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A escapadas del entrenamiento
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Todo comenzó en el salón de clases de la Universidad, todos solíamos sentarnos en el mismo lugar siempre y un día noté que este chico me miraba sin darme cuenta, al comienzo pensé que era por molestarme pero al rato empecé a pensar que le gustaba y voltee a verlo varias veces también. El me miraba como retandome y en una de esas me sonrío, eso hizo imaginarme que era agradable y tal vez podríamos conversar, luego sin embargo ya me empezaba a sentir apenada. Finalizando la clase lo miré de nuevo y desde su lado sintió que lo miraba, volteo a verme y me guiñó el ojo y sonrió de nuevo sin pena. Desde ese momento empecé a sentir que me buscaba juego y tenía ahora intriga de conocerlo.

Cuando finalizó la clase tuve que ir al baño inmediatamente, fui lo más rápido que pude ya que quería toparme en la salida del salón con el, pero cuando regrese él ya no estaba, se había ido muy rápido. Decepcionada pensé que tal vez todo eran cosas del momento y yo muy boba ilusionandome.

Pasaron las horas y se hizo de tarde, tenía práctica de porristas/cheerleader a las 4, se me hizo un poco tarde en ese momento y tenía que caminar un largo en la universidad para llegar a nuestro lugar de entrenamiento. Ahí pensé que era mejor irme vestida con mi uniforme de falda y top corto para ahorrar tiempo, antes de entrar me paro un momento en una mesa y asientos cercanos para arreglarme el cabello, todo estaba solo ya mis compañeros estaban entrenando y de repente siento a alguien detrás mío. Me asusté mucho, me voltee y me dio calma ver qué era el chico del salón, no lo podía creer, justo pensé por qué en ese momento que estaba tan apurada, vio que quería decir algo que no pude y se adelantó primero diciéndome:

– Te vi en el cuadro del pasillo que eras porrista así que me imaginé que vendrías a estas horas a entrenar por aquí

– Quien eres? Que quieres?

Me respondió sonriendo y calmado, soy Alex y que afortunado momento el de encontrarte por aquí.

No quería irme pero no podía tener una falta en mi entrenamiento, le recordé que tenía práctica e iba tarde pero insistió:

– Solo me quiero presentar, ya te he visto antes y llevo varios días pensando en lo bella que eres, me transmites alto que no me deja dormir en las noches.

Estaba confundida, la verdad me pareció muy atractiva su forma de tratarme y acercarse, pero no quería hacerme la facil, le respondí que en que pensaba exactamente y el me respondió:

– Quieres la versión sincera o la de mentira?

– La verdadera, y la corta le dije queriendo saber más y a la vez tímidamente.

Se me acercó mas y me dijo:

– Soñé que te cogía durísimo en el salón

– Que dices???

No podía creer lo que me decía. Pero empecé a prenderme y a insinuarle acercándome más. Se mordió los labios y me dijo:

– Es solo una fantasía, no creo que pueda cumplirse, pero que ganas te tengo desde hace días.

Empecé a notar como se abultaba su parte en el pantalón y eso me excito muchísimo. La verdad todo estaba haciendo que me dieran más ganas. Así que le respondí agarrando mi bolso:

– Tengo que entrar a entrenar…

– Sabes que tu cuerpo dice lo contrario. Me dijo rápidamente.

Me dejó sin palabras, tenía razón, así que me le acerque y le dije:

– Que quieres ahorita?

– Lo que tú aceptes

Eso me convenció, me encantaba su forma de hablarme y de ser permisivo. Me mordí los labios y me acerque lentamente a el, no aguantaba las ganas de besarlo.

Antes de besarnos me sujeto y me levanto hacía el y empezamos a besarnos apasionadamente, no había nadie alrededor pero sinceramente tenía miedo de que me vieran así que le dije que nos fuéramos al área de piscinas que estaba vacío. Nos dirigimos hasta allá y frente a un muro me coloco para agarrarme las nalgas, me subí la falda mientras me tocaba los labios de mis partes y me mojaba y luego me subí el top, me besó las nalgas primero luego me volteo y me lamió los pezones, lo miré excitada y con ganas y me chupo cada seno mientras yo le agarraba el webo por encima del pantalón, me arrodille y le abrí el cierre y lo tenía gigante, era moreno más oscuro que el, bien venoso y grueso, me lo metí completico en la boca y se lo empecé a mamar rápido para que se pusiera más duro hasta que lo sentí que ya no podía estarlo más y lo agarre y me lo metí por detrás en la vagina. Ahí parados me dió suave y empecé a gemir duro y luego me dió más duro y chillaba que no podía más, que rico me lo hacía mientras me besaba el cuello, en eso paro me apretujo los senos y le pedí que me diera más rápido, sin piedad, me subió la piernita y me lo volvió a meter más rico, duro y rápido hasta que empezamos a gemir los dos sudando desnudos.

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