Luego de 8 años sin saber nada de mi prima, finalmente la conseguí por Facebook y logré que aceptara mi solicitud. Estaba ansioso por saber que había sido de ella desde todo el tiempo que no hablamos. Entre cuentos y anécdotas, surgió el tema de mis relatos eróticos. Para ese entonces solo había escrito dos y no se los había mostrado a nadie.
Tenía otros escritos no eróticos que le había pasado para que ella los leyera y les habían gustado, pero el problema surgió cuando me pidió otro escrito y ya yo no tenía más. Por bromear con ella y sin pensarlo mucho le dije.
“Lo que me quedan son dos relatos eróticos, pero dudo que los quieras.”
Le tomó poco responder sin rodeos.
“No importa, pásalos.”
Al principio me pareció curioso, no nos veamos de hace mucho, pero ambos éramos adultos y se me ocurrió que era un tema que no sería difícil de comentar. Además, no compartía mis relatos eróticos con nadie y al fin alguien me daría su opinión.
Le entregué los relatos por el Messenger del Facebook con la condición de que me diera su opinión, para ese entonces esa era mi única intención. No había pasado nada antes de eso que diera pie a pensar que podría suceder algo más.
Luego de unos minutos, mi prima me escribió.
“Wow. Me encantan.”
Yo le contesté “Me alegra que te gusten.”
“Si, me calentaron mucho.” Añadió ella. Yo no supe qué decir. Pero de inmediato vino a mí la imagen de mi prima frente a su celular en su cuarto, su cabello rubio y sus piernas desarrolladas de aprendiz de modelaje, muy distinto a la chica flaquita que vi por última vez. Estaba notando lo mucho que habíamos crecido. Yo seguía en ese trance cuando me escribió de nuevo.
“¿Te molestas si me toco con ellos?”
Escuchar eso destapó un torrente de emociones nuevas (o quizá ocultas) por mi prima, mi prima me estaba pidiendo permiso para tocarse con mis relatos. La noche y la soledad me dieron espacio para responderle entonces.
“Solo si dejas que me toque contigo.”
“Hay primo, eres un pervertido.” Me dijo poniendo una carita guiñando el ojo después. Luego comenzó a decirme cómo se tocaba. La forma en la que le calentaba que su primo la pusiera. Yo estaba impresionado pero al a vez disfrutaba como mi prima me pedía que me tocara, que me masturbara por mi primita.
Me dijo “me he portado mal y quiero que mi primo me discipline.” Yo no podía hacer más que tocarme e imaginarme cómo mi prima, una chica que nunca imaginé que me pidiera tocarse con mis escritos estuviera al otro lado de la pantalla penetrándose e imaginando que era yo. Seguimos haciéndolo mientras nos escribíamos. Cada mensaje estaba adornado por la palabra primo y prima, queríamos afirmarnos a nosotros quiénes éramos, como si aún no pudiéramos creerlo. Yo en un momento no lo creía, pensé que era un sueño del que pronto despertaría. Pero no fue así, nos seguimos tocando mutuamente hasta que acabamos. Nuestro secreto sigue oculto para el resto de mi familia, como de costumbre, mi prima desapareció otra vez, pero al menos yo recuerdo lo que pasó, y estoy seguro de que ella también.