia, le comentaba que tenía que cagar y me iba a oler y lamer los calzones de su hermana y su mamá. Colocaba el calzón de su mamá alrededor de mi pene y me empezaba a masturbar mientras que con la otra mano sostenía el calzón de mi cuñada en mi nariz y en mi lengua. Creo que han sido de los orgasmos más intensos que he tenido en mi vida. Me excitaba mucho el tener ese aroma fresco para irlas a saludar inmediatamente después con un beso en las mejillas. Era como si las saludara pero tendiendo presente el sabor y aroma de sus fluidos.

En una ocasión, mi exnovia salió del país por un tiempo. Cómo me llevaba bien con su hermana, un día fuimos a un parque de diversiones ella y yo. Cuando regresé para dejarla en su casa, mi suegra me invitó a cenar, a lo cual accedí sin pensar que lo primero que haría mi cuñada era meterse a bañar mientras yo platicaba con mi suegra. Al terminar de bañarse, de inmediato fui a buscar ese valioso tesoro y ahí estaba. El calzón recién quitado y con todas las manchas y aromas después de un día intenso de caminar, gritar y sudar en el parque de diversiones. Cómo no había tenido sexo en varios días debido a que mi novia no se encontraba en el país, la cantidad de leche que tenía guardada en las bolas era grande y tras oler ese manjar, salpiqué todo el baño con mi semen. Me sentía como un semental.

Una de las mejores veces fue cuando me quedé a dormir en su casa. Al despertar, la hermana y la mamá de mi exnovia se acababan de bañar porque iban a salir. Al irse de la casa, me quedé solo con mi exnovia pero le dije que tenía que ir a cagar. De inmediato me asomé a la lavadora y wow. Hasta arriba estaba toda la ropa de ambas. Continúe con mi rutina de probar y oler ambas prendas (en esta ocasión aún estaban muy húmedos los calzones), sin embargo, anteriormente tenía cuidado de no mancharlas de semen, pero en esa ocasión no pude más, mi suegra y mi cuñada debían de tener un poco de mi leche en sus prendas. Seguí y seguí hasta explotar y dejar un poco de mi leche en ambos calzones, justo en la parte en la que estaba sus fluidos vaginales frescos.

Al terminar, sequé bien mi pene con ambos calzones, y retiré el exceso de semen de los dos, dejé las bragas en su lugar y regrese con mi exnovia. Cuando regresé al cuarto con mi exnovia, lo primero que hizo fue sentarme en su cama, ponerse de rodillas y amarrar su cabello. ¡Me hizo un oral brutal! pero lo que más me volaba la cabeza, era pensar que seguramente mi pene tenía un poco el sabor de mis cuñada y su mamá. Estaba tan caliente que no sé de dónde me volvió a salir una gran carga de leche directo a la boca de mi exnovia.

Finalmente, puedo cerrar diciendo que esa dinámica se volvió muy constante. Cálculo que lo hice unas 20 o 25 veces, hasta que terminé mi relación con ella. Es algo que extraño mucho y que sin duda seguiría haciendo. Lamento no haber grabado algún video o tomado foto pero en fin, esas deslechadas ya nadie me las quita.

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