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Aprendiendo con mi maestro de biología
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hola, este es el primer relato que escribo, así que espero sea de su agrado.

Todo comenzó en mi segundo año de preparatoria, específicamente en mi clase de biología la cual era impartida por un maestro, sinceramente él no era el hombre más guapo que yo haya visto, pero tenía algo que lo hace muy atractivo, con el paso del curso el maestro me comenzó a gustar tanto que masturbaba pensando en él y en cómo podríamos llegar a coger en diferentes lugares de la escuela.

La verdad es que el maestro era muy coqueto siempre se podía ver en la forma con la que miraba y hablaba a sus alumnas, cada vez que hablaba conmigo me miraba de una forma que me gustaba y a la vez lograba sonrojarme, también me tocaba el hombro y la mano de vez en cuando.

La verdad es que por la escuela se rumoraba que este maestro cogía con algunas alumnas, y realmente no era por calificación sino por intereses placenteros de ambas partes.

Sinceramente a mi el maestro me gustaba mucho y yo a él, por lo que él se dio paso a proponer unas clases de estudio privadas, las cuales rechacé pues yo sabía que me mostraría su anatomía masculina y el acto de la reproducción, una de las razones por las cuales rechacé la propuesta fue porque en la escuela yo era la alumna con mejor promedio y pues no quería que pensarán que mis calificaciones eran a bases de buenas cogidas, ya que la verdad si me esfuerzo mucho en el ámbito académico, así que mejor contuve mis ganas de ser penetrada por semejante semental.

Pasó un año y el maestro siguió intentando convencerme pues él ya sabía que yo sí quería, pero tenía miedo que mi esfuerzo se viera arruinado, por lo cual le propuse esperar hasta que saliera de la preparatoria y él aceptó.

El día llegó, yo me preparé con mucha antelación comprando unas tanguitas y trajes de baño para que el deseara más y más mi culo y por supuesto hacer que la espera valiera la pena tanto para él como para mi, ufff tan solo de recordar ese fin de semana ya me estoy mojando…

Rodrigo y yo quedamos en que pasara a recogerme en un lugar poco concurrido para después irnos a una casa de él y sus padres a pasar el fin de semana.

Desde el momento que entré en su auto comenzamos a tocarnos y besarnos apasionadamente, sus manos recorrían todo mi cuerpo; las metía debajo de mi blusa para poder tocar mis senos los cuales besaba, jalaba y apretaba con una desesperación como la mía de querer liberar su pene para lograr apreciar esa erección y comenzar a tocar su miembro.

Demoramos así varios minutos la cosa estaba muy HOT el me deseaba y yo a él, por lo cual le propuse que mejor condujéramos a su casa pues a pesar que los vidrios de su carro eran polarizados que tal y se acercaba alguien al carro y nos veía en pleno bellaqueo.

Mientras manejaba yo iba acariciando su pene y el metía sus dedos en mi vagina ya muy húmeda por la situación, afortunadamente no tardamos mucho en llegar a su casa, donde en el momento en que el carro entró en el garaje el me jalo hacia él para sentarme en sus piernas volvimos a besarnos apasionadamente me quito la blusa y el bra dejando a la vista mis senos erectos los cuales comenzó a besar y a pellizcar su mano fue bajando hacia mi cintura para proceder a quitarme la falda, dejándome solo con una tanga de color blanco con un encaje transparente, por lo cual procedí a bajar como pude para comenzar a probar ese hermoso pene lo deseaba demasiado pues había estado más de un año queriéndolo comencé pasando mi lengua por sus testículos los succioné un poco eso lo prendió mucho a él, después me dirigí hacia su pene pasando mi lengua desde su base hasta el glande, comencé a mamársela primero lento después más rápido sin importarme que mi cabeza chocara un poco con el volante, el gemía cada vez más, entonces se me ocurrió comenzar acariciar su ano y meterle un dedo se lo movía en círculos, entraba y salía haciendo que el terminará en mi boca llenándome de toda su rica leche la cual tome sin ninguna oposición estaba deliciosa, me levanté y comencé a besarlo haciéndolo probar los restos de su semen que quedaran en mi boca el mientras me besaba me quito mi tanguita y me acomodo en el asiento del copiloto para que pudiera alzar las piernas y probar mi vagina toda jugosa hecha un mar de lujuria el comenzó pasando su lengua por toda mi rajita para después dirigirse a mi ano y terminar en clítoris el cual estaba esperando que llegará el comenzó a mover su lengua en círculos mientras me introducía dos dedos en mi vagina, yo estaba loca de placer era evidente que ya me venía y entonces comenzó a succionar mi clítoris y mi espalda empezó a arquearse generando un inminente orgasmo.

Su pene volvió a estar erecto, él me dijo que lo cabalgara, no lo pensé ni un momento para sentarme encima de él y colocar su pene dentro de mi vagina uy se sentía riquísimo yo me movía lentamente mientras nos besábamos sus manos recorrían todo mi cuerpo, yo pasaba mis manos por su espalda y abdomen, empezamos a realizar un mete y saca mientras uno movía sus caderas comenzábamos a respirar de manera cortada, nuestras respiraciones se sincronizan hasta que ambos nos venimos en su carro, mi vagina quedo llena de su leche caliente y mi cuerpo desnudo sobre el suyo terminamos de recuperarnos y procedimos a bajarnos del carro, eran tantas las ganas que nos teníamos que ni siquiera llegamos al cuarto, yo decidí bajarme desnuda ya que mi tanguita estaba muy mojada y me pareció mejor llegar a la casa y ponerme una limpia además quería que Edgar apreciara mi cuerpo desnudo, a lo cual él respondió diciéndome lo mucho que le gustaba y que toda la espera había valido la pena.

La verdad yo me sentía insaciable quería más y más de él, así que comencé a quitarle el pantalón lo deseaba otra vez , lo quería en mi vagina llegando a la cama me puse en cuatro y él comenzó a embestirme se escuchaban fuerte y claro nuestros gemidos y el sonido de sus testículos pegando con mis glúteos este hombre y sus embestidas que me daba me tenía loca, él me decía mientras me cogía que era su puta favorita a mí escucharlo hablar así me ponía mucho y le decía quiero que me cojas más duro rómpeme.

Y así lo hizo hasta que los dos nos venimos (el solo acordarme hace que pare de escribir y comience a masturbarme).

La verdad así nos pasamos todo el fin de semana cogiendo por toda la casa en la azotea, en la cocina, en el comedor, en la sala, en el jardín, en el baño, etc.

Espero les haya gustado.

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