—¿Segura que no hay otra opción?
—Necesitamos el dinero y sinceramente no es tan malo.
—Ok…
Con ese dialogo tan corto postulé a un trabajo del que creí no llegar a durar más de 3 meses. Para ese entonces recién estaba llegando al país, venia huyendo de un país en quiebre económico y moral, aunque realmente el motivo siempre fue alimentar a mis padres en Venezuela que morían de hambre, en ese entonces tenía 25 años.
Siempre he sido un chico robusto, sin hacer ejercicios mi cuerpo se ha desarrollado bien y mi rostro es agraciado en ciertas facciones, pero si tuviera que definir mi mayor atributo es mi habilidad para atrapar a las personas con mis palabras. Lo cual generalmente hacia que tuviera alguna persona interesada en mí, pero desde que había empezado con mi novia me había abstenido de cualquier infidelidad más por un reto propio que por algún reparo moral, aunque la amo, con todo mi corazón la fidelidad para mí siempre ha sido un chiste.
Aun así siempre me cuide de cualquier situación que se fuera a mal interpretar quedara clara desde un principio. Me llaman a la entrevista de trabajo con la típica "Sueldo base de 450.000 clp" (el cual es un engaño) un día martes y por suerte a sucursal a la que me llamaron quedaba a pocas estaciones de metro de mi trabajo. Me apresuro a ducharme y salir al metro, cuando al momento de pasar la tarjeta Bip, veo que una chica con un culo envidiable está esperando a alguien del otro lado, miro disimuladamente su trasero todo lo que puedo, sinceramente era una obra de arte, aunque me desanimo un poco al ver que llega su novio y sigo mi camino. No me mal interpreten, no soy de mirar en la calle, es más, me molesta la gente que lo hace ¡Pero su trasero era simplemente descomunal!
Intento recuperar el tiempo perdido y sigo mi camino y luego de bajarme en la estación correcta y dar una vuelta innecesaria llego a la dichosa sucursal, un edificio viejo y poco cuidado, una vez adentro me conducen a una sala pequeña junto a otras 30 personas y entre ellos, estaba ella, se fijó en mí y me sonrió en modo de burla volviendo a centrarse en su celular, me sentía como un idiota, se había dado cuenta que la había mirado en el metro y yo me quería morir de vergüenza, quería pasar el menor tiempo ahí dentro pero por casualidad de la vida justo de esos 30 solo quedamos 5 y entre ellos, ella que miraba y se seguía riendo.
Para este punto sentía que su burla ocultaba algo mas y me senté cerca de ella, inicie un tema tribal y ella continuo la conversación a la vez que bajaba su teléfono, llego un punto en el que le admití que la había visto y ella solo sonrió para luego levantar su teléfono y abrir su whatsapp, en el chat había la foto del pene de su novio y ella abrió su galería y aparecieron fotos de ella en lencería y sin ella, yo no podía creerlo, inmediatamente mi pene se puso erecto y ella lo noto, se dedicó lentamente a elegir que foto enviar, había fotos de su trasero en lencería blanca, roja, negra, de su cintura, de su piel, de sus tetas pequeñas pero deliciosas, de sus nalgas, ella levanto su mano y se estiro para luego bajarla y rápidamente agarro mi pene y lo soltó. Me miro a los ojos y decidió enviarle una foto a su novio en ropa interior y levantándose las pantis para ver el inicio de su vagina.
Fuimos a la entrevista final y quedamos los 5 de esa entrevista, pero yo ya no pensaba, no podía sacarme de la mente sus fotos y su apretón, no sabía qué hacer, quería llevarme a esa mujer a un rincón y partirla en dos. A la salida le dije que no podía aguantar más, que la necesitaba, ella respondió que esas no eran palabras que se le decían a una chica con novio.
Yo le tome de la mano y la lleve a un rincón de la calle y ella no se resistió. La bese mientras le apretaba sus nalgas y a medida que la pasión aumentaba oscurecía más y más, en ese tiempo era invierno y ya a las 6 pm era de noche. Ella bajo su mano a mi entrepierna y saco mi pene para empezar a masturbarlo y yo la tome del cabello y la hice bajar para que me lo chupara ya no me importaba si nos veían, ella lo devoró en la primera oportunidad, se lo metió en la boca y lo chupo sin compasión, sentía como su boca succionaba mi piel y como sus dientes mordían suavemente mi pene, era una delicia en especial cuando se lo sacaba me masturbaba y me escupía el pene mientras me miraba para luego volver a comérselo, de vez en cuando a lo lejos sentíamos como pasaba la gente pero la oscuridad nos amparaba, la levante del cabello, la bese en la boca y la volteé, empecé a desabotonar su pantalón cuando me pregunto su traía condón, yo hace mucho que había dejado de usar, no tenía nada y ella aun con saliva en su barbilla me dijo que revisara en su cartera mientras ella se desabotonaba su pantalón de cuero y se bajaba sus bragas un poco, quede hipnotizado con su culo he de admitir.
Ella noto mi distracción y lo movió mientras me decía "Seguro que solo quieres mirar?" Yo sonreí y la apreté las nalgas para abrirlas ella gimió de dolor y placer y yo apunte mi pene a su ano, ella balbuceo "No" pero yo ya estaba empujando y su ano estaba recibiéndome sin casi resistirse "Se delicado, es sensible" cuando me hablaba así mas quería estar dentro, más quería que fuera mía, mas necesitaba sentir las paredes de su ano apretando mi pene, ella empezó a mover sus caderas al son de mi pene y yo me dedique a tomarla del pene y nalguear ese delicioso culo. Ella se inclinó lo más que pudo y me pidió que le sacara un video, yo no me contuve y mientras que con una mano grababa con la otra me sujetaba de su cintura y me movía como una bestia desesperada.
Se corrió literalmente aplastando mi pene entre las paredes de su ano y cayó al suelo de rodillas, para luego de recuperar el aire quitar mi mano de mi pene y proceder a chupármelo como una diosa, mientras sus ojos me decían que me corriera dentro de su boca. Fue la mejor corrida en mucho tiempo, casi se ahogó con mi semen pero no desperdicio ni una gota, se levantó a besarme aun con mi seme en su boca y se vistió, se arregló el cabello, me dio una última mirada con su sonrisa de maldita y se fue bajaba dejándome con mi pene aun afuera pero muy limpio.
Esta es una serie de relatos de mis aventuras en un call center en el cual metro trabajo, son experiencias reales, muy turbias pero deliciosas y no ha más que comenzado.