Por razones económicas, mi padre tuvo que vender nuestra casa y nos llevó a vivir a casa de mi abuela paterna. Esa casa contaba con 3 habitaciones en el segundo piso, una ocupada por mi abuela, la segunda por mis padres y la tercera por mi hermana menor.
La casa contaba con otras 2 habitaciones en la parte trasera de la casa, que fueron construidas para recibir a las visitas, que tenía mi abuela, esas 2 habitaciones compartían un baño y mi abuela decidió que una la ocupará yo y la otra mi tío, hermano de mi padre, de 27 años.
Mi tío siempre jugó futbol desde muy pequeño, le gusta hacer ejercicio, es un tipo de 175 cm, peso de 85 kg, moreno claro, torso marcado, piernas fuertes, nalgas riquísimas y un trozo de pene riquísimo, pero eso lo supe a las 2 semanas de haber llegado a vivir a esa casa.
Mi tío Armando, siempre tuvo fama de ser mujeriego, parrandero y tomador, a los 2 días de vivir ahí, escuché que llegó alrededor de las 2 am, acompañado de una amiga suya, con la cuál cogió toda la noche, no pude dormir, de estar escuchando los gemidos y los gritos de placer que daba la chica y las guarradas que mi tío le decía, tales como ‘así perrita, te gusta mi verga’…
A la mañana siguiente, cambio mi forma de ver a mi tío, solo lo veía con ojos de deseo y morbo, cosa que él noto, de ahí en adelante, se dejaba ver sin camisa, enredado solo en toalla, incluso lo vi solo en ropa interior, ya fuera bóxer ajustado, bóxer flojos, trusa, bikini, de todos los tipos, para mí era inevitable verlo y él se daba cuenta, solo sonreía de una manera pícara.
Debo confesar que a esa edad yo solo tenía 18 años, delgado, piel blanca estatura 165 cm peso de 65 kg. Y muy buenas nalgas y yo ya tenía la inquietud de estar con un hombre.
Un día al salir de bañarme, me topé con mi tío ya que el baño que compartimos es lo que separa nuestras habitaciones, y al verlo me puse nervioso y más la forma en que él me vio el trasero y escuchar lo que me dijo; sobrino tienes buenas nalgas, eso me hizo ponerme nervioso y entrar a mi habitación rápidamente, mientras él se reía de lo ocurrido.
Pasaron algunos minutos y escuché que mi tío entró a darse un baño, era normal sábado día de parranda y porque no de llevar alguna de sus amigas, en esas 2 semanas de vivir ahí, ya había llevado a 4.
A los 15 minutos después, escuché que me hablo, me asome y pregunte que se le ofrecía, a lo que respondió, pásame la toalla que deje sobre mi cama, entre a su habitación y vi sobre la cama, toda su ropa, el bikini blanco que se pondría, su pantalón y su camisa, junto a todo eso un paquete de condones que seguramente había comprado, tome la toalla y toque la puerta del baño y respondió entra no tiene seguro, al entrar el aún estaba dentro de la regadera, lo vi totalmente desnudo y con su pene medio erecto, no pude dejar de verlo y él solo riendo y tocándose el pene me dijo; sabe que es sábado y hoy le toca remojón, salí rápidamente mientras él solo reía.
Yo que salía muy poco en ese entonces, me quedé viendo la televisión hasta tarde una de la mañana quizá, cuando escucho llegar a mi tío y venía sólo, salí de mi habitación para ir al baño y lo encontré entrando lo saludé y vi que tenía unas cervezas en una bolsa y me dice quieres una, le dije dámela, voy al baño y ahorita me la tomo, a lo que él contestó, no sal del baño y vienes y te la tomas aquí. Entre al baño orine y solo podía pensar en que iba a estar con mi tío en su habitación.
Salí del baño y entre a su habitación, él estaba sentado en la cama, ya se había quitado la ropa, solo tenía puesto un short puesto, sin camisa, al estirar mi mano para agarrar la cerveza que me daba mi mano temblorosa y me dijo ‘estás nervioso o que te pasa’, solo atiné a decir ‘no sé…’
Él estaba cambiando los canales y de pronto me dijo ‘quieres ver porno?’ Le dije ‘no sé’. Puso un canal pornográfico y me dijo ‘ven siéntate acá para que estés más cómodo’, me senté del otro lado de la cama a ver la escena porno y el solo comentaba, ‘que rico se la come’, de reojo alcance a ver que tenía su pene erecto, sin ningún pudor se sacó su verga erecta y comenzó a masturbarse yo no podía articular palabra, me volteo a ver y me dijo: ‘que la tengo de buen tamaño?’. Solo lo vi y le dije ‘sí’, me preguntó ‘Te gusta?’. Y me quedé callado, tomó mi mano y la llevo hasta su pene y comencé a masturbarlo. Mientras él decía ‘chúpalo’. Poco a poco, me fui acomodando para quedar frente a su pene, acostado frente a su verga, era la primera verga que yo conocía y probaba.
El noto mi inexperiencia a lo que pregunto, ‘nunca te han cogido?’ Le dije ‘no’, ‘cuántas vergas has chupado?’. Le dije, ‘esta es la primera’, el sólo me dijo ‘hay sobrinito me tocará desquintarte’, y comenzó a darme instrucciones, de cómo chupársela, desde los huevos enormes que tenía hasta la punta de la cabecita que ya le salían las primeras gotas de precum, que saboreé como nunca.
Mientras yo seguía chupándole la verga el solo me decía, lo que tantas veces escuché les decía a sus amigas, ‘cómetela toda, así, te gusta mi verga?’. Yo no podía responder, porque tenía la boca llena de ese trozo de carne viva, que de vez en vez, sacaba de mi boca, para restregármela y pegarme en la cara con ella.
El me pidió que me levante y me quitara la ropa, se estiró y saco de su cajón una tanga y me dijo ‘ponte esto’, la verdad en esa época con 18 años, yo aún estaba confundido y nunca había pensado en usar tanga y menos de mujer, pero pudo más la calentura y complacer a mi primer hombre, me la puse, me sentí algo incómodo pero lo hice, él se acomodó de nuevo como estábamos recargado en la cabecera de la cama, con sus piernas abiertas, su verga apuntando hacia arriba, yo me acomodé de nuevo en medio de sus piernas, para seguir chupando esa verga, que ya erecta alcanza los 19 cm de largo y una circunferencia de 14 cm.
Al estar chupando me dijo, ‘mi niña, levanta el culo quiero verlo’, ya que detrás de mí está el tocador con el espejo y él quería ver el reflejo de mi culo en el espejo, lo hice tal y como lo pidió, a los pocos minutos, me estaba acariciando las nalgas y tocando la entrada de mi culo con sus dedos, me hizo la tanga a un lado, para poder acariciar sin estorbos, y comenzar a meterme un dedo, lo metía y sacaba, casi 20 minutos estuvimos así, cuando se levantó y me hizo acostarme boca arriba con la cabeza colgando fuera de la cama y me dijo, ‘quiero ser el primero que te coja por la garganta’, comenzó a meterme la verga por la boca, al grado de hacerme vomitar, pero eso no le importaba, el solo quería satisfacer su necesidad de someterme y usarme.
Después de la cogida de boca, me levanto y me dijo ‘ponte en cuatro’, cuando ya me tenía empinado, solo me decía, ‘que rico culito tienes, blanquito y rosita, hasta parece una panochita sin usar’, me nalgueo, me mordió las nalgas, las beso, las apretó y me volvió a meter dedo, comenzó con uno, después dos y me decía, ‘sigue muy apretadito’ y me dijo ‘ahora sí, va lo bueno’, escupió en la entrada de mi ano y coloco su verga, me la restregó en la entrada, me pegaba con ella en las nalgas y me decía, mira mi putita lo que te vas a comer.
Se colocó en posición y comenzó apretar su verga contra mi culo que no cedía, hasta que por fin, entró la cabecita, con lo cual sentí un dolor enorme, quise zafarme, pero él me retuvo sosteniéndome por las caderas y me dijo, ‘ya va a pasar mami’ y con eso vino otro empujón y ya tenía la mitad adentro, seguía doliendo mucho pero él no me dejó zafarme, y me decía ‘la sientes? Ya eres mi perrita, mi sobrina preferida, yo soy tu macho, desde chiquito te noté que serías putita’, y me la dejo ir toda, solté un gritó, pero no le importó, solo me dijo ‘ya te la comiste toda mami’, y comenzó el mete y saca, la metía hasta el fondo y la sacaba casi por completo, me dijo que me levantara, sin que se saliera la verga, así que me estire y levanté de puntas, para evitar se saliera, y nos dirigimos al tocador dónde me hizo subir una pierna y me decía, ‘vete en el espejo, lo putita que eres y qué te estás tragando la vergota de tu tío, eres mi putita’.
En ese momento yo solo sentía excitación, por ser tratado así, después de unos minutos volvimos a la cama, él se acostó, y me pidió montarlo, pero dándole la espalda, cuando me coloque el dirigió su verga a la entrada, ya cuando tenía la cabecita dentro, el me dio el jalón, para que entrara por completo, me dolió mucho, pero lo disfruté, al escuchar decirme, ‘que bien culo tiene mi sobrina, que ricas nalgas, las veces que quieras, aquí tienes verga mami’, me pidió girar y quedar de frente, para en esta posición, abrir mis nalgas para que entrará toda, ya habían pasado como 20 minutos y me pidió acostarme boca abajo y él se posicionó detrás de mí, me ensarto durísimo y se acostó encima de mí, me tomo por la espalda, aprisionando y me la dejaba ir sin piedad, yo solo sentía esa verga perforándome y solo escuché, cuando suelto un fuerte soplo que significaba que se estaba viniendo dentro de mí, cuando terminó de vaciarse, se quedó encima de mí y me dijo, ‘ya te acabe de estrenar, ya llevas a mis hijos en tus entrañas…’.
Se levantó se dirigió al baño yo me quedé recostado, y cuando regresó me dijo, ‘mami ve a bañarte que te están escurriendo mis mecos’, me levanté y pude sentir, que por mis piernas escurría todo el semen del macho, que me acababa de estrenar, mi tío Armando.
Esta fue la primera de varias veces que me cogió, en otra ocasión les contaré más, y la vez que me invitó de vacaciones y me compartió con 2 de sus amigos.
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