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Divirtiéndome con el permiso de mi esposo (Quinta parte)
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Tiempo de lectura: 15 minutos

Para el día de hoy nos devolvemos en el tiempo más o menos unos 20 años. Comenzamos semana son las 5 de la mañana me despierto, tengo preocupaciones que no me han dejado dormir muy bien, busco alguna estrategia para poder solventarlas, me caliento un café, entro al estudio y busco mis libros revisando casos anteriores. Tenía como un presentimiento de algo y efectivamente muy a las 7 de la mañana mí teléfono sonó.

El hijo de un cliente había sido arrestado sindicato de asesinato en la ciudad de Santa Marta.

David mí esposo entra a la cocina y le comento.

– Papi tengo que viajar a Santa Marta el hijo de un cliente ha sido arrestado por asesinato.

– No perfecto he querido ir a ver cómo va la casa te acompaño.

David había comprado una casa antigua para restaurarla y venderla en Santa Marta.

No pudimos viajar temprano pues tenía una audiencia a las 8 de la mañana en los juzgados de Paloquemado que me demoro dos horas largas.

Ana María y David me recogieron y nos dejó en el aeropuerto, llegamos a Santa Marta y de ahí a la estación de policía en donde nos esperaban hablé con el inspector y el fiscal del caso y luego con mi cliente con quién estuvimos una hora esperando si nos designaban un juez. Hasta que al fin y nos citaron para mañana a las 8 de la mañana.

David aprovecho para ir a ver la casa y regreso justo cuando ya salíamos de la estación.

Nos invitaron a almorzar porque ni ellos ni nosotros lo habíamos hecho. Mi cliente estaba con su esposa, su suegra y un hermano. Ya concretada la audiencia por imputación de cargos nos retiramos a descansar yo estaba cansada y pasamos por el supermercado para llevar víveres, un amigo nos alquiló un apartamento en pozos colorados no era temporada de verano por lo que el edificio estaba más bien desocupado.

Hacía buena brisa refrescando un poco el atardecer. En la azotea del edificio hay una piscina lo que nos brinda el poder subir, nos colocamos vestidos de baño, agarramos cuatro cervezas toallas y subimos a ver también el atardecer.

David quiso que saliéramos a caminar a la playa pero yo estaba muy cansada.

Subimos y en la piscina se encontraba yo creo que era el único habitante del edificio un moreno de 1.70 de estatura de unos 35 años bien fornidos y en compañía de dos niñas jóvenes que se encontraban en topless dejándonos ver sus hermosos senos y el en pantaloneta de baño en donde se le notaba tremenda erección. En algo estaban porque el se hundió y se vio que se arreglaba su pantaloneta de bañó y las chicas soltaron la risa. El sol en todo su esplendor ni una nube en el cielo prometiendo un atardecer perfecto.

Saludamos con un buenas tardes de lejitos y acomodando las sillas de sol, saque el bloqueador de sol y se lo di a David para que me lo aplicará en la espalda, destape las cervezas y prendí un cigarrillo. Aprovechando que las niñas estaban en topless yo también me lo quite, además no era mucho lo que me tapaba apenas los pezones.

David término de aplicarme el bloqueador tomó dos sorbos de cerveza y se metió a la piscina, nado un poco. Las chicas a pesar de tener buen busto el moreno no dejaban de mirarme lo que causo cierta incomodidad en ellas, Además de que les dañamos el rato de esparcimiento sexual muy seguramente. Lo que hizo que se fueran a su apartamento, dejándonos la piscina para los dos. Me sonrió con mi esposo.

– Parece ser que no les tiramos el polvito jejejeje

– Si que tontas hubieran podido seguir en su juegos.

– Papi… si le viste el bulto del moreno guau que paquete tan delicioso.

– Claro que si difícil de no ver con ese tipo de pantaloneta.

– Para qué pero el tipo esta como a mí me gustan, delicioso y sustancioso.

– Bueno ya abra tiempo para que lo conozcas y pases un buen rato.

– Ahí si no todo es trabajo también hay que divertirse en grande y con una buena verga.

Nos besamos apasionadamente nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos encendiendo nuestras sensaciones le bajó la deportiva y le mamo la verga por varios minutos, luego el me baja mi calzón y me chupa y lambe mí cuquita, continuamos sentados en las sillas me le montó encima y me penetra mí cuquita, sensaciones deliciosas emanan haciéndome gemir brinco sin cesar besándonos y acariciándonos desenfrenadamente, provocándonos

Sensaciones excitantes que nos subían adrenalina dejándonos absortos en el fuego incandescente de la pasión, viniéndonos en intermitentes corrientazos terminando en un largo y placentero beso.

Nos quedamos hasta que el atardecer paso regalándonos un precioso paisaje de colores. Nos fuimos al apartamento nos bañamos y preparamos la comida y a dormir, había que madrugar al juzgado y David a comprar un poco de cosas para la casa.

Al otro día la audiencia duro hora y media y pudimos darle casa por cárcel, ayudo mucho que varias de las pruebas eran circunstanciales.

Ahora tocaba empezar a desestimar las pruebas buscar los testigos para el juicio. Tocó viajar a buscando a una señora que ese día estaba con mi cliente el día del crimen en un motel la cuestión era que ella era casada con un tipo dueño de una empresa de volquetas de carbón volquetero atravesado y peligroso. Más bien difícil que aquella nos sirviera de testigo, pero igual había que intentarlo, era clave su versión. Fuimos a su casa y logramos que nos atendiera no nos aseguró que nos sirviera de testigo pero tampoco nos negó esa posibilidad. Era grandemente perjudicial para ella pues tenía cuatro hijos, su hogar, una zona de confort que peligraba.

Almorzamos en carretera y llegamos a Santa Marta a eso de las 3.30 pm nos dejan en el apto y me recuesto un rato.

Media hora me dormí y me acuerdo del moreno de ayer y me levanto para cambiarme e irme a la piscina. David había ya llegado y me calentó un cafecito reparador, hablamos de mí día y el de él mientras me cambiaba y me tomaba mí café. Él también se cambió la ropa, pero lo detuve cuando le dije que.

+ Papi voy a subir a la piscina pero sin ti.

Se me queda mirando y sonríe.

– Ha verdad que la señora esta con ganas de verga.

Okey preciosa ve y diviértete con esa negra que te debe de estar esperando.

– Papi nos vemos más tarde.

Nos despedimos con un apasionado beso y salgo camino al ascensor y subo.

El desgraciado no estaba, me quite la bata destape una cerveza y me prendí un cigarrillo. Sentí que alguien venía y mire la entrada y no, era la señora del aseo que venía a recoger unos baldes y escobas para bajarlos, nos saludamos y le pregunté por el vecino y con cara de verme sospechosa me dice que no demora en llegar.

Se retira y espero a no sé qué sin saber si vendrá o no. Pero afortunadamente cuando estaba como mirando sí me bajaba me asome y alcance a verlo salir del apartamento cuatro pisos abajo, me devolví de una y hasta me quite el sostén del vestido de baño quedando en topless me recosté en la silla simulando tomar el sol dormida me puse mis gafas para verlo quedándome quieta, lo veo que me mira y mete su mano entré la pantaloneta acomodándose la verga que la tenía asía abajo. Mi cuerpo temblaba mil chispas sentía en mí estómago se metió a la piscina y me moví quitándome las gafas y saludándolo.

– Hola vecino.

– Mi querida señora muy buenas tardes mucho gusto me llamo Asdrúbal me alegra encontrarla, me dijeron que me estabas esperando.

– Sí, claro muñeco quería conocerte me dejaste muy intrigada Ayer. ¿Quieres una cerveza?

– Disculpa preciosa pero traje un delicioso vino que quiero compartir contigo.

Cogió una canastilla que traía y saco la botella y dos copas.

– Humm… Me encanta muñeco un puntazo a favor.

Destapó la botella y sirvió sentándose en la otra silla de sol. Admirando mis tetas hace el brindis.

– Por las mujeres hermosas como tú que nos inspira y nos acompañan regalándonos sus encantos.

Tomo el primer sorbo dejando escapar unas gotas sobre mis tetas las que limpio con mis dedos y luego chupo.

Se sienta estirando los pies sobre la silla dejándome apreciar ese bulto que prácticamente se le salía de su pantaloneta la que le miro y vuelvo a mirarlo a los ojos sonriéndole y picándole el ojo me tomo otro sorbo dé vino.

– Vives acá en Santa Marta?

– Si señora ¿y tu preciosa de dónde eres?

– Muñeco orgullosamente tolimense nací en Flandes.

Y vivo en la nevera, Bogotá.

– ¿Y tú de dónde eres?

– Sucreño de Sampues acá en límites con el Bolívar, ¿y tu esposo no viene?

– No le dije que quería estar contigo, a solas.

Mi celular sonó era mi hija con una llamada.

– Hola hija ¿cómo estás?

– hola mami bien acá estudiando para mañana tengo parcial y estamos sin luz a punta de vela, se fue hace rato y nada que la instalan ¿y cómo les ha ido?

– Pues a mí súper bien, estoy tomando el sol en topless acompañada de un moreno hermoso con el que voy a pasar un rato delicioso.

Asdrúbal me mira y coloca su mano acariciándome la pierna derecha mi mano derecha le acaricia el codo le pido más vino.

– Hay yo pensé que estabas trabajando ¿y mi papá?

– No hija trabajando he estado pero tú sabes que cuando un hombre me gusta no dudo en llevármelo a la cama.

Me tomó un trago y me levanto suelto los cordones del calzón y me lo quito ya completamente desnuda, saco mi bronceador y le pido el favor a Asdrúbal que me lo aplique el sin chistar se paró y de una agarro el bronceador aplicándomelo por todo mí cuerpo aunque se demoró cuando iba a aplicármelo en mis tetas porque primero me las chupo, me despido de mí hija y al terminar su labor se quitó su pantaloneta que harto estorbo nos estaba haciendo, dejándome ver lo bien gruesa que estaba su verga, se me acercó agarrándome las caderas nos besamos lo abrazó por los hombros siento su verga en mi pubis suena un balde que cae al suelo no vemos a nadie y saco del bolso una cámara fotográfica con la qué nos tomamos varias fotos usando el automático y en donde pudimos salir besándonos y acariciándole la verga. Sirvió más vino y me dio mi copa, tomando un trago largo. Nos volvimos a besar por un buen rato mientras le acariciaba la verga.

Me siento, en frente de su verga la que observo y masturbo.

– ¿Ayer te estaban practicando sexo oral Las dos niñas con las que estabas?

– Si, no esperábamos que alguien subiera ya que no había nadie en el edificio.

– Lo sabía yo sí lo sospechaba, lamentó mucho haberles dañado el trío.

– No para nada preciosa para eso nos bajamos al apartamento en donde estuvimos un buen rato.

– Y que tal pasaste.

– Ho exquisito fue fantástico.

Seguía hablándole, besándole y lambiendo la verga me la meto a la boca sintiendo lo gruesa que es.

– Me encanta tu verga, sabe delicioso.

– Toda tuya preciosa, eso así, que lengua tan rica mami me encantan las putas como tú, eso de que le dijeras a tu esposo que no subiera para culear conmigo me puso a mil.

– jejejeje sí tan lindo mí esposo por eso lo amo tanto ¿y te esperabas esto?

– La verdad sí, después de ver cómo me mirabas mí pantaloneta y me coqueteabas supe que terminaríamos culeando.

Yo seguía mamándole la verga

– Ha que rico muñeco yo también quede con unas ganas las hijueputas de culear contigo, ayer hicimos el amor con mi esposo acá y me imaginaba él trío de ustedes, genial.

– Sí en verdad fue exquisito tremendas niñas les encanta la verga.

– Y a quien no muñeco con semejante delicia de verga que tienes tú.

Seguía mamándosela deleitándome con su grosor, humedeciéndola, babeándola, restregándomela por la cara, mis pechos, hasta una rusa le practique.

Casi diez minutos de sentirla en mi boca, luego me monto sobre la silla y levanto las piernas, Asdrúbal se dedica a chupar y lamberme la cuquita dándome sensaciones exquisitas. Apoyada mi cabeza contra el espaldar alcanzo a ver una figura, era la señora del aseo quien intenta entrar a la zona y al vernos se detiene unos 10 segundos mirándonos y lentamente se devuelve sin voltearse o como se dice echando reversa saliendo nuevamente y dejándonos solos.

Asdrúbal siguió devorándome su boca me tenía loca de pasión haciendo venir en chorros que salpicaron en su cara quedando todo embadurnado, me reincorporo y nos besamos apasionadamente, lo masturbo.

– Haaa que rico, no como me encanta el sexo.

– A mí también preciosa y más cuando son casadas me chiflan.

Vuelve y me acuesta y se coloca entre mis piernas rozándome su verga por mi cuquita, me penetra lentamente siento su grueso tronco deslizarse por mis paredes hasta tocar fondo me abro de piernas abrazándolo y empujándolo hacia mí, comienza a sacármela y a entrar suavemente, aumentando con cada penetrada empiezo a gemir, a sentir su gruesa verga en mis paredes vaginales llevándome al paraíso mi cuerpo temblaba de emoción.

– Que delicia por Dios sigue, sigue así dame, dame más anda dame más que me muero de la dicha. Yo sabía que me ibas a hacer gozar como puta presa en visita conyugal anda muévete muñeco hermoso hazme venir.

Me penetraba como pistón acelerado hasta que me vine se retira y suelto el chorro de mis líquidos dedeándome exprimiendo hasta la última gota, me levanto y le mamo la verga.

– Ha que rico me hiciste muñeco hermoso definitivamente que delicia de verga tienes.

– Ahí Dianita la verdad tu eres la mujer más exquisita que me he culiado, que puta sos me encantas gran puta.

Me le montó encima, coloco su verga en la entrada de mí cuquita y me dejó rodar por el me muevo en círculos y luego empiezo a follar tan rápido como mis piernas me lo permiten, descanso y él empieza a follarme dándome un indescriptible placer, mi cara desfigurada ante tanta emoción, vuelvo y me vengo me saco su verga y me vengo en la silla, y vuelvo a metérmela nuevamente y en menos de un minuto me derramó otra vez.

– Haaaa me encanta, me encanta, hijueputa dicha poder disfrutar del que se me pegue la regalada gana ha sí tenía ganas de ti, ver ese bulto de tu pantaloneta ayer me tenía arrecha, sí no hubieran estado esas dos peladitas muy seguramente hubiéramos tenido relaciones sexuales hasta me Hubiera importado un soberano culo que estuviera el cornudo de mí marido ahí.

Asdrúbal se para y yo me coloco en cuatro.

– preciosa vamos a tener que agradecerle al cornudo de tu marido que te dejara venir solita, ha y también a la niña del aseo por avisarme que me estabas esperando porque yo no iba a subir.

Le agarro la verga y me la coloco en la entrada de mí trasero.

– Suave muñeco metérmela suave mi amor.

Empezó a penetrarme el trasero suavemente dilatándome en medida que me iba penetrando, poco a poco fue follando aumentando su accionar durante casi 15 minutos haciéndome venir dos veces y a él una vez empatando con la segunda venida mía, inundándome mí trasero con su semen, terminamos besándonos, Asdrúbal se paró y se metió a la ducha lavándose la verga, quitándose el sudor.

Y me pongo a mirar el atardecer, se me acerca por detrás abrazándome besándome la espalda, me coloca su verga entre mis piernas, me empino levantando mí trasero y me penetra mí cuquita follándome por otros 15 minutos me vengo nuevamente me saco su verga y me inclino a mamarle la verga por unos minutos, me levanto, estando de frente le agarro le verga y me la meto otra vez en mi cuquita y volvemos a follar delicioso, besándonos con una pasión desborda nuestras bocas se unían salvajemente, lujuriosos y sin nada que nos detuviera para disfrutar de las delicias del sexo, que placer tan hijueputa. Lamento de aquellas que no lo han hecho con un negro en su mayoría están bien dotados y yo ya he tenido varias experiencias que me han satisfecho en grande, me encantan esos hombres bien dotados.

Seguimos follando por varios minutos más acompañados por la brisa marina nos venimos en espasmos y gemidos de placer envolviéndonos en un abrazo fuerte, ya era de noche, bajamos a su apartamento y comimos un pescado que preparo delicioso. Esa noche me quede a dormir con él.

Al otro día me despierto, eran las 7 de la mañana Asdrúbal se bañaba y yo me coloque mí vestido de baño y me despido quedando de ver en la tarde.

Llegué al apartamento David preparaba café.

– Buenos días preciosa como amanecieron el par de tortolitos.

– Hola papi, delicioso no te imaginas lo rico que la pasamos Asdrúbal es todo un semental me encanto ese hombre,

Nos besamos y abrazamos con David.

– Me alegra mucho mi amor es en verdad excitante verte tan contenta.

– Ahí sí papi es que después de disfrutar de esa verga no podría pedir más.

Me bañé y me aliste para irnos, estábamos desayunando cuando llama mi secretaria a avisarme que don Jacinto otro de mis clientes estaba en Barranquilla y me estaba necesitando, lo llame y nos invitó a almorzar me fui a hacer unas diligencias, ir al motel en donde mí cliente estuvo con la vieja para que me sirvan de cuartada. Ir a medicina legal por el dictamen forense, hacer que mi secretaria me trascriba para presentar la documentación al juzgado, salimos para Barranquilla casi a las doce don Samuel nos prestó uno de sus vehículos.

Estuvimos toda la tarde y luego salimos a dar un recorrido por la ciudad. Regresando a Santa Marta a las nueve, cansada y a dormir.

Al otro día a esperar la documentación que mi secretaria me enviaría por avión e irla a llevar a ser firmada por mis clientes. Llego la tarde y tenía ganas de ir a la playa caminar un poco meterme al mar relajarme y meditar sobre lo de Barranquilla ya que era un caso con paramilitares complicado tenía que pensarlo muy bien sí me le media o no. Llegamos al apartamento nos pusimos nuestros vestidos de baño empacamos las cosas de llevar. Bronceador, toallas.

Salimos con mi esposo a buscar un lugar donde hacernos que no estuviera tan solo, quedándonos enfrente de uno de los hoteles. El sol estaba en todo su esplendor, paso un muchacho vendiendo cerveza fría, le compramos dos, me aplique bronceador y me recosté sobre la toalla sobre la arena, mis gafas de sol y a observar el mar que con sus holas golpeaban la playa.

Dos muchachos morenos jugaban con una tabla deslizándose.

Del hotel vi salir a quien pensé era el papá de alguno de los muchachos de más o menos unos 45 años moreno acuerpado calvo, de estatura mediana bastante comestible una ricura de hombre y no, no era el papa.

Se les acerca los saluda, quedándose un buen rato vuelve a entrar al hotel y nos miramos mientras el caminaba, a los 10 minutos volvió pero está vez en pantaloneta de baño ajustada, coloco una toalla en la playa y sus chanclas y fue a meterse al mar. Me pare y lo seguí metiendo al mar también, nadamos un poco me le acerque a saludarlo

– Hola muy buenas.

– Hola preciosa ¿cómo estás?

– Muy bien muñeco mucho gusto ¿y cómo te llamas?

– Víctor ¿y tú?

– Diana,

– Diana me encanta ese nombre ¿y te estas quedando en el hotel?

– No nos estamos quedando en el edificio de ladrillos a la vista.

– ¿Y estás con tu esposo?

– Si con él y tú en donde te estas quedando..

– No yo trabajo en el hotel,

– ha ya veo y que eres el, salvavidas.

– No pero me encantaría.

El mar se estaba poniendo muy picado las olas me arrastraban fácilmente, tumbándome llegando a la orilla, Víctor me auxilia ayudándome a levantar yo me reía de lo ocurrido y salimos a la playa abrazados, riéndonos y comentando. Nos sentamos y me sobo un poco el tobillo que me alcance a lastimar.

– Ahí gracias Víctor y que haces en el hotel.

– Trabajo en la administración, soy el tesorero.

– ha el que maneja el billete, el billetero.

– ¿Yo pensé que te estabas quedando en el hotel?

– No arrendamos un apartamento de un cliente de Bogotá ahí en el edificio de ladrillos.

Se lo señaló y al voltear a mirarlo me dice.

– Haya vive un amigo Asdrúbal se llama.

– ¿Ha conoces a Asdrúbal?

– Si es muy conocido acá en el hotel, sobre todo con las mujeres casadas le encantan.

– Jejejeje sí de eso me di cuenta.

– Por lo que veo tú ya lo conoces.

– Si con ese papacito la pase muy rico antier me quede a dormir esa noche con él es divino.

– Ha ese man si no pierde oportunidad, pero es de buenas donde pone el ojo pone la bala.

– Jajaja ha es que tiene lo que a las mujeres nos encanta y tú también por lo que he visto.

Y bajó mis ojos a su pantaloneta donde ya se le notaba un buen bulto en su entrepierna, me le sonrió, me acaricia las piernas

– ¿Y ya terminaste de trabajar?

– Si señora ya por hoy no trabajo más.

– Perfecto muñeco y que piensas hacer.

– Pues por el momento pasarla contigo, siempre y cuando tu esposo no se moleste.

Lo acuesto y pongo mi pierna derecha sobre las suyas. Y mi parte de mí cuerpo sobre su pecho

– Por mí esposo no te preocupes que él no nos vas a molestar y a mi también me encantaría pasar la tarde contigo.

Acaricio su mentón y nos besamos apasionadamente por casi dos minutos acariciándonos desenfrenadamente.

En la playa solo habían unas pocas personas lo que me dio la libertad de acaríciale la verga metiendo mi mano derecha entré su pantaloneta.

– Camina muñeco que ardo en deseo de mamártela.

– Mamita no se diga más podemos ir a su apartamento.

– No camina más bien vamos al apartamento de Asdrúbal, me encantaría hacer un trío con ustedes dos.

– Camina precioso tus deseos son órdenes.

Nos volvimos a besar, yo seguía acariciándole la verga, me pare espero a que Víctor se pagará y lo abrazo, caminamos hasta donde mí esposo besándonos.

– Hola papi vamos a ir al apartamento de Asdrúbal recojo mis cosas y le doy un beso.

– Papi no creo que llegue esta noche nos vemos mañana.

– A ok, no te preocupes que te espero mañana a desayunar.

Me abrazó con Víctor y nos encaminamos, mi cuerpo empezó a temblar, mis nervios me ponen toda contenta. Llegamos al edificio, nos encontramos con la niña del aseo quien se saluda con Víctor.

– Mamita Asdrúbal está en su apartamento?

– Si señora haya la debe de estar esperando. Caminamos rápidamente hasta el ascensor entramos y volvimos a besarnos con el Víctor dejándonos ver de la niña. Subimos al apto de Asdrúbal.

– Hola muñeco.

– Mamacita que me le pasó ayer, que la estuve esperando. Hola estimadísimo compañero

– Don Asdrúbal muy buenas tardes.

– Sigan, sigan háganme el favor.

Abrazo y beso a Asdrúbal.

– Ahí no me digas más, muñeco ayer estábamos en Barranquilla y llegue manada.

Me quite la bata y el sostén quedando en topless.

– ¿Se toman una cerveza?

– Sí muñeco yo si quiero.

Víctor también.

Asdrúbal estaba en su pantaloneta.

Me tome, de dos sorbos mi cerveza y pedí otra, Asdrúbal me la alcanza, yo estaba abrazada de Víctor sentados en el sofá de la sala al llegar Asdrúbal con la cerveza, mis manos agarraron su verga bajándole el bóxer, volteo a mirar a Víctor me sonrió.

– Me encanta.

El Víctor se levanta y se quita la pantaloneta y me dice.

– ¿Y esto también te gusta?

Le veo su verga en erección.

– Deliciosa Víctor está noche promete grandes emociones.

Se la agarro y lo masturbo, me muerdo los labios mí cuerpo tiembla de la emoción, respiró hondo y me tomo un sorbo de cerveza.

– Ha está puta lo que quiere es verga.

Entre ambos se chocan las palmas riéndose.

– A eso vine muñecos y doble porción, como a mí me encanta.

Víctor me besa mis tetas Asdrúbal me recuesta y me levanta mis piernas quitándome el calzón me chupa y lambe mí cuquita, el Víctor me pone su verga en mi cara, se la mamo, por un buen rato.

Continuamos por cinco minutos más y luego Víctor se acueste boca arriba, me le montó encima y con mí mano derecha agarró su verga y me restriego mi cuca y para adentro.

– A que delicia me encanta sentirla que placer tan hijueputa, ven Asdrúbal déjame mamártela.

– toda tuya putica deliciosa.

Se me pone a un lado y me la meto a mí boca, se la lambo y chupo sus huevos, mientras que él Víctor me folla salvajemente mis gritos lujuriosos se deben de escuchar hasta el corredor del piso, vale mierda tampoco hay alguien que nos pueda escuchar.

Sigo disfrutando de esas dos vergas hasta hacerme venir. Cambiamos me pongo en cuatro y se la mano a Víctor y Asdrúbal me penetra mí cuquita y otros 15 minutos de locura infernal, lujuria excitante.

Fuera de lo normal, de lo establecido como norma. Nos paramos y tomamos cervezas, se sientan en el sofá me les arrodilló entre ambos y me dedico a mamarles la verga intercambiándolas cada tanto practicándoles una rusa a cada uno y llega el momento cumbre me le montó a Víctor y le digo a Asdrúbal que me la meta por el trasero, me dejo deslizar por la verga de Víctor en mi cuquita, Asdrúbal se coloca detrás mío y muy suavemente me penetra mi trasero como en cámara lenta agarrándome de la cintura

Comenzando uno de los placeres más excitantes y que me encantan dos vergas entrando y saliendo follándome sin compasión rompiéndome todo mi ser hasta mí cabeza quien al sentir tanta excitación sexual no reacciona dejándose llevar por tan delicioso momento, minutos de locura hasta hacerme venir en espasmos intermitentes corrientazos que recorren todo mí cuerpo. Descanso unos minutos me volteo pidiéndole a Asdrúbal que valla y se lave la verga y regrese, ahora es Víctor quien me penetra por el trasero dándome sensaciones, dándome con todo hasta cuándo regresa Asdrúbal y me penetra mí cuquita y otra vez vuelve y juega las sensaciones excitantes por todo mí cuerpo, gritos y gemidos recorren el apartamento no quisiera que esto se terminara y darle por horas a tan suculento placer, muchos me dirán que soy una gran puta y si, tienen toda la razón y a este mundo he venido a vivirla con intensidad al igual que mis hermanas, sobrinas, mi madrecita, mi hija y todas mis tías, primas y lejanas parientes. Dos veces me vine siendo la segunda la mezcla de su semen y mis líquidos dejándonos todos embadurnados extasiados y cansados por tal fabuloso polvo.

– Que culeada tan deliciosa muchachos guau que barbaridad sí, no joda esto hay repetirlo, no me canso mis amores.

– Todo un festín preciosa tu de lejos eres lo mejor que me he comido. Que delicia de mujer.

– Jejeje si señor definitivamente las mujeres casadas son lo mejor, por eso a él Asdrúbal le encantan, yo lo he visto llevarse a muchas mujeres casadas y todas divinas, no sé cómo lo logras porque sus maridos ni cuenta se dan, es todo un experto en el tema.

– A es que él tiene su encanto y el usar esa pantaloneta ajustada da sus frutos, ya me imagino yo que dejas que se te pare la verga cuando estás con alguna,

– Exactamente Dianita siempre me funciona eso las vuelve loquitas de verga.

Jajajaja nos reímos.

– A no es que después de verte semejante bulto la imaginación es cochina, igual me pasó a mí al verte ese día y bien parada que la tenías, me chiflo pensando en lo rica que sería mamártela

. – Todo un lujo preciosa como bien lo has comprobado. Le acarició la cara y le doy un beso.

– Deliciosa muñeco un manjar de diosa.

Al rato volvimos a iniciar con caricias y besos el segundo polvo de la tarde hora y media de sexo, doble penetración, doble placer, hasta desocuparles las huevas de su semen espeso y grasoso el de Víctor en mí boca y el de Asdrúbal en mí trasero.

Terminando una tarde esplendida mejor no se podría pedir más. No me pude quedar esa noche no secretaria me llama para avisarme que tenía una audiencia para El Otto día muy temprano por lo que tocaba madrugar y viajar en El primer vuelo. Por hoy no es más y espero sus comentarios cachondos.

DIANA LUCIA SAAVEDRA [email protected]

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