Todo comenzó aquel día en el que compré el medicamento que necesitábamos y me encontré con aquel chico lindo, amigable, y risueño de la farmacia, que por cierto le quedé a deber $18 pesos ya que no “tenían cambio” a lo que él me dijo que después se los pasara a dejar y así quedamos, morí de la pena, pero era algo que no era culpa mía y bueno a los pocos días volví para pagarle y fue una lástima porque no lo encontré a él, se los dejé pagados a su compañero de trabajo.
Al mes logré volver a coincidir con él, y no solamente eso sino tener un encuentro íntimo entre ambos en cuestión de dos días me hizo suya como nadie más lo había hecho desde que he estado casada con mi marido
Ese día salió de la farmacia para pedirme mi número de celular y comenzamos a hablar por mensajes de texto, y quedamos de vernos a los dos días para salir juntos y darnos unos “besos” y yo accedí obviamente ya que no pensé que podríamos llegar a más cabe recalcar que yo siempre le fui fiel a mi esposo desde que hemos estado juntos, pero hace unos años atrás él me fue infiel y desde entonces no estoy del todo bien es por eso que accedí a ver a este chico.
Cuando nos encontramos recuerdo haber estado super nerviosa y más por la diferencia de edad entre ambos él tiene 19 y yo 27, nos quedamos de ver en la esquina de su trabajo y de ahí nos fuimos a un parque, lo cual comenzamos a hablar y a conocernos un poco más de ahí pasamos a los besos pero el de inmediato comenzó a acariciarme las nalgas cosa que a mí me puso muy nerviosa y me dijo
-¿Quieres ir a otro lugar ?
Le respondí -¿Aquí mismo?
Se río dijo -No, aquí no… ¿ Conoces el Zoo?
-Mmm… No
-¿Quieres ir?
-Si… Está bien
Y nos dijimos a ese lugar, cuando llegamos me sorprendí ya que no creí que fuera un motel la verdad es que jamás había visitado uno ni estando casada, ni soltera, él entro a pedir la habitación la verdad yo estaba muy nerviosa, recuerdo haberle dicho que jamás había visitado uno y él dijo -“Yo tampoco”, lo cual no le creí obviamente.
Comenzamos a besarnos lentamente, él se sentó sobre la cama y comenzó a acariciarme me tocaba las nalgas e intento quitarme el sostén lo cual no pudo y me reí nerviosa para preguntarle:
-¿Te ayudo?
Él me respondió sonriente -Si
Comenzó a besar mis pechos con deseo, yo comencé a gemir suavemente mientras lo veía haciéndolo acariciándole el cabello, me recostó sobre la cama y procedió a quitarme los leggins que llevaba puestos y mi ropa interior.
Desde el primer momento en el que tocó mi cuerpo en su total desnudez me hizo gemir como una puta con sexo oral, un sexo oral tan suave y delicioso con sus labios carnosos, cuando comencé a sentir sus lengüetazos en mi entrada no paré en ningún momento de gemir y cerrar los ojos.
Él estuvo ahí por varios minutos y cuando comencé a sentir aquel dedo que penetro mi vagina y a su vez el no paraba de saborearme como un loco deseoso de mis flujos vaginales lograba hacerme gemir y que el sonido de aquel escenario fuera incontrolable para mí ya que gemía como una loca, la verdad es que ni mi marido me ha hecho un sexo oral así de delicioso.
Se incorporó para besar mi cuerpo, busco aquel condón que traía en sus bolsillos se lo colocó y cuando se posó encima de mi para penetrarme con aquella verga que no logré ver pero sin duda estaba deseosa de sentirla dentro de mi aaaah… solté un gemido de placer al sentir como penetraban mi entrada y resbalaba gracias a su saliva y mis fluidos que me habían dejado bien húmeda.
Miré su rostro estaba tan excitado al igual que yo que hice aún lado aquella cadena que colgaba de su cuello para poder besarlo comenzó a penetrarme una y otra vez cuando comenzó a besarme mis gemidos quedaban atrapados en su boca y sentía como el eco de mis gemidos se escuchaba en el cuarto, aquel cuarto de motel.
Lo tome de la espalda y de sus glúteos ame sentir su cuerpo encima de mi y sus embestidas, después me hizo de nuevo un sexo oral increíble para ponerme de perrito y embestirme de nuevo con aquella verga tremenda que se carga aquel niño sin duda un niño maravilloso y le digo niño porque apenas tiene 19 años.
Sentí sus embestidas sumamente riquísimas que me llevaban a gemir aún más fuerte cuando comencé a sentir que me tocaba mi entrada de mi ano con su saliva y parecía un dj loco por querer dilatarlo a su vez dándome de nalgadas cuando se quitó y se acostó de espaldas en la cama y me dijo -Ven en señal de que quería que me subiera arriba de él, lo hice sin dudarlo cuando me metí su verga aaah… gemí delicioso y comencé a darme de sentones y gemía tan rico del placer.
Comenzó a besarme nuevamente a morderme el labio inferior nuevamente mis gemidos quedaban en su boca pero aun así eran imposibles de silenciarlos, movía la cabeza arriba y abajo en señal de que le gustaban los sentones que me daba arriba de él, pero sin duda le gustó mucho penetrarme de perrito ya que volvimos a retomar aquella posición y se portó aún más salvaje, tomando del cabello y jalándome hacia atrás, para después soltarme y tomarme un brazo llevándolo a mi espalda y penetrarme aún más fuerte.
Mientras yo me aferraba a las sábanas blancas y gemía a cada segundo como una puta insatisfecha se quitó para quitarse el condón y decirme nuevamente -Ven señalándome su verga para hacerle sexo oral ahí fue cuando pude lograr apreciar aquella verga enorme que estaba comiéndome en esos momentos solté la primer arcada ya que era muy grande y gruesa no me cabía en la boca apenas y llegaba a la mitad cuando tenía que retirarme ya que soltaba arcadas, pero aun así lo lamia como una paleta.
Procedió a colocarse otro condón para volver a penetrarme, lo hicimos de nuevo él se recostó sobre la cama y me subí nuevamente arriba de él y así seguimos hasta que terminamos aquel delicioso encuentro, cuando terminamos él me dijo:
-¿Realmente tienes 27?
-Si, ¿por qué?
-Porque pareces de 23…
Me reí y le dije, -si lo sé…
Y es que a decir verdad aparentó menos edad, siempre piensan que soy mucho más chica que la edad que tengo.
De este encuentro hubo unos cuantos más, pero en su trabajo, en aquella farmacia, ahí cogimos varias veces incluso en un consultorio.