El lunes volví a mis clases, y todo iba normal. Con Diana intentaba que la cosa fuera normal, olvidando lo pasado, y todo parecía ir bien, aunque siempre estaba la típica sonrisa pícara. Pero nada más que eso.
Sin embargo, algo me sorprendió durante la semana. Después de publicar el relato, en los comentarios alguien que se hacía pasar por Diana me amenazaba con complicarme la vida. Decía que había grabado un vídeo en el que se veía todo lo que habíamos hecho en casa, y que tenía que hacer lo que ella me dijera. Al principio, no le di ningún valor, pensaba que era alguien para molestar simplemente. Yo veía imposible que hubiera descubierto que escribía lo que pasaba entre nosotros aquí, aunque sé que esta web es bastante seguida.
Pero hubo algo que empezó a asustarme en uno de sus comentarios, y fue lo siguiente:
Mira, porque realmente me lo pasé muy bien contigo no voy a portarme mal, porque tu insolencia me está empezando a cansar, si fueses a recoger el paquete verías que hay un CD, grabé con el móvil lo del otro día en tu casa, jjjjjjjjj así que ahora, voy a jugar un poco contigo y si te portas bien yo también lo haré, para empezar y para que veas que no haces nada destruyendo ese CD porque tengo la grabación, quedamos el sábado en el restaurante del Park, se que sueles ir allí con tu familia, así que ve y cuando me veas haz por seguirme, solo te entretendré unos minutos..jjjjjj.
Yo siempre iba a ese restaurante con mi familia los sábados. Era un restaurante muy bueno y muy tranquilo, y desde que estaba con mi mujer nos gustaba ir allí a cenar.
¿Cómo se habría enterado de que escribía los relatos y los publicaba en esta web??
¿Cómo se habría enterado de que iba a ese restaurante casi todos los sábados por la noche para cenar??
La verdad no tenía muchas respuestas a esas respuestas. A la primera lo único que le veía un poco de sentido es que, en casa, Diana viera mi ordenador alguna vez que fuera al servicio a orinar, ya que fui después de ducharnos. Pero era casi imposible, ya que los relatos están guardados en una carpeta y con contraseña, porque, evidentemente, no me haría gracia que mi mujer los descubriera. A la segunda pregunta si le veía algo más de sentido, ya que donde vivo no es muy grande y, probablemente, alguien se lo chivaría. Pero me extrañaba esa actitud amenazante ya que, como he comentado antes, en clase todo había ido de lo más normal, a excepción de la típica miradita y eso.
Tampoco me voy a extender más en los otros comentarios ya que vosotros mismos podéis echarles un vistazo. Solo he comentado el que considero que es más importante. Quizás yo me equivoqué en contestar y entrar al trapo.
El viernes acabé muy cansado de la semana y no hice gran cosa, nada más que estar en casa tranquilamente con mi mujer y mis hijos. Aunque los niños, como sabrán las personas que tienen hijos, siempre suponen un gran desgaste, ya que les cuesta mucho estarse quietos.
El sábado todo fue bien hasta por la noche. Comimos en casa, descansamos la siesta y preparábamos la salida como habitualmente solemos hacer los sábados para hacer la visita al Park y cenar. El Park, para explicarlo mejor, es un centro comercial donde hay tiendas de todo tipo, cines, restaurantes, etcétera. Nos gustaba ir porque había juegos para los niños y ellos se entretenían y se lo pasaban bien antes de cenar.
Después de pasear por el centro nos disponíamos a entrar al restaurante para cenar. Cogimos mesa y empezamos a comer. Yo y mi mujer algo más pesado y para los niños había los típicos menús que te sacaban de un apuro. Serían alrededor de las 21:30 de la noche. Todo iba bien, ya faltaba poco para acabar y no había ocurrido nada raro.
De pronto sucedió lo que me temía. Diana estaba allí…… Pasó justo detrás de la silla de mi mujer .Mis temores se habían cumplido. Ella me miraba fijamente y yo intentaba hacerme el loco, mirar para otro lado, pero hay que enfrentar los problemas y tenía que mirarle yo también a la cara. No podía esconderme de una niñata. Eso hice mirarla, ver que tramaba y vi como me indicaba con la mano que la siguiera, lo mismo que me había avisado de antemano en los comentarios del anterior relato. Iba con una falda cortita y unos tacones muy bonitos. Como siempre, rompedora, llamando la atención.
Yo no tenía ganas de hacer ningún espectáculo y la seguí. Intentaría quitármela rápido de en medio y ya está. Le dije a mi familia que iba al baño, que ya venía. Vi que se metía en los baños de las chicas, y haciéndome el disimulado entré también. Digo lo de disimulado, evidentemente, porque no es normal que un hombre se metiera en los baños de mujeres y no quería que me viera nadie.
Eran unos baños bastante amplios y muy limpios. Diana estaba en la puerta y vi como entraba en el baño, con el típico retrete en el que podías echar el candado. Entré y ahí estaba ya ella sentada en el retrete, con la típica pose sugerente de abrir bastante las piernas. Había bastante espacio, ya expliqué antes que los baños eran bastante grandes y cabíamos los dos perfectamente.
-¿Qué coño quieres, Diana? Estoy cenando con mi familia tranquilamente.
-Ya sabes que te puedo hacer la vida imposible, profe. Así que pórtate bien.
-¿Cómo te enterastes de que publico relatos? Llevas toda la semana amenazándome.
-Yo me entero de todo, cariño. Debías haberme avisado para contar lo nuestro. De todas formas me han gustado mucho, así que espero que escribas algunos más.
-Mira, hablamos en otro momento. Ahora me tengo que ir.
Yo daba el encuentro por finalizado pero sabía que por su parte era diferente. Me disponía a darme la vuelta e irme cuando me puso la mano en el paquete.
-Joder, ¿Qué haces? Mira, ahora no puedo- Le dije.
-¿Cómo que no? Claro que puedes.
Empezó a mover la mano suavemente, frotando mi pene, por encima del pantalón. Ella sabía provocar, era una provocadora nata, y lo demostraba una vez más. Me estaba calentando y mi instinto animal empezaba a despertarse. La polla empezaba a estar dura.
-Profe, hazme algo. He venido tan sexy para ti.
Se subió la falda y tampoco llevaba bragas. Así que desde arriba podía verle todo el coño. Me puse de rodillas, ella seguía sentada y le quité los zapatos para que estuviera más cómoda. Tenía unos pies muy bonitos, los cogí con la mano y empecé a chuparle los deditos suavemente, y sus uñas pintadas de rojo. De siempre había oído que los pies eran muy eróticos, pero la verdad que yo hasta ese momento tampoco los había usado mucho para eso. Pero la verdad que me gustaba lamerlos, la planta y los deditos sobretodo.
-Que gusto, profe. Esto relaja mucho.
-¿Te gusta? Nunca lo había probado.
-Sí, está muy bien. Nunca está de más probar cosas nuevas.
Así seguí un rato más hasta que fuí masajeando sus piernas poco a poco subiendo cada vez más hasta que puse mi cabeza cerca de su sexo. Use las manos para abrirlo un poco y empecé a meterle la lengua poco a poco. Lo tenía depiladito, como a mí me gustaba. La follaba con la lengua suavemente metiendo y sacándola rápido, podía ver su cara de placer y oir sus primeros gemidos.
-Mmmmmmm !Que bien lo haces, profe. Me encanta como me lo comes!!
-Me has liado otra vez, putita. Mi familia está fuera esperando.
-Que esperen un poquito más. No les va a pasar nada.
Así seguía yo, lamiéndole de arriba a abajo el chochito suavemente. Con la mano podía aprovechar para frotarle el botoncito rojo delicadamente, en concreto con el dedito gordo. Ella cada vez estaba más cachonda, y yo también la verdad. Me gustaba lamer su coño, lo empezaba a conocer y más aún cuando yo sabía que ella disfrutaba mientras lo hacía.
Entonces paré, cogí sus zapatos, que los había dejado en el suelo. Estaban limpios, pero de todas formas cogí un trozo de papel higiénico para pasarlo sobre el tacón y, suavemente, empecé a introducir el tacón en su vagina.
-Mmmmmmm, ¿qué haces?-Me preguntó.
-Meterte el taconcito, cariño. ¿No te gusta?.
-Ufffff, claro que sí. Nunca me lo habían hecho.
Y así seguí, metiendo y sacando el tacón cada vez con más fuerza. Su vagina estaba roja, ya con el típico líquido preliminar. Notaba que jadeaba cada vez con más fuerza, haciendo más ruido y yo mientras le puse la mano en la boca, porque no hay que olvidar que estábamos en unos aseos públicos y podía venir gente.
-Pfffff, dame más fuerte. Quiero más!!.
-Claro, mi niña. Aquí está tu profe para ayudarte.
Seguí masturbándola con el tacón, pero veía que le quedaba poco para correrse y no quería que sucediera eso sin yo hacerle nada porque no quería que pasara como en el primer relato, en que me quedé a dos velas. Así que paré, le di una palmadita con la mano en la vagina y esperé un poco. Tenía los labios jugosos y tiernos, como a mí me gustaban.
-Joder, ¿qué haces? ¿Porqué paras????- Me preguntó.
-Tranquila, Diana. Ahora te doy lo tuyo. ¿Qué creías, que te ibas a salir con la tuya, como la vez que me dejastes tirado en clase??. No, mi niña, estás muy equivocada.
-Jaja, que cabrón eres. Bueno, haz algo, machote.
Cogí el zapato e hice que chupara el tacón para que probara a que sabía y lo hizo sin tapujos ni excusas.
Después me desabroché el cinturón, me saqué la polla que estaba enorme y la apoyé encima de su vagina. Sin penetrarla empecé a moverla arriba y abajo cogiéndola con la mano recorriendo su coño para que la sintiera y se pusiera más cachonda aún, si cabe.
-Mmmmm, la noto. Métemela, métemela !!!!!!.
Empecé a meterle la cabeza poco a poco haciendo aún más larga la agonía y más inmenso el placer. Estaba muy cachondo y pegué un empujón hasta que quedó toda dentro. La dejé dentro bombeándole la vagina, y pronto empecé a meterla y sacarla con fuerza, mientras le sobaba los pechos y los pezones. Ya no podíamos controlar nuestros gemidos. Seguíamos follando salvajemente y mi familia fuera esperando…
Notaba que me quedaba muy poco y veía que a ella también.
-Mmmmmm, que gusto. Voy a correrme!!!!- Dije.
-Pffffff, ohhhh, yo también- Contestó.
Seguimos un poquito más hasta que me corrí con tanta fuerza que incluso se me taponaron los oídos. Ella también, y notaba sus flujos calientes en mi polla.
Me lavé, espere a que el pene volviera a su posición habitual y salí disimuladamente del baño, sin que nadie me viera. Ella se quedó un rato más dentro para que no nos vieran juntos.
Volví a dónde estaba mi familia, y mi mujer me dijo:
-Has tardado. ¿Ha pasado algo?.
-No, perdón. Algo me ha sentado mal. Vámonos.- Contesté.
Creo que se me notaba algo nervioso y alterado.
Pagamos y nos marchamos. Pero ya no me gustaba esto, la cosa se me estaba yendo de las manos….
Bueno, pues esta es la tercera parte. Para sugerencias o lo que sea, dejo mi correo para quién me quiera agregar [email protected] o [email protected]
Dejo esa dos porque la primera me daba algunos problemas y por eso creé la otra. Así que quién me quiera agregar que lo haga a las dos si es posible y así nos quitamos el problema. Un saludo grande para todos.