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Betty la nalgona
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Ya les conté de Betty una compañera buenísima con la que di un curso y de ahí me fui a darle verga, ahora les contare otra historia con ella y es que Betty si esta en mi top de viejas riquísimas, sus ricas piernas morenas y su enorme trasero, además de la forma tan rica que coge y es, ¡por eso no podía cogérmela solo una vez!

Esa ocasión ella me visito en mi oficina, eran como las 7:30 pm y ya solo estaba yo y el vigilante ya que los demás salían las 6:00 pm, ella lucía una minifalda naranja enseñando sus deliciosas piernas, también una blusa escotadísima que me paraba el palo solo de verla.

B: ¡Todavía tardaras, es que ya es tarde!

L: ¡Lo siento nena, la chamba es la chamba!

B: ¡Si, pero quería unas chelas, ahora que hago jajay!

L: ¡Relájate y todo pasara rápido!

Yo concentrado en mi trabajo, pero no podía dejar de mirarle las piernas y sus ricas caderas, ella las cruzaba y me enseñaba de mas, ella disfrutaba excitarme, yo ya quería terminar para salirme con ella y cogérmela, ¡pero el trabajo se complicaba!

B: ¡Tranquilo Luis, deja te doy un masaje!

L: ¡Es que esto no queda, está bien nena, lo necesito!

Comenzó masajearme los hombros, la verdad masajeaba muy rico, el estrés empezó a desaparecer en cada movimiento de sus delicadas manos, ¡además el sentir como me pegaba su cuerpo empezó a excitarme más!

L: ¡Que rico, Betty sí que sabes relajar!

B: ¡Cuando mi novio llega a si, lo calmo con eso!

L: ¡Y con que más jajá!

B: ¡Jajá, con final feliz!

L: Uf, ¡espero me des a mí también jajá!

B: Jajá, aquí, como crees, ¡jajá!

Charlando y masajeando paso de relajarme a excitarme, entonces yo con mis manos le empecé a acariciar las piernas, ella no me decía nada solo sonreía, mis manos se deleitaban con esas piernas y poco a poco subían a su cadera.

Ella volteo la silla y se me sentido encima, comenzamos a besarnos y acariciarnos mutuamente, nuestras lenguas jugaban y mis manos ya estaban debajo de su falda.

L: ¡Me prendes mucho Betty!

B: ¡Luisito, aquí no, sabes que es peligroso!

L: ¡Ambos amamos el peligro y lo sabes!

Me quite la camiseta ante la irada atónita de ella quien volteo hacia la puerta, yo seguí acariciándola y besándole el cuello, mi verga empezó a endurecerse y ella al sentirla inmediatamente se dejó llevar, le quiete su blusa y su sostén, empecé a devorar sus ricos pechos, ella me acariciaba el cuerpo y mis manos hacían lo mismo con sus nalgas, estábamos perdidos y excitados, ella me empezó a bajar el pantalón junto con mi bóxer y saco mi verga que ya estaba durísima por lo acontecido minutos antes.

L: ¿La vas a meter a tu boca?

B: ¡No sé! ¡Qué tal si me ven!

L: ¡La cámara apunta a otro lado y el vigilante no sube hasta que me voy!

B: ¡Jeja, que adrenalina, entonces déjame devorarte!

Empezó hacerme un rico sexo oral, me lamia los testículos y metía todo lo que podía a su boca ¡que rica! ¡Decía mientras mi verga era engullida por ella!

Estuvo chupándomela por unos 10 minutos, el placer que me dio hizo que me olvidara que me podían ver, ¡en ese momento solo quería montar a esa hembra!

L: ¡Ven mamacita, ponte aquí!

B: ¡Luis, nos van a ver!

L: ¡No me importa, déjame levantarte tu falda!

L: ¡Eres un cabron!

¡La recline sobre mi escritorio y levante su falda hasta la cadera, haciéndole a un lado su tanga empecé a penetrarla, mi verga entraba poco a poco mientras mordía sus hombros!

B: ¡Que rico!

L: ¿A eso viniste verdad?

B: ¡Si, quería tenerte dentro!

L: ¡Jajá, uf, que rico mami!

Empecé a moverme fuerte, mis penetradas eran fuertes que ella se aguantaba las ganas de gritar, yo no cerré la puerta, sabía que nos podían ver, pero eso me excitaba más, le apretaba los pechos y jugaba sus pezones, ¡le mordía el cuello y le daba de nalgadas!

B: ¡Así bebe, así!

L: ¡Betty, que ricas nalgas!

B: ¿Mejor que las de Lety?

L: ¡Uf, ahí se van jajá!

En una maniobra extrema la puse en cuatro arriba del escritorio y yo subí detrás de ella para darle de perrito, ver su enorme trasero me la ponía más dura, apenas si cabíamos en el escritorio, ¡pero ahí estaba dándole de perrito y de nalgadas!

L: ¡Betty, mamacita, que rico!

B: ¡Agh, uf, ah, dios!

L: ¡Toma, recibe mi verga!

B: ¡Si, que rico, uf!

Ella se agarraba de la computadora y mi silla para no caerse, yo me agarraba de la barda y le empujaba toda mi tranca.

¡Estuve dándole así unos minutos más, ella se aguantaba las ganas de gritar el escritorio empezaba a hacer ruido, eso generaría que subiera el vigilante, pero en vez de parar más le daba a Betty!

B: ¡Luis que rico, así, así!

L: ¡Betty, dios, eres un majar!

B: ¡Bebe, cógeme, cógeme!

L: ¡Si mi amor, lo que digas!

Decidí que lo mejor era sentarme y ponerla a brincar en mí, incline mi silla un poco y la puse, a que se diera sus sentones, ella como experta empezó a brincar sobre mi verga, ¡le tome la cintura y acompañe sus sentones!

El rico cuerpo que tenía, al verlo todo sudado me puso más duro, ¡así nena! ¡Le dije mientras la apretaba para que mi verga entraba enterita en sus entrañas!

B: ¡Luis, que rico, dios mío!

L: ¡No grites, nos escucharan!

B: Eso trato, pero esto es riquísimo!

Ella movía delicioso sus nalgas, veía como devoraba mi verga, ruidos se escuchaban afuera, pero yo solo quería seguir penetrándola.

Se volteo de frente, acomodándose para cabalgarme rico, empezó con sus movimientos en lo que yo me comía sus pezones y su cuello.

¡Cabalgaba muy rico, se apoyaba del respaldo de la silla para moverse rico, sus nalgas eran apretadas por mis manos y sus tetas ya eran de mi boca!

B: ¡Así Luis, dios, que rico!

L: ¡Betty, eres fabulosa!

B: ¡Uf, que rico, me matas cariño!

L: ¡Muévete nena, me gusta como lo haces!

¡Ambos nos movíamos riquísimo, la oficina comenzó a oler a nuestros sexos, eso no impedía que siguiéramos cogiendo rico en mi silla!

¡En el éxtasis de la movida, ella recibió la llamada de su novio y mientras hablaba con el yo le daba verga a la infiel nalgona!

¡Si amor ya no tardo! ¡Le digo al cornudo mientras mi verga entraba y salía con más fuerza!

B: ¡Bebe casi me cachan!

L: ¡Que rico, me excito eso, hay que hacerlo más seguido!

B: ¡Me daría igual si me cacha, jajá, uf!

L: ¿Segura?

B: ¡Solo me lo cojo y ya, uf!

L: ¡Que rica zorra, eres genial nena uf!

Entre la plática y los movimientos mi excitación llego al límite y expulse chorros de semen en su vagina, ella también se vino en líquido, ¡me mordía los brazos para n gritar y le jalaba el cabello a la nalgona!

B: ¡Si, que rico es esto!

L: ¡Nena, uf, que rico, uf!

El orgasmo fue maravilloso, los dos nos quedamos reposando pegados como animales, respiramos un poco y empezamos a acomodarnos las ropas y limpiar mi oficina.

¡Ni siquiera terminé el trabajo, salí con ella directo al Hotel, donde seguía recibiendo llamadas de su novio, mientras le daba de perrito o me mamaba la verga!

Esa noche fue maravillosa, llegue a las 4 de la mañana a casa, donde mi esposa ya estaba súper dormida ni cuenta se dio de que había llegado.

Betty fue un rico culo que me comí, y les contare más de ella próximamente!

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