Me llamo Dany, mi amiga y yo somos muy unidos, ella se llama Dana, es una chica de piel blanca, ojos café claro con un toque verdoso, pecas en su nariz y pómulos… un hermoso cabello castaño ondulado y un cuerpo digno de ser llamado "perfección" y haciendo compatibilidad perfecta con su baja estatura.
Ella y yo somos amigos muy unidos, solemos compartir gran cantidad del tiempo hablando sobre nuestros más recónditos deseos, sueños y miedos. Casualmente siempre solemos pasar buenos momentos y reírnos mucho cuando tocamos temas sexuales, sé que a ella le encanta y ella sabe que a mí también, sabemos que somos unos pervertidos, pero de igual forma nos respetamos. Hasta que un día…
Recuerdo que ese primer día de universidad su padre la llamó diciéndole que no podría pasar a buscarla, y que por lo tanto era más conveniente que quedara en mi casa para que luego él pasará a buscarla.
Y así fue. Tomamos un taxi y llegamos a mi casa, no era la primera vez que pasaba, pero esta vez en especial ella estaba apurada a llegar para cambiarse, ya que estaba en su último día de periodo. Al llegar eso fue lo primero que hizo, ir al baño de manera acelerada para evitar algún tipo de manchón y poder cambiarse, ni siquiera saludó a mi madre, de todas maneras ella entendía lo despistada que Dana era en ocasiones.
Luego de unos minutos salió del baño y saludó a mi madre.
Dana: Hola segunda madre…! cómo está!? Mi padre no pudo pasar a buscarme así que tuve que venir con Dany! Luego me pasaran a buscar.
Mi Madre: no te preocupes, tu papá siempre tiene esos contratiempos, igual que yo ahora mismo! Tengo que irme a hacer unas compras… Dany!…
Gritó mi madre para decirme lo mismo de siempre… "Cuida la casa, yo vuelvo en un rato" ya me sabía esa línea así que la repetí al mismo tiempo que ella. Y entre risas y apuro solo nos abandonó diciendo las directrices en el caso de que nos diera hambre.
En el momento que se cerró la puerta, Dana y yo fuimos a sentarnos al sofá, ella después de cambiarse en el baño se puso un licra de color gris resaltando sus bellas piernas blancas, suele hacerlo porque es más cómodo para ella, pero nunca la había visto frente a mí con eso.
Dana rompió el pequeño silencio presente al momento de sentarnos enseñándome su celular con la foto en Instagram de una mujer muy linda, tenía un culo perfecto de esos que solo se consiguen con ir al gym, y me pregunta:
Dana: Oye crees que ella es linda? Mira su culo!
Yo: Si lo es, aunque igual al pasar del tiempo todo eso lo perderá, más aún cuando empiece a tener hijos!
Dana: Pues si claro… Me imagino que no permite que nadie le eche el semen adentro.
Yo: Imagino lo mismo, aunque si yo fuera su chico no podría resistirme a terminar adentro jajaja (sonreí de manera pícara)
Dana: A ti sí que te encantaría venirte adentro de una vagina no? Crees que realmente sea tan especial?
Yo: Joder Dana… (la mire a los ojos, de manera obvia) claro que debe ser especial, te imaginas como se debe sentir tan caliente adentro?
Dana: Si… (Asintió) he leído que nosotras podemos sentir el pene bombeado toda la leche…
En ese momento mi pene se empezó despertar, mi cabeza ya estaba pensando en lo que se sentiría hacer algo así, fue algo muy rápido, así que corrí a taparme con uno de los cojinetes del sofá. Ella me miró y se sonrojo porque sabía lo que estaba pasando siendo la primera vez que tocábamos temas sexuales estando tan solos en una casa grande.
Dana: En serio te excitó mi pregunta? Tienes la mente llena de porno Dany!
Yo: Oye Dana tú también (dije entre risas y avergonzado mientras tapaba mi pene) te encanta imaginar penes y vaginas, estás loca!
Dana: Si claro… Imaginarme como lo tienes también (dijo mientras poco a poco bajo el volumen de la voz, centrando su mirada dónde tapaba mi pene)
Yo: Jajaja imaginarte qué? Mi pene? Oye solo está erecto, es normal! Además tú sabes que me pasa cada vez que hablamos sobre sexo.
Dana: Si pero hoy estamos solos. Enséñamelo (dijo mientras poco a poco se sonrojaba).
Yo: que te lo enseñe? Cállate Dana por favor! (Dije entre risas nerviosas) Por qué todo lo tomas a broma?
Dana: Solo quiero verlo. Te da miedo?
Yo: No! Claro que no me da miedo! (Dije nervioso)
Dana: Yo te conozco Dany… vamos, sé que tú también quieres, tienes todo el rato mirando mis piernas.
Por unos segundos me quedé mirándola a los ojos, ella no estaba bromeando, parecía que todo lo tenía planeado. Así que solo quité el cojinete que mantenía en las sombras a mi pene de 17 cm.
Y lo vio.
Dana: En serio estás excitado. Y mira lo grande que es esa silueta. (Dijo acercándose lentamente hacia mi) Sabes Dany, solemos hablar tanto de sexo que ya no puedo aguantar más las ganas de probar tu pene en mi boca.
Yo no podía creerlo. Pero, aun así solo deje que en silencio ella se acercara a él, sacándolo lentamente de mi pantalón y poniendo su delicada mano sobre el.
Yo: Dana… estás segura de esto?
Dana: Yo sé que tú también lo estás.
En ese momento me besó lentamente, mientras metía su lengua dentro de mi boca mientras yo le seguía el juego, poco a poco nuestras bocas se llenaban de saliva. Y ella procedía a escupir toda esa saliva sobre su mano para luego llevarla a la cabeza de mi pene y ponerlo a brillar. Cada vez que lo hacía soltaba una bella sonrisa de niña mala, como si supiera lo prohibido y rico que estaba haciendo.
Yo: Mámamelo (dije mientras empujaba su cabeza hacia abajo)
Ella no puso resistencia y abrió su boca sacando la lengua dejando entrar la punta de mi pene rosando sus labios empapados de saliva. Lo chupaba como si tuviera años de experiencia en ello. Cada vez que lo sacaba de su boca para pasar su lengua desde lo más bajo de mis huevos, para luego pasar por el tronco de mi pene y terminar por la punta. Para nuevamente meterse todo en la boca me hacía suspirar de excitación mientras tocaba sus pechos suaves y calientes.
Yo: Oye espera…
Dana: Que paso papi? (dijo mientras se sacaba mi pene de la boca)
Yo: Y a mi cuando me das tiempo de lamerte la vagina?
Dana: Estas loco? Tengo la regla, no vas a acercarte ahí. (Dijo nerviosa)
Yo: En serio? Al menos déjame meterte el pene, ya me lo tienes listo para entrar. (Dije en tono seductor)
Dana: Oye pero… estás seguro? Estoy menstruando.
Yo: estás en tu último día, casi no se notará. Tranquila.
Dana: Está bien. (Asintió un poco indecisa)
La agarre por el cuello para traerla frente a mis labios nuevamente, y ella sonrió. Eso fue algo que me lleno de ego, la besé con tanto furor que de un momento a otro estábamos haciendo el misionero, me permitió introducir mi pene lentamente mientras me miraba fijamente, esperando que la embistiera cuántas veces pudiera, mientras yo metía mi pene la escuchaba gemir de manera angelical, en esos momentos apagaba sus gemidos con besos llenos de saliva y ahorcaba su cuello mientras metía mi pene haciéndola sentir como una puta.
Ese momento fue tan sucio que los dos nos sentíamos como en una película porno, cada beso y gemido se entrelazaba con las embestidas tan fuertes que le daba, sentía como su vagina empezaba contraerse mientras ella decía:
Dana: No pares papi…! Me voy a venir! (Mientras sus ojos estaban cerrados y su expresión era de placer absoluto)
Seguía embistiéndola mientras movía sus piernas en diferentes poses sin sacar mi pene. Hasta que un momento vi como sus ojos se retorcían de placer, un éxtasis de sentidos. Ella me agarraba muy fuerte, como si no quisiera que me alejara de ella.
Dana: Ay…! Aquí me vengo…! (Cerro fuertemente sus ojos) Aaay!!!
Su vagina se había contraído tanto que sentí dolor y saque mi pene. Pero en contra parte decidí frotar su clítoris como si de un DJ musical se tratase, y luego de sentir como su vagina tenía vida propia, me dice:
Dana: Y tú cuando te vas a venir? (Dijo ansiosa)
Yo: Estoy a punto de hacerlo. Creo que no podré aguantar más.
Dana: Te acuerdas que me dijiste que te gustaría sentir el calor de venirte adentro de una vagina?
Yo: Quieres que yo… (Dije un poco confuso)
Dana: Tranquilo, yo estoy en mi periodo aún, no habrá errores. Por favor solo quiero sentir tu pene palpitando dentro de mi, por favor!
Yo: Dana pero es peligroso. Y si quedas embarazada?
Dana: Eso no pasará…
Me dijo mientras su rostro aclamaba otro beso. Y haciéndome señas de que me acercara a sus labios me dice:
Dana: quiero tener mi vagina llena de tu semen, quiero sentir lo caliente de lo que me hablabas, solo dame tu leche por favor, déjame sentir como sale despedida hasta el fondo de mi vagina. Solo hazlo.
No dije más palabras e introduje mi pene en su vagina nuevamente viendo cómo habían pequeños rastros de sangre que me armaban de valor por ser la primera vez que hacía algo como eso, así que empecé a darle tan rápido y fuerte que escuchaba como ella gemía de dolor, lujuria, excitación. Éxtasis.
Yo: Dana… Dana… (Decía mientras la miraba a los ojos con mis labios frente a los suyos) mami ahí viene… Ahí viene… Ahhh!!!
Sentía por primera vez como mi pene bombeaba tanta leche dentro de su vagina. Mientras seguía metiéndolo suave, pero profundo ella solo me miraba con la boca abierta, sonrojada y sudada con sus tetas llenas de saliva. Asentía con su cabeza, sus ojos extasiados mirándome fijamente haciéndome saber lo caliente que se sentía mientras yo seguía introduciendo todo mi semen dentro de su preciosa vagina que palpitaba al son de mis disparos. Hasta que en un momento realmente termine.
Su mirada era de saciedad y ternura al ver mi expresión final. Una mezcla entre emocionado y feliz, cansado y lleno de vigor. Ella solo me dijo:
Dana: Dany. Si se siente cuando el pene está bombeando toda la leche adentro. Me enamoré de esa sensación.
Yo: En serio mami? Yo también sentí como te estaba llenando, fue increíble.
Oímos unos golpes en la puerta de la entrada. Nos miramos asustados esperando escuchar alguna voz.
Padre de Dana: Buenas tardes!? (Gritó) vengo por mi hija! Dana estás por ahí? Dany!?…