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Andrés, el amigo de mi novio
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Las cartas ya estaban sobre la mesa y yo estaba dispuesta a aprovechar mi situación.  Raúl ya había aceptado que si le gustaría verme con otros, pero yo le dije que también iba a estar con otros aunque él no estuviera presente.

Me preguntó que cuál iba a ser la ventaja para él y le comenté que iba a convencer a algunas de mis amigas para estar con él y posiblemente también conmigo pero que solamente podía ser frente a mí.

Me miró sorprendido pero aceptó y me dijo que cuando íbamos a comenzar?

Yo le contesté que al día siguiente iba a comenzar a notar los cambios.

Esa noche llegando a mi casa estaba tan excitada que me masturbe hasta terminar dos veces de manera excesiva, sabía que tenía el control y ahora podía dar rienda suelta a mis deseos con quién yo quisiera.

No perdí tiempo e inmediatamente contacte a uno de los amigos de Raúl que siempre se me había antojado, se llama Andrés y es de la misma edad que mi novio. Es un poco más alto que el pero con un cuerpo súper atlético y algo bronceado.

Le dije que si podía ir a verlo ya que necesitaba contarle algo y no podía ser por teléfono. Inmediatamente me preguntó si todo estaba bien o si había tenido algún problema con Raúl, pero le dije que se trataba de otra cosa.

Siempre he sabido que la mayoría de los amigos de mi novio me traen ganas y no voy a negar que le he dado indirectas a varios y ahora iba a poder aprovechar a cada uno de ellos las veces que se me antojara.

Cuando llegue a casa de Andrés me saludo y me hizo pasar, nos sentamos en la sala y le dije que no era nada malo lo que tenía que contarle sino algo que nos convenía a ambos, al escuchar esto él me contestó extrañado.

-a que te refieres Carla?

-bueno yo me he dado cuenta de cómo me miras y creo que no deberías quedarte solamente con eso.

-a que te refieres? Eres novia de mi amigo y nunca intentaría nada contigo

-no nos hagamos pendejos, sabes muy bien que si tuvieras la oportunidad de estar conmigo la aprovecharías y es lo que te estoy ofreciendo en este momento

-esto es algún tipo de prueba? Ja, ya se. De seguro Raúl está esperando afuera para saber si puede confiar en mí o no

-te equivocas él está en su casa, no sabe que estoy aquí, pero no tiene problemas en compartirme y supongo que eso incluye a sus amigos

-cómo has dicho?

-que Raúl es un cornudo sumiso que acaba de aceptar lo que yo haga con tal de que yo también comparta a mis amigas y sobre todo para poder adorar mis pies

-jajaja, es en serio? Ya le había dicho yo que ese fetiche algún día lo metería en un problema gordo, pero bueno si lo que dices es verdad… No hay que perder tiempo.

Se acercó a mí y tomándome de la pierna me dio un beso apasionado, sus manos comenzaban a recorrer mi cuerpo y yo comencé a mojarme solo de pensar que en realidad estaba por cogerme a otro hombre que no fuera mi novio.

En ese momento me deje llevar y comencé a acariciarlo por encima del pantalón y me di cuenta como inmediatamente su verga iba creciendo y poniéndose dura, cada vez se apretaba más y yo no aguantaba las ganas de sacarla de ahí.

En un movimiento rápido le baje el pantalón y pude observar su verga por completo, era grande y gruesa, con muchas venas bien marcadas, por mucho era más grande que la de Raúl.

No lo dude ni un minuto y me la metí completa a la boca, era deliciosa yo estaba perdida de placer. No sé cuánto tiempo estuve mamando pero si sé que lo hice como una verdadera puta, noté que Andrés estaba a punto de terminar y logré que lo hiciera de la misma manera que lo hacía con Raúl, comencé a jugar con sus huevos en mi boca mientras lo masturbaba con mi mano llena de saliva. No duró más de 2 minutos cuando sentí que su verga comenzó a palpitar y rápidamente levanté la cabeza y abrí la boca con la lengua de fuera para recibir toda su leche caliente.

La manera en la que termino fue exagerada, me sorprendió la cantidad que soltó en mi boca, fue tanta que comenzó a desbordarse y escurría por mis pequeños pechos.

Cuando terminó por completo me lo tragué todo y me sorprendió ver qué la seguía teniendo parada como si nada, y me observaba con una mirada penetrante, se veía que quería más. Intenté tomar mi rol de ama pero él no lo permitió, en cuanto me puse de pie me empujó sobre la cama abriéndome las piernas y arrancando mi tanga de un tirón.

Eso le excitó más de lo que ya estaba, el no perdió el tiempo e inmediatamente de lanzo a jugar con mi clítoris y a beber todo el jugo que salía de mi vagina. Debo admitir que es un maestro para eso… Me hizo terminar varias veces en poco tiempo solo con el movimiento de su lengua.

Yo me encontraba rendida, nunca había tenido tantos orgasmos y mucho menos uno tras otro, cabe aclarar que mientras yo le realizaba el oral me estuve masturbando con la mano disponible por lo que ya había tenido un par de orgasmos previos.

Cuando dejó de jugar con su lengua en mi vagina sentí un poco de alivio ya que me había dado un pequeño respiro, pero esa sensación no duró demasiado pues en ese momento sentí como me tomo de los tobillos y me levantó las piernas para penetrarme fuertemente, él no se colocó condón pero no me preocupé pues tomo anticonceptivos pero me impresionó el hecho de que lo hiciera sin siquiera consultarme.

Esos pensamientos se alejaron de mi mente por qué la forma en la que me estaba embistiendo era brutal y comencé a gemir como loca arañándole la espalda y sudando en exceso.

Yo cada vez le pedía más y notaba la excitación en su mirada, me miró a los ojos y comenzó a bombear todavía con más fuerza.

– que puta resultaste, que suerte tiene Raúl al tenerte en la cama cuando él quiera.

– ay papi… Tú también vas a poder tenerme en tu cama cuando quieras.

– muy bien putita pero la próxima vez te voy a coger enfrente de tu pendejo cornudo para demostrarle como se debe coger a una perra como tú.

Esas palabras me excitaron más y me arranco otro orgasmo, yo ya no podía más, quería que el terminara y se lo rogué en repetidas ocasiones.

– por favor papi, ya dame tu lechita… Lléname por favor.

– quieres leche putita?

– si papito dámela ya por favor…

En ese momento me dijo que no me iba a dar la satisfacción de sentir su descarga dentro de mí. Y que me tenía que ganar mi leche de otra forma.

Me pidió que lo hiciera terminar como más le gustaba a mi novio, por qué el hecho de saber que le iba a contar a Ricardo que lo que más le gusta es lo que le hice a él le excitaba bastante.

Entonces le dije que se sentara en la cama, recargando su espalda en la cabecera y que abriera un poco las piernas, acto seguido me coloqué acostada boca abajo para poder darle una mamada mientras él desde la cabecera podía ver cómo lo masturbaba y me comía sus huevos con una vista completa de mis nalgas y de mis pies a la altura de su cara ya que Raúl siempre me pide que flexione las piernas para poderlos ver bien.

– ja, ahora veo por qué le gusta esto a tu cornudo putita. Siento como te humillas comiéndote mis huevos, te tengo completamente debajo de mi y por otro lado está posición tiene algo que me excita bastante. Ahora veo por qué le gustan tus pies.

Ahora demuéstrame que quieres tu lechita perra

En ese momento me escupí en la mano y comencé a masturbarlo más rápido mientras me comía de manera desesperada sus huevos y con mi mano izquierda me masturbaba.

Después de unos minutos así escuché como comenzó a gemir y saco un chorro de semen igual al primero que salió disparado hacia arriba cayendo en mi mano, cabeza y espalda, yo no deje de masturbarlo hasta que deje de sentir los espasmos en su verga y procedí a limpiarla con la lengua detalladamente cómo se lo hacía a Raúl hasta que la deje completamente limpia.

– muy bien Carlita, ahora veo por qué lo traes tan pendejo. Jaja. Si quieres pasa a bañarte y te llevo a tu casa, y espero que le cuentes al pendejo de tu novio lo que te hice para que aprenda a tratarte como se debe.

Pase a bañarme y el me dejó en la entrada de mi casa dándome un beso y una nalgada.

Esa noche llame a Raúl y le conté por teléfono lo que había pasado, me dijo que estaba muy excitado y que necesitaba verme pero le dije que su amigo ya me había dejado satisfecha y que yo lo llamaba después…

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