Hola como están. He vuelto a escribir, y a contarles algunas de mis historias de adolescente, como muchas de ellas, sucedieron en el barrio donde vivían mis abuelos, que era donde yo pasaba más tiempo.
Vuelve a recordarles como soy, mi nombre es Claudia, soy delgada, cabello ensortijado y negro, piel blanca que como era verano estaba algo dorada por el sol, ojos marrones, mis medidas 1,65 de altura y mis medidas 92-57-90 y muy buenas piernas. Durante mi adolescencia y a medida que fui creciendo, tuve en claro que mi manera de ser dulce, tierna, mimosa y sensual, no pasaba desapercibida para los hombres y que a medida que fui creciendo me atraían más los maduritos que los chicos de mi edad, así que esta historia recorre los mismos carriles.
Todo esto sucedió en el mes de enero. Un sábado que iría a casa de Sandra porque iríamos con mis amigos y sus padres a la pileta, fui a despedirme de los abuelos que estaban con un albañil arreglando las condiciones de trabajo de unas ampliaciones y pintura que se iba a hacer en la casa. El albañil se llamaba Oscar y estaba con un chico Nico de unos 20 años que era su ayudante.
Llevaba mi cabello recogido, una solera de fondo blanco con florcitas celestes, sin breteles y sin mangas, muy ajustada hasta mi cintura con la que se veían algo de mis senos y algo más suelta de la cintura para abajo que terminaba en una minifalda unos 10 cm por sobre las rodillas y unas sandalias tipo ojotas también en diversas tonalidades de celeste.
Sucedieron las presentaciones de rigor, Oscar tenía unos 40/45 años y Nico 20, pero en ese momento solo tuve ojos para él, alto, muy bonito y dulce, estuve solo 2 minutos con ellos pero fue lo suficiente para “enamorarme“ de él. A la noche cuando volví a casa me enteré que ellos empezarían el trabajo en un par de días ya que antes no podían.
Una semana después comenzaron los trabajos en casa, cuando llegaron se pusieron a trabajar yo salí a hacer las compras del día tenía mi cabello suelto, sin maquillaje, una remera de mangas cortas rosa pálido muy ajustada y con escote cuadrado y pronunciado que dejaba asomar mis senos y el borde de mi corpiño fucsia y jean celeste que marcaba mi cola paradita, indudablemente mi ropa causaba estragos porque recibí una buena dosis matinal de piropos, pero yo solo en mis pensamientos tenía en mente a Nico.
Cuando volví a casa almorcé con ellos y charle mucho con Nicolás, me gustaba mucho estar con él y charlar y demostrar mi interés por él e intentar tener una cita. Así como al pasar me dijo que podíamos ir un día a que yo le ayudase a comprar una PC parecida a la que yo me había comprado recientemente.
Al día siguiente y como para incentivarlo a obtener una cita con él, me vestí de manera un tanto insinuante, cuando tocaron timbre, me di los últimos retoques y salí a abrir la puerta, llevaba un short de jean lavado muy corto y ajustado y una remera tubo negra que mostraba algo de mis senos, en la puerta estaba solo don Oscar al que se notó en sus ojos su cara de agrado por mi recibimiento y se clavaron en mis senos expuestos a su mirada, lo hice pasar y caminé delante de él y podía sentir que tenía sus ojos clavados en mi cola. Mientras caminaba, le pregunté si quería tomar unos mates conmigo, y de paso esperaba la llegada de Nico.
Fui la habitación que estaban arreglando me senté en una banqueta y comenzamos a tomar mates e instantes después casi como al pasar dije:
C- ¿Nico viene más tarde?
O- No Nico se fue de vacaciones esta semana con unos amigos, salió anoche
C- Hablamos de todo… pero no me dijo que se iría de vacaciones
O- Y… él es así
C- … ¿Así como?
O- Mira yo veo que a vos te gusta y se llevan bien, que charlan mucho, pero no te ilusiones con él… a Nico no le gustan mucho las chicas…
Hubo un silencio sorpresivo de mi parte y pasado el estupor dije:
C- ¿Es gay?
O- Si…
Tocaron el timbre era Andrea y entre los 3 seguimos la mateada sin volver a tratar el tema. Ya a solas le conté a mi amiga lo de Nicolás y ella se sorprendió también.
Esa tarde como no había pileta todos mis amigos y amigas vinieron a hacerme compañía, nos pusimos a tomar mate y yo empecé a mirar a Oscar, estaba buenísimo, alto, morocho, lindo, de aspecto masculino y varonil, ojos oscuros de mirada penetrante, cabello negro con algunas canas que asomaban dándole un aspecto más señorial, barbita de un par de días, corpulento y musculoso, de sonrisa dulce, con dientes muy blancos, al darle el mate note que sus ojos se clavaron en mis senos ya que mi remera y mi falta de corpiño permitían ver un poco más mi cuerpo en profundidad. En un momento, sus ojos miraron los míos, vi cierto rubor en su rostro y yo sonreí como diciendo “me gusta que me mires”, al volver donde estaban mis amigos me fui moviendo mis caderas intentando que Oscar quedase hipnotizado por ellas, estaba empezando a coquetear con él
Mis amigos se fueron antes de llegar mis abuelos y cuando pensaba quedarme sola con él se acercó para decirme:
O- Señorita, yo…
Lo corte diciendo:
C- Me llamó Claudia, así que llamame por mi nombre y tutéame porfa, así yo también lo hago con vos
Me dijo que se iba antes porque debía ir al médico.
Al día siguiente estaba en casa esperando la llegada de Oscar, cuando el timbre sonó sentí estremecer mi cuerpo, lo hice pasar y lo saludé con un beso en la mejilla lo cual lo sorprendió.
Fui con el mate y unas porciones de torta que había hecho, antes de salir me miré al espejo, y me cambié de ropa, iba a estar sola con él y decidí usar algo más sexy llevaba mi cabello suelto mis labios con un rouge rosa pálido un top negro con poco escote, apenas insinuaba los comienzos de mis senos, pero muy ajustado de manera que insinuaba la redondez de mis senos y lo parado de mis pezones excitados por Oscar, el top dejaba a la vista mi vientre, y un short deportivo chiquito y ajustado que marcaba mis paradas nalgas.
Cuando fui a su encuentro, llevando las cosas del mate, intente mirar de reojo su actitud al verme así, creo que se le caía la baba, pero como era serio, formal y respetuoso, intento disimular la situación pero yo sabía que íntimamente empezaba a seducirlo de manera dulce… como a mí me gustaba… me ayudó con la bandeja mientras sus ojos se clavaron en mis senos, entonces a modo de disculpas dije:
C- Perdón por la tardanza pero se me cayó aceite y me ensucié la ropa que tenía puesta, así que me puse lo primero que encontré
O- Sos muy linda así que todo te queda bien
C- ¿En serio te parezco linda?
Él se sonrojó y dijo:
O- Por supuesto.
Como para aplacar un poco mi seducción extendí el plato con la torta y dije:
C- Servite la hice anoche
Probó un bocado y dijo que estaba espectacular.
Mientras charlábamos de cosas intrascendentes decidí que era el momento de conocernos más y empecé a preguntar de su vida
Oscar tenía 42 años, era viudo desde hacía 7 años, que tenía un hijo adoptado de 9 años, se había dedicado a criar a su hijo solo ya que no estaba en pareja, que su hermana se había ido de vacaciones y se llevó a Matías con ella, pero que lo extrañaba mucho.
C- Me imagino… no debe ser fácil estar sin él y él ¿sabe que es adoptado?
O – Si se lo fuimos diciendo a medida que fue preguntando, como nos dijo la psicóloga
C- Me gustaría conocerlo… ¿no tienes una foto de él?
Me la alcanzó y dije:
C- Ayyy que hermosura, es divino me lo comería a besos
O- Si es muy buen chico, la madre estaría orgullosa de él
C- Y con quien se queda cuando vos vas a trabajar
O- A veces con mi hermana a veces solo, lo mira una vecina
Y creo que para cambiar el tema dijo:
O-¿Y vos Claudia que haces?
C- Y yo el verano lo paso en casa de los abuelos estoy mucho aquí porque crecí en este barrio, y la mayoría de mis amigos son de acá, estudio soy buena alumna, me recibo este año quiero ser docente y no tengo novio.
O- ¿Y cómo es eso?
C- ¿Qué cosa?
O- Que siendo tan dulce y tan bonita no tengas novio.
C- Será porque no me gustan los chicos
Oscar me miró entre sorprendido y absorto y yo al darme cuenta de lo que dije intente solucionarlo
C- Ay no, no, no, no me mal intérpretes, quise decir que los prefiero algo más grandes que yo porque me siento mejor… los chicos de mi edad son… que se yo… chiquilines, yo voy muy de vez en cuando a bailar, me gusta pasear, caminar abrazada a la persona que quiero, que me mime y me proteja y los chicos de mi edad todavía no son así.
O- Si en realidad no sos como la mayoría de los chicos de tu edad, sos más madura que la mayoría de los de tu edad, me gusta tu manera de ser.
Supuse que era el momento y dije:
C- Me ayudas a llevar las cosas adentro
Dejamos las cosas en la cocina, él se estaba por ir, y yo por supuesto no deseaba que sucediese, entonces dije:
C- ¿Queres una gaseosa? Sentate, quiero preguntarte algo
Hubo unos instantes de silencio y yo dije:
C- Me dijo el abuelo que terminas el trabajo este fin de semana
O- Si… de no medir ningún imprevisto
C- Oscar quiero proponerte algo, desde que hablaste de él me quedé pensando mucho en Matías y si queres en lugar de dejarlo solo en tu casa yo podría ir a buscarlo, cuidarlo, jugar con él, prepararle la comida, salir a pasear.
O- No puedo hacer eso, no puedo complicarte la vida
C- Si me ofrezco es porque Matu no me complica la vida porque es lo que deseo, deseo ser algo así como una madre sustituta para él y la novia del papi.
Oscar se quedó impávido y cuando reaccionó dijo:
O- Estás loca puedo ser tu padre
C- Estoy caliente por vos quiero que me cojas, que me hagas tuya y si vos decís que puedo ser tu hija entonces yo te pido que me cojas papito
Él se levantó de la silla como para irse y dije:
C- Mira mis pezones, se pusieron duros, están excitados por vos, te deseo y vos a mí también, me miras los pechos… la cola… tus ojos me miran con deseo, haceme tuya, muero por sentirte dentro mío.
Su resistencia sucumbió, mis manos rodearon su cuello, sus manos tomaron mi cintura desnuda, nos besamos con pasión, nuestras lenguas se unen, sus manos bajan por mi cuerpo hasta tomar y acariciar mis nalgas, para que luego su boca bese mi cuello. Me lleva al sofá del living, se sienta, yo abro mis piernas y me siento encima de él, me sube el top dejando libres mis senos y mis pezones muy erectos.
Los acaricia, los masajea, mi boca es un concierto de gemidos y suspiros y dije:
C- Tómalos mi amor son tuyos
Su respuesta a mi pedido fue inmediata, su boca los lamió, los besó, los mordió con pasión, mi boca gritaba de deseo, estaba muy excitada, sus besos en mis senos me enloquecían, mucho más aun cuando mi sexo comenzó a sentir la dureza de su pene y la humedad de mi vagina, yo estaba muy excitada, tomó mis pechos entre sus manos y besó mis pezones, yo grite y dije entre gemidos
C- Siii, así mi amor… ahhh… me estas volviendo loca
Su boca siguió hurgando mis tetas, las succiona fuerte y con desesperación, lame mis pezones a punto de estallar los sigue mordisqueando y lamiendo, su boca se adueña completamente de mis senos, el placer que siento es extremo, sigo gimiendo, siento que estoy por llegar al orgasmo… y no me pude contener mi cuerpo se convulsionó violentamente, nos besamos apasionadamente, Oscar se reclinó en el sofá llevándome con él mi cuerpo seguía agitándose mientras su mano por sobre el short se deslizaba por mi cola.
Cuando mi cuerpo volvió a estabilizar sus sentidos, me hizo parar, mis shorts no podían disimular mi orgasmo, me los bajó, llevó su boca a mi vagina y en medio de mis gritos de placer lamió y succionó mi orgasmo, luego sube por mi vientre con besos y lamidas y sus manos sujetan mis nalgas y yo lo interrumpo y dije:
C- Vamos a mi habitación quiero que me poseas allí, nunca lo hice en mi cama
O- Lo que vos quieras princesa, pero… si viene alguien
C- Cerré la puerta con llave y la deje en la cerradura… nadie va a poder entrar sin que yo vaya a abrir…
Entre en mi habitación me saque el top y ahora si estaba completamente desnuda, el me miró y dijo:
O- Sos lo más hermoso que vi en mi vida
Me echo en la cama, él sobre mi cuerpo, su boca besó mi vagina y sus besos fueron subiendo hasta mis senos… los lame… los besa, mientras yo me retuerzo bajo su cuerpo ya desnudo pudiendo sentir su pene de buenas dimensiones erecto y deseoso
O- Ay… mi chiquita… estoy loco por vos… quiero que me chupes la pija
C- Si papito lo que vos quieras
Lo beso y bajo mi lengua por su cuerpo, su cuello, su torso hasta llegar a su pene, empiezo a chupárselo metiendo y sacando su pene de mi boca, gemía placenteramente, sentí su pene endureciéndose más y más dentro de mi boca; luego lo saco, lo lamo hasta llegar a la base, acaricio suavemente su pene con mi mano, lo masturbo un poco y vuelvo a lamerlo hasta llegar a su rosado glande. Oscar está muy excitado. Vuelvo a introducirlo en mi boca y lo chupo desesperadamente excitándome sus gemidos, deslizo mi lengua por su glande, lo vuelvo a meter en mi boca, lo succionó casi con desesperación hasta lograr mi objetivo, su cuerpo se agitó y su pene comenzó a lanzar torrentes de cálido semen. Oscar gemía y acariciaba mis cabellos y yo me sentía feliz por verlo así deseando estar conmigo y que fuese su mujercita placentera y complaciente.
Pasó un rato entre besos, abrazos y caricias y entonces dijo:
O- Ahora te voy yo a comer esa conchita hermosa
C- Si mi amor cómeme toda
Estaba loca, Oscar superaba todo lo imaginable. Me recosté en la cama, sus labios se depositaron en mi sexo y besó mi vulva, abrió mis labios vaginales con una mano mientras la otra estimulaba mi vientre, su maravillosa lengua se apodera de mi clítoris con suavidad dándome el mayor de los placeres, no paro de gemir, su ardiente lengua entra en mi vagina, mientras mis manos acarician mis senos con mis pezones duros como una piedra y yo gemía y gritaba
C- Ayyy así seguí… así papito… me volves loca… te deseo
Su lengua ingresa cada vez más adentro de mi vagina, mis gemidos son cada vez más intensos, mis manos aferran la sábana de mi cama, el placer invadía mi cuerpo. Siguió así un poco más, chupa profundamente mi clítoris y mi cuerpo no soportó más estallando en cientos de convulsiones, mientras su lengua saboreaba mi orgasmo. Nos besamos apasionadamente su lengua en mi boca me hizo sentir el sabor de mi sexo
O- No solo sos hermosa princesa, sos increíble en la cama, ahora quiero que me montes, quiero ver a pleno tu carita de gozo cuando me coges
Me tomó de las manos me jaló hacia él me llevó al escritorio que había en la habitación corrió la silla, se sentó en ella y dijo:
O- Ahora quiero que me cojas
Se sentó en la silla, antes de montarme besé y lamí su pene, Oscar juguetea con mi cabello y gime con mis lamidas, me paro abro mis piernas y me siento sobre él, antes acomoda su pene para que yo me siente sobre él, tenía mi vagina empapada con lo cual su pene entró fácilmente. Comienzo a moverme haciendo que su pene ingrese más en mi vagina, y que la recorra por completo… no paro de gemir… vuelve a invadirme el placer. Oscar me lame las tetas y muerde suavemente mis hinchados pezones
O- Seguí así, princesa, me gusta como coges
Era maravilloso tenerlo así entregado a mi… podía sentir su pene hasta lo más profundo de mi cuerpo, me toma de las caderas sin sacar su pene de mí y me lleva sin sacar su pene de mi cuerpo y me tumba en la cama, y una vez en posición él empieza a moverse penetrando mi vagina, ahora es él el que tomando el comando, nos besamos apasionadamente con nuestras bocas y nuestras lenguas.
Oscar acelera sus movimientos y comienza a penetrarme con fuerza, yo gimo, sus movimientos se aceleran constantemente, es maravilloso, estoy extasiada me siendo en otro mundo, hacia esfuerzos por contenerme, el final estaba próximo y dijo:
O- Hagámoslo juntos princesa no aguanto más
Nos besamos con pasión. Esos besos nos encienden y hace que Oscar aumente la intensidad y fuerza en sus penetraciones, dándome un gran placer. Gimo fuertemente mientras mi espalda se arquea, Oscar aprovecha esto para besar y lamer mi pecho, mis hombros y mi cuello mientras con su mano derecha acariciaba mi cuerpo. Podía escuchar entre nuestros gemidos como su cuerpo golpeaba el mío con cada embestida que me daba. Nuestros cuerpos fundiéndose en uno solo en una penetración que me estaba llevando a la gloria por varios minutos.
O- Ahora muñeca acabemos juntos
C- Hagámoslo ya, no aguanto más
Nuestros cuerpos al unísono estallan en miles de convulsiones, su semen invade mi cuerpo, yo cruzo mis piernas alrededor de su cintura, nuestras bocas gimen en sonidos ahogados por interminables y apasionados besos, sus manos acarician mi cuerpo permanecimos así unidos durante varios y largos minutos con su mano acariciando mis nalgas.
Nos fuimos a dar una ducha rápida, en forma separada yo fui primero mi cuerpo destilaba semen al salir me acosté en la cama boca abajo cuanto Oscar entró me encontró en la cama mostrando mi cola, al llegar Oscar se quedó mirándome y dijo:
O- Por dios tienes un cuerpo perfecto
Se sentó en la cama a mi lado, y su dedo índice, recorrió mi pierna izquierda desde mi talón, por toda mi pierna y por una de mis nalgas, el placer que sentí fue enorme al llegar a mi cintura su boca besó toda mi espalda, mi cuello se acostó sobre mí, su pene en la raya de mi cola empezaba a endurecerse, beso mi cuello, mi oreja, mi cuerpo se volvía a estremecer y su boca en mi oreja dijo:
O- Tenes un cuerpo hermoso y una cola perfecta bendito el que pueda hacerla suya
C- ¿Porque?… acaso vos no me la vas a hacer… que yo sepa nunca te dije que sea intocable o impenetrable
O- Eso quiere decir que te la puedo hacer hoy
C- Mis abuelos llegan entre 2 o 3 horas, si no pensas tardar más… lo podemos hacer hoy… como el dicho no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy…
O- Supongo que me alcanza el tiempo
Nos besamos en la boca y empezó a besar y lamer mi espalda pero ahora en sentido descendente, en forma lenta con besos, lamidas, chupones que me excitaron totalmente, sentí su lengua lamiéndome las nalgas, y luego su voz diciendo:
O- Princesa abrí las piernas
Obedecí, sentía mi vagina húmeda de placer, me acarició los muslos, con su lengua y luego comenzó a deslizarla por la hendidura de mi cola, fue una locura, sus manos separaron los cachetes de mis nalgas y su lengua entró en mi intimidad, grité y gemí como loca, me retorcía de placer su lengua luego bajo por mi cola hasta adueñarse de mi concha de nuevo, así varias veces su lengua pasaba por mi cola y por mi concha y mi cuerpo tuvo un nuevo y violento orgasmo.
Colocó su cuerpo encima mío y deslizó su pene como jugando con mi cola, luego tomo mis caderas y me puso en posición de gateo, volvió a separar mis nalgas, pero ahora su lengua se apoderó mucho más de mi intimidad, su legua se apoderó de mi ano, colocó un almohadón bajo mi vientre, mi cola quedo paradita, y su lengua me invadía, en mi mesa de luz había crema y embadurnó con ella mi ano.
Luego su lengua recorrió nuevamente desde mi ano a mi concha, yo estaba en otro mundo, el placer que estaba sintiendo era inigualable, colocó otra almohada bajo mi vientre, sujetó con ambas manos mis caderas y colocó la punta de su pene en la entrada de mi ano, y dijo:
O- Princesa, abrí tus piernas lo más que puedas
C- Si mi amor…
Aferró mis caderas y sentí como su pene entraba en mi cola, despacio, poco a poco su pene iba entrando en mi cuerpo, hasta que lo tuve todo adentro, no era mi primera vez pero nunca lo gocé tanto, mi cuerpo volvió a tener otro orgasmo, y entonces empezó a recorrer mi ano, su pene entraba y salía, despacio al principio luego sus movimientos fueron más vigorosos, por dios el placer era extremo. Su penetración era delicada como cuidándome, pero firme, hasta que su boca gimió profundamente y sentí su semen recorriendo mis entrañas y mi cuerpo volviendo a tener un nuevo orgasmo. Luego de estar abrazados, nos levantamos, él volvió a su lugar de trabajo y yo a ordenar mi habitación en una hora llegarían mis abuelos.
Por razones lógicas y como yo era muy absorbente y él muy complaciente su trabajo se extendió varios días más. Yo estaba loca por Oscar, el placer que me había brindado era extremo. Hasta marzo fuimos pareja, yo era una especie de madre para Matu y la esposa de Oscar. Luego con el comienzo de las clases todo se fue distanciando hasta comprender que lo nuestro había llegado a su fin.