Me dieron ganas de contarles más experiencias que he tenido, hoy les voy a contar lo que sucedió con una amiga, bueno en realidad era la jefa del área donde yo trabajaba, su nombre es Hillary siempre me gusto, es chaparrita mide 1,50, tiene unas buenas nalgas y es blanquita.
Ella traía broncas con su pareja que también es mi amigo, ese día en especial estaba ella muy enoja obviamente por problemas con ese tipo, pero se veía buenísima una licra negra que se transparentaba y una blusa sin tirantes ni mangas, tuve muchas erecciones mientras estábamos en el trabajo, total que en la tarde ella se acercó y me dijo:
H: ¿Oye quiero un trago, vamos al Kings?
Yo sin dudarlo y mirándola de arriba abajo le conteste:
L: ¡Mejor compramos unas y vamos a tu depa, ya que ando corto de dinero!
Ella acepto y así pasamos por unas cervezas y empezamos a embriagarnos en su depa, me conto sus broncas con su pareja, ¡sus sospechas que tenia de él y la confesión que abrió mi mente y mi colmillo, que tenía más de 3 años sin sexo!
Ella se desahogaba y me preguntaba si había algo de malo en ella, yo sarcásticamente le decía que no, que ella estaba súper, sabía que tenía que ser listo, así que mientras la escuchaba le daba más cerveza hasta que al parecer ya estaba lista para ser mía.
H: ¿Oye soy bonita?
L: ¡Claro que lo eres!
H: ¿Oye, tengo bonito cuerpo?
L: ¡Obviamente, estas buenísima!
H: ¿Así? estás jugando conmigo!
L: ¡Claro que no, que no te haría, día y noche no saldríamos de la cama!
Ella me miro me sonrió y yo sin dudarlo comencé a acariciarle sus piernas, sus brazos y de repente puse mi mano en su conchita, solo vi cómo se erizo me miro y comenzamos a besarnos, mientras nos besábamos le agarraba ese riquísimo trasero mientras ella repagaba su pepita en mi verga, la leve a su habitación nos desnudamos mutuamente, yo todo acelerado agarre sus nalgas con desesperación y comencé a morderlas como si fuera mi última comida, ¡mientras ella jadeaba muy excitantemente!
L: ¡Que ricas nalgas, que estúpido tu marido por no comérselas!
H: ¡No digas eso, no hables de él!
L: ¡Es verdad nena, que rica estas!
¡La acosté en la cama y baje a chuparle su pepita depilada y blanca, ella se retorcía riquísimo y me dijo, -yo también quiero chupar…, me levante y nos acomodamos para un delicioso 69, me di cuenta que era una come vergas deprimida ya que se tragaba mi pito como si nunca hubiera comido!
L: ¡Hillary que rico lo chupas!
H: ¡La tienes enorme! ¡Apenas si me entra!
¡Sus chupadas eran deliciosas, yo no podía creer que mi jefa me estuviera dando una rica mamada, yo me daba gusto lamiendo sus labios vaginales y metiéndole mis dedos, su vagina estaba caliente y humedísima, lista para mi verga dura!
Le levante las piernas para un rico patitas al hombro, no use condón y mi verga entraba riquísimo, ella lanzaba pequeños gemidos mientras cerraba los ojos, me movía normal, mis manos acariciaban sus piernas y sus nalgas, ella me abrazaba y me besaba el cuello, ¡la puse de cucharita y mientras besaba su espalda mi macana entraba y salía más fuerte!
L: ¿Te gusta hermosa, te gusta lo que te hago?
H: ¡Si Luisito, síguele así!
L: ¡Desde que te conocí te quería coger!
H: ¡No seas mal hablado y mejor síguele nene!
¡La puse de perrito, se la daba duro y suave lo que la hacía gemir tan fuerte que sentía que se escuchaba hasta la calle, le daba pequeñas nalgadas y sin que se diera cuenta graba lo que acontecía, ella movía deliciosamente su cadera, se empinaba todita y mi verga entraba por completo!
H: ¡Que rico, nunca me había cogido tan rico!
L: ¡Te mueves riquísimo, que abandonada te tienen!
Me acosté y la subí encima de mí, ella movía su cadera bien rica como una licuadora, yo apretaba sus tetas y ella me arañaba de placer, ¡métemela toda!, ¡no pares por favor!, me gritaba toda extasiada.
Yo me movía también, la apretaba las piernas, la besaba, le mordía sus pezones, la estaba cogiendo como nunca nadie lo había hecho, ¡esa sumisa resulto tan fiera que no creía que estuviera dándose sentones arriba de mí!
H: ¡No le vayas a contar a nadie, será secreto!
L: ¡Como tú digas, sabes que siempre te obedezco en todo!
H: ¡Que rico lo haces, me voy a venir!
¡Ella comenzó a moverse como loca, sus caderas hacían que su vagina devorara mi verga de una forma tan rica que yo igual comencé a sentir que me venía!
L: ¡Así jefa, muévete, muévete rico!
H: ¡Dios mío, que placer, no pares!
¡Sentí como se vino y me mojo todo, eso me excito más, así que aprovechando que estaba todo lubricado la empine y se la metí por el culo, sentía como mi verga era exprimida por un culo virgen y ella gritaba, pero al mismo tiempo me agarraba para que no se la sacara!
H: ¡Me duele, dios mío, pero que rico se siente!
L: ¡Jefa que culo más apretado, me exprimes todito!
H: ¡Luis, me matas, me matas!
¡Ella seguía escurriendo del orgasmo que sentía al tenerme en su culo, yo le daba de nalgadas y le apretaba sus tetas!
L: ¡Hillary me voy a venir!
H: ¡Si hermoso, lléname de ti, lléname!
¡Sin dudarlo me vine en su culo! un grito excitante salió de su boca, ella se dio vuelta y metió mi verga en su boca, la lamia y limpiaba todo el semen que aun salía, yo gemía del placer que eso me provocaba, terminamos en su cama abrazados y me dijo, ¡quiero más!, yo sonreí y entonces cogimos toda la noche oral vaginal y anal fue la orden de la noche.
Al día siguiente nos despertamos, hicimos de desayunar y cuando estábamos en la mesa llego su pareja y nos dijo, -como les fue ambos sonreímos y contestamos. ¡Muy bien!…