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Aventuras de una ninfómana (Parte 2)
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Tiempo de lectura: 15 minutos

Hola de nuevo mis queridos lectores, hoy como prometí vuelvo para relataros lo que me ocurrió semanas después de mi aventura en la discoteca.

Como ya he comentado habían transcurrido unas 2 semanas desde que fui follada en una discoteca por dos desconocidos. Después de eso mi vida transcurrió de manera normal. Marco, mi marido, regresó ese mismo domingo cerca de las 6 de la tarde. Yo aún me sentía caliente y febril por culpa sobre todo de la follada de Lucas, que hombre, mejor dicho, que rabo. No es que mi chico calce mal ni mucho menos pero el sexo con él se ha vuelto monótono y repetitivo lo cual le quita cierto encanto a la situación, eso y que no me trata como a una puta que es lo que verdaderamente me pone a cien y no me atrevo a confesárselo por miedo a cómo reaccionaría. ¿Y si no le agradaba mi lado oscuro y me abandonaba? Mejor no tentar al destino.

Le recibí con una sonrisa en los labios y dos copas de vino. El resto de la tarde pasó normal y poco a poco fui olvidando los cuernos que le había puesto y con el paso de los días terminé por semi enterrarlos en mi memoria.

Aquel miércoles caluroso del mes de junio Marco y yo llegamos como cada mañana al trabajo. Al pertenecer a departamentos distintos nos separamos en el ascensor y quedamos en vernos a la hora de la comida como era habitual.

– Hola cariño, ¿qué tal tu día?- Le pregunté cuando después de darme un piquito en los labios se sentó en la mesa con su bandeja de comida.

– Bien, la verdad es que las ventas están subiendo y parece que se avecina una jugosa prima para finales de mes.

– Eso es estupendo. Ahora que lo dices Juanjo me ha convocado a una reunión con él a las 8 de la tarde, supongo que tiene que ver con la última campaña que se lanzó al mercado y si dices que las ventas han subido eso me hace presentir que algo bueno me espera en esa reunión.- Le comenté sonriendo y degustado un rico y espeso salmorejo.

– ¿Tan tarde? ¿entonces no te espero para regresar juntos?

– No cielo, ya sabes lo que se pueden llegar a alarga esas reuniones. Cuando salga tomaré un taxi y ya picaré algo cuando llegue a casa.- Con eso y un poco más de charla intranscendente paso la hora de la comida.

Nos despedimos con otro beso y cada uno enfiló hacia su despacho.

El resto del día pasó más rápido que de costumbre, con mucho trabajo y aún más problemas saliendo a cada paso. Mi nivel de estrés estaba ya cerca de su limite, necesitaba un desahogo y ya, no veía la hora de llegar a casa y tentar a Marco a que me follara y jugáramos con ese consolador que acaba de comprar días atrás. Para colmo de mis males aún me quedaba por atender la reunión con Juanjo y eso sí que me podría reventar mi nivel de estrés dependiendo del tema que quisiera tratar. Esperaba que para variar en la rutina de ese día de mierda fueran buenas noticias.

Juanjo además de ser el manager general de la sede también es un buen amigo de ambos, sobre todo de mi marido. Los dos se conocieron en la universidad y desde entonces han sido inseparables. Es más, el mismo Juanjo es quien contrató a Marco ya varios años atrás y el motivo de conocernos. Me lo presentó en una fiesta de navidad de la empresa y fue amor a primera vista. Incluso solemos salir con él y su mujer Sara a cenar a menudo y más si hay algo que celebrar como podría ser en esta ocasión.

Cerca de las 8 de la tarde y con casi todo el edificio vacío tomo el ascensor camino de la planta de dirección donde me espera Juanjo.

Dentro del cubículo hace calor y mi blusa de algodón blanco se pega a mi cuerpo, desabrocho un par de botones y me abanico un poco con ella dejando un generoso escote a la vista. Mi falda negra de tubo que llega hasta las rodillas se pega a mis piernas marcando mi figura. Uff que calor, maldito ascensor.

Cuando por fin las puertas se abren salgo a la amplia planta de dirección y puedo observar como el señor de la limpieza, un cincuentón con una gran barriga cervecera que siempre mira a todas las oficinistas con disimulo y del cual nunca recuerdo su nombre pasa una mopa por los pasillos vacios que forman los escritorios de dos secretarias y varias filas de archiveros. Le ignoro y llamo a la puerta del despacho de Juanjo antes de entrar en el mismo.

Cuando cierro la puerta a mis espaldas observo a mi superior de pie y apoyado contra su mesa de roble macizo y con una copa de whisky en la mano.

Por un momento la Maka que duerme en lo más profundo de mi despierta entusiasmada y es que Juanjo es mucho Juanjo.

Es de la misma edad de Marco, cerca ya de los 40 pero aparentado 32 como mucho. Moreno de piel, ojos azules y pelo negro eternamente engominado hacia atrás, 1.94 de altura… Vamos que enfundado como va siempre en sus caros trajes de chaqueta, chaleco, corbata y pantalón ceñido no pasa desapercibido a nadie.

– Llegas puntual como siempre Maka, eso es lo que me gusta tanto de ti. Lo recta que eres.- Me dice con una sonrisa y dando un trago lento a su bebida sin dejar de mirarme a los ojos. ¿Son cosas mías o me está coqueteando?

Desde que Lucas y su amigo me follaron veo situaciones eróticas en todas partes como si estuviera viviendo una porno. Estoy enferma, en serio.

– Ya me conoces Juanjo, para ti siempre estoy disponible y jamás te haría esperar.- Ok eso ha podido sonar insinuante, tengo que calmarme pero la guarra que llevo dentro se relame al repasar a Juanjo con la mirada enfundado en un estrecho traje azul marino de Armani que marca cada bien formado musculo de su anatomía, joder y su paquete también, el cual no pasa desapercibido para nada, intuyéndose un bulto que me hace mojar mi tanga.- Y dime ¿qué es eso tan importante de lo que teníamos que hablar?- Le digo con una sonrisa y yendo directa al grano, o salgo pronto de aquí o no sé que seré capaz de hacer.

– Me alegra que me lo preguntes, no quiero dar muchos rodeos con esto. ¿Te acuerdas de Iván Carrocero?

– Ahora mismo no caigo, ¿es alguien de la empresa?- No me suena el nombre y tampoco entiendo a dónde quiere llegar.

– Sí, hombre. Te lo presente en la última convención en Ifema. Mi socio capitalista en la empresa de ibéricos. Él se acuerda muy bien de ti.- Ya le ubico, un niñato hijo de un magnate de la telefonía móvil que resultó ser un pesado que no paraba de mirarme las tetas con todo su descaro.

– Si, ya recuerdo y ¿qué pasa con él?

– Pues resulta que nos reunimos hace un par de días por motivos de trabajo y aprovechó para enseñarme un video diciéndome que seguro te encantaría verlo.- Me quedé con cara de tonta. ¿Para esa chorrada me llamaba? y yo que venía ilusionada esperando grandes noticias, aunque sí que lo entendí cuando me pasó una tablet en la que se reproducía un video grabado desde un móvil.

– ¿Por qué motivo tendría que gustarme a mí en concreto ver un video porno? – Le pregunto devolviéndole la tablet y haciéndome la desentendida ya que el video en concreto era sobre mi aventura en la discoteca. Joder, se veía perfectamente como Lucas me la metía por el culo y Oscar pasaba después a follarme sin descanso. Mierda, estoy en problemas.

Juanjo se soltó una pequeña risilla al oírme.

– Querida, a mi no me engañas.- Me dice terminándose tranquilamente su copa dejándola sobre la mesa a sus espalda junto con la tablet.

Yo sigo enfrente de él y aunque mi nerviosismo es evidente trago duro y comienzo a calcular cuales son mis opciones de salir bien librada de esta pillada monumental. Veo como desabrocha el botón de su chaqueta abriéndola y mete sus manos en los bolsillos del pantalón acentuando con ese movimiento el tremendo bulto que marca su entrepierna y al cual se me van los ojos sin poder evitarlo.

– Eres tú y está claro que lo estás gozando como toda una puta.- Me suelta repasándome entera y con un mal disimulado atisbo de deseo en su mirada.

– Ok, seamos maduros y…

– ¿Maduros? Ja, ¿sabes cómo puede afectar esto a la imagen de la empresa teniendo en cuenta tu cargo si se difunde? -Me comenta serio y dando unos golpecitos con su dedo encima de la pantalla que no para de reproducir una y otra vez en bucle la follada que me estaban dando. – Y Marco, el bueno de Marco, que no sabe que está casado con una autentica fulana.- Me sigue diciendo con su profunda y calmada voz. No puedo creer que en vez de aterrada como debía estar me estoy poniendo cachonda. Mierda.

– Está claro que ese no fue mi mejor momento.- Le digo dando la vuelta a la tablet y dejándola boca abajo sobre la mesa.- ¿Pero ese video? ¿cómo lo consiguió Iván?.- El sonríe y puedo ver claras las verdaderas intenciones de Juanjo esa tarde y noto automáticamente como mi sexo comienza a humedecerse. Que hijo de puta, por eso tan tarde la reunión.

– Iván te reconoció, él también estaba en esa discoteca y cuando te vio se acerco a saludarte pero resulta que un tipo te estaba medio follando en la pista asique cambió de planes. Se rio bástate esa noche. Dice que fuiste todo un espectáculo para pajilleros. Menuda exhibicionista has resultado ser ¿eh?-

Ok, eso es un poco humillante pero veo que solo hay una posible salida y de todas formas ya estoy bien jodida (literalmente) asique vamos a intentarlo.

– ¿O sea que solo tú e Iván tenéis el video no?- Le pregunto cogiendo su corbata para juguetear con ella de manera distraída y dándole a Juanjo una gran vista de mi prominentes melones.

– No, Iván lo borró después de pasármelo asique solo estás en mis manos. La pregunta es ¿Que estás dispuesta a hacer para que no mande por email el video a toda la empresa incluido Marco?

– Joder Juanjo, no puedes hacerme esto.- Lloriqueo lastimeramente bajo la mirada impasible de mi extorsionador.

– Esto, mi queridísima Maka, te lo has hecho tu solita. Da gracias que convencí a Iván de borrarlo, él quería colgarlo en la red asique me debes una y bien gorda, como la polla que te follaba el culo en ese video.- Me suelta el bastado ensanchado su sonrisa.- Mira, como me caes bien te propongo un trato que seguro te satisface y a mí también.

– Te escucho pero no prometo nada.

– Un mes, un mes siendo mi esclava sexual y cuando ese mes termine borro el video en tu presencia y me olvido de el para siempre. Eso sí, en ese mes serás de mi propiedad y no podrás negarte a nada de lo que te pida o en cuanto lo hagas mandaré el video directo a Marco y después, al resto. ¿Tenemos un acuerdo?- Que hijo de puta, eso era lo que deseaba desde un comienzo, pero por otro lado no puedo evitar excitarme con lo que me pueda llegar a pedir. Sentirme a merced de cualquier deseo de Juanjo me hace estremecer.

– Pero con un par de condiciones, yo…

– Creo que no entiendes la situación aquí Maka. Tú no tienes ni voz ni voto, o te sometes a mí como la perra obediente que se que eres o llamo ahora mismo a Marco y se lo muestro en persona. Estoy seguro que le encantará ver cómo se te corren encima esos dos bastardos.

– Esta bien, tranquilo soy tuya, ¿ok? Pero tus pedidos no pueden interferir en mi matrimonio, aunque no lo creas amo a Marco y me moriría si lo perdiera por este pequeño desliz. Pasado ese mes soy libre y esto nunca ha sucedido- Le digo pasando las manos acariciando su torso y dejándolas alrededor de su cuello a la vez que pego mis pechos a su cuerpo.

– Por supuesto, después de todo pasado ese mes serás tú la que no quiera que te libere asique, trato hecho.- El entrecierra sus ojos oscurecidos por la excitación y saca por fin las manos de los bolsillos.

– Muy bien mi pequeña zorrita. Vamos a jugar un poco.- Me suelta con málica a la vez que se lleva un cigarrillo a los labios y lo enciende.- Quítate la blusa y el sujetador.- Me ordena después de darle una larga calada al cigarro.- De rodillas y a mis pies puta.

Joder, como me está poniendo, siempre ha sido un tío simpático y amable pero ahora serio y con esa mirada de lujuria y malicia en sus ojos parece otro hombre, más varonil, más dominante. Todo un alfa preparado para doblegar a su perra.

Yo obedezco y después de desnudarme de cintura para arriba y dejar mis grandes melones al aire paso a arrodillarme a sus pies. Subo mi mano hasta su cremallera pero él me detiene dándome un manotazo con el dorso de su mano.

– Escúchame bien pequeña puta. Tú no tienes voluntad a menos que yo te lo permita.- Me suelta un tortazo en la cara a la vez que sujeta el cigarro entre sus labios.- Tú no hablas ni te mueves a menos que yo te lo ordene.- Me suelta otra ostia esta vez con un poco más de fuerza. Me arde un poco la mejilla derecha pero mi coño se estremece con cada bofetada. Me siento humillada y excitada a la vez.- Y para ti a partir de ahora yo soy tu Amo y así es como te vas a dirigir a mi cuando te permita hacerlo. ¿Me has entendido?

– Si amo.- Le contesto sumisamente aunque sonriendo hacia él aún de rodillas entre sus piernas.

– Muy bien, eres una buena perra, ahora tu premio.- Me dice acariciándome la cabeza y desabrochándose el pantalón.

Cuando se termina de bajar los slips ajustado de Calvin Klein junto al pantalón solo lo suficiente para que su polla de unos 20 cm salte justo enfrente de mi cara se me hace la boca agua. Es larga, gruesa y con marcadas venas abultando su tostada piel. Por como suelta precum el muy cabrón lleva ya empalmado un rato.

-Vamos, lámeme los huevos, siempre he querido metértelos en esa boca de zorra que tienes. ¿Crees que no me doy cuenta que cuando quedamos los 4 te encantaba provocarme? ¿Qué te mueres por ponerla dura? Eres una zorra calentona, no sabes todo lo que voy a hacer este mes contigo.- Me suelta a la vez que me coge del pelo y me mete sus duros huevos en la boca. No son muy grandes pero están depilados y son como dos bolas macizas que se mueven cuando paso mi lengua entre ellas o las succiono con fuerza.

– Joder zorra me vas a arrancar lo huevos. qué buena puta eres, te voy a reventar esa boquita sucia que tienes.

No paro de mamársela ni por un momento y yo estoy cada vez mas cachonda. Llevo ya un rato lamiéndosela cuando decido que la quiero en el fondo de mi gárgara asique la engullo a paso lento a la vez que encamino una de mis manos hacia mi coño mojado, necesito masturbarme pero ya. Joder, me pone muchísimo mamarle el rabo a Juanjo. No para de embestir hasta hundírmela en lo más profundo de mi garganta provocándome leve arcadas que reprimo como buenamente puedo. El ruido sórdido que provoca al salir y volver a entrar hasta lo más hondo hace que esté al borde del orgasmo.

– Zorra, no te he dado permiso para que te masturbes.- Me grita a la vez que saca su verga de mi boca y me da otra ostia volviéndome a agarrar del pelo.- Mas te vale ser buena o te saco desnuda a la calle para que todos vean lo puta que eres, ¿me oyes?- Me susurra inclinado hacia mí y lamiendo mis labios con su viciosa lengua.

– Si amo. No volverá a suceder.- Estoy temblando de excitación aunque también de miedo, creo que Juanjo es capaz de todo y eso en parte me asusta en parte me pone súper cerda.

– Sigue chupando.

Me la vuelvo a meter en la boca y después de poco menos de un minuto de felación se abre la puerta del despacho dando paso al señor de la limpieza.

-Lo siento señor, no sabía que había alguien todavía aquí.- Dice el muy mentiroso y haciéndose el avergonzado ya que lo sabía perfectamente, oh joder, ha debido de escuchar parte o todo desde afuera ya que a parte de los ruidos saliendo de mi garganta y los gritos de Juanjo el lugar está sumido en el silencio. Yo sigo estática de rodillas y con la polla de mi jefe al lado de mi cara apuntado hacia arriba y resbalando saliva de ella. El muy hijo de puta ni si quiera me ha soltado el pelo y me mantiene quieta.

– No pasa nada ¿Edwin, verdad?- Le dice Juanjo como si tal cosa.

– Si señor yo ya me marcho.

– No, no te vayas, pasa y cierra por favor.- Él parece dudar por un segundo, mira mis tetas mojadas con mi propia saliva y mis pezones empitonados, el rabo de Juanjo y al final decide que se queda.- ¿Cuanto llevas trabajando con nosotros?- pregunta sin siquiera mirarle y restregándome su glande por los labios. Cuando abro la boca y me la trago hasta la mitad Edwin hinca su mirada en mis labios y contesta a Juanjo con voz entrecortada.

– 3… 3 años señor.- Jadea entre balbuceos a la vez que empieza a masajearse su propia entrepierna y sin dejar de mirar cómo le mamo la verga.

– Y Dime ¿en esos tres años alguna vez has fantaseado con follarte a la señorita Jiménez?- El señor se sorprende ante la pregunta pero no tarda en responder.

– Claro que sí señor, muchas veces, sobre todo en verano cuando viene sin sostén y las berzas se la bambolean bajo la blusa.- Puto salido seguro que se ha matado a pajas pensando en mi coño y mis turgentes tetas.

Ahora mismo me siento sucia y caliente, sucia porque descubro muy a mi pesar que estoy deseando que ese rechoncho conserje meta su polla en mi húmedo coño y caliente por cómo me sonríe Juanjo a la vez que me hunde otra vez su verga hasta los huevos en la boca.

– A 4 patas perra.- Me ordena con voz firme y tirando de mi cabello. Yo obedezco y me posiciono frente a él dando mi retaguardia al limpiador que sube mi falda hasta mi cintura. me abre el culo, aparta mi tanga y hunde su cara en mi sexo lamiéndome con avaricia. No puedo evitar que un fuerte gemido escape de mis labios, me siento tan excitada, tan sucia, mi razón se va desvaneciendo a la vez que mi sexo se va derritiendo expulsando fluidos que empiezan a escurrir mezclados con la saliva de Edwin muslos abajo.

– Tú, te he dicho que te la vas a follar no a comer. Vamos métela el rabo de una vez que lo está deseando. Mira que cara de zorra tiene.- Le dice a la vez que coge mi cara con sus manos y me da vuelta para que él me vea.

– Vaya putita está hecha la señorita Jiménez, quieres verga ¿eh zorra? pues yo te voy a dar buena ración de verga- Ahora mismo el tímido gordito se ha trasformado en un pervertido baboso ¿por qué me pone eso tan cachonda? es por ese pequeño poder que tengo sobre ellos, si, me dominan y me humillan pero yo saco lo peor de su ser sin que puedan hacer nada para evitarlo.

Con el rabo de Juanjo follando mi boca y aún a 4 patas siento como la poca polla que tiene el puto gordo del conserje se hunde en mi sexo, no me da casi nada de placer pero la situación por demás sórdida si hace que mi coño palpite de manera brutal. Noto sus embestidas contra mi cuerpo, su rabo entrando y saliendo duro de mi chocho, su prominente barriga golpeando y rebotando contra mi trasero y la maravillosa verga de Juanjo atragantándome y dejándome sin aliento, siento que me voy a desmayar de placer.

– Oh si mamacita, que coñito bueno tiene, vamos zorrita muévalo para mi.- Me pide a la vez que me nalguea varias veces, termina metiéndome un dedo por el trasero de golpe lo cual me hace gemir contra la polla de Juanjo.

Mientras que Edwin sigue fallándome y diciéndome cerdadas a la vez que no para de alternar magreo a mis tetas con hundir su dedo en mi trasero entorno mis ojos hacia arriba y puedo ver a Juanjo sonriendo con superioridad.

– Sabía que serias una buena esclava, la más puta que he tenido. Lo vamos a pasar muy bien zorra.- Declara a la vez que saca su pene de mi boca y se sirve otro trago de whisky.

El conserje está ya cerca de correrse y así lo hace. Parte de la corrida la siento en mi coño pero termina sacando su triste pinga y vaciándose en mi espalda hasta dejar sus huevos secos.

– Que buena follada mamacita.- Me dice a la vez que me vuelve a dar otra cachetada sonora en mi trasero.

– Ya puedes lárgate.- Le ordena Juanjo cuando Edwin se está guardado su ahora flácida polla en el uniforme.- Como entenderás esto no ha sucedido. Si se lo cuentas a alguien no solo te echaré a la calle si no que me aseguraré de arruinarte la vida. ¿Nos entendemos verdad Edwin?  Yo a todo esto sigo a 4 patas en el suelo con las piernas abiertas semi desnuda y con la corrida de Edwin secándose en mi espalda descubierta. Él me mira de reojo y luego posa su mirada en Juanjo.

– Por supuesto señor. Yo no he visto nada y si alguna vez quiere que le preste "mis servicios" estaré encantado de hacerlo.- Le contesta sonriendo pervertidamente el mi hijo de puta, claro que estaría encantado.

– Que desinteresado de tu parte.- Le comenta con sorna Juanjo antes de darle 100 euros.- Esto por el esfuerzo de jugar con mi mascota.- Edwin toma el dinero con una sonrisa agradecida antes de darme una última mirada y salir del despacho volviéndonos a dejar solos.

He de admitir que todo lo que Juanjo hace o dice me lleva casi al borde del orgasmo, siento como si nada escapara a su control y que yo en cambio no puedo siquiera atreverme a soñar con pensar. Cuando Edwin por fin se marcha Juanjo tira de mi brazo y me empotra contra su escritorio. Separa mis piernas con una de las suyas y me arranca el tanga.

Con una de sus grandes y fuertes manos me coge de uno de mis glúteos y pasa a abrirme el culo.

– Hoy ya te han follado la boca y el coñito, no sería justo para tu trasero quedarse sin su ración de polla ¿no crees?- Me pregunta a la vez que introduce el tapón de cristal de la licorera por mi algo dilatado ano. Si, se me abre el culo un poco cuando estoy muy cachonda y el dedo del conserje también ha logrado algo. El tampón se siente frio y húmedo tal vez mojado en algo del líquido ambarino que guarda. Es algo ancho hacia el final y de unos 5 cm de largo, hmmm quiero que me folle y, quiero correrme y que me llene con su lefa.

– Vaya, si que te pone cachonda que te abran el culo. Dime Maka ¿Marco alguna vez te la ha metido por atrás? ¿Cuantos tíos te han abierto este culo de guarra que tienes? -M pregunta a la vez que me mete la polla por el coño y juega con el tapón en mi trasero.

– Solo Marco y el de la discoteca. -Le jadeo corriéndome recordando como Lucas me la metía por el culo a la vez que me follaba su amigo.

– ¿Quien fue el primero? -Acelera sus embestidas y mi cuerpo no para de incrustarse contra la dura mesa en la que estoy empotrada.

– Lucas fue el de la discoteca -jadeo entre gemidos a la vez que Juanjo no para de bombear en mi húmedo coño mientras que sus manos abren cada vez más mi trasero del cual sobresale el tapón de cristal.

– Valiente puta voy a reventarte el culo Marco no va a poder metértela en todo este mes, zorra, solo te va a follar quien yo permita.

Y asegurándome eso me saca el dildo improvisado de mi trasero y lo sustituye por su gruesa y larga polla.

Me la hundió de golpe hasta que sus huevos chocaron contra mi trasero.

.- Al suelo puta, voy a clavarte a el.- Me dice a la vez que vuelve a ponerme en el suelo aunque esta vez me obliga a pegar mi cara contra el y posa su pie sobre ella girada.- Grita todo lo que quieras, dudo que nadie nos escuche y me encanta como gime mi perra favorita.

No puedo evitar complacerle y comienzo a gemir mientras que el encamina su pulsante erección a mi agujero. Estoy con el culo en pompa y puedo sentir como ese trozo de carne dura, caliente y húmeda se hunde en mis entrañas llenándome por completo. Mi coño no para de soltar fluidos que mezclados con la corrida del conserje escurren bajando por mis muslos. La enorme polla de Juanjo se sale para volver a hundirse en mi trasero y su huevos chocan contra mi sexo generando un rítmico y húmedo sonido.

-Ah ah ah Amooo siiii dame mas amooo.

– Maldita perra salida. -Me grita a la vez que me hace incorporarme de rodillas aun con su polla empalada en mi trasero.- No te he dado permiso para hablar, solo para gemir como la perra en celo que eres. -Me regaña a la vez que empieza a embestirme con salvajismo en esa postura y a retorcerme los pezones.- Necesitas un castigo.

Me saca el rabo del culo y me obliga a ir hasta el ventanal que forma la pared detrás de su escritorio. Es una torre y su despacho está situado en el ala norte en el piso 13. Me pega contra el cristal estrujando mis pechos contra el frio vidrio. Hay varios edificios enfrente a unos pocos metros de distancia y aunque aun es un poco de día hay varias luces encendidas denotando que esos despachos aun estaban ocupados. Me humedezco más al pensar que tal vez alguien en la distancia está disfrutando de la follada que me está dando mi jefe.

Juanjo interrumpe mi hilo de pensamiento al restregar su dura verga entre mis nalgas.

– Voy a follarte aquí para que todos los afortunados que quieran puedan ver lo puta que eres Maka.- Me susurra con su jodida y excitante voz al oído a la vez que me la inserta hasta el fondo con un gruñido de placer.

Abro mas mis piernas y me inclino para que me empotre contra el ventanal. Los cristales vibran a cada acometida del semental de Juanjo no para de bombear en mi trasero a la vez que me magrea un pecho y me estimula el clítoris, Joder, Sara tiene mucha suerte la muy zorra, Juanjo es un puto dios del sexo y pensando eso y sintiendo como su polla empezaba a temblar y expulsar semen a chorrazos en mi interior me corro gimiendo el nombre de mi amo.

– Siempre he pensado que eras mas sueltecita de lo que aparentabas pero no que fueras tan cerda. Me vuelves loco, Maka.- Me dice reacomodando su ropa y mirando como me visto con una sonrisa complacida. – Marco no sabe de lo que se pierde, pobre infeliz.

– He de admitir que ha sido estimulante. Me tienes completamente sorprendida con lo formal que siempre me has parecido aunque sorprendida para bien.- Ya que no me queda más remedido lo voy a disfrutar al máximo o eso me digo para acallar mi mala conciencia.- Y a Marco mejor déjale fuera de esto.

– Como quieras, de todas formas ya te lo dije, esto nos va a gusta a los dos y ahora vete a casa antes de que nuestro adorado Marco se preocupe y ya sabes. Nada de follar con él, es tu pequeño castigo por la travesura de la discoteca. En el caso de que él quiera sexo primero tendrás que pedirme permiso. Me oyes, si él quiere aunque sea una mamada, te las arreglas como puedas, me llamas y me pides permiso. ¿Entendido?

– Si amo.- Le contesto con una juguetona sonrisa en mis labios Y con eso termino de acomodar mi blusa y me marcho sin mi tanga malogrado a coger un taxi y regresar a casa. Madre mía, no sé ni cuantas corridas llevo encima porque Juanjo no me ha permitido lavarme, solo retocarme un poco el maquillaje asique rezo porque Marco esté o en el gim o ya acostado, cualquiera de las dos me vale.

Ese fue el primer día en que Juanjo me usó para su disfrute personal y el punto de inflexión para convertirme en una verdadera perra sumisa y exhibicionista. Desde entonces mantenemos una relación amo/esclava un tanto inusual si me paro a pensar en cómo tratan otros amos a sus esclavas pero eso no es lo que importa si no lo mucho que disfrutamos ambos de cada encuentro, aunque eso ya os lo seguiré contando otro día. Ya me conocéis, me mojo enseguida y ahora mismo quiero mi ración de rabo aunque sea de plástico ya que Marco está, como no, de viaje. Asique me quito mis húmedas braguitas y dejándome solo la parte de arriba del bikini minúsculo que apenas tapa mis erectos pezones salgo a la terraza de mi chalet con un dildo en la mano para disfrute de un par de vecinos que aun andan despiertos a las 3 de la mañana y me observan desde sus balcones…

Nos vemos en la siguiente parte… mmm.

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