Los relatos a publicarse en esta plataforma son de personas que han decidido contar lo que les ha sucedido en algún momento de sus vidas. Cabe mencionar que cada relato es en forma anónima para no afectar a la persona que mandó su relato. Ya después de haber leído dicho relato el lector podrá decidir si le ha gustado o no, si piensa que es verídico o no, de cualquier forma esperemos que disfrute de cada relato y lo esperamos siempre.
Esto me sucedió prácticamente el año pasado por mediados del mes de agosto. Cada tarde de todos los viernes yo iba donde una amiga ayudarla en su tienda que era por el centro de la ciudad, pues bien ese día era viernes y terminaba de salir de mi lugar de estudios, iba caminando por la acera, conversando conmigo misma de los deberes que me mandaron de hacer y tan solo pensarlo me estresaba más y más.
Cuando llegué a la tienda de mi amiga todo estaba vacío y desordenado porque supuestamente llegaría nueva mercadería y mi amiga estaba remodelando un poco el lugar; la salude con un beso francés y sonriendo me dijo que vaya moviendo una estantería que se hallaba cerca a la puerta, con toda la confianza que teníamos le dije que por supuesto, conversando de las cosas del lugar donde estudio se nos fue pasando la hora como 45 minutos, cada una nos habíamos ensuciado un poco y estábamos cansadas de tanto agacharnos para mover las cosas de un lado a otro, decidimos parar por unos minutos, me dijo que si quería jugo y yo muy feliz le acepte; se fue para el fondo de la tienda donde se encontraba una pequeña “mini cocina” que suele servir cuando mi amiga no iba para su casa, al poco rato regreso con dos vasos con jugo de arándanos, que ella los suele hacer muy riquísimo, me la entrego y antes que hiciera el primer sorbo, me comento que su primo le había llamado y vendría a ayudarnos a mover los muebles mas pesados, y yo no pude ocultar mi alegría, no porque me interesara su primo es más ni lo conocía, sino porque ya me estaba cansando con tan solo pensar que solitas las dos íbamos a mover toda la tienda cosa que no fue así.
De pronto sonó la puerta abrirse por la campanita que se encuentra encima de la puerta, voltee y era un chico normal y corriente. Me saludo con un abrazo y un beso en la mejilla y de igual manera con mi amiga. Me dijo que se llamaba Ricardo, bonito nombre pensé, luego mi prima se lo llevo para que vea las cosas que tendría que trasladar él. Yo los miraba en su forma de tratarse, a veces se iban bien al fondo no sé de qué hablaban pero se oían sus risas, aprovechaba para seguir tomando mi jugo que casi ya iba por la mitad cuando oí su grito llamándome, fui lo más rápido que pude y sucede que los dos solos habían intentado mover una cajuela de 2 metros de altura que por lo menos pesaba más que los tres juntos. Inmediatamente los ayude porque le estaba cayendo encima a mi amiga y su primo lo estaba sosteniendo para que no le viniera encima, pero no iba aguantar mucho tiempo, no podía ponerme atrás suyo porque es más alto que yo y aun peor estirando los brazos para arriba, así que no había otra opción que ponerme delante de él, lo hice con un poco de temor por sentirlo tan cerca, pero mi amiga estaba ya casi de rodillas así que aguante mis miedos y me puse apegado a él, estire las manos hacia arriba para que mi amiga saliera pero no salía, no sé qué paso le dijimos que saliera pero no lo hacía, al parecer se había atascado y nada que salía, su primo, Ricardo empezó a mecer el mueble como sea y yo lo ayudaba pero me entro un escalofríos terrible porque al hacer eso se estaba empezaba a levantar mi falda y no solo eso, sino que también empezada a sentir algo tocándome en la parte de atrás.
De tan solo imaginar lo que era lo que me estaba tocando por detrás casi suelto el mueble, no dije nada, trate de adelantarme un poco y separarme de Ricardo, pero no pude, me sentía cada vez más y más pegada a la cosa que traía ahí detrás y solo pedía que mi amiga saliera lo más rápido posible. Ricardo hablaba con mi amiga diciéndole que si ya salía y seguía meciendo el mueble, no sé si lo hacía a propósito pero me estaba empezando a empujar un poco, como si me quisiera coger ahí mismo, yo me contenía porque podría ser que solo quería ayudar a su prima, mi faldita con el vaivén dejaba a la vista sin duda parte del empiezo de mis nalgas, y de la ropa interior que traía puesta, en ese momento maldije al lugar donde estudio por exigirnos usar falda y encima que llegaba casi a los muslos, pero no solo era eso, intente cerrar las piernas pero el peso del mueble me iba ganando, así que no tuve otra opción y estaba ahí parada de piernas abiertas, siendo penetrada por un chico que posiblemente sabía lo que hacía, ganándose con el subir de mi falda y esa cosa atrás mío rebotándome para delante como un perro desesperado.
Había pasado lo peor, al fin mi amiga salió de ahí abajo y pudimos acomodar el mueble, al terminar no dije nada a nadie, estaba un poco asustada por lo que paso. Entonces le llamaron al móvil a mi amiga diciendo que ya estaba la nueva mercadería que ella misma tenía que ir a verificar y recoger todo.
Se alisto y me dejo todo encargado a mí, yo me asuste porque me iba a quedar solo con su primo, no podía defraudarla así que acepte sin peros, ni bien salió mi amiga, me fui al fondo de la tienda para limpiar un poco, pero me asuste cuando Ricardo habló, e dijo que saldría un rato, que en un momento vendría, para mis adentros me dije que bien, y le dije que sí, que está bien.
Tenía todo el lugar para mi sola, estaba despreocupada y cansada, agarre mi jugo de arándano y me lo bebí de un sorbo, sí que estaba rica, me puse a barrer y limpiar cada esquina, me sentía cada vez más cansada y decidí descansar en una de las cómodas de la tienda, me eche encima y pesaba sobre mis trabajos, sobre si no iba a llegar tarde y me quede dormida.
Cuando desperté ya era cerca de las 7 pm, estaba oscuro el lugar, y ni mi amiga ni Ricardo habían vuelto, mire mi móvil y mi amiga había llamado varias veces y dejo una nota de voz “Liz, no creo volver a la tienda, el encargo ha salido mal, puedes irte a tu casa amiga, dile a Ricardo que cierre la tienda porque no me responde, te quiero bayyy…”. No sabía dónde estaba Ricardo, así que me levante para agarrar mis cosas cerrar todo e irme a mi casa, pero cuando lo hice sentí un frio en la entrepierna, de inmediato me revise, metí mi mano por debajo de mi falda y no podía ¡creerlo! No traía puesta mis pantis, era imposible, estaba asustada porque sentí un líquido viscoso bajar por mi pierna y había más en la cómoda, no supe que hacer, me dolía mi vaginita, me seguía saliendo líquido, no sabía que pensar, mi faldita no traía la correa que se une con mi top de color negro, me dolía los pechos, como si me lo hubieran apretado con una pinza, que hacer en esos momentos, con quien hablar, que decir, estaba mojada en los pechos, una baba blanquecina medio reseca se estaba pegando, como saber qué es lo que pasó, mis labios estaban rojos, mi boca tenía el sabor de haber probado algo salado, busque mi ropa interior como pude, por todos lados pero no lo encontraba, me agachaba para ver si estaba debajo de las cosas y sentía que de mi vagina salía más líquido, me pare y… lo vi! Era obvio!
Después que me dormí, pasaron 10 minutos y Ricardo había vuelto, entro y me vio echada, me hablaba, me decía ¡puta! ¡zorra!, me empezaba a besar la boca, no sentía nada, me levanto la falda hacia el estómago y con sus manos masajeaba mi vagina por encima de mi tanga negra, estaba como demente, paró de besarme y arremetía con sus palabras, “te gusto lo de hace rato verdad, zorrita? Te encanta coger verdad? Te voy a coger putita… miró para la puerta y la cerro con seguro, cerro las ventanas, prendió la luz y se quitó los pantalones y el bóxer… se acercó donde mí, devorándome con la mirada, se puso entre mis piernas y metió su cara en mi vagina, lo lamia por encima de mis pantis, le gustaba porque lo hacía con una fuerza sin igual, empezó a sacarme la tanguita, me la bajo hasta el muslo y me devoró con la boca, metiendo su lengua en mi vagina que emanaba líquidos y yo no lo sabía, lamia de arriba abajo, mi vagina no tenía pelos, todo sea por la higiene, y al parecer le gustaba, metía su dedo en mi vaginita, entraba uno, probaba con dos y a duras penas lo lograba, intentando hasta abrirme con tres dedos, me saco por completo la tanga, me abrió las piernas lo más que pudo veía su miembro, estaba muy erguido y ya tenía un color rojo, se lo agarraba y me lo mostraba diciendo, te va a gustar mi amor, te voy a coger como nadie, hoy serás mi zorrita… puso su miembro en la entrada de mi vagina, jugaba, hacia como que me lo metía pero al rato lo sacaba, se reía en mi cara, hasta que al fin decidió metérmela toda, lo intento hacer de n golpe pero no pudo, mi vagina a pesar de estar bien lubricada no soportaba el tamaño de Ricardo, seguía intentando una y otra vez hasta que de tanto empujar su miembro se resbalo rompiéndome la vagina, solo me movía, sentí el dolor de alguna forma, Ricardo se reía, te dije puta, te gusta verdad? Me lo repetía sin parar, comenzó con su vaivén, me lo metía y me lo sacaba una y tra y otra y otra vez.
Hasta que no aguanto y se vino dentro de mí, su pene estaba dentro mío y aun así por los costados salía líquido a chorros, me lo sacó y salió aún más… se paró y acerco su miembro a mi boca, me daba cachetadas con el me abría los labios haciendo círculos con su miembro, y me lo metió a la boca, hacia lo mismo que hizo con mi vagina y me echo todo sus líquidos, me saco el top que traía en ese momento, me saco el brasier, y me hizo sentar, chupo mis pechos como un demonio, me los mordía uno tra otro, no tenía control, le daba lapos a mis pechos y rebotaban como pelotas me cargo, su pene seguía recto, estaba en sus brazos, me llevaba para la vitrina de la tienda, por suerte ya estaba oscureciendo y no había mucha gente para que notará lo que pasaba, me apoyo a la vitrina y el a mi atrás, por detrás levanto mi falda y puso su pene en la entrada de mi vagina, me dio duro contra la vitrina, me estaba cayendo pero él me sostenía por el cabello, estuvo así como 10 minutos rompiéndome mi vagina, se volvió a venir dentro de mí, me cargo de nuevo hacia la cómoda, me puso todo como estaba menos mi tanga.
Ricardo se cambió, y antes de irse tomo fotos de mi vagina, mis pechos, mi rostro lleno de semen, y antes de irse, saco la tanga que se había guardado en su pantalón y empezó a masturbarse con eso, antes de correrse, me levanto el top, y se vino en mis pechos, mis tetas estaban mojadas, y decidió irse, dejándome sola, bañada en semen, fui su puta y no lo sabía, me trato como una zorra… y se marchó, después desperté y paré ahí el video que las cámaras de seguridad que habían grabado todo porque desde ahí yo ya había recobrado la conciencia, y pensativa en lo sucedido me fui a mi casa, cerrando todo, camine hasta mi casa, con mis cosas en mi espalda, camine con el frio dándome en mi vagina, camine con el sabor a semen en mi boca, con el semen que estaba ya seco en mis pechos, camine como puta, con el semen de Ricardo bajándome por los muslos de mis piernas que no paraban de venir porque no tenía tanga y que nadie notaba.