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Amiga a veces con ventaja
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Tenía una amiga que a veces teníamos sexo. Una vez al año, a veces pasaban más sin nada. Yo no soy ni muy avezado ni experto en sexo y ese año ya lo habíamos hecho dos veces bien desatados.

Un día le pedí que me acompañara a una ciudad vecina a hacer unos trámites y que volvíamos. Allá compramos un ron que tomábamos mientras caminábamos y al final por idea de ella (yo no me atrevía a decirle) nos quedamos a dormir.

Yo, como soy inseguro, no sabía bien sus intenciones, pero en el hotel empezó a guardar su ropa en un closet bien grande en el que entré y le dije “mira, cabemos los dos” y la empecé a besar.

Nos fuimos a duchar y quedamos en una posición muy cómoda: ella adelante de espaldas a mí y yo se lo metía por detrás.

Después a la cama mojados. Hice cosas que sólo eran fantasías, por ejemplo, ella en 4 y yo posar mis bolas en su ano y masturbarme. Lo hicimos casi sin parar, la vi masturbarse, le pasé mi pene por toda la cara mientras le decía que me gustaría acabar sobre ella. A ella le encantaba que acabara en sus pechos, así que lo hice.

En 4 nunca me gustó, era como incómodo para mi le había contado una vez y ella me dijo que así era muy rico… y esa vez en 4 fue muy muy rico.

Nunca había hecho anal o estado tan cerca antes. Estábamos de lado, yo detrás, le levanté la pierna y le pasaba mi pene por su vagina, se lo metía suavemente, lo sacaba y se delicadamente se le pasaba la punta por encima de su ano y luego volvía a su vagina y así varias veces, pero en un momento me quedé más rato en su ano, y delicada y lentamente empecé a meterlo; despacio y de a poco, como disimulando.

Cuando tenía la mitad de la cabeza dentro ella me dijo “no es mi vagina eso”, si sé, le respondí, pero sólo la puntita; “así se empieza” me dijo y seguí. Era muy rico y de a poco iba entrando más. Estaba muy excitado y se sentía muy rico, casi como para acabar y traté de decirle y se podía ir ahí, pero era tanto el placer que no podía hablar bien. Cada vez estaba más adentro y en un momento ella empezó a moverse más y se lo metió entero.

Luego de haber acabado dos veces seguidas, estaba cansado y no se me paraba, pero ella estaba muy excitada y me pedía que se lo metiera, pero no se pudo; no se paraba. Descansamos y volvimos de nuevo. Yo sudaba mucho y ella se mojaba más. Teníamos toda la cama mojada.

En una fantasía que yo tenía y que traté de recrear, pero que ella no entendió, era que yo era su jardinero y la descubría masturbándose y yo secretamente la espiaba, pero ella al darse cuenta me llamaba. No resultó así, pero la vi masturbarse, me senté a ver como se tocaba los labios y clítoris, le puse por encima mi pene, le besé la vagina y finalmente, se lo volví a meter.

Ella lo chupa muy rico y se lo pasé por toda la cara mientras le decía que quería acabar sobre ella. Lo volvimos a hacer y yo solo quería acabar dentro de ella, pero no podíamos, aunque ella me decía que lo hiciera, así que nuevamente acabé en sus pechos.

Nunca había tenido tanto sexo, tan rico y hecho cosas que nunca había hecho.

Tacnazo le llamamos, pero no lo pudimos volver a repetir y después nunca más la vi, porque se enojó conmigo y yo me fui de la ciudad.

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