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Nueva faceta, cuando pude cogerme a un chico y a su novia
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Tiempo de lectura: 3 minutos

20 años, desempleado, drogadicto, chacalito y con una noviecita de cuerpo escultural. ¿Qué haces cuando estás loco por tu nueva novia pero no tienes ni para pagar el pasaje del metro?

Nino es un ‘nini’. Ni trabaja, ni estudia ni hace ni verga. Lo que si hace es culear súper deliciosamente. Tiene un cuerpo largo, con piernas largas, cabello cortado al rape de un lado y largo arriba. Mide 1.72, Trigueño, vive en un barrio marginal y no tiene trabajo ni intención de trabajar. Cada vez que culeamos le doy 20.00 dólares y realmente me deja hacerle de todo. Me morbosea verlo con un calzoncillo pegado, caminando alrededor de la habitación con la verga dura. No es la gran verga pero sus nalgas son deliciosas, todavía de adolescente, lampiñas. Casi no le crece vello en las piernas. Su cara larga se debe más a los 3 bates de yerba que se fuma en el día y las veces que salta garrocha por no trabajar.

De un tiempo acá se enamoró perdidamente y me contaba todas sus peripecias. No conocía a la chica sino en fotos y nunca le puse nunca atención. Un día me pidió el favor de que los llevara bajo un aguacero y pude ver el cuerpito que se jalaba la chiquillona. Unas tetas redonditas, buen culito parado, carita de niña bonita y buenas piernas. Estudiaba en Panamá pero de familia santeña. Cabello largo, con rayitos castaños y sonrisa fácil. También parece que tenía un coñito fácil porque Nino le estaba dando pinga parejo casi todos los días, en su casa, después del colegio, antes de dormir, en el estacionamiento del edificio, en la azotea del edificio, cuando sus compañeras estaban dormidas, creo que lo estaba secando poco a poco de tanto exprimirle los huevos.

Nino y Greta me pidieron el favor de que los llevara a Las Tablas en uno de mis viajes. Estuve pensando en esa parejita y se me metió entre ceja y ceja cogérmelos a los dos. No creo que Greta quisiera coger con un tipo que podía fácilmente ser su padre pero increíblemente Nino solo me preguntó qué bueno, que iba a ver.

Ya en camino nos detuvimos en una casa que cuido para unos clientes extranjeros en la playa. A todo meter, piscina y jardín espectacular. Yo la uso de vez en cuando y Nino ya la conocía muy bien. Llegamos por una hora pero después de dos pitillos, varias cervezas y bastante reggae ya estaban los dos chicos entonados. Greta me pidió permiso para tirarse a la piscina y lo hizo en panties y un suetercito prestado. Cuando me puse a lujurearla en la piscina solo me imaginaba meterme entre esas piernas sedosas, esos muslos torneados. Ahí estaban los dos noviecitos y creo que no se imaginaban lo que pasaba por mi mente. Cuando los vi besarse la verga se me fue despertando y me la rozaba contra el muslo mientras los veía retozar en el agua, bien bateados los dos, bien borrachos. Me regresé al cuarto principal y encendí el aire. Apenas entraron a la casa les dije que se pusieran cómodos. Se reían como estúpidos.

Los dos se tiraron a la vez en la cama en toalla. Solo los veía con lujuria pero realmente nada sucedió. Se quedaron como muertos, tal vez por la cerveza y la yerba, que por cierto era una Panamá Red súper fuerte. Esperé un momento y los fui desnudando a los dos. No era que estaban inconscientes, solo volados y estúpidos. Cuando pude abrirle la cuquita era la cosita más deliciosa que recordaba, limpiecita, sin un solo vellito, con los labios rojitos y se le veía el clítoris sobresaliendo, como una mini verguita. Me puse cerca y olí su olor a chuchita caliente, recién lavadita.

Justo al lado estaba Nino, tratando torpemente de besarla pero realmente estaba demasiado bateado. Estaba encuero y la verga se le había achicado por el frío. Lo dejé tirado sin hacerle nada, por el momento.

Ni siquiera dudé en comenzar a lamerle la panochita suavecito, con mucha lentitud. Podía sentir como esa florecita estaba abierta de tanta verga recibida pero a la vez seguía siendo un huequito chiquitito, apretado. Me concentré en lamerle la chucha, las nalgas, los muslos y verla arquearse de placer y quejarse por lo bajito. La pinga la tenía demasiado dura pero lo que hice fue meterle dos dedos para quemarme con su vaginita ardiente, jugosa y apretada. La sobé tanto y le apretaba las tetitas, le jalaba los pezones, para mi era como tener un juguetito nuevo. La puse bocabajo y comencé a restregarle la verga entre las nalgas, sobándome contra ella. La verdad es que estuve a punto de meterle el huevo en la chucha de una vez pero me refrené y me puse un condón y comencé el mete y saca suavecito, sintiendo como esas paredes calientes me estrechaban la pinga. Me la culeé hasta que me vine y me quedé encima de ella, cansado y arrecho…

 

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