Todo comenzó con un gusto que empecé a desarrollar desde mis inicios sexuales, que es el de utilizar disfraces para de alguna manera explotar mis dotes de actriz, en la cama me encantaba dejar de ser la chica de siempre y de golpe una noche pasar a ser una enfermera, una mujer policía, una profesora, una secretaria, una nena inocente, una odalisca, una conejita, etc. Siempre trataba de desarrollar un personaje diferente y esto realmente me excitaba. Una noche como tantas mi novio al que voy a llamar Martin apareció con un regalo, un conjuntito muy de puta, de esas putas callejeras, y me propuso que ese sea el juego.
Sin dudas fue el que más me gusto, me trato como una puta y me sentí muy metida en el roll. Lo hicimos como nunca. Se notaba que a ambos nos gustó ese juego, por eso al otro fin de semana, pensé llevarlo un poquito más lejos. Fui a un local donde venden este tipo de ropa compré una minifalda de cuero, una medias de red, una tanga muy chiquita y una remetía muy cortita y ajustada. Me considero una chica atractiva, y por lo general los chicos afirman esto, soy rubia de rulos y ojos miel, no muy alta pero un cuerpo armónico, para mi gusto tengo lo justo.
Me vestí con mis nuevas prendas, me puse unas botas con taco muy fino, y llamé a mi chico. Le dije que a las 22 esté con su auto en la avenida Centenario y las vías, una zona donde por lo general hay algunas chicas ganándose la vida.
Tome mi auto y me dirigí a la zona, llegue a la esquina y solo había dos chicas, una era una mujer algo grande y la otra una chica un tanto gordita. Me estacione y las llame, la señora mayor se acercó un tanto asombrada, le pregunte cuanto cobra habitualmente por un servicio de una hora a lo que me respondió 50 pesos. Pero que con mujeres no acostumbraba a estar, la interrumpí proponiéndole un trato, le daba 40 pesos, para que comparta con su compañera si me dejaba estar con ellas más o menos 20 minutos que era lo que faltaba para que llegue mi novio. Se fue a hablarlo con su compañera y volvió pidiéndome 60, acepte les di el dinero y baje del auto.
Realmente estaba algo nerviosa, pero a la vez excitada, charlamos mientras ellas provocaban de a ratos a los autos que pasaban, les conté que era lo que estaba haciendo. Y me alentaron a darla a mi novio todo lo que quiera, para que no termine como los que van buscando con ellas lo que no encuentran en sus casas.
Paro una auto rojo, y la chica más gordita se acercó a charlar por la ventanilla, dio la vuelta y se subió, solo quedamos nosotras dos, paro otro auto, ya eran las 10 en punto y en la otra esquina doblaba el auto de mi novio. “Es el”, le dije a mi nueva compañera y me dirigí hacia el auto que ya había estacionado.
Nunca me voy a olvidar su cara de asombro. Copie la técnica que recién había aprendido de hablar por la ventanilla con la cola bien parada para llamar la atención y mostrar bien las tetas a mi cliente.
Me acerqué y le dije.
-hola.
-cuanto cobras?
-40 el oral y 150 el turno de hotel.
No sabía si era mucho o no, pero no quería arruinar mi actuación.
“Ok subí”, mientras daba la vuelta por delante del auto, caminaba como la más puta, me despedí desde lejos de mi nueva amiga y subía al auto.
El intento tocarme las piernas, pero no me deje, diciendo que todavía no había pagado, me miro asombrado de nuevo, y salimos con el auto. Paro en un cajero automático, saco efectivo y al subir al auto me dio los 150.
No me decía nada, solo manejaba muy rápido, llegamos a un telo, entramos con al auto, y subimos a la habitación, todo sin decir una palabra.
Me hizo sentar en la cama, saco su pija y de una me la metió en la boca, y me decía “chupa puta, voy a aprovechar lo que me costaste”, obviamente le hice caso y empecé a chupársela como una desesperada.
Me tomo del pelo y prácticamente me cogía por la boca porque no dejaba de moverse, estaba siendo rudo conmigo, sin dudas también entendió bien el papel.
Soportaba como podida las envestida que me daba con la pija en la garganta, hasta que siento que descarga toda su leche en mi boca, cosa que nunca había echo antes. Me sentía una superputa y me encantaba.
Cair rendida en la cama, pero me hizo poner de pie y comenzó a desvestirme. Dejándome solo en bombacha.
Me empujo a la cama, mientras yo acostada lo veía como el terminaba de sacarse toda la ropa.
Me gustaba desconocerlo, me hacía sentir más mi personaje, se abalanzó sobre mí me puso de espalda y empezó a chuparme la cola desesperadamente. Esto hizo que acabe como una yegua en celo. Quería ya que me penetre.
Cuando se cansó de chuparme y manosearme toda, me hizo poner de pie nuevamente y con las manos en la pared me penetro desde atrás, sentía su pija más dura y caliente que nunca. Me partía la conchita en dos. Tomándome del pelo me sacudía sin parar hasta que sentí que inundo mi interior.
Me dejo ahí para y se fue a recostar. Yo lo miraba como descansaba y su pene perdía rigidez. Me llamo con el dedito, y me dijo “nenita veni que me queda media hora, chupamela”. Me la metí nuevamente en la boca, estaba un poco blanda, pero enseguida comenzó a recobrar su erección. No podría calcular el tiempo, pero creo que se la chupe por más de media hora, mientras el miraba el canal porno. No me prestaba atención y sentirme su putita me encantaba.
Me hizo poner en cuatro patas sobre la cama y de nuevo estaba penetrándome con furia, mientras me reventaba las tetas apretándolas. Me cogió muy fuerte, cuando estaba por acabar saco su pija de mi concha y me tiro toda la leche en la cola y espalda.
Comenzó a vestirse y me dijo. Si querés bañate que ya me voy. Me pegué una duchita muy rápida, me vestí y salimos del telo.
Me dejo donde me levanto, mi autito estaba solo, ya mis compañeras no estaban. Subí a mi auto y me dirigí a mi casa.
Me super fascino la experiencia y sabía que esto no terminaría acá, esta fantasía la llevaríamos más lejos.