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Amor secreto con mi jefa
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Ella era mi jefa, me gustó por su preciosa voz de niña, pero solo me atreví a decirle lo bien que se vestía, a veces llevaba pantalones blancos y se le notaban sus pantis cacheteros y se apreciaba toda sus nalgas redondas y hermosas y su vientre y cadera, en otras ocasiones sus pantalones de vestir eran muy ajustados y toda su cadera armónica resaltaba que daban ganas de besarle el vientre.

Ese fin de semana me invitó a su casa para terminar el trabajo pendiente que deberíamos entregar el lunes al director, jamás me imaginé que sería el sueño cumplido de su más caliente subalterno, su nombre: Inventaré su nombre, Mariela de 25 jugosos y tiernos años, me recibió con una blusita blanca un pantalón vaquero azul muy ajustado que dejaba apreciar la curva de sus genitales apretaditos, al darme ella la espalda vi sus hermosas nalgas que soñaba con besar, poseer, comenzamos a trabajar en la mesa del comedor, después de trabajar por casi seis horas continuas, cansados y solo haber comido pizza con soda, solo faltaban detalles por lo que nos relajamos y me confeso que le gustaban mis cumplidos, tocaba mi camisa, los botones y recorría mi brazo en un sutil coqueteo, me atreví a confesarle la atracción que sentía por ella, nos acercamos más entre si y quise darle un beso corto y tierno, pero ella se acercó más y acepto mi beso y además lo hicimos muy largo y apasionado, como cinco minutos sin separar nuestros labios, cansados de la boca nos comenzamos a acariciar, yo sus brazos y pelo y ella mi pecho, le bese el cuello y respiró profundo, poco a poco me atreví a quitar su blusa para besar su piel, brazos, manitas blancas, entre sus pechos, le quite sus pantalones y quedo solo en bra y pantys blancas, por fin me quito mí camisa, me invito a pasar a su recamara.

En su cama, ella con el torso desnudo, le baje el panty y me desvestí por completo, le quite prenda íntima, quedo sin nada de ropa y con su pubis a la vista, comencé lamiendo y chupando sus senos y pezones que se endurecieron agradecidos, de inmediato le abrí las piernas y comencé a lamer su vulva, su sexo femenino, limpio y oloroso, con sabor y olor a orina reciente, saladita, con sus vellos púbicos en mi nariz, note que su clítoris es pequeño, trate de introducirle la lengua pero no logre al 100%, la acosté boca abajo y le coloque mi verga entre sus nalgas, tuve sus nalgas entre mi vientre mi verga, cuando le besaba la espalda ella como reflejo levantaba sus preciosas nalgas, se las acaricié las le toque su ano, le acaricie el clítoris, le chupe los senos, me llene mis dedos de sus jugos vaginales, la hice que derramara deseo entre sus piernas, ella se acomodó detrás de mí, abrazándome por la espalda y de pronto sus limpias y pequeñas blancas manos, tiernas delicadas, tocaron mi verga negra grotesca, me masturbó, me sacó el semen con sus manitas, se levantó a asearse al baño y regreso, ella se puso un pants limpio, muy ajustado, se le notaban sus labios mayores, solo logro excitarme más. como estaba sin pantaletas ni brassiere la acaricié, excitándola, la acosté al filo de la cama con las piernas abiertas solo con pants, le repegue mi verga a su vagina y se fue excitando hasta que baje mi cara y mi lengua a su entrepierna y me di cuenta que el pants se había puesto húmedo justo donde estaba la entrada de su vulva, olí y lamí sus jugos hasta que le bajé el pants hasta sus rodillas y me ofreció su vulva abierta, babeante de deseo, llena de bellos vellos y los labios vaginales húmedos y olorosos, salados, le pase mi lengua desde si clítoris hasta la parte baja de la entrada de su vagina cerca de su ano que estaba llena de jugos vaginales, le mame la vulva hasta que obtuvo un orgasmo y pude ver su cara de felicidad.

Ya no pudimos soportar más y la coloque acostada boca arriba, le abrí las piernas y le introduje poco a poco mi verga caliente y dura, ella comenzó a mover su cadera para sentir mejor mi embestida, jadeaba de forma excitante, mis testículos pegaban en sus redondas nalgas y ano femenino, gemía como loca y me clavaba sus uñas en mi espalda, su vulva esta mojadísima, pero tuve la concentración para salirme de ella y eyacular en su vientre, descansamos de la locura del primer sexo… fue la primera de múltiples noches con mi jefa, espero les guste mi relato y les contare los siguientes episodios…

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