La amiga de mi hermana tenía alrededor 18 años, pertenecía al grupito duro de la escuela, alborotadores, y bulliciosas. Yo un joven de 26 años dormía después de un duro día de trabajo.
Una noche llegaron a nuestra casa ya un poco tomadas y continuaron su rumba, colocaron algo de música americana y merengues y siguieron haciendo ruido, mientras el resto de la casa dormía, incluido yo.
Me despertó el ruido y decidí salir a decirles algo, salí al pasillo y me acerque despacio a la sala de nuestra casa. Estaban bailando, brincando y divirtiéndose sin importar que el resto durmiera, eran ya más de la medianoche. Le baje el volumen y les dije que se callaran, por un momento hubo silencio, me voltee y me regrese a mi alcoba.
Ya en mi cama de vuelta y tratando de reconciliar el sueño, sentí como la puerta de mi alcoba sonaba como si estuviese siendo abierta, espere un momento y sentí la presencia de alguien junto a mi cama, prendí rápidamente la lámpara de la mesa de noche, y la vi, era una de ellas, una amiga de mi hermana, se veía hermosa, rubia de ojos azules, y de un cuerpo moldeado seguramente por el ejercicio.
Se sobresaltó la chica, al verse sorprendida por la luz, llevaba puesto una faldita corta que dejaba ver sus moldeadas piernas y un top estrecho que cubría sus pequeños pero puntiagudos senos, Se notaba la dureza de sus pezones detrás de la diminuta prenda.
Le pregunte que hacia allí, que quería que si no era suficiente con despertarme con el ruido de su rumba. Ante esta pregunta, se sentó al borde de la cama y cubriéndose con la cobija se metió junto a mí, dándome un beso acompañado de su dulce lengua, el sabor a ron y Coca-Cola, llenaron mi boca y nariz. Mientras tanto su mano bajo por mi pecho hasta llegar a mi pantalón de pijama, el cual empezó a bajar hasta que me lo pudo quitar con la ayuda de sus pies, levante mi trasero para que bajaran fácilmente y espera a ver que pasaba.
Bajo su cabeza, hasta llegar a mi pene, el cual cogió entre sus labios y me empezó a dar una mamada espectacular, recorrí sus piernas hasta llegar a sus mojaditos pantis, y corriendo un poco la tela, le acaricie su preciado tesoro, sus labios vaginales tiernos estaban listos para ser acariciados y manoseados por mis dedos.
La corrí un poco hacia mí, y sacando la lengua me comí eso tan deliciosos que la amiga de mi hermana tenía entre sus piernas, sus gemidos, salían deformados al tener su boca llena con mi pene.
Ella soltó mi miembro y dándose la vuelta, corrió sus pantis de lado y se sentó de una sobre mi duro falo, consiguiendo metérselo hasta el fondo de su apretada vagina, hasta el fondo de un solo golpe.
Esta chica aunque algo ebria, se movía precisa y rápidamente, creo se corrió varias veces ella solita. Ya para entonces mi cuerpo y sentidos estaban súper excitados y no paso mucho tiempo en que el placer se apoderó de mí y tuve un orgasmo maravilloso con esta jovencita que se movía encima mío.
Termino de moverse, dejo que mi ya en vía de extinción erección, se aflojara y saliera de su apretado coñito, se acostó un rato junto a mí, y pidiendo disculpas por la rumba se regresó a la sala. Hasta ahora no se su nombre ni lo pregunte. Ahora espero que me vuelvan a despertar alguna noche para poder repetirlo otra vez.
FALS.