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Algo raro paso en el parto
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Hola mi nombre es Sandra, actualmente tengo 26 años, casada y con un niño de 6 años, esto que les platico me ha generado mucha duda y morbo, pero ahora quiero compartirlo.

Cuando supe que estaba embarazada comencé mi seguimiento en una clínica local, y quién me vio los 8 meses fue el ginecólogo Luis, hombre bajito como de unos 55 años muy amable.

Durante los primeros meses todo marchaba muy bien, asistía a mis consultas de rutina, en ellas nunca note nada raro, simplemente me hacía mis chequeos de rutina y ya, así llegue a los 8 meses era la penúltima consulta antes de mi cesárea solo que en esa ocasión no pudo asistir mi esposo, no vi problema así que salí al consultorio, era la primera y única paciente así que pase rápido, nos saludamos todo con normalidad, pero cuando empezamos el doctor Luis me pidió algo nuevo.

-Sandi, veo que estamos a nada del gran día, quiero pedirte que por favor hagamos unas últimas pruebas para dejar todo listo.

-Claro doctor, dígame qué hay que hacer.

-Muy bien porfa quiero que pases al baño y te retires toda la ropa y cuando estés lista vengas conmigo

Me cayó algo extraño su comentario pero no vi gran problema, así que fui directo al baño y comencé a quitarme la ropa, yo esperaba ver una bata como de costumbre pero nada.

-Estoy lista doctor, pero no hay ninguna bata

-Tranquila Sandi, puedes salir así, no hay ningún problema

-Está bien, voy enseguida

Me limpie rápidamente el culo, y mi vagina siempre lo hacía.

-Muy bien Sandi, ya está lista la mesa puedes salir

Con algo de pena y la mirada hacia abajo salí del baño y me recosté sobre la mesa, estaba algo fría así que pude ver qué mis pezones se ponían muy duros.

-Comencemos, recuéstate boca arriba, dobla las piernas llevando las rodillas hacia tu vientre.

Me acomodo lo mejor que pude, tome mis piernas y comencé hacer las flexiones, el doctor tomo un banco, se colocó sus guantes y procedió a tomar haciendo frente a mi sexo, sentía pena que me tuviera así frente a él, pero también no podía evitar ponerme cachonda por la situación, así que continúe…

-Muy bien Sandi, otro poco necesito ver si hay alguna dilatación. Enseguida puso su mano por encima de mi vagina y con dos dedos abrió mis labios, sentí un cosquilleo que me hizo dar un pequeño brinco, Luis me preguntó si está bien, o sentía dolor, yo le dije que no era nada solo un reflejo, hice dos flexiones más cuando sentí que me había mojado un poco, está muy apenada.

-Excelente Sandi puedo ver qué te encuentras bien, deja sécate un poco, tomo una toalla y la paso por encima de mi vagina suavemente sentía algo rico en mi, muy bien otro ejercicio ponte de pie por favor, enseguida me puso un medidor de presión en el brazo ahora por favor sujeta la mesa con ambas manos separa un poco los pies y ponte de espaldas a mi, me puse en posición y espere las instrucciones, muy bien por favor realiza 10 sentadillas bajando lo más que puedas, vamos a checar tu ritmo cardíaco, comienza.

Era extraño estar desnuda frente a él, mientras yo hacía ejercicios dónde él podía verme todo el culo, pero bueno comencé bajaba lo más que podía y como a mitad del ejercicio volteo un poco hacia atrás y pude ver cómo el doctor se frotaba con la mano su miembro sobre el pantalón, gire rápido la cabeza y trate de acabar lo más rápido posible estaba nerviosa por qué hacía eso, me pregunte.

Cuando acabamos me dijo que mi ritmo se había acelerado muy rápido me preguntó si me había sentido mal, yo contesté rápido diciendo que la panza me estorba mucho para agacharme, muy bien Sandi, solo hacemos el tacto de rutina y terminamos, me recosté otra vez sobre la cama y recogí las piernas abriéndolas lo más posible, cuando el doctor, se fue a cambiar los guantes podía mirar que aún tenía una leve erección, no sabía que pensar era raro estar así, bueno cuando llegó frente a mi se sentó en su banco y me dijo, aquí vamos…

Se puso un poco de lubricante en el guante y con la otra mano abría mis labios de lado a lado, comenzó frotando por fuera su mano como si me estuviera masturbando lentamente, yo apretaba los puños y me mordía un labio lo más silencioso posible ya que cuánto más lo hacía, más excitada me ponía, no quería que él se diera cuenta, pero era inevitable a ese punto ya me estaba mojando y claro que se dio cuenta, acercó 4 dedos al orificio de mi vagina intentando meterlos todos al mismo tiempo.

Yo sentía delicioso y no podía evitar que mi vagina se contraiga, le costaba un poco, pero de un empujón metió todos en mi, yo me contorsioné como una poseída mientras se me iba la respiración, volteo a verlo y el no despegaba la mirada de mi sexo, parecía que estaba a punto de venirse.

Yo recosté mi cabeza hacia atrás esperando que el doctor terminara su manoseo, el seguía hurgando dentro mi vagina yo solo disfrutaba, de pronto saco su mano y yo podía sentir que mi vagina había quedado abierta, él me dijo terminamos se veía rojo del rostro sabía que estaba muy excitado.

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