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Begoña: Mi deseada madura
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Me llamo Sergio y os voy a contar esta historia que ha sido tan caliente como real.

Vivo en un barrio pequeño en España. Ahora tengo 43 años y mis gustos no han cambiado, según cumplo años, las mujeres me gustan más mayores.

Begoña es la maduraza que más cachondo me ha puesto desde mi primera paja hasta ahora mismo, que me estoy pajeando a su salud. Sin duda ha sido a la mujer a la que más he dedicado y a la que con más ganas folle, pues hasta que pude follármela paso mucho tiempo.

Vivía en frente de la casa de mi madre con sus hijos, muy joven se separó del marido. Hacía mucho deporte, salía a correr a diario e incluso participaba en eventos. Yo la miraba cuando salía de casa, cuando entraba y siempre que la veía salir a mediodía a un descampado cercano a tomar el sol, salía tras ella para observarla y pajearme. Me pajeaba a diario pensando en ella al menos dos veces al día. Imaginad las ganas que tenía de follarme a Begoña, pero no me atrevía más que a saludarla mientras mis ojos se la comían con la mirada. Ella es una mujer morena, de piel morena, un culito de deportista, una cara que sin ser guapa, me da mucho morbo y ahora hace unos 5 que se puso a sus 55 años unas tetas impresionantes. Buuff!! Lo que le faltaba.

Pasé mi adolescencia soñando y pajeandome con mi musa del sexo, Begoña.

Al cabo de varios años, yo trabajaba de repartidor y por suerte ella empezó a trabajar en una tienda donde yo serbia a menudo y empezamos a tratar más, además su hijo y yo nos hicimos colegas. Otro hándicap para follarmela, aunque yo seguía viéndola con los mismos ojos y ella se daba cuenta y me parecía que le gustaba como la miraba, aunque a ella siempre le merodeaban muchos hombres parecía que yo había conseguido llamar su atención y eso me ponía más burro todavía.

No me iba nada mal con las chicas, pillaba bastante y siempre tenía alguna novieta o rollete o algo. Una vez coincidí con Begoña estando con una chavalita enrollado y esta me dejó ese mismo día porque se dio cuenta de cómo miraba a Begoña, una mujer de entonces 50 años.

Ya con la confianza creada a diario y viendo que le gustaba como la miraba, empecé a buscar el verla más a menudo, pasaba por su tienda con cualquier excusa y me la comía con la mirada. Se ponía cachonda la zorra de ella y se movía sabiendo lo burrote que me ponía.

Llegaron las fiestas del barrio y ella es muy marchosa así que allí estaba bailando y poniendo cachondos a la mayoría de hombres de su alrededor.

Esa noche animado y envalentonado por lo que me había tomado y lo que me ponía esa mujer, me acerqué a ella por detrás decidido y agarrándola por la cintura la abrace por detrás mientras la saludaba. Begoña giro la cabeza y cuando vio que era yo echó su culilo para atrás buscando mi rabo, el cual reaccionó en menos de dos segundos con una erección brutal. Begoña rozándose más y más volvió a girar su cabeza con una cara de cachonda que la agarré más fuerte de la cintura y la empujé ese culo con mi paquete con fuerza. Diiooss!! Me la habría follado allí mismo pero cuando vimos donde estábamos y la gente, todos del barrio, que teníamos alrededor decidimos separarnos disimuladamente y dejarlo estar. Su hijo no nos lo habría perdonado nunca si nos ve así.

De eso una cosa nos quedó clara, los dos queríamos follar juntos y solo había que esperar el momento.

Ese momento tardó en llegar, no hablamos de ese agarrón pero los dos sabíamos lo que necesitábamos. Sexo, sexo más sexo.

Ese mismo año, después de al menos 15 años deseando a esa mujer, ya ella con 55 y yo con 31 coincidimos un viernes noche en una discoteca de nuestra ciudad, a la que yo iba bastante pero a ella no la había visto nunca por allí. Bajando las escaleras de la disco vi al fondo a la izquierda esa morena con ese culo inconfundible para mí y se me cambió cara, al verla pensé:

Hoy es ese día esperado, hoy me la follo seguro!!

Entonces ella se giró y me vio llegar sonriéndome se acercó moviéndose entre baile y contoneo y vino a saludarme y rozar esas tetas en mi pecho con fuerza. Me presentó a una amiga suya y empezamos a bailar muy cerca uno del otro, se me puso delante de espaldas con ese culo medio en pompa u la cabeza mirándome con cara de “follame cabrón” la agarré de la cintura, acerqué con fuerza ese culo a mi paquete y mordisqueándole la oreja le dije:

De hoy no pasa. Esta noche vas a ser toda mía, te voy a follar como nadie te ha follado. Una y otra vez te haré mía y tuyo seré.

Ella me contestó: Sabes que pensado cuando te he visto bajar la escalera?

Que? Le Pregunté

He pensado que esta noche no había nada que impidiera la follada que te voy a pegar cabrón. Que quiero que me folles acorde a como me miras. Que me tienes muy cachonda, y necesito sentir esa polla y esa boca en mi coño.

Vámonos de aquí le dije. No quiero perder un segundo. Vámonos Begoña, cogemos un taxi y vamos a ese ese hotel que hay en las afueras.

Si vamos, me dijo mientras agarraba la punta de mi polla dura por dentro de mis pantalones.

Entre que encontramos taxi libre y llegamos al hotel habían pasado unas dos horas, pues todo ese rato y a petición de Begoña tuve que aguantar con la polla dura dentro del vaquero, no permitía que se bajara ni un poco metiendo su mano de vez en cuando y acariciándola me decía: Quiero que llegues así de cachondo, con la polla así de dura y te dejaré que en la primera follada me empotres contra lo que quieras, que me revientes el coño , el culito y que me la metas entera en la boca con fuerza. Si esta polla llega dura, te dejo que me folles muy duro.

No te preocupes le dije, este rabo lleva más de 15 años estando así de duro por tú.

Llegamos a la habitación y mi polla seguía durísima, Abrí la puerta, le deje pasar delante de mí, ya dentro cogí su mano derecha la pasé por mi duro paquete y le dije: Ves cómo está de dura?

Si mi niño. Esta durísima!!

Sin decir nada más le quite esa blusa blanca transparente, subí su faldita, le bajé el tanga hasta los tobillos de golpe, bajé su espalda poniendo su culo en pompa y empecé a restregar mi pollón por toda la raja del culo hasta su coño ya muy húmedo donde yo aprovechaba para lubricar mi polla a cada pasada. Ella se dio cuenta de lo que le iba a hacer y me dijo: Serrgio!!No empieces por el culo cabronazo!!

Sin decir nada y sin piedad, la agarré de los dos hombros y traje de un hacia mi polla ese culito mientras yo la embestía como un toro. Begoña gritó, pues se la metí entera y de golpe por el culo empecé a embestirla por el culo a lo animal. Que ganas tenía de follarte el culo Begoña!!

Calla cabrón!!

Zorraa!! Como te voy a follar!!

La saqué de ese culo y puse a Begoña de rodillas para meterle mi rabo hasta dentro, sii toda dentro de la boca y mientras Begoña agarrándome del culo tiró hacia su boca y empezó a engullir mi rabo como una loca hasta que me corrí dentro de su boca. Nunca había visto saborear así una corrida mía.

Entonces le dije:

Todavía está dura o sea que no he acabado!!

Le dije:

Begoña.

Échate a la cama, lo más cómoda que puedas y abre bien esas preciosas piernas que te voy a poner ese coñazo cono no te lo ha comido nadie.

Me encanta lamer coñetes, disfruto haciéndolo y se nota.

Así pasamos el fin de semana entero, estuvimos follando, comiendo y riendo hasta el lunes.

Hoy día Begoña tiene 70 años y muy de vez en cuando nos escapamos de nuestras parejas y nos damos un homenaje.

 

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