Dos noches soñando con Gabriel, no podía parar de pensar en él, en sus besos y sus brazos levantándome.
Pasaba el día conteniéndome, no podía escribirle, aunque mi novio y yo tenemos una relación abierta, él estaba prohibido, teníamos historia, y las reglas eras claras.
Lo hablé con mi psicóloga, expuse mis deseos, todo parecía indicar que era una mala idea, pero algo cambió cuando llegué a casa.
Eran las 9 de la noche, llegué una hora antes de lo esperado y mi novio ya tenía que estar en casa. Abrí la puerta y no había nadie. Abrí el chat para escribirle, pero pensé que algo no estaba bien… "estoy por entrar a sesión, vos?", Enseguida respondió "en casa, hoy te espero con sushi". Okey, estaba mintiéndome, ¿por qué? Eso me enfureció, decidí salir a caminar, el viento me iba a calmar. Abrí Instagram y ahí estaba, una foto de Gabriel, con su perfecto cuerpo, automáticamente me mojé al recordar el último sueño que tuve, en el que nos encontrábamos en un bar y cogíamos en el baño. No lo pensé demasiado, y le envié un wasap. La excusa fue planear el regalo para el babyshower de una amiga en común
-Ey, ¿cómo va? ¿Ya pensaste qué regalarle a Azu? Tengo algo en mente, podríamos hacerlo entre los dos
– Me gusta la idea, vos siempre tenés buenas ideas, así que acepto
– jajaja, ni siquiera sabes en qué pensé. Podría ser un ser de cuchillo y tenedor
– cualquier cosa va a estar buenísima si la llevas vos, me quedo tranquilo
– yo me quedaría más tranquila si lo vemos juntos y lo encargamos
– ¿mañana?
– perfecto, después de las 18 h estoy libre
– listo, podemos vernos en ese bar cerca de tu trabajo, el de los sillones cómodos
– jajaja, gran lugar para planear el regalo para un bebé
– puedo invitarte directamente a mi casa, pero no creo que a tu novio le guste mucho la idea
– nos vemos mañana
Llegué a mi casa con tantas ganas de coger que se me olvidó totalmente la mentira de mi novio, sostuve que salí a las 10 de la psicóloga, cenamos y dormimos, no podía esperar a soñar con lo que pasaría al día siguiente.
Finalmente llegó la hora de salida, me fui al baño del fondo, a dónde no va nadie, me puse un body, pollera corta color beige, botas negras altas, por encima de las rodillas y una blusa blanca, llena de botones por delante, algunos desabrochados para que se vean un poco mis tetas. Mi novio sabía que tenía una cita, aunque, cómo las reglas indicaban, en teoría era un desconocido.
Llegué al bar, él ya estaba sentado tomando algo, no me pude controlar y aceleré el paso, casi que trotaba, me senté en el sillón y lo abracé por el cuello. No nos veíamos hacía mucho, la última vez estábamos desnudos en su casa, creo que 2 años atrás. Se veía aún más lindo que esa vez, quería tenerlo adentro mío, pero ya.
Me pedí un trago, hablamos un poco, y le confesé que hacía algunas noches soñaba con él y su hermoso pene, que no podía dejar de pensar en su lengua recorriendo mis tetas. Mientras le decía esto, note que su verga se ponía dura, me miró, y con su mano en mi mejilla, sugirió que nos fuéramos de ahí.
Subimos a mi auto y empezamos a besarnos, ay como extrañaba estos besos. No quiero parecer ingrata, los besos de mi novio son muy lindos, pero Gabriel es el mejor en esto, sabe cómo moverlos, y le encanta mi saliva, tanto como a mi la de él. Me agarraba de la cintura, haciendo fuerza contra él, cada vez más, y mi concha estaba totalmente mojada.
– Arrancá si no querés que te coja acá.
Nos fuimos al hotel más cercano, la habitación estaba en el primer piso, justo arriba del estacionamiento. Bajamos del auto, y ahí mismo me puso contra el baúl, levantó mi pollera y empezó a tocarme, cuando sus dedos estaban lo suficientemente mojados, los puso en su boca y chupó, todo mientras no sacaba sus ojos de mi. Lo agarré de la mano y subimos.
Entramos, ni siquiera llegamos a cerrar la puerta, agarro mis muñecas, las puso en mi espalda y empezó a besar mi cuello, bajo hasta mis tetas, lo que se asomaba por la blusa, y las chupó como nunca. Me puso de espaldas, contra la pared, bajo el cierre de mi pollera, y cuando tuvo todo mi culo para él, empezó a chuparlo, mientras acariciaba mi clítoris, empecé a sentir mis flujos caer por mis piernas, aún tenía las botas puestas, siempre le gustaron eras botas.
Ahora era su turno, lo empujé y cayó al suelo, desabroché su pantalón, un movimiento más y ya tenía su verga enfrente mío, junté saliva en mi boca y lo escupí, empecé a pajearlo y cuando no aguante más, la puse en mi boca, él me agarraba del pelo y gemía con cada mamada, me saqué la blusa en medio de una especie de baile, disfruto mucho cómo me mira mientras me desnudo, me saque el body, o eso intentaba "hasta ahí" me dijo, cuando tenía mis tetas al aire, y obedecí. Volví a escupir su verga y la puse en el medio de mis tetas mientras me movía, a veces lento, a veces más rápido.
"Subite arriba mío porque estoy a punto de explotar" me dijo, y yo me acerqué, me tomó de las caderas y corrió la lencería a un lado, y muy lentamente metió su pene adentro mío, que placer! Me movía como loca, quería acabar, y también que ese momento durara para siempre. Arriba y abajo, mientras él me chupaba las tetas y yo rasguñaba su espalda, me gusta pensar que la minita con la que está cogiendo va a ver las marcas que yo le dejé.
De repente, sentí como mi clítoris empezaba a hincharse, y mi pelvis se volvía más y más sensible, mi espalda se arqueó y tuve el primer orgasmo de la noche. "Necesito recuperarme", le dije, así que empezó a besarme, yo sentía su verga durísima dentro mío, por momentos con un espasmo que me excitaba muchísimo. "¿podemos seguir?" Dijo, y yo asentí. Me dio vuelta y puso en cuatro, paso su mano por mi concha y uso esos líquidos para humectar mi culo, segundos después ya tenía su pene rompiéndome el orto y sus manos, una agarrándome el pelo, y la otra presionado mi cintura. No quería que paré, pero él es fanático de hacerme sufrir, y por momentos se detenía y decía cosas como "que calor, ¿no?" Eso me enloquecía, solo quería seguir sintiéndolo.
Le pedía a gritos que siga, que me llenara de leche, hasta que en un momento, mi segundo orgasmo apareció, más corto, menos intenso, pero suficiente para que mis piernas se aflojaran. Quedé acostada en el piso, y él? Aún dentro mío, aunque ahora estaba casi sentado arriba de mi culo. Empezó a moverse frenéticamente, me tapo la boca con su mano, él sabe cuánto me gusta eso, y de repente, sentí su semen salir, y finalmente él salió de mi, se paró y me ayudó a pararme a mi, me levanto del piso y recostó en la cama "ahora vamos a probarla", y empezó a chuparme la concha mientras tenía 2 dedos adentro, creí que no iba a poder más, estaba exhausta, pero tuve un orgasmo más, de esos que se sienten como un estallido en mi interior, grité y me prometí no volver a dejar pasar tanto tiempo sin tener este tipo de encuentros con él.