Después de que mi hermano conoció a Becca todo fue muy diferente en casa y en el cuarto donde ella vivía.
Detallo un poco el lugar. La casa donde vivía es amplia con un corredor grande. Pará ir a lugar donde Becca vivía solamente había que subir unas escaleras sobre ese mismo Patio grande, avanzar unos metros y listo. El cuarto donde ella vive es sencillo tiene dos habitaciones baño sala y cocina.
El cuarto cuenta con cama, closet y unos pequeños burós, la sala tiene sus sillones una mesa y una televisión, el baño está completo y la cocina también.
Ahora si continuo con la historia.
En una ocasión Becca me pidió ayuda para colocar unas cosas en la parte alta del closet. Cuando fui note que era una persona muy ordenada y limpia. La casa estaba impecable y reluciente. Al momento de subir unas bolsas al closet sentí que algo en su interior estaba resbalandose. Cuando logró caer al piso pude ver que era una bola de hilos entrelazados, hechos bola. Lo recogí y lo regrese a esa misma bolsa. Becca se acercó un poco agitada diciéndome que estaba bien. Tomé asiento en uno de los sillones platicamos algunas cosas irrelevantes pero ella se enfocada en preguntas sobre mi hermano mayor. Cosas así como que edad tiene, porque no siguió estudiando, si tenía novia, etc. etc…
Entre todas mis actividades me empecé a distanciar un poco de Becca. Ella hacía sus cosas en casa y yo las mías. Ella trabajaba sirviendo comida en una cocina corrida cerca de ahí y mi hermano seguía atendiendo su negocio.
Una tarde que llegué de trabajar vi que mi hermano salía del cuarto de Becca apresuradamente a lo cual supuse que andaba de curioso. Me puse cómodo y subí a saludar a Becca.
Yo: Hola Becca como estás, que al ti día.
Ella con una voz ronca y rasposa me respondió que todo estaba bien. Nada fuera de lo normal.
Yo: Bueno, solo pasaba a saludar. No viste a mi hermano por acá? Es que no estaba en la tienda.
Becca: – tartamudeando- es-te… No… No no por acá no lo he visto.
Yo: Bueno… Y ya comiste??
Becca: Si ya comí gracias. Termine muy llena.
Yo: En la noche nos tomamos un café, va!
Becca: Va, me parece bien, tiene mucho que no platicamos.
Y me fui de su cuarto.
Ya alejándome Becca cerró la puerta y solo alcanzaba a escuchar que movían cosas y arrastraba otras.
Por la noche me acerque sin ningún cuidado y Becca estaba sentada en el sofá. Como hacia calor tenía puesto un vestido holgado un poco arriba de las rodillas, de la parte de arriba era strapless y sus sandalias. Se veía muy fresca. Becca es una mujer que siempre se ha cuidado del todo, mascarillas, cremas, tónicos y perfumes. Olía muy agradable.
Ya comenzaba a sospechar que algo tenía con mi hermano y así como así le dije:
Y : Oye Becca hace rato que llegue vi que mi hermano salió de tu cuarto.
Becca: Ahhh si. Vino a preguntame si ya había comido algo. Que atento.
Yo: Mi hermano no hace ese tipo de preguntas – le dije en tono molesto pero de broma- ni a nosotros nos pregunta eso.
Becca: Qué tal y yo le caigo mejor que tu y tus demás hermanos.
Los dos nos soltamos a reír. Se veía más fresca, desestresada, alivianada.
Yo: Oye Becca no será que mi hermano anda usando algo contigo?
Becca: No creo casi no habla cuando le pregunto algo, es más lo he invitado a que venga a comer y solo exclama un AH! No se si eso se la un si o un no.
Yo: Sí, así responde a todo. Bueno si lo veo salir de acá otros días será porque acepto venir a comer.
Becca: Ojalá y sí.
La tarde del café seguía entre platica y platica de cosas irrelevantes, mientras tanto yo no perdía la oportunidad de ver sus piernas y sus pechos que estaban expuestos con su vestido strapless.
Después de que paso el café pasamos a unas cervezas que fui a corriendo a comprar a la tienda de mi hermano. En ese momento aproveche para mencionarle que Becca quería que un día fuera a comer, que preparada comida muy rica. Lo único que hizo fue hacer un gesto de molestia.
Cuando regrese al cuarto de Becca comenzamos a tomar y a platicar de la vez que nos conocimos y ya con alcohol en el cuerpo nos mencionamos que había una atracción mutua la cual no perdimos oportunidad y mientras me ponía de pie Becca se abalanzó sobre mi dejándome sentado y alzando un poco el vestido para abrir sus piernas se acomodo y nos comenzamos a besar. Esta fue de las veces que más me había gustado estar con ella ya que parecía muy excitada y muy alterada.
Me besaba frenéticamente, me acariciaba la cabeza, movía su cintura apoyada en mi entrepierna. Yo ya tenía la verga dura y cuando quise moverla nuevamente me empojo hacia el respaldo del sillón, de un tirón bajo la parte del vestido que cubría sus pechos.
Becca: Chupalas… Son tuyas por hoy…
Andale… Quiero sentir tu boca en mis tetas… Chupalas… Ahhh… Mmm…
Al ver esa reacción y ese ofrecimiento no lo dude y me lance sobre su tetas que estaba firmes con el pezón rosita y bien duro. Becca con sus manos me ofrecía cada cierto tiempo una de sus tetas.
Becca: chupa Esta…-agarrando con sus dos manos me la llevaba a la boca.-
Ten ahora chupa esta… – repetía la acción.
Puedes chupar las dos? Andale son tuyas por hoy…
Con ambas manos se apretó las tetas y me las llevo directamente a la boca. En un momento dejo de ofrecerme sus tetas, dejándolas pegadas a mi boca, bajo poco a poco sus manos y me empezó a desabrochar el pantalón, sacó mi verga y me la empezó a jalar
Becca: Mmmm si…!!! Que rico!!! Quiero cenar leche ya que no pude comer hoy.
con una de sus tetas en la boca estaba más que entretenido. De vez en vez cambia a y la mía, succiona a y mordisqueaba la otra.
Ya entrados en pleno faje solo se levanto la parte baja del vestido se hizo a un lado lo que parecía una tanga y se ensarto solita. Solo podía escuchar sus gemidos, podía sentir como cabalgaba frenéticamente sin detenerse.
Aproveche para agarrarle sus nalgas y ayudarla un poco a moverse y para restregarle un dedo en su ano que estaba un poco dilatado por su excitación.
Estuvimos un rato en el sillón, hasta que la saqué de mi verga, la pude de pie frente a la pequeña mesa y dándome la espalda la volví a ensartar no sin antes colocar su vestido hasta la cintura y agarrarlo como si fueran correas para montar y también una tanga blanca de esas que se hacen triangulo entre las nalgas.
Yo: Ábrete las nalgas para que te entre más… Si así… Muévete…
También la daba lagadas que se marcaban luego en su piel blanca.
Ella solo hacía caso a todo lo que le pedía. Y como en tres ocasiones solo note como sus piernas temblaban y se cerraban sus puños, su cuerpo temblaba pero yo paraba de moverme. Contenía su orgasmo.
Yo: Ya quieres levita Becca?
Becca: Sí, ya dame… dame… Quiero tomar tod… Dame… Si si si…
La separe de un tirón y con mi mano enredada en su cabello la lleve hacia mí verga que explotó 3 chorros de semen espeso en su boca.
Pide ver que sin titubear se lo tomaba y ningún gesto hacia.
Se quedó así, oliendo y disfrutando el momento. Se levantó con medio vestido puesto y se despidió para después dormir en su cuarto.
Esa noche me quedé en su cuarto un rato más pensado en todo lo que había sucedido y pensando también en cómo podía hacer para volver a hacerlo con ella.