back to top
InicioSexo con madurosAhora yo busco desesperada al manoseador. Lo deseo

Ahora yo busco desesperada al manoseador. Lo deseo
A

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de que el señor se bajó y me quedé toda caliente en el camión, ya no pude concentrarme más. Ni siquiera llegue a la escuela a mis clases normales. Me regresé a mi casa y le dije a mi mamá que me sentía mal. Que tenía dolor de cabeza y cólicos quizá por andar en mis días (mentira, estaba toda ansiosa como jamás en la vida lo había estado).

¿Les ha pasado chicas o chicos que se quedan o andan tan calientes que ni siquiera pueden pensar? pues así estaba yo.

Me encerré en mi cuarto, apagué la luz, me envolví en mis cobijas y llevé mi mano hacia mi conchita. La empecé a frotar sobre la panti imaginando que era la mano experimentada de aquel extraño. Me masturbé hasta que me quedé dormida, no puedo recordar cuantos orgasmos tuve, pero de algo estoy segura, no me sentía para nada satisfecha. Estaba volviéndome loca así que me levanté y ya era tardecito. Le dije a mi mama que iría a casa de una amiga para hacer tarea a lo cual no hubo mayor problema.

Me salí y fui a casa de mi vecina que era amiga mía e íbamos a la misma escuela. Nos conocemos desde siempre y ella me ha contado todas las experiencias que ha tenido. No podía esperar para contarle todo lo ocurrido.

MI amiga estaba con la boca abierta, no podía creer lo que había pasado y no precisamente por el señor sino porque yo, tan recatada y mojigata había caído en la tentación.

Estuvimos platicando por largo rato y la conclusión a la que llegamos es que debería de coger lo antes posible pero la cosa es que yo no quería hacerlo aún, al menos no con cualquiera. Deseaba que mi primera vez fuera con aquel hombre que, sin saber ni como se llama, fuera el que me hiciera mujer.

Mi amiga me dio un consejo que me retumbó toda la tarde noche. No podía ni siquiera dormir. Me dijo que la siguiente vez que lo viera, si él no me decía nada, que le dijera algo, que le hiciera la plática pero que buscara de alguna manera insinuarle que quería estar con él.

Valiente cosa, ¿cómo fregados le iba a hacer? Para mi forma de pensar eso era de una cualquiera, solo las putas hacían eso y yo no era eso o al menos no lo quería ser. Me educaron para ser una niña decente. Estaba volviéndome loca. No sabía cómo le iba a hacer para que esto se detuviera. Me estaba obsesionando demasiado.

No sé cómo, pero al final concilié el sueño. Me desperté al siguiente día antes de que sonara mi alarma y me metí a bañar. Por primera vez le puse atención a mi vagina, tenía el vello normal, nunca me lo había cortado o sea que estaba medio peluda jejeje, pero nunca había sentido la necesidad, así que lo deje pasar. Me apresuré a vestirme, pero pensando en el consejo de mi amiga aun no sabía cómo decirle a aquel hombre que lo deseaba mucho y lo único que se me ocurrió fue no ponerme calzones. De inicio la pura idea de andar sin nada me espantó, pero mi calentura era mayor que mi pena así que me puse la falta, las calcetas, mis tenis y un bra algo viejito que luego uso en casa. Está desgastado y mis tetas se perciben mucho mejor que con los otros. Tomé mi mochila y me salí. Ni siquiera desayuné.

Mientras caminaba hacia la parada podía sentir el aire chocando en mis piernas y subiendo hacia mi vagina de una manera que me hacía sentir como descargas eléctricas poniéndome la piel chinita del cuerpo completo. Sentía que todos me veían y sabían que no traía calzones, pero no me importaba nada. Yo ya no podía estar así. Me estaba volviendo loca.

Después de unos pasos pude ver la parada a lo lejos y un escalofrío recorrió mi espalda. El señor no estaba. Entré en pánico, no sabía qué hacer, así que de alguna manera llegué a donde ya estaba la gente esperando el camión y pensé en esperar a ver qué pasaba. No pasaron ni 5 minutos cuando el señor venia llegando. Mi alma se relajó, me puse nerviosa, pero estaba ya excitada. Solo podía pensar en lo que podría pasar.

El saludó a todos, me volteó a ver y me dijo: ¿aun no llega nuestro camión?

– No señor. buenos días. Aun no llega.

– Ya para la escuela?

– Si, un poquito tarde, pero ahorita llego.

– Qué bueno poderte encontrar.

– Igualmente. Pensé que no vendría (empecé con el plan)

– Como no, siempre listo y dispuesto.

– Usted ya va para su trabajo?

En ese momento iba llegando el camión y nos acercamos hacia él. De nuevo se pegó hacia mí para no dejar que nadie se interpusiera entre los dos. Subimos algo apretados, pero volvimos a quedar en los escalones. Cuando inicio su marcha el camión hubo una gran ventaja, traía las luces apagadas y aún estaba algo obscuro. El señor no desaprovechó la oportunidad y de inmediato metió la mano bajo mi falda y vi su reacción de asombro al notar que no traía nada bajo la falda. Metió su mano entre mis piernas. Sentía su pulgar en mi ano y su dedo medio en mi vagina. Los movía a la par y era lo más delicioso de la vida, él pudo sentir como mis piernas se doblaban y de repente se acercó a mi oído y me dijo:

– Tienes que llegar a tu escuela? yo puedo llegar tarde a mi trabajo

– Puedo faltar a la escuela.

Fue lo único que dije. Después de ello el siguió tocándome y cuando empezó a bajar la gente nos fuimos recorriendo y como más adelante se van desocupando lugares, buscamos quedar sentados juntos. Ya en los asientos, el puso su mochila sobre sus piernas y guio mi mano hacia su paquete. Dios bendito, nunca en la vida había sentido una verga, así como ahora, con este deseo que me calcinaba por dentro. La sentí sobre su pantalón, dura, caliente, palpitante. Él puso su mano sobre mi pierna y me dijo que nos bajaríamos en insurgentes, casi llegando a san Fernando, por ahí hay un hotel al que podríamos ir.

La sola idea de pisar un hotel me voló la cabeza. Estaba viviendo algo que jamás hubiera imaginado. Mi primera vez estaba por ocurrir con un señor de la edad de mi papa y que ni siquiera sabía cómo se llamaba.

Ya casi se acercaba la hora de bajarnos del camión, empecé a temblar de manera involuntaria y él se percató. Me preguntó que si estaba bien y yo solo lo tome de la mano y lo abrace. No sabía que me estaba pasando.

Bajamos del camión y él no me soltaba la mano. Caminamos como si fuéramos novios y así seguimos sobre insurgentes.

Se puso algo serio y me preguntó si realmente deseaba estar con él. Yo solo lo miré y le dije que sí.

El hotel se veía al fondo. Mucha gente caminando por la calle, el Metrobús lleno, demasiado tráfico y yo solo podía pensar en que estaba a punto de entregarle mi virginidad a un completo desconocido.

Les dejo mis redes en mi perfil. Me encantaría saber sus opiniones.

Compartir relato
Autor
vale18teen
vale18teenhttps://open.spotify.com/show/44vvUJhFmtTQrht0UQUV81
Soy estudiante y estoy descubriendo el gusto por experimentar y escribir mis vivencias. Mi sexualidad comenzó de una manera poco convencional y quiero contarselas. Puedes escuchar mis audios en https://go.ivoox.com/rf/133019473

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

5 COMENTARIOS

  1. Solé, lo podemos continuar tu y yo de la forma que quieras, **no se permiten direcciones de correo en los comentarios**

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.