La verdad fue decisión de él. Yo no quería quitárselo. ¿La odio? Si, por humillarme delante de otras personas, pero no al grado de vengarme quitándole el novio.
A mi ex no solo le molestaba muchas de mis actitudes femeninas, como el tener un tratamiento completo para suavizar el rostro, suavizantes corporales, depilarme las piernas, las cejas, utilizar mallas deportivas de mujer o incluso tener una que otra panti de mujer según yo porque son más cómodas para hacer ejercicio. Lo que más le molestaba era el tamaño minúsculo de mi pene el cual no la satisfacía. Lo digo sin problema 9 cm en erección no es mucho, pero a mí me gusta incluso me gustaría que fuera más pequeño.
La primera vez que tuve sexo con mi ex, mi pene le pareció coqueto y lo dejo pasar, pero desde la segunda vez empezaron los reclamos y problemas. Constantemente me decía que no la satisfacía, que yo era más niña que ella. Decía que antes de salir conmigo solo ella estaba en la búsqueda de un buen macho, pero que desde que me conoció tenía que buscar no solo uno sino dos machos uno para cada una. Mi autoestima cayo por los suelos y mi mente se llenó de ira. Aparte de la ira y frustración que tenía yo también pensaba como ella, necesitaba un buen pene que me hiciera mujer y dejar de la apariencia de hombre. Por las noches cuando ella no estaba buscaba una buena porno y masturbaba con cualquier cosa de forma fálica que tuviera en ese momento. Desarmadores, pepinos, zanahorias, botellas de cerveza, mangos de peines etc.
Un mes ella no tuvo para pagar el alquiler de su departamento y se quedó conmigo mientras encontraba otro trabajo. Llevábamos días sin tener sexo y ella siempre me recriminaba todo. Un día que llegue temprano al departamento la descubrí teniendo sexo con un tío. En ese momento fui incapaz de recriminarle. A la siguiente semana otra vez la encontré teniendo sexo pero ahora con tres hombres. Sigilosamente la espié por el portezuelo de la cerradura. Ella cabalgaba a uno de ellos y lo hacía con bastante gracia, moviendo sus caderas de atrás hacia adelante. Lo hacía como nunca antes lo había hecho conmigo. En ese momento otro de los tíos se paró detrás de ella se escupió dos dedos y empezó a tocarle el ano.
Al cabo de un rato y sin avisar le empujo todo el pene dentro de su ano haciéndola gritar. No fue para menos, ese tío tenía un pene muy rico, bastante gordo. Mi novia se retorció de dolor cerrando ambas manos y dedos de los pies lanzando un maullido de dolor al cielo. Al minuto, cuando su ano se dilato al tamaño de aquel bello pene, empezó nuevamente a mover su cadera incrementando poco a poco la velocidad. La muy puta empezó a mamársela al tercero el cual le metía el pene hasta la tráquea.
Ver el cuerpo desnudo de esos hombres me puso muy caliente, sus penes jugosos deliciosamente entraban y salían de mi novia. Verlos frenéticamente follándola me excito al máximo .Un par de lágrimas rodaron por mis mejillas por saber que nunca podría cabalgar esas tremendas pollas como ella lo hacía. Por envidia y ya que terminaron de follársela la corrí del departamento.
Pase una semana muy triste. Durante el día no podía concentrarme, estar tan confundido con mi orientación sexual me ponía mal. Pero en las noches el recuerdo de esos hombres me ponía muy caliente. Me iba a dormir vestido de nena, baby-dolls, batitas de noche o pijamitas de mujer. Imaginaba que era ella y lamia cada lugar donde las gotas de semen habían caído.
Mi corazón se fue calmando con el transcurso de los días. El día que la corrí fue un jueves y el lunes alrededor de las 11 pm escuche alguien forcejear con la cerradura de la puerta principal del departamento. Solo forcejeo por unos segundos y después abrió la puerta de par en par. Yo asustada tome mi móvil y corrí a la cama tapándome con las cobijas empecé a teclear el número de emergencia cuando de repente escucho que el tío decir…”dónde estás mi amor?”. Su voz no era amenazadora, más parecía de alguien seduciendo a su mujer.
Estando yo en la cama de tanto miedo que tenía el teléfono resbalo de mi mano y cayó al suelo. Rogué que no hiciera sonido al caer, pero resulto todo lo contrario. Cuando el teléfono cayo, su cubierta protectora se desprendió y las dos cosas rebotaron hacia distintos lados produciendo un gran ruido que se escuchó en cada esquina del departamento. El susto me hizo sacar un grito sordo de mi boca. “No” dije yo lo más bajo que pude. En cuanto este tío escucho eso dijo en voz alta “Prepárate Julia de mi vida, te voy a meter el pene durísimo por ese culito tan rico que tienes… no vas a poder ni caminar de todo lo que te voy a amar”. Resulta que Julia era mi exnovia y el tipo que había entrado a mi departamento era uno de sus amantes, la muy descarada le había dado las llaves. Escuchar el nombre de mi ex me calmo un poco por lo menos no era alguien que venía a robar o secuestrarme, mucho menos a matarme. Me quede sin hacer ni un ruido en la cama con mi baby doll blanco que traía puesto, el susto me paralizaba y no podía pensar en que más hacer.
Con sumo cuidado el abrió la puerta de la habitación y dijo “mi pequeña está dormida tal vez mi verga la despierte” se sentó en la cama y se desvistió. Emanaba un fuerte olor a alcohol y cannabis. Una vez que se había quitado todo se metió entre las cobijas me tomo de la cintura y restregó tremendo pene gordo y cabezón en mi culo. Beso un poco mi cuello y después de un par de minutos paro. Después de medio minuto empezó a roncar. Estaba tan borracho que no pudo mantenerse despierto.
Lo primero que se me vino a la mente fue salir corriendo de la habitación. Pero sentir ese pene duro en mi trasero me hizo pensarlo dos veces. Con sumo cuidado evitando que se despertara me levante de la cama y fui por una caja de condones y lubricante que tenía en el ropero. Tome uno de ellos y me volví a meter a la cama. El roncaba sin parar y la erección se le estaba bajando. Con mido y con mis manos temblorosas le toque por primea vez su pene. Lo empecé a estimular mientras que el seguía roncando. Me sorprendió el tamaño, lo podía tomar con mis dos manos y aun así sobresalía completamente su glande. Con sumo cuidado y después de parárselo nuevamente, vestí su pene con un condón y lo arregle con un poco de lubricante.
Se veía guapísimo así que se lo presente a mi culo. Lo tome con mi mano derecha y dije “culito te presento este guapo y fornido pene” y lo apunte directamente a mi culo. Me moví hacia atrás en círculos haciendo ligera presión. El pene cabezón rompió la barrera del primer esfínter de mi ano y me entro todo el glande. Uf eso dolió y dolió tanto que quise sacarlo, pero mi ano estaba muy hambriento y lo empezó a comer centímetro a centímetro hasta llegar a 19 el tamaño que tenía este tipo. El dejo de roncar y despertó por un instante de su sueño y con voz ronca dijo “Julia que puta eres y que culo tan estrecho tienes” me dio dos o tres envestidas rugiendo como león y paro, nuevamente se quedó dormido.
Después del susto y que se dilato completamente el ano esa verga dentro de mí me hizo sentir en la gloria. Mi cuerpo caliente empezó a moverse como gusanito poco a poco. Movía frenéticamente mis caderas hacía el, sintiendo el delicioso placer del mete y saca que da la penetración en el sexo. El escuchar el chocar de mis nalgas con su pelvis me puso a mil mmm que rico no sentía más que placer. Era mejor que ser el hombre que te la metan es 1000 veces más delicioso. Su cuerpo cavernoso masajeaba increíblemente mi punto P, escalofríos corrían por mi cuerpo y de pronto mi vista se nublo mis piernas empezaron a temblar, una oleada de calor subió desde mi ano hasta mi cabeza zaz el primer orgasmo anal de mi vida. Un choque eléctrico recorrió mi espina dorsal hasta mi cabeza, empecé a temblar… e instantes después a reír como loca del gusto. Dije una y otra vez te amo te amo te amo. Una vez que me repuse empecé a mover mi cuerpo con más vigor y a gemir como puta que soy. Gemí tanto que estoy segura que me escucharon hasta la esquina de la cuadra. Y por fin in un aviso previo se corrió dentro de mi despertando nuevamente por unos instantes.
El sol nos encontró desnudos y abrazados. Yo le empecé a mamar la vega ya no me importaba si se despertaba o no. Y si… se despertó “Tú no eres Julia… quien eres”. Le dije “soy una puta, me encanto lo que me hiciste anoche y podría hacerlo todas las veces que tu quisieras”.
Me levante y sin decir una palabra más y lo monte. Empecé a besarle su estómago y después el pecho, lo hacía poco a poco mientras su pene se ponía erecto nuevamente. No tardó mucho en ponerse duro y yo no tarde mucho en metérmelo. Me escupí la mano derecha unte mi saliva en mi ano y con la mano izquierda direccione su pene. Me entro como cuchillo en mantequilla. Ummm que placer tener ese pene dentro de mí. Desde que me lo metí me moví frenéticamente no pensé que el terminara tan rápido yo lo que quería sentir era otro orgasmo como el de la noche anterior. Moví tan rápido mis caderas que se corrió, en pocos minutos. Yo no me pare y seguí montándolo hasta que se le puso flácida. No pude terminar pero me gustó mucho. Su pene se fue desinflando y un torrente de semen salió por mi ano. Mmm que rico, nos quedamos dormidos nuevamente.
Hoy en día yo estoy en proceso de reasignación de sexo. Él es mi novio y tenemos una relación llena de sexo. Mi ex nos odia ahora que se ha quedado sin macho y que sabe que somos pareja. Haciendo una cruda evaluación de las condiciones. Su pene cabezón embona mejor en mi culo que en su vagina, así que bye bye ex y bienvenida a mi bien dotado novio y mi nueva vida como su mujer.
¡Asume tus obligaciones ambientales! No utilices bolsas de plástico.