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A hundred sexual anonymous cases (Nº 1)
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Case Nº 1: Juicy

“Honestamente no esperaba que nada de eso terminara como termino, pero admito que me cambio”

-Anónima

Todo empezó cuando cambie de carrera, había estado estudiando por casi un año enfermería en la famosa universidad local. Pero después de un año, decidí cambiarme a psicología, donde, después de un semestre, me empecé a sentir cómoda y donde pertenecía. Debido a que ya llevaba un año en aquella Universidad, sabía que estábamos obligados a asistir al corredor de inglés, y aunque ya debía de haber estado, en ese momento, un año arriba, nunca entre mientras estaba en enfermería ya que estaban cortos de maestros. Pero este año era la excepción.

Profesor: Pasen pasen, ya vamos a iniciar.

Era un nuevo profesor, era joven, demasiado joven. Y aunque ya habían pasado 10 minutos del inicio de la clase, nos dio tiempo para poder llegar cómodamente. Vestía formalmente, aunque no muy formal, era alto (para mi), tenía labios gruesos, cabello oscuro, lentes y sonreía mucho. Una vez entramos todos, cerró la puerta e inicio clases.

Profesor: ¡Gracias a todos, los veo el jueves!

La clase se fue rápida, nos conocimos unos a otros, ya que era una clase variada de nivel básico, y conocimos al maestro. Tenía 23 años, y yo por cumplir 19, la mayoría tenía alrededor de mi edad.

Eventualmente, con el tiempo, me di cuenta de que su estilo de clases era muy cómodo, nos permitía hacer preguntas y nos explicaba de una manera excepcional y, al ser joven, entendía nuestras dudas y necesidades. A veces jugábamos, o descansábamos con otras actividades lúdicas. Un día, algunos se quedaron después de clases a platicar con el profesor, era abierto con su vida. Y un día, después de casi 3 meses de clases, me toco a mí la oportunidad de estar solo con el profe y platicar un poco.

Empezamos hablando un poco sobre nuestras vidas personales, hasta que poco a poco, con la confianza y el tiempo, me anime a preguntarle sobre su vida amorosa y sexual. Me llamo, Samantha, por cierto…

Samantha: ¿¡Que hizo que!? (Me había confesado que tuvo relaciones con la coordinadora de su carrera, hace algunos recientes ayeres)

Profesor: Si jaja, tuvimos relaciones un par de veces, y, aunque yo pensaba que era algo temporal o ya sabes, ella empezó a encariñarse conmigo y pues tuve que decirle que no era mi plan.

Samantha: No manches profe, se pasó (Él estaba sentado en su escritorio, y yo estaba sentado en el suelo frente a él, un poco cerca, me gustaba estar a la altura del suelo).

Profesor: Jaja estaba más joven, y en mi temporada de locuras, era la idea. Pero en parte me arrepiento (Casi toda la conversación estuvo sentado de lado, mirándome mientras hablábamos, pero poco a poco acomodaba su cuerpo apuntando hacia mi).

Continuamos hablando, hablo un poco más de sus encuentros y locuras sexuales, y poco a poco se fue sintiendo más cómodo; su cuerpo me lo dijo.

Profesor: ¿Y tú? Cuéntame algo, te veo muy cómoda escuchándome, pero comparte algo jaja (Reía y sonreía, definitivamente era su mejor atributo, pero por unos segundos, antes de que sus labios se cerraran, ese era el mejor atributo realmente, como se miraban gruesos y claros en esos precisos segundos).

Samantha: Pues no tengo jaja, soy virgen (Era la verdad, conocía sobre el tema, pero no había tenido ninguna experiencia hasta ese día).

Profesor: No, ¿en serio? No te creo jaja (No solo estaba cómodo o sorprendido, si no interesado, abrió sus piernas y ahora estaba apuntando su cuerpo hacia mi).

Samantha: Enserio profe, he tenido uno que otro novio, y con el ultimo lo llegue a pensar, pero no, jamás se concretó realmente algo (Él sabía que me estaba poniendo nerviosa, y sobre todo se dio cuenta que bajaba la mirada a sus labios de vez en cuando).

Profesor: ¿Y no te llama la atención? ¿Eres hetero?

Samantha: Claro que me llama la atención, pero también me gustaría que fuera especial, y no jaja soy bi (Empezó a hacer lo mismo, miraba mis labios de tanto en tanto y me di cuenta de que mi posición empezaba a abrirse también, hacia él).

Profesor: Oh, ¿y cómo te diste cuenta de que eres bi?

Samantha: Pues, aunque no he tenido relaciones con nadie, me gustan mucho los besos, demasiado y pues me he besado con algunas amigas y han sido de los mejores besos.

Profesor: Ya veo, ¿y no has pensado en perder tu virginidad con alguna amiga?

Ya habían pasado algunos minutos desde que iniciamos la conversación, la cual había iniciado 20 minutos antes de finalizar la clase, ya que siempre nos dejaba salir 20 minutos antes, de manera que se notaba que el corredor estaba medio vacío y que pronto seria tiempo para receso general del campus.

Samantha: Lo llegue a pensar, pero prefiero empezar con un hombre, y saber cómo se siente.

Y entonces lo vi, ese día el profe había llevado un pantalón de vestir, así que era fácil de verlo, pude ver como se le marcaba el paquete por la pierna, y al estar con las piernas abiertas hacia mí, se sentía como si estuviera cerca de mi cara. Y aunque lo vi por unos microsegundos, al volver a ver su rostro, noto que lo vi.

Profesor: ¿Todo bien Sam? (Su rostro había cambiado, sus ojos más que nada, y sonreía de la manera que hacía que sus labios se notaran perfectamente).

Samantha: Si si… Ya no hay nadie, ¿verdad? (Pensaba hacer alguna pregunta, solo para despistar y cambiar el tema, pero salió una pregunta que definitivamente no pensaba).

Profesor: Jaja si, no se escucha nadie, y casi son justo las 2, ¿por qué la pregunta? (Exacto, porque la pregunta…)

Samantha: Nomas nomas, no quiero que nos cachen hablando de esto jaja…

Se acomodo el pantalón, de manera que era más obvio, lo mire y hubo unos segundos de silencio. Trague saliva y busque su mirada. “O me quedo o me voy” pensé, sus labios se miraban perfecto, y nuestras miradas se cruzaron.

Fue entonces cuando me decidí.

Samantha: Profe, ¿usted que prefiere? ¿Senos o culo?

Profesor: Amo los senos, pero no podría vivir sin culo. Hasta ahora no había dado una descripción de como soy, físicamente. Soy algo chaparra, tengo caderas grandes y considero que un bonito trasero, no tengo muchos senos, soy de piel blanca con pecas y cabello rizado.

Samantha: ¿En serio? ¿Por qué? (Intentaba dominar la conversación, pero entonces se puso de pie para demostrar su respuesta).

Profesor: Porque no puedes tener sexo sin culo, los golpes y movimientos se sienten secos (Respondió mientras imitaba una escena de sexo, poniendo sus manos y brazos frente a él y moviendo a la cadera como si estuviera dándole a alguien duro).

Samantha: Jaja ya veo… (Definitivamente había perdido la batalla, y probablemente la guerra, ahora estaba absorta en su pene, que, aunque estaba sobre la altura de mi cabeza aun podía acercarme a él.)

Profesor: Ven (Me extendió la mano, la mire por un segundo, y la tome, incorporándome hacia él). ¿Qué pasa Sam? Hay algo que quieras decirme… ¿O hacer?

Sam: ¿Eh? Jaja no, ¿de que habla? (Sonrió, y fue entnoces cuando dejé de pensar y demostré abiertamente que estaba nerviosa. Qué más da, el gano, y en el fondo…).

Profesor: Ya sabes, veo que no dejas de ver mis labios. (Dijo mientras se acercaba a mí y me acariciaba la mano).

Se detuvo, cerca de mi rostro, estábamos solos en el salón, en el corredor y aunque no en el edificio, se sentía como tal. Cerré los ojos y me acerqué un poco más, y fue entonces cuando sentí sus labios. Conectándose con los míos, humedeciéndolos poco a poco. Primero empezó lento, y una vez que tomo mis caderas, yo abrace su cuello y se volvió apasionado.

Demasiado, empezamos a forcejear, hasta que me puse contra el pupitre más cercano y me levanto para que me sentara, se pegó a mí y mis piernas abrazaron su cadera. Me detuve un segundo y di un pequeño jadeo cuando sentí su verga contra mi vagina, aun sobre la ropa pude sentirla tan claramente.

Nos miramos por un segundo, y empezó el espectáculo, desabroché un poco su camisa y metí mi mano para sentir su cuerpo, el metió la mano debajo de mi blusa y empezó a hacer lo mismo. Seguimos besándonos, una de mis manos estaba en su rostro, y una de sus manos bajo a mi pierna, levantándola y pegando más nuestros cuerpos. Antes de subir a su pecho ambos empezamos a usar la lengua, empecé a sentir húmeda la vagina, y de seguro también el empezó a sentirse húmedo.

De repente, sin aviso, me quito la blusa, me quede en shock mientras la ponía a un lado y me dejaba en bra.

Sam: Profe, ¿qué hace? Si nos cachan nos mataran (Le pregunte, no realmente asustada ni preocupada, caliente, pero tapándome).

Profesor: Sabes que no será así (Decía mientras caminaba hacia la puerta y le ponía seguro y apagaba la luz).

Sam: Jaja… ¿Realmente vamos a hacer esto? (No pretendía fingir inocencia, claramente era inocente, pero claro que quería esto).

Profesor: ¿Quieres? Si es demasiado nos podemos detener.

Sam: Yo quiero, y creo que usted también (Le conteste mientras quitaba mis manos de mi bra).

Profesor: Tu, háblame de tu (Me contesto con una sonrisa mientras se acercaba a mí y tomaba mi rostro para besarme un poco más).

Después de unos besos, bajo sus manos a mi bra, y empezó a desabrocharlo. Una vez lo quito, miro mis tetas, pequeñas, blancas y con unas pecas. Se detuvo y las admiro, y después bajo y empezó a saborearlas con su boca y lengua, lo que me hizo jadear mucho y ponerme sensible. Tome su cabeza y aprete su cabello mientras con la otra mano buscaba mi vagina, esta empezaba a vibrar, lo cual nunca me habia pasado.

Sam: Quiero… Quiero más, mucho más.

Se detuvo, y sonrió, y entonces me bajo del mesabanco y me puso de pie.

Empezó a desabrochar su pantalón, pero lo detuve y lo miré; quería hacerlo yo. Así que empecé a desabrocharlo, los pantalones cayeron de golpe hasta abajo, tenía un bóxer negro y su verga quería desesperadamente salir. Lo baje y esta reboto libremente sobre mi cara, estaba gruesa, algo húmeda y tenía un olor que me llamaba a acercarme.

Profesor: ¿Necesitas que te guie? (Me pregunto, lo cual me pareció adorable).

Sam: No, creo que sé que hacer.

Le conteste, honestamente, era la primera vez que tenía una verga frente a mí, y sobre todo tan cerca, pero sabía que se debía de hacer. Había visto pornografía, y había tenido conversaciones con amigas sobre esto. Cerré los ojos un poco y abrí la boca, y poco a poco la metí completo a mi boca, humedeciéndola. Una vez hice eso, la empecé a sacar y meter, mientras chupaba y succionaba con gusto, sentí como lo disfrutaba, jadeaba un poco. Y en un momento, puso su mano sobre mi cabeza, aplicando algo de presión, ayudándome a guiarme hasta que pude tenerla entera en mi boca, tocaba el fondo de mi garganta, y me provocaba tanto placer. Después de, lo que me pareció unos minutos, me tomo de los hombros y me levanto.

Profesor: ¿Lista? Voy a darte la vuelta y darte la demostración de lo que te dije.

Sam: Lista (Sonreí, mientras me daba la vuelta y me bajaba la falda larga que traía, cayó al suelo también, y tenía un pequeño calzón rosa de encaje, no pude ver su rostro, pero podía sentir su mirada clavada, masajeo mi trasero unos segundos y finalmente me lo quito. Se levanto e inclino mi espalda un poco contra el mesabanco).

Profesor: Definitivamente tienes un trasero que tenía ganas de romper… Ahí voy, empezare lento para que no te duela, siempre duele la primera vez, aunque hay algunas excepciones. (Comento mientras sentía como acercaba su verga a la entrada de mi vagina). Y entonces entro, ambos estábamos muy mojados, tanto que no dolió como pensé que dolería, entro y se quedó ahí unos segundos.

Profesor: ¿Como se siente? ¿La saco o la meto más? “Mas!?” Pensé, saca de onda, que ya la había metido toda.

Sam: No, métela toda, no me está doliendo (Le conteste, y acto seguido, me embistió con el resto de su verga. Definitivamente no había sido toda, y aunque no dolía como otras lo pintaban, definitivamente dolió lo suficiente como para que hiciera un gesto y pusiera ambas manos sobre el pupitre).

Profesor: Ahhh Dios, si, de esto estaba hablando. Si te duele me dices.

Sam: Si profe… Dele, yo aguanto.

Dicho y eso, me tomo de la cadera y empezó a darme, tan duro y fuerte que sentía que me iba a romper en cualquier momento, escuchaba el chasquido de nuestros cuerpos en todo el salón; mi trasero y su cadera.

En un momento tomo mi cabello y empezó a jalarlo mientras su verga entraba y salía de mi vagina, ambos estábamos tan húmedos y empecé a gemir en un punto. Mis ojos daban vuelta y el dolor se hizo soportable pero el placer me llenaba por completo.

Sam: Mas fuerte más fuerte, me está encantado (Le pedí, inconscientemente).

Profesor: Como digas Sam.

Me contesto, seguramente sonriendo, y me tomo de las caderas empezando a darme más fuerte y duro, lo cual creía imposible. Empezó a darme nalgadas, dejándome las manos marcadas por mi piel blanca y sensible. Empezó a jadear mientras yo gemía con más fuerza, quería romper el mesabanco y que el me rompiera también. Y entonces, paso. Empezó a gemir a la par de mí y sentí como su verga vibraba y me llenaba de un líquido caliente que sin duda identifiqué como su semen. Quería saborearlo, quería sentirlo, en mi cara, en mis senos en todo mi cuerpo, pero por ahora estaba extasiada y satisfecha con sentirlo llenarme, tanto que sentía que empezaba a escurrirse por mi pierna. Nos detuvimos, jadeando un poco. Saco su verga, y me voltee a verla, estaba roja y palpitando, con algo de semen en la cabeza. Saco papel de su mochila, y se limpió, me extendió un poco y empecé a limpiarme la pierna; definitivamente fue mucho semen, seguía escurriendo.

Después de unos segundos, nos vimos y sonreímos.

Profesor: ¿Entendiste el ejemplo? (Me pregunto, mirando mis caderas).

Sam: Si, pero creo que no me quedo muy claro, puede que después necesite más…

Profesor: Jaja, ¿así que así de rápido perdiste la inocencia? (Me pregunto y ambos sonreímos. Se acerco a mí y nos besamos un poco más.)

Ese día fue la primera vez que lo hicimos, la primera vez que perdí mi virginidad, con mi profesor de inglés. Tuvimos sexo en el salón que me impartía clases, y no fue la primera vez, fueron varias. Algunas en la escuela, algunas en su casa, en la mía. Dios, el sexo con él era lo mejor…

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