Todos habían salido, la casa estaba totalmente sola salvo ellos, todo estaba muy tranquilo, veían televisión y luego comenzaron a jugar videojuegos, él ya estaba grande pero su tiempo libre, sus horas de estrés las pasaba frente a ese mismo juego, haciéndose hábil y difícil de vencer. Como era de esperarse ganó, él sonrió y ella se molestó un poco, dejando el control a un lado y volteando la cabeza al otro dijo.
-Claro, jugando desde pequeño cualquiera.
-No te molestes. ¿Querías que te dejara ganar?
Preguntó este apagando la consola, ella frunció el ceño y devolvió su mirada.
-No, eres un niño todavía, lo que haces es jugar. Podría fácilmente ser más madura que tú.
-Soy mayor que tú.
Dijo él.
-Solo de edad al parecer.
Respondió ella, este se paró molesto y le reprochó.
-Que sepa divertirme no significa que no haya madurado, tú eres una aburrida.
-¿ah sí? ¿Qué tal otro juego?
Propuso ella y sacó un juego de baile con puntos de colores y música. Las personas lo llaman twister. Se quitó los zapatos y tomando una ruleta de cartón dijo.
-a que no me ganas en este.
Él no iba a dejar pasar ningún reto, así que se quitó zapatos y medias y aceptó, ella giró y salió un color, ambos se colocaron en posición, luego otro color, y otro, y otro, el tiempo pasaba y ninguno caía, en un momento ella pisó mal y por la media resbaló.
-creo que te volví a ganar. Nunca pudiste ganarme en este juego tampoco
Se burló él. Ella se molestó de nuevo y quitándose las medias dijo.
-resbalé por las medias, es todo. Ahora sí.
Y volvieron a jugar, de nuevo tardaban y seguían muy reñidos hasta que en un movimiento la cadera del joven estaba cerca de la otra, quien con malicia mordió su cintura, este se resbaló y ella comenzó a reírse.
-no llevabas medias, ¿te molesta alguna otra prenda?
-¡hiciste trampa, me mordiste!
-huy que mal, ¿no sabes jugar como los adultos? Eres un niño todavía.
Él se levantó y dijo.
-Bien, otra vez. Como los “adultos” si pierdes te quitas una prenda.
Y dicho esto se quitó la franela, ella lo vio y algo asustada aceptó la propuesta, volvieron a jugar, esta vez él se inclinó mucho sobre ella y ella cayó, ella tuvo que quitarse la blusa, el juego siguió y no temían el hacerse trampa, morderse, pellizcarse, empujarse o cualquier otra cosa para ganar, al final ambos quedaron con la ropa interior, ambos estaban enfrascados en ganar, él bromeando dijo.
-Claro, tú tienes una prenda adicional, eso es trampa.
En realidad no esperaba que ella hiciese nada por aquel comentario, pero ella pasó su mano tras la espalda, desabrochó tomó su bra y lo haló quitándoselo. Él se sonrojó y se quedó viéndola por un momento, luego tapó su rostro. Ella dijo.
-¿Qué? Te da pena porque soy tu p…
Él detuvo lo que iba a decir interviniendo.
-Ssssh… no lo digas.
Luego tomó la ruleta y comenzaron, giró la ruleta y se marcó un color. Ella puso el pie en el color, pero él puso el pie en otro color y dijo.
-Perdí…
Ella se quedó viéndolo… perpleja por lo inesperado de la situación. Él le guiñó el ojo y puso sus manos sobre su última prenda, su bóxer y comenzó a quitárselo. Ella tragó grueso y él preguntó.
-¿Qué? Te da pena porque soy tu p….
Ella se abalanzó sobre él y tapando su boca con un dedo dijo.
-Ssssh… no lo digas.
Luego comenzó a besarlo profundamente, él no dudo ni un segundo en participar también, quitó sus manos de su bóxer, la abrazó y comenzó a acariciarla. Ella suspiraba, ambos se detuvieron para observarse, tomar en cuenta quiénes eran, y solo por una chispa de tiempo pensar en lo que estaba pasando antes de volver a besarse y tocarse sin medida. Luego se levantaron y en el sofá donde estaban jugando él acostó a su acompañante. Ella lo observaba con mirada anhelante, respirando fuerte tal y como él, las miradas sin separarse una de las otras. Ella entonces al caer se quitó su última prenda diciendo.
-Yo también quiero perder entonces.
Él se inclinó a besarla de nuevo, ella iba a susurrarle algo peor él se apartó.
-¿Qué pasa?
-Si este es un sueño, no quiero que se acabe.
Respondió él, ella sonrió se acercó a él y mordiéndole un poco el cuello le dijo.
-Tranquilo, este no es un sueño, ¿sentiste eso verdad?
-si
Respondió él, ella comenzó a acariciar su pecho y lo despojó lentamente de su bóxer preguntando.
-¿y eso?
-también lo sentí.
-entonces no estás soñando.
Le susurró, luego se volvió a recostar en el sofá diciendo.
-Pero entonces sí has soñado con esto.
-No te imaginas cuánto.
Ella sonrió y lo haló a él, giraron en el sofá y ella quedó sobre él.
-Cumplamos tu sueño entonces.
Luego elevó sus caderas un poco y comenzó a frotar el ahora erecto pene de él con sus piernas y glúteos, él cerró los ojos suspirando, una vez más sonrió y luego posó la punta justo en la entrada de ella, entrando lentamente y entonando un ascendente gemido conforme sentía como él entraba cada vez más en ella. Luego comenzó a subir y a bajar enérgicamente. Él la tomaba de sus glúteos que sentía rebotar y vibrar con cada movimiento.
Muy pronto se alzó y mostrándole el trasero a este le dijo.
-¿Qué esperas primo?
Él se detuvo de inmediato, ella guardó silencio y se volteó y mirándolo dijo.
-Lo siento.
Él se acercó lentamente y poniendo una mano sobre su trasero comenzó a entra diciendo.
-Está bien… prima.
Y luego de esto comenzó a balancearse adelante y atrás, entrando y saliendo de ella. Su prima gemía con fuerza repitiendo el nombre de él constantemente, quien con la otra mano la sostuvo del cabello cuando ella le pidió más, los gemidos eran fuertes y retumbaban en el corazón de ambos, ella le pedía más mientras repetía su nombre y quien era. Esto ahora tenía otro efecto en él, que optó por lentamente introducir un dedo en el ano de ella mientras seguía penetrándola constantemente, eso la hizo gritar. Pero no de dolor sino de placer, se reclinó en el sofá para aguantar la arremetida que este le daba.
En un momento, dijo que su dedo no era suficiente ahí. Y le guiñó el ojo, el retrocedió y volvió a colocarse con su pene en la entrada de ano de ella.
-¿segura?
Preguntó él. Ella no respondió sino que se echó para atrás para penetrarse, ambos gimieron esta vez. Los dos con los ojos cerrados disfrutaban el momento, ambos estaban revelando aquella naturaleza que no conocían del otro, estaban bien conscientes de quienes eran, que nadie más sabia lo que ahí estaba pasando entre esos dos, la idea los excitaba y los llevaba a entregarse con más pasión y excitación. Fue así que ella terminó sobre él cabalgándolo mientras él le sostenía de los senos.
Con cada movimiento estaban más cerca del clímax, cuando ella llamó
-Primo.
-Dime.
-Si esto es un sueño yo tampoco quiero…
-Ssssh… no lo digas.
Le dijo este a ella, aunque fuera lo que fuera, él no tuvo el valor de decirle que quien estaba soñando era él, y que este orgasmo no existía. Sin embargo lo disfrutó como si lo hubiera sentido en carne mil veces, tal y como lo hizo cuando despertó.