Siempre he logrado zafarme de la infracciones vehiculares, generalmente algo de labia y buena disposición combinada con, no sabía o estaba distraído resultaba en el policía dejándome tranquilo o poniéndome una multa por algo menor.
Ese fin de semana del cual voy a contar, estaba en un camino rural de una sola calzada y tráfico en ambas direcciones, era temprano y no había muchos vehículos en la vía, mi pesado pie llevaba el auto a una velocidad de 30 kits por encima del límite.
Tranquilo manejaba hacia el siguiente pueblo, el calor del medio día pegaba sobre el color negro de mi auto sintiéndose más caliente aun. El aire no daba abasto.
En una recta iba a 136 Kits por hora cuando vi primero las luces de la patrulla detrás mío y algo lejos, baje la velocidad esperando no se hubiesen percatado, ya más cerca logre escuchar la sirena y me hice a un lado hacia la cuneta de la carretera.
El auto de policía se parqueo detrás mío, y se apeó un policía, lo vi por el retrovisor, me quede mirando hacia el frente y espera que llegara a mi ventana, me toco el vidrio el cual baje y lo mire, detrás de sus ocurras gafas, abrió su boca y escuche una voz angelical pidiéndome los papeles, y diciéndome al mismo tiempo que estaba andando con exceso de velocidad. ¡No era un policía era UNA policía! Que suerte la mía, la mujeres policías son más complicadas que los hombres.
Esta policía estaba re linda, cuando se quitó los anteojos y se bajó el quepís, salió un cabello corto al hombro negro como el azabache y sus ojos de un azul profundo que perforaban los míos, se me levanto mi tranca y se me subió la libido.
Como me Salía de esta? Y se me ocurrió algo más haya de mis locuras, le dije
-Srta. Agente, que pena pero estoy apurado para ir al médico en el siguiente pueblo,
-Como así, porque tanto apuro, acaso está usted enfermo o tiene un paro cardiaco?
Si supiera que el paro me lo estaba dando ella…
-No para nada, Srta., lo que pasa es que me tome por error un par de viagras hace media hora pensando que eran unas aspirinas y ahora ando con un dolor , usted sabe , entiende, y no se me baja y quiero ir a la clínica a que me ayuden.
– Déjese de decir tonterías le voy aponer una multa por exceso de velocidad.
Me arriesgue, y me baje la bragueta de donde Gracias a la oficial tenía la verga tan dura como un palo de escoba la cabeza a reventar y morada de la excitación.
-Mire no más, le dije rápidamente y se la mostré atrevidamente esperando no se encabronara.
-Señor no sea atrevido, me dijo.
-como se atreve a mostrarme eso tan grande.
La tenia enganchada, pro que dijo tan grande, ummm.
-será que me escolta hasta la clínica, que no sé dónde está.
-Claro cómo no, sígame.
Ella se montó en su auto y con las luces encendidas la seguí por unos dos kits, cuando el carro de policía viro hacia una vía destapada y siguió hasta una casa abandonada.
Llegamos y ella se bajó y me dijo
-Bájese del carro que voy primero a verificar si es cierto lo que usted dice.
Me baje del auto y la seguí a la casa, entramos y aunque la casa se veía abandonada, alguien le hacía limpieza por dentro a menudo, una alcoba tenía una cama en buen estado, sin sabanas pero bien. Y afuera en el estar unos sofás estaban con algo de polvo pero bien.
La oficial me ordeno bajarme los pantalones, que pasaba? Pero bueno esto valdría la pena por lo que fuera ..
Me baje los pantalones y ella me indico me sacara mi túrgido miembro, y dijo que lo iba a revisar.
Lo tomo con una de sus manos y lo acerico fuertemente, -Huy cierto que está muy duro, tal vez yo le pueda ayudar. Siéntese por favor.
Me senté y ella se arrodillo frente a mí y se engullo la cabeza de mi verga, el lamio y chupo, con una mano se tocaba sus senos debajo del uniforme y con la otra sostenía mi verga y mis hinchadas bolas.
Le sugerí si estaría más cómoda y con menos chance de ensuciar su uniforme si se lo quitaba, y rápidamente se levantó y se quitó su uniforme, debajo de él había una hermosa mujer de tez blanca como la leche y pecas en sus senos, que hermosura de oficial de policía.
Nuevamente se agacho y siguió mamando mis bolas y verga. Yo estaba que me venía, le tocaba sus senos, y pellizcaba sus pezones.
Mientras me comía, me baje los pantalones y me quite la camisa, quede tan desnudo como ella. La levante antes de que me corriera y se sentó sobre mis piernas corriéndose hasta que la penetre suavemente, su coño estrecho me apretó al mismo tiempo que empezaba a subir y bajar, que delicia de oficial, se mecía, y movía en círculos, sus senos frente a mi boca, me los comía a mordiscos mientras ella gemía y ambos sudábamos en esa abandonada casa.
Le sugerí nos fuéramos al colchón y así fue, me la lleve ensartada hasta el colchón donde ya encima de ella le di tan duro como podía, que ricura de oficial, la bese y toque por todas partes, si me iban a multar que fuera por justa causa, estaba tan excitado que no podía venirme, pensaba, ojala y fuese cierto que me había tonado las dos viagras, pero parece no era necesario, esta me tenía a mil. La puse en cuatro y seguí bombeando deliciosamente su coñito, ya no veía a la oficial, ahora era una mujer hermosa con unas ganas locas de coger. La oficial empezó a moverse como loca, gemía y decía le diera más duro, y duro le di hasta que ella se corrió fuertemente y luego yo. Caímos sobre el colchón, levantado una gran nube de polvo, pero no importaba estamos saciados y mi miembro ya se desinflaba.
La oficial se levantó sea cerco al baño donde un pequeño chorrito de agua todavía salía de sus grifos, se lavó, se sitio, se acercó al borde de la cama y me dijo,
– lo voy a dejar ir, le creo lo de sus pastillas, afortunadamente creo que logre bajarle su problema y ya no tendrá que ir a la clínica, tenga más cuidado la próxima vez.
Enseguida se agacho me dio un beso y en mi oído me su susurro –Si va a correr hágalo por este camino. Adiós.
Dio media vuelta y se fue.
Yo quede solo entre el polvo y bastante satisfecho de una corrida espectacular con la oficial de policía.