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Ayudando a mi cuñada
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola, soy Juan, 32 años, casado con Julia de la misma edad. Me conservo muy bien al igual que mi señora, muchas veces nos dicen que aparentamos menos edad, nos calculan unos 26 o 27.

Una noche después de una larga jornada laboral al regresar a la casa me encuentro con mi cuñada Carla sentada en el sofá muy pensativa. El departamento lo compartimos mi esposa, mi cuñada, hermana menor de mi esposa y su marido. Carla después de unas conversaciones banales, de trabajo, el clima caluroso que estábamos pasando, noto en su mirada algo de enfado y preocupación. Le pregunto qué le pasa, siempre hemos tenido un buen trato y una excelente relación y sobre todo mucha confianza, le digo ‘vamos cuéntame chica’, voy cojo una cerveza en la nevera y le invito a que se desahogue conmigo:

Carla: Oye le que te cuente aquí no se lo digas a nadie ni a mi hermana por favor, que me da mucha vergüenza.

Obvio que le digo que no hay problema que cuente conmigo, toma un gran sorbo de cerveza y me pasa a contar su situación.

Carla: El problema es con mi marido, no sé qué le pasa ya no me busca siempre llega cansado, y en la cama bueno ya hay témpanos de hielo. Ya hasta me ha hecho varios desplantes, no sé qué hacer.

Me quedo mudo, hay que estar loco como para rechazar a semejante hembra que tenía enfrente, toda una amazona, 1,70 de altura, caderas anchas seguida de un culo, que levanta a cualquier muerto de su tumba, unas nalgas redondas en una excelente proporción con su cadera, unas piernas muy bien formadas naturalmente ya que no le gusta realizar ejercicios, fuertes muslos y pantorrillas, sus senos no son grandes más bien pequeños, pero paraditos con una aureola café pequeña muy apetecible, lo sé ya que con la confianza que tenemos a veces se pasea con unas blusas casi transparentes por la casa sin usar sostén, vaya suertudo que soy.

Yo: Lo que tienes que hacer es convertirte en una fiera salvaje y provocar a ese hombre con el cuerpazo que te gastas no habrá que se resista.

Me vio a los ojos y me sonrió pícaramente.

Carla: Ya lo hice sin resultados, hice de todo hasta le baile, prácticamente lo intente violar pero sin éxito, ya que su amiguito de allá abajo (haciendo un gesto con sus labios hacia mi entrepierna) ni se movió, no se le paro, estoy desesperada.

La verdad lo que me decía viniendo del inútil de su marido no me sorprendía, un gordiflón bueno para nada que pasa sus ratos libres jugando videojuegos, en vez de estar dando y dándole caña al manjar que tiene como mujer.

Carla: De verdad que pensaba que a mi juventud (25 años) seria activa sexualmente hablando hasta más que ustedes jajaja. No creas que no les he escuchado en las noches mientras te coges a mi hermanita jajá que bien que se la pasan y por los ruidos que hace mi hermana se ve que la atiendes muy bien jajaja aunque intente hablar bajito puedo escucharla perfectamente uyyy que rico así dame más jajaja no le cuentes a mi hermana que se muere de la vergüenza.

Yo: Jajaja o sea que te gusta escucharnos coger?

Carla: Vaya que si me gusta a veces termino por masturbarme pensar que es a mí que están cogiendo así de rico ufff y ni por eso mi marido se despierta y se anima a pegarme una buena cogida que es lo que necesito.

Pensé vaya el alcohol está haciendo efecto, y será que mi cuñada se masturba pensando que la cogen o que yo la estoy cogiendo al fin al cabo soy el que provoca los gemidos de su hermana que es lo que al final la excita. Ya empezaba a notarse un bulto en mi pantalón por lo caliente de la conversación y por lo ligera de ropa que iba mi cuñada, (blusa de algodón casi transparente que a través de la luz de la lámpara dejaba ver perfectamente sus pequeños y suculentos senos. Carla no pasó desapercibida mi pequeña erección miraba fijamente mi bulto y sonreía pícaramente, al parecer la ponía feliz ver mi erección.

Yo: Puedes probar con alguna vitamina un estimulante sexual no se a lo mejor no es su culpa el estrés puede bajar la libido.

Carla: Puede ser pero a ti no te pasa, sé que llegas cansado del trabajo porque lo veo en tu cara y de seguro hoy le pegas tremenda cogida a mi hermanita jajaja.

Y vuelve la mujer con el tema, definitivamente le gusta escucharme follar, debería de darle un espectáculo para que deleite sus oídos jajá esta noche mi esposita no se salva. Carla miraba fijamente mi paquete y me lo acomode lentamente de forma descarada frente a ella casi masturbándome culpando a lo incomodo del bóxer, ella abrió los ojos sorprendida le gusto lo que vio. Yo por mi parte miro fijamente sus pezones café parecen de dulce de leche se ven muy ricos, sé que se está dando cuenta y no me importa total a ella le gusta. Ella se levanta a botar la botella de cerveza cuando se tropieza y deja caer unas revistas que estaban sobre la mesa, se dispone a recogerlas sin doblar las rodillas, la muy putilla le gusta provocarme. Cuando me percato y miro su redondo y perfecto culo, me doy cuenta de un pequeño detalle, el short muy cortito también es de algodón haciendo juego con la blusa cosa que lo hace también transparente a través de la luz, cual es mi sorpresa? no lleva pantys. La verdad siempre los usa así para dormir y siempre me había dado cuenta pero por la confianza que nos tenemos nunca ha habido ningún problema, pera esta vez la veía de forma diferente, como una gatita en celo.

No desvié la mirada, mire fijamente su culo y ella lo noto, luego la seguí a la cocina. Ella se dispuso a fregar unos trastes que había, me acerque por detrás pegue mi bulto a su culo, ella se sorprendió pero no se quejó, la abrace por la cintura y le dije:

Yo: Cuñadita espero hoy estés muy atenta, hoy tu hermanita y yo te daremos un espectáculo solo para ti, voy a dejar la puerta un poco abierta por si te animas a ver además de oírnos, que te parece.

Pensé para mis adentros, ya me la jugué o me suelta una cachetada y le cuenta a la hermana que me sobre pase con ella o me sigue el juego.

Carla: Gracias cuñadito tu siempre pensando en ayudarme, siempre eres tan lindo, que suerte tiene mi hermana a veces la envidio.

Me dojo todo esto con su cabeza hacia atrás recostada en mi hombro y hablándome al oído casi susurrando. No entiendo como ese idiota no se le para yo ya le tenía como un mástil.

Después de eso llega su marido del trabajo, me quito rápidamente ella va a saludarle con un beso muy cariñosa. Saludo a Adrián, así se llama el imbécil y me voy a mi cuarto, mi esposa me espera dormida.

Mi esposa como le dije antes se conserva muy bien, pero contrario a su hermana de físico, senos grandes con grandes aureolas color caramelo, de estatura media, cintura estrecha y trasero sin llegar a ser plano con unas dimensiones menores al de mi cuñada. Bueno se lo había prometido a mi cuñadita era tiempo de hacer gozar a mi esposa para que la escuche su hermanita.

De solo pensar la idea de que mi cuñada nos iba a escuchar o tal vez hasta vernos coger me excito de una gran manera enseguida tenía mi pene como un mástil, abrace a mi esposa por detrás, ella lo sintió, eso le excita mucho sentir mi verga en sus nalgas, y bueno señores empezó la función.

Julia: Ummm veo que tienes muchas ganas, que rico se siente esto ahhhh

Yo; Siempre te tengo ganas tú lo sabes.

Empiezo a bajar su pantys y toco su vagina, ya estaba muy lubricada, ella también tenía ganas de guerra, empiezo a morder su cuello suavemente mientras la voy penetrando poco a poco, primero suave y después acelerando el ritmo, mi esposa nunca ha tenido problemas para llegar al orgasmo todo lo contrario soy yo quien me tengo que contener para que disfrute más tiempo, mantengo el ritmo, penetraciones lentas, con fuerza y profundas, que entrara lo que más pudiera así le gustaba a ella, la penetraba casi hasta las bolas, una otra y otra vez. Ella solo respondía con ummm bajito después de cada penetración. Hasta que empieza el concierto para mi cuñada, mi esposa imagino yo que todavía un poco dormida olvida que nos pueden oír, y empezamos una faena plena de sexo salvaje, sin querer se convertía en nuestro cómplice.

Julia: Así dame así duro ummm me gusta ahhh que rico dame más duro quiero sentirme tuya, tu hembra ufff que rico sigue.

Veo hacia la puerta y veo a nuestra espectadora en efecto muy tímidamente asomada en la puerta desde ahí veía claramente sus ojos sorprendida y a la vez excitada.

Julia: SIII mi amor que rico que bueno eres, que verga más rica me estoy comiendo ahhhh dame duro cógeme duro que me encanta.

Tomo una de mis corbatas que estaba en la mesa de noche y vendo a Julia, por si acaso. Levanto su pierna y recuesto su peso hacia mí de modo que quede con las piernas abiertas y mi cuñada veo mejor como la cojo. Luego veo hacia la puerta y veo tímidamente a mi cuñada asomándose y saliendo, le indico con señas que Julia no puede ver que haga silencio y que entre, todo sin hacer ruido. Y ahora si empieza el verdadero show en honor a mi cuñada.

Continuará…

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