El viernes pasado, como es habitual, llegué de mi caminata, entré a pegarme una ducha y depilarme, les cuento que esa semana fue muy tranquila respecto a sexo para mí, no es que no tenga ganas, es que estuve con mi periodo desde ese lunes y respeto mucho esa regla, de hecho el jueves ya estaba de vuelta normal.
Salí del baño, me senté en la cama se me ocurrió probarme el uniforme que usaba en el colegio, quería saber si aún me quedaba, entonces lo saqué y me lo puse, quedé asombrada al notar que de cintura estaba perfecto, pero mis nalgas se han desarrollo muy bien, me paré frente al espejo de espaldas y pude ver que me quedaba súper sexy, se podía ver donde iniciaban mis nalgas, enseguida pensé en que podría usarlo en algún momento con alguien.
Me excitaba la idea de que me pongan de 4, me levanten la pollera y me den, como un fetiche por los tantos años de secundaria en la cual me mantuve impoluta respecto a mis compañeras, estaba fantaseando y en eso suena mi celular, veo un número que no conozco, creyendo que se trataría de algún cliente atendí, "hola hermosa, qué tal?" me dijo una voz familiar, "quién es?" pregunté, "soy Juan" me dijo, "hola, qué tal desaparecido?, qué pasó de vos?" le dije, es el ex de Valeria con quién ya tuve varios encuentros anteriores, "estoy llegando a la ciudad y me gustaría pasar a saludarte un rato" me dijo, "qué hora vendrás?" le pregunté, "en 5 estoy ahí" contesta, "dale, te espero para tomar alguito y ponernos al día" le dije, no sabía si estaba de paso nomás, si se quedaría a pasar la noche, lo que sí sabía, es que no lo dejaría ir sin tener relaciones, era mi oportunidad de manchar de sexo el uniforme que tenía puesto…
Desabroché mi brassier y me quedé solo con la camisa y la pollera, sin ropa interior, escucho el timbre y le abro con el interruptor la puerta de acceso, no iba a bajar así para hacerlo, si me ve algún vecino pensaría que estoy loca.
Ya una vez adentro, le abrí la puerta de mi departamento y se quedó asombrado al verme, "hola colegiala, estás divina como siempre" fueron sus palabras, "me estaba probando para ver si aún me queda" le dije girando de espaldas y levantando un poco la pollera dejando ver que no traía nada debajo, "ponete cómodo, no sé, si querés podés ducharte mientras preparo los tragos" le dije, "de eso quería hablarte, será que puedo pasar el fin de semana aquí?, no quiero quedar en un hotel" me preguntó, "sin problema, no pensaba salir este fin de semana" le dije, "duchate y ponte cómodo" le pedí.
Mientras él se estaba duchando y yo preparando los tragos, suena de nuevo mi celular, adivinen quién es?, era Valeria, justo ella, encima su ex estaba en casa, me preguntó si podía pasar por casa y le dije que no estaba sola, "en serio?, con quién o quiénes estás?" preguntó, "un ex compañero de colegio que vino con su señora de paseo" le dije… obviamente no me creyó, lo noté por su voz, "bueno, nos vemos mañana entonces" me dijo, "dale, besos" le dije y para mi mal, justo me habló desde la habitación Juan, "yo conozco esa voz" me dijo Vale, "no creo, no le conoces a mi ex compañero" le dije, "mmm, no sé… bueno, nos vemos mañana" me dijo y cortamos…
No está demás decir que me quedé preocupada por si haya identificado como el de Juan la voz que escuchó… traté de hacerlo pasar y ya en la sala, empezamos a tomar y hablar de nuestras cosas, ponernos al día con chismes, él no paraba de mirar mis pechos, me senté a su lado y nos empezamos a besar mientras le apretaba el pene sobre el pantaloncito él iba besándome el cuello y apretando mis pechos, tomé su mano y la puse entre mis partes ya humedecida de excitación, fui desabrochando mi camisa para sacar mis pechos mientras él lamía mis pezones, me puse de rodillas entre sus piernas para bajarle la ropa y comencé a chuparle la pija, como siempre, me encanta sentir el líquido seminal que va saliendo producto del deseo, me arrodillé de espaldas a él para que me levante la pollera y me chupe la concha y el culo, me abría las nalgas y me pasaba lengua, estaba súper mojada, me toma de la cintura y va ubicando su miembro a tiro y me la mete despacio y empieza a bombear hasta el fondo, mis gemidos le encantan.
Me levanté y fuimos a la habitación, allí no se escuchan mis suspiros y gemidos entonces podría expresar mi sexo sin que oiga nadie más que él, se puso boca arriba y ya sin nada arriba, me levanté la pollera y me senté sobre su pija de espaldas, sé que a los hombres les gusta ver la penetración desde ese ángulo, con movimientos en círculo lo cabalgaba mientras él metía sus dedos en mi ano, sabía que quería hacérmelo por ahí, saqué su pene de la vagina y fui introduciéndolo en mi ano, con ricos sentones fui metiéndolo todo y de repente, cuando estaba a punto del orgasmo, levanto la mirada a la puerta de mi habitación y adivinen qué?, Valeria estaba parada ahí viendo toda la escena con quién hasta hace meses era su novio…
Automáticamente el miembro erecto de Juan se ablandó, paré mis movimientos y ella sonriendo dijo "sigan, veo que la están pasando bien", Juan quiso levantarse para hablarle y lo atajé, "dejá que se vaya" le dije, personalmente no iba a dejar que dicha situación arruine la cogida que nos estábamos dando, aparte ambos estábamos a punto de llegar al orgasmo, eso es sagrado para mí, en definitiva no me sentí muy incómoda ante la pillada que nos dio Vale, ella sabe que en el sexo no me limito, ya tocará mentirle diciéndole que era la primera vez que cogía con Juan, nunca le diré que fui su amante mientras estaba de novio con ella, eso no, pero me replantearé el hecho de que tenga acceso a casa sin avisar.
Todavía en la cama, yo muy caliente aún, volteé y fui chupándole la pija, lamiendo sus bolas casi por media hora hasta que por fin se calmó y volvió a estar erecto, subí por su vientre hasta sus labios, mientras nos besábamos acomodé su miembro por la entrada de mi vagina y lo metí lentamente hasta el tope y lo cabalgué mientras él me lamía los pechos y besaba la boca, estaba riquísimo y no tardé en llegar al orgasmo, entre mi disfrute sentí que también se estaba viniendo a chorros dentro mío, lo apretaba y besaba aún más y así quedamos, si bien me cuido casi siempre, o sea, tengo con quiénes estoy que dejo que me lo hagan sin condón, me encanta sentir el semen bien adentro y que me vaya saliendo después, no todas las veces puedo pegarme ese lujo, solo con personas que gozan de mi confianza.
Me levanté, me duché y al salir desnuda encontré a Juan aún tirado en la cama, me agachaba frente a él para tentarlo de vuelta, enseguida se puso erecto de nuevo y me empiné por la cama, se levantó y me lo fue metiendo por el culo, tuvimos relaciones otra vez, hasta que se vino bien adentro haciéndome gemir como yegua agarrándome de la cintura y cogiéndome con fuerza, quedé con ganas aún, porque cuando tengo sexo anal, mi orgasmo es más intenso, pero estaba feliz de que él me haya disfrutado por ahí, en todo este tiempo de mucho sexo en mi vida pude notar que los hombres se vuelven locos por el sexo anal, les fascina y se enamoran de quienes les damos esa satisfacción, aparte de que es fácil abrirte de piernas, que te bombeen y eyaculen, la calidad a la hora del sexo es lo principal, en mi caso, hago en todas las posiciones, me muevo como sé que les gusta, ese el secreto por el que siempre me buscan, ser rica y saber coger, por eso Juan me ha buscado de vuelta, sabe que conmigo solo tendrá sexo del bueno, sin sentimientos de por medio, sabe que no soy ninguna santa porque conoce que no es el único con quién me acuesto, incluso la primera vez que cogimos estuve con su jefe, su compañero y él, ese día por primera vez tuve doble penetración, fue maravilloso, es por eso y otras razones por la cual lo hago sin protección con él, sé que es de confianza y aparte me siento cómoda con él, he tenido sexo con personas que sólo querían tal o cuál posición y también he rechazado algunos por tenerla chica… y con los años que llevo teniendo sexo, me siento más viva que nunca, ni puedo imaginar que hubiera sido de mi si seguía con mi novio o peor, casarme con él!!!, pero aquí estoy, para disfrutar y que me disfruten.