Hola, me llamo Eva y les voy a relatar lo que sucedió hace unos días con mi hermano Juan Jesús. En varias ocasiones, tuvimos el impulso de escribir nuestra historia y por fin nos hemos decidido.
Nuestra historia da comienzo, cuando empiezo a notar que mi hermano Juanje, me mira de una manera más especial de lo normal, algunas veces espiándome mientras me cambiaba de ropa, en la ducha… etc… Yo por mi parte, quise comprobar si de verdad yo le atraía tanto así que, me ponía vestidos cortos para ver hasta donde llegaba él.
Cada vez que me ponía uno de esos vestidos veía como trataba de verme las piernas, las bragas y el escote de mis tetas y cuando se lo facilitaba, notaba como su pene se ponía erecto dentro de su pantalón. A mí me parecía aquello muy morboso, de que mi hermano se empalmase mirándome y si he de ser sincera, yo más de una vez he pensado en el sexo con mi hermano, pero, me contenía porque para mí era casi imposible que se diese una situación como esa. Pero, todo dio un giro de 180º hace unos días.
Bien, todo comienza el sábado pasado en el cual mi hermano Juanje y yo, nos quedamos solos en la casa puesto que nuestros padres se habían ido de viaje durante todo el fin de semana. Yo bajé al supermercado a hacer unas compras. Cuando regresé dejé las compras en la cocina y me dirigí hacia mi dormitorio a cambiarme de ropa para estar más a gusto. Cuando pasé por delante del cuarto de baño, vi que la puerta estaba entreabierta y se veía la luz encendida y oí una especie de jadeos y gemidos. Al principio me dio miedo, pero abrí un poco la puerta muy despacio, y pude ver a escondidas a mi hermano, Juanje, se estaba masturbando.
La escena me produjo un morbo increíble, por lo que me quedé escondida mirando como mi hermano se satisfacía sexualmente. Observé como con su mano sostenía un respetable miembro al que sacudía con cierta violencia, sentado en el borde del inodoro, con sus ojos cerrados apuntando hacia el techo.
De pronto vi que comenzó a llegarle el orgasmo, acelerando en sus movimientos manuales, y llegando este, chorros de semen salían de su verga, desparramándose por el suelo del baño. Demás esta decir que mientras lo observaba, mi vagina destilaba litros de jugos, al tiempo que con mi mano me pajeaba violentamente, al punto que instantes de él acabar, me sobrevino un orgasmo violento, que reprimí como pude, marchándome a mi dormitorio. Cuando entré, mis bragas estaban chorreando, me desnudé, me tumbé en la cama y cogí de mi mesita un vibrador (o consolador) y me puse a hacerme una paja, clavándome mi juguete hasta el fondo.
Mientras lo hacía, a mi cabeza venían los pensamientos de que mi hermano me cogía y me introducía toda esa maravilla de verga dentro de mi caliente vagina. Entre pensamientos perversos, me llegó el orgasmo, con el vibrador dentro de mi culo y mis dedos masajeando mi clítoris.
Después, me vestí y me fui al salón junto a mi hermano. El día transcurrió normal y por la tarde él y yo decidimos irnos a dar una vuelta a la calle. Estuvimos en varios pubs hasta que vi que ya teníamos bastante. Cuando llegamos a la casa, mi hermano estaba un poco cargado y nada más echarlo en la cama, se quedó dormido. Lo moví, pero él no me respondió.
-Vamos Juanje, ponte el pijama.
Lo moví otro par de veces más, pero nada, seguí sin hacerme caso.
-Vamos Juanje, despierta… hermanito si no te despiertas voy a tener que desnudarte para poder ponerte el pijama y que duermas más cómodo.
Entonces vino a mi cabeza de poder aprovecharme de la situación.
-Juanje no te despiertas… que se me hace que ahora mismo me aprovecho de ti, hermanito.
Le di un beso en los labios y ni se inmuto, siguió dormido. Le metí la lengua entre sus labios y saboreé su saliva, pero nada.
-De acuerdo Juanje, voy a por ti.
Me senté en la cama junto a él, le desabroche el botón del pantalón, le baje la cremallera del mismo, se lo baje un poco igual que su slip y se la vi.
-Madre mía Juanje… que verga… tienes, hermanito.
Ante mi apareció una verga preciosa… que linda se veía allí, recostada sobre sus huevos. Al verla, sentí por mi cuerpo una especie de escalofrío al tener semejante hermosura delante de mí.
-Me parece a mí que le voy a dar unos besitos a esta preciosidad.
Arrime mi boca a la cabeza de su verga y le di un beso, mire a mi hermano y pude ver su cara que era todo tranquilidad, por lo que la tome con mi mano aun con el riesgo de que él se despertase y me descubriese. Seguí besándola a todo lo largo de ella hasta sus huevos y como veía que él no se despertaba, le bajé del todo su ropa para así, que mi mano tuviese más libertad de movimientos.
La recorría de arriba a abajo con mi mano, su dureza hacía que mi excitación creciera más y yo, más atrevida, empecé a chupársela, por lo que su verga crecía y crecía. Si, una preciosa verga y toda para mí.
-Que verga tan hermosa y deliciosa tienes, Juanje.
-Y tú que bien me la estas chupando, Eva.
Me sobresalté al oír su voz y al mirarlo, pude ver como su mirada se clavaba en mí y en mis labios que tenían aprisionada su hermosa verga… me quedé ahí sin hacer nada.
-¿qué pasa Eva?… Adelante hermanita, sigue chupándomela
-Lo siento Juanje… yo… yo no sabía…
-Tranquila hermanita, tu sigue y no te preocupes por nada.
Dicho esto, le di un beso en la cabecita de su verga como dándole las gracias por permitirme seguir disfrutando de su hermosa verga, continuando con mis besos a todo lo largo de toda ella.
Con mi lengua empecé a recorrer todo el entorno de su glande, antes de metérmela en mi boca por completo para chupársela. Empecé a chupársela con avidez como si estuviese chupando un helado.
-Que sabor más agradable… Como me gusta chupártela, Juanje.
-Pues Eva… aaah… sigue haciéndolo.
En un momento de arrebato, mi hermano se levantó, me tumbo boca arriba, metió su verga en mi boca y comenzó a meterla y sacarla. Recuerdo que su pene llegaba a mi garganta. Al cabo de un rato no pudo aguantar y se corrió.
-aaaah… Evaaa… me corrooo.
Yo sentí como un rio de leche, inundaba mi boca que yo rápidamente comencé a tragármela. Después la saco y se tumbó a mi lado.
-Aun te queda un poco de leche en la punta, voy a limpiártela, Juanje.
-Eres insaciable, Eva.
-Ha estado fantástico, joder lo que me he estado perdiendo.
-Si Eva es divino hacerlo con mi hermana, porque he tenido una corrida bestial.
-Si, pero, yo aun no.
-Ya lo se hermanita, pero ahora me toca a mí.
Me desnudó, me chupó durante un rato las tetas, siguió besándome por mi cintura hasta que llegó a mi cueva. Comenzó chupándome por los muslos, luego sobre los labios mayores, se mojó los dedos con saliva, me abrió los mayores y se dedicó a los menores, subiendo hasta mi clítoris.
Tomo mi clítoris entre sus labios, mientras me metía un par de dedos. Esto fue lo máximo empecé a correrme como una burra, mientras el seguía chupando mi clítoris durante mi corrida, lo que prolongo mi orgasmo.
-Guauuu… hermanito… vaya sesión que me has dado.
-Me alegro que te haya gustado tanto como a mí, hermanita.
Tome su verga con mi mano.
-Joder, ya estas otra vez dispuesto. Que energía, Juanje. Esto va a ser fantástico, voy a recuperar todo el tiempo perdido.
-Pues entonces el mismo tiempo que yo, Eva.
-Anda Juanje, hazme tuya… métemela.
-Ahora mismo, Eva.
Así tal como estaba tumbada, me abrí de piernas, él se colocó encima de mí, acerco su verga a la entrada de mi cueva. Mi hermano comenzó a frotarme con la punta de su verga los labios y el clítoris, lo que hizo que me pusiese aún más caliente.
-Vamos Juanje, no seas malo y métemela ya… anda hermanito.
-De acuerdo Eva si tanto la deseas te la meteré.
Su enorme verga fue deslizándose por las paredes de mi cueva hasta que sus huevos pegaron en mí. Era maravilloso sentir aquella hermosa verga muy dura y muy caliente dentro de mí.
-aaahhh… Juanje… . que hermosa la tienes… mmm… que gusto
-Evaaa… oouuhh… qué maravilla… cómo te deseaba… mmm…
Mi hermano comenzó a meterla y sacarla muy suavemente para después, acelerar en el ritmo de sus embestidas. Sus bombeos eran fuertísimos y sentía mi cueva, arder de dolor y de placer. Por fin tenía la verga de mi hermano dentro de mi cueva, la de su hermana y los dos disfrutando muchísimo de placer.
-Si Juanje… aaahhh… no pares… mmm… sigue, sigue.
-auuhh… Eva… que gustooo… aaah…
Al cabo de un buen, pero, que un buen rato haciéndolo, vi que mi hermano aceleraba más en sus embestidas a lo cual, intuí y me dijo que se iba a correr.
-Eva… aaahhh… ya no aguanto más… me voy a correr… mmm… hermanita.
-Vale Juanje… mmm… córrete dentro de mí… échame tu leche dentro de mi raja
-No Eva… aaahhh… no debo hacerlo.
-Tranquilo hermanito, que no estoy en días de peligro… córrete dentro
Y así hizo.
-Evaaa… aaaaah… hermanitaaa… me corrooo
Chorros de esperma espeso y caliente llenaron el cuello de mi útero, y el orgasmo nos atacó a ambos. Yo cruce mis piernas sobre su espalda, para así tener el semen de mi propio hermano dentro de mí. Estuvimos así trenzados unos minutos, hasta que el pene de mi hermano Juanje se puso flácido, sacándolo chorreante de semen y de jugos vaginales que yo me apresure a beberme. Nos dimos una sesión de sexo como nunca lo hubiera soñado.
Ese fin de semana, lo hicimos varias veces más y también, desde ese día lo hacemos casi a diario, pese a que cada uno tenemos nuestra pareja, pero el caso, es que el morbo que nos produce hacerlo entre hermanos, hace más placenteros nuestros encuentros sexuales llegando la cosa, hasta que, si están nuestros padres en casa, nos metemos en un dormitorio y allí se la chupo hasta que se corre. Cualquier lugar es bueno.
Sin más, el otro día mientras veíamos la tele, mi hermano fue a mear así que le seguí y después de mear, le pegue una mamada que hizo que se corriese enseguida, me limpie la boca y me fui otra vez a ver la tele.
Es fantástico tener una persona con la cual realizarse sexualmente en tu propia casa.